A lo largo de siete países, Rubén llevó su pasión por la cocina para darse ánimo y conseguir hospedaje en la ruta migratoria desde Venezuela hasta México.
Preparando y vendiendo desde pastel de carne georgiano y mariscos, hasta paellas y pastas fue como pudo llegar hasta la capital mexicana, donde vive en el campamento migrante ubicado en la colonia Vallejo.
No ha sido fácil, porque la gente tiende a asociar su condición migratoria con una falta de aseo y, por ende, de salubridad para cocinar.
“Pero esa es mi pasión, y todo lo que hago lo hago con cariño”, señala en entrevista.
Rubén desarrolló su pasión por la cocina de la mano de su abuela, a quien veía cocinar en su infancia.
Sin embargo, hasta los 22 años pudo convertir esta práctica en una profesión, pues después de graduarse como oficial de las Fuerzas Armadas formó parte del personal de las embarcaciones petroleras. Posteriormente, estudió la carrera de Gastronomía mediante cursos virtuales.
Hace unos años, decidió que quería montar su propio negocio y dejar de trabajar para otras personas, pero sintió que su sueño era prácticamente imposible de realizar en Venezuela, donde vivía con su esposa e hija.
“Es muy difícil para nosotros en mi país, es muy caro, todas las cosas básicas están mucho más caras que aquí en México”, dice. “Mi país está muy inestable económicamente, y el que tiene está bien, pero el que no tiene no está bien, aunque sea un profesional”.
Fue así que en mayo de 2022 decidió emprender el viaje primero hacia Colombia, y se asentó un par de meses en Medellín.
“Estuve cocinándole también a las personas que me hacían encargos de paellas, de comida mediterránea, pastas y ravioles, y yo le iba a cocinar en sus casas, a ganarme unos pesitos”, comparte. “Pero en Medellín la vida es muy cara, y me tocó dormir en la calle. (…) El dinero que hacía no me rendía para enviar a Venezuela”.
Después de cruzar la selva del Darién, Rubén llegó a Panamá y después a Costa Rica, con la ayuda del dinero que le había dado su familia. En la frontera con Nicaragua, se quedó sin este sustento, por lo que se acercó a una nicaragüense.
“Primero le pedí que si podía lavar los platos, en una soda. La señora me vio con una cara muy fea… yo iba saliendo de la selva, y le dije, ‘Mire, señora, yo no soy una persona mala, soy una persona decente, pero me gusta ganarme las cosas’”.
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Ahí, en el poblado de San Carlos del Sur, le dieron a Rubén su primera oportunidad de cocinar en la ruta, una estrategia que siguió empleando para conseguir a cambio comida, hospedaje o un poco de dinero. En Nicaragua cocinó mariscos, camarones, pescados y hasta pizza para hacerse del dinero suficiente para vivir y continuar su viaje.
“Ganaba bien, ganaba bien en Nicaragua, pero llegó un momento en que me tuve que venir, como somos nosotros los viajeros. Yo tenía que llegar a mi meta, a Estados Unidos, porque ya estaba pasando mucho tiempo ahí”, recuerda.
Una vez en Guatemala, nuevamente consiguió un trabajo en el restaurante Santa Fe, y posteriormente en el centro turístico Esquilandia por un plazo de dos meses.
“Ellos me ofrecieron que no me viniera para acá, que me quedara con ellos, pero… bueno, ahora no sé si cometí un error en venirme”.
En cuanto Donald Trump fue declarado ganador de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, a finales de 2024, Rubén descartó llegar a ese país para cumplir su sueño de emprender un negocio.
“Yo ya no veo Estados Unidos como un sitio para yo ir”, explica. “Lo descarté como tal, porque ya yo me imaginaba que Trump con su discurso populista lo primero que iba a hacer era tirarle a los mexicanos y a los venezolanos”.
Ahora, sólo busca regularizar su estatus migratorio y conseguir una vía para volver a ver a su familia en Venezuela.
“Quiero hacer mis papeles, viajar a mi país, y luego venir nuevamente a México a trabajar, y así hasta que mi país se estabilice económicamente”.
Los retratos del presidente electo y de su vicepresidente “son impactantes”, según afirmó su equipo de prensa.
Los retratos oficiales del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y de su vicepresidente, J.D. Vance, han sido publicados antes de su investidura el próximo lunes.
Tanto Trump como Vance aparecen en la foto con trajes azules, camisas blancas y corbatas azules.
Trump lleva un pequeño broche con la bandera de Estados Unidos en la solapa.
La expresión de Trump contrasta con la de Vance.
El presidente electo aparece con la cabeza inclinada ligeramente hacia abajo, una ceja levantada y los labios apretados, mientras que Vance sonríe a la cámara, con los brazos cruzados, en una pose más relajada.
La nueva imagen de Trump ha generado comparaciones con la foto policial de 2023, que le tomaron en la cárcel del condado de Fulton, en el estado de Georgia, después de que lo acusaran de intentar revocar el resultado de la elección de 2020, que perdió ante Joe Biden. Trump ha negado el cargo.
La famosa imagen fue utilizada por Trump para recaudar fondos para su campaña electoral.
El equipo de prensa de la dupla presidencial afirmó en un comunicado de prensa que los retratos “son impactantes”.
El retrato que Trump eligió esta vez difiere marcadamente de la imagen utilizada en 2017, cuando asumió por primera vez la presidencia.
Aunque viste de manera similar, en el retrato anterior sonríe ampliamente a la cámara.
“Trump puede estar adoptando una imagen desafiante, convirtiendo lo que fue un momento de adversidad legal en un símbolo de resiliencia y fortaleza”, le dijo a la BBC Quardricos Driskell, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad George Washington.
“El gran contraste con su retrato anterior, que fue más tradicional, también podría interpretarse como un cambio en su personalidad pública, en el que quiere enfatizar una postura más dura y combativa mientras se prepara para asumir el cargo por segunda vez”.
Los retratos fueron publicados por el equipo de transición de Trump pocos días antes de la toma de posesión de Trump y Vance el 20 de enero.
Tras la elección presidencial de 2016, los retratos oficiales de Trump y su ex vicepresidente Mike Pence no se publicaron hasta nueve meses después de que ambos prestaran juramento.
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