¿Hay alerta por nubes sofocantes? Falso, pero en redes sociales circula una supuesta advertencia emitida por la Dirección General de Protección Civil para, supuestamente, combatir las altas temperaturas generadas por “nubes cumulonimbus”. Sin embargo, este mensaje circula desde el año pasado, le ha dado la vuelta a varios países y no existe registro oficial de haber sido emitido por parte de las autoridades.
Además, las “nubes cumulonimbus” no crean calor sofocante.
“La Dirección General de Protección Civil advierte a los ciudadanos y residentes lo siguiente: Debido al aumento de las temperaturas en próximos días, 35° y 42° Celsius, aparición de nubes cumulonimbus que causan aire sofocante en la mayoría de las áreas: ADVERTENCIA y ALERTAS. (sic)”
Entre las supuestas recomendaciones se encuentran: evitar llevar refrescos, encendedores, perfumes y baterías de dispositivos dentro del coche, así como mantener abiertas las ventanas del mismo, no llenar por completo el tanque de gasolina y no inflar demasiado los neumáticos del auto.
La publicación que desinforma se acompaña de una imagen de una pipa de agua apagando un incendio. Esta ha circulado desde julio de 2023 en distintas redes sociales, y no especifica cuándo ni dónde se elevarán tanto las temperaturas.
Previamente, medios como Verificado en México, Es Paja en Venezuela y La Silla Vacía en Colombia ya han desmentido este mensaje.
Por otra parte, la Coordinación Nacional de Protección Civil -nombre correcto de la autoridad de Protección Civil en México- no ha emitido estas medidas de seguridad para la población por altas temperaturas.
A través de una búsqueda en Google, el Sabueso encontró que el pasado 12 de marzo la Coordinación Estatal de Protección Civil y Gestión de Riesgos de Oaxaca (CEPCyGR), emitió un comunicado desmintiendo esta información y precisando que la dependencia no emite este tipo de alertamientos, sin contar con la validación de una fuente oficial y una orden de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
De acuerdo con The Weather Channel, las nubes cumulonimbos son nubes grandes y de gran desarrollo vertical. Su presencia está asociada con fenómenos climáticos extremos como tornados, granizadas e inundaciones, así como tormentas eléctricas. Se forma por la convección de masas de aire cálido y frío que crean corrientes ascendentes y descendentes dentro de la nube.
Pueden formarse en cualquier época del año y mientras que su aparición sí indica cambios bruscos en la temperatura, estos se deben a tormentas eléctricas intensas, granizo y vientos fuertes, no a un aumento de temperatura extrema.
Actualmente, gran parte del país es afectado por la primera onda de calor de la temporada, la cual empezó el pasado sábado 13 de abril de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional y que ha podido provocar que la temperatura aumente desde los 35 hasta los 45 grados centígrados
El pasado lunes 15 de abril, la Ciudad de México rompió el récord histórico de temperatura máxima con 34.2 grados centígrados, la más alta desde el 9 de mayo de 1998.
Ante esta situación, la Secretaría de Salud emitió un comunicado con medidas preventivas a un golpe de calor como evitar realizar actividad física intensa al aire libre entre las 11:00 y las 15:00 horas, vestir ropa ligera y clara, beber al menos 2 litros de agua diarios y no permanecer en vehículos estacionados o cerrados.
En conclusión, la Coordinación Nacional de Protección Civil no emitió medidas de prevención ni alertas por aparición de nubes cumulonimbus que causan aire sofocante y temperaturas extremas, se trata de desinformación.
Es la iniciativa que el gobierno de Xi Jinping lanzó en 2013 y desde entonces se han sumado más de un centenar de países, pero Panamá decidió ahora retirarse.
Panamá no renovará el acuerdo entendimiento que firmó con China en 2017 en el marco de la llamada Ruta de la Seda.
La medida fue anunciada el domingo por el presidente José Raúl Mulino horas después de reunirse con el secretario de Estado de EE.UU. Marco Rubio.
Rubio había exigido “cambios inmediatos” sobre el Canal de Panamá, ante lo que dijo era “la influencia y el control del Partido Comunista Chino”.
El Canal de Panamá es una ruta comercial vital que maneja el 6% de todo el tráfico marítimo mundial.
La visita de Rubio a Panamá se produce tras más de un mes de tensiones diplomáticas después de que el presidente Trump manifestara su intención de recuperar el control del Canal.
Tras su reunión con Rubio el presidente Mulino no hizo mención a su decisión de no renovar el acuerdo con China.
“Fue un encuentro muy tranquilo y respetuoso”, dijo, y agregó: “Queremos trabajar con Estados Unidos como siempre lo hemos hecho”.
El llamado memorándum de entendimiento de la Ruta de la Seda fue firmado entre Panamá y China en noviembre de 2017, bajo el gobierno del presidente Juan Carlos Varela (2014-2019).
Panamá se convirtió así en el primer país latinoamericano que se incorporaba a la iniciativa, que es emblema del gobierno de Xi Jinping, y que consiste en una ola de fondos chinos para grandes proyectos de infraestructura en todo el mundo.
Al igual que la antigua ruta comercial marítima, la Nueva Ruta de la Seda tiene como objetivo vincular a China con Europa, Medio Oriente, África y América Latina.
Xi lanzó la iniciativa en 2013, y desde entonces se han sumado más de un centenar de países.
Y el conocimiento y dinero chinos se han esparcido por el mundo, principalmente en la construcción de puentes, carreteras, puertos comerciales, centrales eléctricas y proyectos de telecomunicaciones.
Al comienzo, América Latina quedó fuera del mapa oficial de la iniciativa, pero tras el acuerdo alcanzado con Panamá varios países de la región se fueron sumando a la misma mediante memorandos de entendimiento.
Hasta ahora 21 países latinoamericanos se han unido a la Ruta de la Seda, incluidos incluidos Uruguay, Ecuador, Venezuela, Chile, Uruguay, Bolivia, Costa Rica, Cuba, Perú, Nicaragua y Argentina.
Los memorandos ya se tradujeron en proyectos e infraestructuras concretas en la región.
En Ecuador, la reconstrucción del aeropuerto internacional “Eloy Alfaro”, en la ciudad de Manta -que se vio afectado por el terremoto de magnitud 7,8 en abril de 2016- se llevó a cabo con capital chino.
Ecuador recibió un crédito por US$20,7 millones de un banco chino, y un aporte del Estado ecuatoriano de US$4,5 millones, según la agencia china Xinhua.
Un consorcio chino también construye dos puentes en las localidades de Canuto y Pimpiguasí, todas ellas en la provincia de Manabí, en el occidente del país.
En Perú el propio presidente Xi Jinping asistió a la inauguración del megapuerto de Chancay en 2024.
El complejo portuario, a unos 70 kilómetros al norte de Lima, se inauguró con grandes expectativas de los gobiernos peruano y chino y de los sectores económicos potencialmente beneficiados.
Se trata de un gigantesco proyecto liderado por Cosco Shipping Company, empresa estatal china dedicada al transporte marítimo, con una inversión total prevista de US$3.400 millones, para construir un complejo de 15 muelles, oficinas, servicios logísticos y un túnel de 2 kilómetros de largo para dar salida a la carga.
Cabe destacar, sin embargo, que aún sin la Ruta de la Seda, China lleva más de una década siendo un actor protagonista en las inversiones América Latina, donde sus bancos de desarrollo han prestado más de US$150.000 millones en los últimos 15 años.
El objetivo de China con su iniciativa es acelerar la llegada de sus productos a mercados más lejanos.
China ya ha financiado trenes, carreteras y puertos, y las empresas de construcción chinas han obtenido contratos lucrativos para conectar puertos y ciudades, financiados por préstamos de bancos chinos.
Se espera que la iniciativa implique un total de US$1 billón en inversiones.
Pero para los críticos, la Nueva Ruta de la Seda no solo representa un audaz aumento de la influencia geopolítica y estratégica de China, sino también el endeudamiento de los países receptores.
Desde 2023, el derroche sin precedentes de infraestructura de China ha inyectado dinero a casi 150 países de todo el mundo.
Los resultados no siempre han sido beneficiosos: muchos proyectos quedaron sin terminar y muchos países en desarrollo que se adhirieron a la generosidad de Beijing se encontraron agobiados por la deuda.
Ahora, igual que el resto del mundo, América Latina se prepara para cuatro años difíciles, y si Estados Unidos y China inician una guerra comercial de gran escala, la región corre el riesgo de quedar atrapada en el fuego cruzado.
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