Venezuela repatrió este lunes a 190 connacionales con órdenes de deportación en Estados Unidos, como parte de un acuerdo que el presidente Nicolás Maduro calificó de “primer paso” para restablecer las relaciones con Washington.
Los migrantes llegaron en dos aviones de la línea estatal venezolana Conviasa. Descendían de las escalinatas, uno que otro levantando incluso los dos brazos en señal de celebración, constataron periodistas de la AFP en el aeropuerto internacional de Maiquetía, que sirve a Caracas.
Algunos llevaban esposas que les quitaron antes de bajar de la aeronave donde les esperaba un corredor con centenares de policías y militares.
Los vuelos forman parte de los acuerdos conseguidos en una reunión, el pasado 31 de enero, entre Maduro y Richard Grenell, enviado del presidente estadounidense Donald Trump, que volvió al poder en enero con la promesa de expulsar a millones de inmigrantes indocumentados.
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“Hemos dado un paso favorable, positivo”, celebró Maduro en su programa de televisión, que transmitió la llegada de ambos vuelos.
Venezuela y Estados Unidos rompieron relaciones diplomáticas en 2019, durante el primer gobierno de Trump que impuso un embargo petrolero tras considerar fraudulenta la primera reelección de Maduro en mayo de 2018.
Washington tampoco reconoció el tercer mandato obtenido por Maduro en las cuestionadas elecciones de julio pasado, en las que la oposición denunció fraude, y ha expresado su apoyo al exiliado Edmundo González Urrutia, que asegura haber ganado los comicios.
El primer avión llegó pasadas las 21:00 horas y el segundo poco después. Cada uno llevaba 95 pasajeros entre 20 y 30 años, dijo el ministro del Interior, Diosdado Cabello, en Maiquetía.
El gobierno permitió a la prensa cubrir la llegada, aunque sin acceso para entrevistas a los migrantes, que vestían ropa deportiva y muchos no tenían cordones en los zapatos.
En el vuelo, según el gobierno venezolano, iban supuestos miembros de la temida banda Tren de Aragua, a la que Trump declaró organización terrorista y que Maduro vincula a la oposición.
Un funcionario de Interior explicó que todos los pasajeros serían sometidos a un chequeo médico y a revisión de antecedentes penales: los detenidos por infracciones migratorias en Estados Unidos quedarían en libertad y los presuntos criminales, tras las rejas para ser investigados.
Cabello adelantó que “muy pocos” de los deportados tienen antecedentes penales, aunque no precisó una cifra.
En un comunicado previo, Venezuela denunció “una narrativa falsa y malintencionada” respecto a esa organización criminal “para penalizar a todos los migrantes venezolanos y estigmatizar a nuestro país”.
“Muy por el contrario de esa especie, la mayoría de los migrantes son personas decentes y trabajadoras”, señaló el texto.
Tras el encuentro de Maduro con Grenell, seis estadounidenses presos fueron liberados y se acordaron los vuelos de deportación, como parte de la política de Trump que ha despertado recelo en la región e incluso provocó diferencias diplomáticas con Colombia.
“Esperamos que podamos sostener en el tiempo estos pasos que estamos dando” y “construir una agenda de un nuevo inicio en relaciones históricas de respeto, comunicación y entendimiento con los Estados Unidos”, señaló Maduro.
“Ojalá podamos construirla para el bien de Estados Unidos, de Venezuela y toda la región”, añadió.
La Casa Blanca ya ha dicho que no tiene previsto cambiar su agenda sobre Venezuela.
Venezuela permitió en octubre de 2023 el ingreso de aviones estadounidenses con venezolanos deportados, como parte de un acuerdo con el anterior gobierno de Joe Biden, que tampoco lo reconocía. Los suspendió cuatro meses después.
Aquellas negociaciones directas llevaron también a la liberación en Estados Unidos de Alex Saab -empresario colombiano acusado de ser “testaferro” de Maduro y ahora uno de sus ministros- a cambio de 10 prisioneros estadounidenses y una veintena de venezolanos a finales de 2023.
También se aprobaron permisos para que petroleras como la estadounidense Chevron, la española Repsol o la francesa Maurel & Prom operaran en Venezuela. Trump ha dicho que “probablemente” dejaría de comprar petróleo venezolano.
Las aeronaves cayeron en el río Potomac y hasta el momento las autoridades no han revelado cuántas víctimas habría en el accidente.
Un avión de American Airlines chocó contra un helicóptero militar cerca del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington DC y las aeronaves cayeron al río Potomac la noche de este miércoles, informaron autoridades.
La aeronave trasladaba a 60 pasajeros y cuatro tripulantes, mientras que tres soldados del ejército estadounidense iban a bordo del helicóptero Black Hawk, le dijo un funcionario a CBS, socio estadounidense de la BBC.
“Nuestra preocupación es por los pasajeros y la tripulación a bordo del avión”, declaró American Airlines en un comunicado. “Estamos en contacto con las autoridades y ayudando con los esfuerzos de respuesta de emergencia”.
Un funcionario que habló bajo condición de anonimato con la agencia de noticias Reuters dijo que se desconoce el estado de los soldados, pero añadió que no había ningún alto funcionario en el helicóptero.
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos informó que el avión regional Bombardier CRJ700, con capacidad para 78 personas, chocó con el helicóptero cuando se acercaba a la pista alrededor de las 21:00 hora local.
El avión era el vuelo 5342 de American Airlines procedente de Wichita, Kansas.
Medios estadounidenses informaron que el avión se habría partido por la mitad, por los restos que se avistan en el río, mientras que el helicóptero estaría sumergido boca abajo en el agua.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que está “completamente informado sobre el terrible accidente que acaba de ocurrir en el Aeropuerto Nacional Reagan”.
“Que Dios bendiga sus almas”, señaló en un comunicado. “Gracias por el increíble trabajo realizado por nuestros socorristas. Estoy monitoreando la situación y proporcionaré más detalles a medida que surjan”.
El clima será un factor crucial para ejecutar la búsqueda, dado que se espera que las temperaturas caigan por debajo de cero durante la noche en el área donde ocurrió la colisión, según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS).
Los despegues y aterrizajes fueron suspendidos en el aeropuerto, mientras el personal de emergencia respondía al incidente, indicaron las autoridades del aeropuerto en una publicación en X.
La Administración Federal de Aviación dijo que abrió una investigación sobre el accidente, mientras que el Departamento de Policía Metropolitana indicó que varias agencias gubernamentales están involucradas en la operación de rescate.
En declaraciones a la BBC, habitantes de áreas cercanas al aeropuerto lamentaron el accidente.
“Acabo de hablar con una de mis vecinas, Josie, en nuestro edificio cerca del Reagan National”, escribió la periodista de la BBC, Rachel Looker. “Dijo que el vuelo que se estrelló parecía estar a minutos de aterrizar en el aeropuerto”.
“Todos los que se reunieron en el techo miraron el choque conmocionados e incrédulos.
“Cuando volví al interior, vinieron más personas para mirar más de cerca”, añadió.
“Es muy triste”, habría dicho Josie.
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