El Rancho Izaguirre, en el municipio de Teuchitlán, Jalisco, permanece custodiado por elementos de la Guardia Nacional y acordonado en un perímetro de al menos 100 metros a la redonda. Aunque a simple vista el terreno solo muestra un cancel en color negro con letras en blanco que dicen “Izaguirre Rancho”, se trata de un predio de 10 mil metros cuadrados que era utilizado como centro de adiestramiento y de exterminio del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La zona es comúnmente transitada por los teuchitlanenses de la delegación La Estanzuela, que se desplazan en bicicleta para ir de sus casas a sus lugares de trabajo, a predios donde se cosecha maíz, caña de azúcar o agaves.
Pero, de acuerdo con colectivos de familias de personas desaparecidas en Jalisco, testimonios de sobrevivientes a los que tuvieron acceso apuntan a asesinatos, tortura y desapariciones forzadas cometidos en ese espacio al menos desde 2018. Por ello, organizaciones defensoras de derechos humanos denuncian que las autoridades han sido incapaces de investigar y ofrecer respuestas, limitándose a señalarse unas a otras.
Virginia Ponce, del colectivo Madres Buscadoras de Jalisco, estuvo ahí en diciembre y enero pasado. En los tres años que lleva en búsquedas de campo –de los cuatro que su hijo Víctor Hugo Meza tiene desaparecido– el campo de reclutamiento y exterminio en Teuchitlán es lo peor que ha visto. Cuando llegaron ahí, desde finales del año pasado, la Guardia Nacional las acompañó en custodia.
“Ellos fueron los que entraron primero al rancho, porque estaban las puertas de par en par; ya cuando vieron que no había peligro, que no había nadie, nos hicieron el llamado y ya nos acercamos, pero lamentablemente oscureció y en ese tiempo todavía había sembradío, estaba muy peligroso. Haz de cuenta que estábamos en una cueva de lobos”, describe Ponce en entrevista.
Sin embargo, el presidente municipal de Teuchitlán desde 2021, José Asunción Murguía Santiago, asegura que no tenía información sobre el centro de reclutamiento y exterminio hallado en su municipio, y pide que empiece la investigación “desde arriba”.
Mientras que el fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, criticó que las autoridades locales no tuvieran información fundamental. Tanto el alcalde como el exgobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, militan en el partido Movimiento Ciudadano, que es la primera fuerza política en la entidad desde 2018.
“No tenía información si estaba, mucha gente dice que mucho más atrás ya estaba funcionando, pero la verdad no tenemos así como la fecha o el dato de qué tiempo tenga. Yo creo que las investigaciones que haga ahora la Fiscalía, nos van a dar la información adecuada para no estar dando información que no es”, señaló en entrevista José Asunción Murguía Santiago.
Además, negó que por parte del gobierno estatal haya recibido alguna solicitud de información al respecto. Las únicas que le pidieron apoyo con seguridad y protección fueron las madres buscadoras, dijo el edil.
“No es creíble que una situación de esa naturaleza no hubiera sido conocida por las autoridades locales de ese municipio y del estado; esa información es fundamental”, dijo Gertz Manero en la conferencia matutina de este martes, y declaró que la dependencia evaluará si puede atraer el caso, pero antes se investigará la actuación de las autoridades locales y estatales.
El lugar había sido previamente cateado en septiembre de 2024 por la Guardia Nacional, durante el gobierno de Enrique Alfaro. Sin embargo, en ese entonces sólo se reportó la localización de dos personas privadas de la libertad y de un cadáver cubierto con plástico. Diez personas fueron detenidas por estos hechos.
En este momento, son las autoridades estatales del gobierno del también emecista Pablo Lemus, las que están presentes en el predio.
Durante una visita, Animal Político pudo constatar que al Rancho Izaguirre arribó este martes el fiscal estatal, Salvador González de los Santos, quien descartó dar una entrevista, mientras en el punto le acompañaban la secretaria de Inteligencia y Búsqueda de Personas, Edna Montoya Sánchez, la vicefiscal en Personas Desaparecidas, Blanca Trujillo Cuevas, y el director del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, Alejandro Rivera Martínez.
“Tiene que ser la investigación desde arriba, porque ahorita la nota salió aquí en Teuchitlán y los presidentes municipales, a lo mejor sí somos algo responsables de la ciudadanía, que es nuestro cargo, llevar una administración a cabo y vigilar los dineros que nos corresponde aquí en el municipio; esos sucesos realmente les tocan al estado y a la Federación”, se desmarcó el alcalde.
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Pese al incremento de la violencia en el estado, el alcalde sostiene que en el municipio solo se tiene registro de entre cinco y seis personas desaparecidas. Son familias cuyos casos son conocidos por la comunidad, y el reciente hallazgo podría brindarles esperanza de obtener respuestas.
El presidente municipal considera que además de Teuchitlán se tiene que abordar la situación de Ameca, El Arenal o Tlajomulco, municipios aledaños. El mismo día que ocurrió el hallazgo de Teuchitlán se dio a conocer también que se encontraron dos fosas clandestinas en Ameca –en la delegación Del Cabezón y en el Cerro Cuauhtépetl–, mientras que en El Arenal se localizó otra –en la colonia Santa Cruz del Astillero– y otra más en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga –frente a un kinder–.
En el último año –de enero de 2024 a lo que va de 2025– el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas contabiliza 155 personas desaparecidas en Jalisco, el 81 % hombres. En el caso específico de Teuchitlán, las estadísticas oficiales únicamente muestran la desaparición de dos hombres en los últimos cinco años, aunque los testimonios citados por las madres buscadoras refieren que personas desaparecidas en otras localidades habrían sido trasladadas hasta este sitio.
En tanto, el Sistema de Información sobre Víctimas de Desaparición de Jalisco (Sisovid) ubica al municipio dentro de aquellos que tienen las tasas más bajas de personas desaparecidas: entre 11 y 50 al 28 de febrero de 2025. De los más cercanos, Tala crece en categoría, de 101 a 500, mientras que Zapopan, Tlajomulco, Tlaquepaque y Guadalajara, que son los que siguen, llegan al rango de más de mil.
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Indira Navarro, del Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, recibió una llamada la madrugada de este martes. Era una joven sobreviviente del campo de reclutamiento y exterminio, quien sostiene que estuvo ahí tres años, y asegura que la operación del sitio data desde por lo menos 2012. Aunque hasta ahora es el único testimonio que habla de esa fecha. La joven aseguró que ahí les obligaban a pelear por comida, que la gente de los alrededores sabía y que en el rancho, si veían a alguien llorando, lo aventaban sin ropa a un lugar cerrado donde había cerdos.
De acuerdo con los testimonios y colectivos, el centro subsistía gracias a la colusión con autoridades. “María”, sobrenombre que puso Indira, señaló que alrededor de mil 500 personas pudieron haber sido asesinadas ahí durante el tiempo que ella estuvo, en contra de su voluntad y obligadas a hacer todo tipo de actividades, durmiendo en el suelo, bajo un domo, según narró la buscadora durante una entrevista telefónica en Aristegui Noticias.
Por separado, en entrevista con Animal Político, Ceci Flores, fundadora de Madres Buscadoras de Sonora y de México, de donde se desprende el colectivo Madres Buscadoras de Jalisco —del que a Indira se separó para formar Guerreros Buscadores de Jalisco—, explicó que acudieron al predio luego de recibir un testimonio de un sobreviviente en un sentido similar.
“Hasta ahora que se dio a conocer que ya habían trabajado y que estaban sacando los crematorios, pero las madres fueron las que hicieron el descubrimiento de esa finca a raíz de ese anónimo, de esa persona que se animó, aún con el miedo, a decir que él estuvo reclutado en ese lugar y que había al menos 200 personas ahí donde él estaba”, relató Flores, quien la tarde del lunes dio a conocer un hilo de X con imágenes de aquellos hallazgos.
La segunda vez que el colectivo Madres Buscadoras de Jalisco entró al rancho, cuando regresaron en enero, sin que las autoridades les hubieran dado permiso de excavar, hicieron videos, prenda por prenda, diciendo tallas y colores. “Fue un día muy triste, muy doloroso, al ver esa situación que estaba pasando y transmitía mucho dolor ahí, una inseguridad que la verdad sí trabajamos con miedo al creer que alguien nos iba a llegar”, relata Virginia Ponce.
Eran dos cuartos. A ella le tocó la parte de abajo. Había mochilas, gorras, equipajes, velices, muchos zapatos, llaveros, carteras, objetos en tal cantidad y diversidad que evidenciaban que ahí habían estado muchas personas. No hay un cálculo exacto, dice ella, pero era demasiado. Apartaron camisas, pantalones, chamarras y shorts. Había medicinas, shampús, jabones y era evidente el rastro de mujeres.
Abajo también había cartitas y recados, continúa. En tanto, arriba había un altar de la Santa Muerte, y más prendas: “Se sentía más tenebroso, porque como que había un murmullo”, acota. “Fue muy doloroso, tanto como para mis compañeras, como para mí”, lamenta. Llegaron a un tejabán donde había un montículo de zapatos, incluso un traje forense lleno de sangre. El olor era tremendo, remarca, pero por amor a sus hijos tenían que estar ahí. Sogas, esposas y navajas también eran parte del panorama.
En otro cuarto había bidones y llantas. Siguieron caminando. El terreno era grandísimo: había un laberinto. Siguieron caminando. Había alambres de púas crecidos a aproximadamente 30 centímetros del suelo, llantas, una cocina con trastes y una alacena completa, un cazo y tres baños por fuera. Parecía que uno se utilizaba para mujeres, porque había toallas femeninas.
Este martes la fiscalía jalisciense dio a conocer una lista de 495 indicios con sus respectivas imágenes, recolectados durante las diligencias en el Rancho Izaguirre. Aclaró que el hallazgo no implica la confirmación de identidad o condición actual de las posibles víctimas.
“Alcanzamos a ver la magnitud de lo que había. Nos hacemos la pregunta de cuántas personitas estuvieron ahí, y la pregunta del millón: ¿Dónde están? Porque con la magnitud de todas las prendas que había, ¿dónde están? Es una tristeza y es un gran dolor. Gracias a todas las pruebas que sacamos, varias personas se han estado comunicando y nos han dicho que han reconocido prendas. ¿Qué podemos decir nosotras? No tenemos respuesta alguna”, subraya.
En una brecha en el municipio de Tala, Jalisco, en septiembre de 2019 se reportó el hallazgo de 17 bolsas con personas descuartizadas, atrás del Balneario Los Chorros. Este punto está a solo 15.2 kilómetros –aproximadamente 21 minutos en automóvil– del Rancho Izaguirre, cerca de La Estanzuela, municipio de Teuchitlán.
Apenas en julio del año pasado un colectivo de familiares de personas desaparecidas localizó una fosa clandestina en Zapopan, con hallazgos positivos: 29 bolsas con segmentos humanos. En aquella ocasión las personas buscadoras denunciaron que el Servicio Médico Forense había tardado más de siete horas en llegar a procesar el área, y exigieron, como tantas veces, seguridad para quienes buscan a sus familiares y apoyo para procesar e identificar los cuerpos.
En entrevista, el Centro Pro hizo énfasis en que en los últimos años se han encontrado varios lugares con características similares en La Gallera, Veracruz; la Bartolina, Tamaulipas y Patrocinio, Coahuila. En todos ellos se han hallado pertenencias y fragmentos óseos, por lo que es indispensable el enfoque humanitario y nacional para el procesamiento forense, mediante un Banco Nacional de Datos Forenses y el Centro Nacional de Identificación Humana.
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María Luisa Aguilar, subdirectora del Centro Pro, señaló que se trata de un patrón que aunque no implique los mismos métodos, refleja la misma intención de desapariciones que han trastocado la vida de muchas comunidades y de sus familias. “Creo que el hecho de que lo podamos identificar así de crudo da cuenta de la falta de una política mucho más amplia para abordar las desapariciones en el país”, puntualizó.
Recordó que la ONU ya ha establecido que sin una política de prevención, será difícil revertir la crisis, que se sigue abordando solo como un tema del pasado. Sin embargo, es real y sigue marcando la vida de más de 120 mil familias en el país. Además, criticó que lo único que se ha escuchado por parte de las autoridades estos días es la decisión de no querer tomar en cuenta sus responsabilidades.
“Es totalmente inaudito que el fiscal general de la República diga que apenas van a evaluar si hay delincuencia organizada involucrada; nos parece que por el tipo de lugar y de patrones ya muy documentados de cómo se utilizan estos sitios, queda claro que detrás hay un fondo de acción de grupos de delincuencia organizada y, por lo tanto, delitos federales que se deberían estar investigando de oficio”, remarcó.
La activista hizo énfasis en que estamos ante un hallazgo que es difícil de describir, y de aceptar, pero donde el procesamiento de los fragmentos encontrados será complicado, porque terminarán en el resguardo de instituciones locales que cada vez acumulan más cuerpos sin identificar –más de 72 mil en los últimos datos oficiales–. Sin embargo, no hay una respuesta por parte de las autoridades que corresponda al nivel de la crisis con una visión humanitaria.
“Lamentamos que los pasos que se habían dado en la administración anterior para empezar a crear, por ejemplo, el Centro Nacional de Identificación Humana o el propio Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense se hayan desmantelado, y que al día de hoy no tengamos una verdadera política para abordar los casos tan graves como los que estamos viendo”, cuestionó.
El actor francés había sido acusado por dos mujeres de agredirlas sexualmente durante un rodaje.
El actor francés Gérard Depardieu fue declarado culpable de agredir sexualmente a dos mujeres en un rodaje y fue condenado a 18 meses de cárcel con suspensión de la pena.
Las dos mujeres acusaron a Depardieu, de 76 años, de haberlas manoseado durante la filmación de una película en 2021. El actor había negado las acusaciones en su contra y su abogado afirmó que apelaría la sentencia.
El tribunal de París consideró que una de las víctimas, una escenógrafa llamada Amélie, había aportado pruebas coherentes, mientras que las versiones de Depardieu habían cambiado con el tiempo.
Amélie declaró a la prensa que estaba “conmovida” y satisfecha con el veredicto, que para ella era una victoria.
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El actor también fue condenado por agredir a una ayudante de dirección llamada Sarah.
Depardieu no acudió al tribunal para escuchar la sentencia, sino que se encontraba trabajando en el rodaje de una película en las Azores.
Carine Durrieu-Diebolt, abogada de las dos mujeres, le dijo a la prensa que espera que el veredicto marque el fin de la impunidad para un artista de la industria cinematográfica.
“Es una victoria para dos mujeres en un plató de cine, pero es una victoria para todas las mujeres que están detrás de este caso y pienso en todas las demás víctimas de Depardieu”, señaló.
La abogada también afirmó que el caso había llegado a su fin horas antes de que comenzara el festival de cine de Cannes.
Las supuestas agresiones tuvieron lugar en septiembre de 2021, cuando Depardieu rodaba una película titulada Les Volets Verts (Las persianas verdes) sobre un actor que envejece y se enfrenta a la decadencia de sus facultades.
Este es el primer juicio contra Depardieu por agresión sexual. Varias otras mujeres han hecho acusaciones similares en los medios de comunicación, y un presunto caso de violación podría llegar a los tribunales en el futuro.
Al final del juicio, celebrado en París a fines de marzo, el fiscal Laurent Guy declaró que “es perfectamente posible ser un excelente actor y un gran padre, y aun así cometer un delito”.
“No están aquí para juzgar al cine francés. Están aquí para juzgar a Gérard Depardieu, como harían con cualquier otro ciudadano”.
El fiscal había solicitado una pena de prisión suspendida de 18 meses, así como una multa de 20 mil euros y la inclusión en la lista de delincuentes sexuales.
Claude Vincent, representante de una de las dos denunciantes, describió a Depardieu como un “misógino” y un “ejemplo de sexismo”.
Por parte de la defensa, Jérémie Assous pidió la absolución y calificó al equipo de demandantes de ser “más militantes que abogados”.
“No soportan que haya siquiera una defensa. Creen que cualquier defensa es una agresión suplementaria”, declaró ante el tribunal.
La primera demandante —una escenógrafa llamada Amélie— dijo ante el tribunal que, tras una pequeña discusión con Depardieu, el actor la agarró entre sus piernas y la sujetó por las caderas.
La segunda mujer, una ayudante de dirección llamada Sarah, declaró que Depardieu le tocó las nalgas y los pechos a través de la ropa en tres ocasiones distintas.
El actor negó las acusaciones, limitándose a decir que podría haber tocado a las mujeres accidentalmente o para mantener el equilibrio.
“Mi nombre ha sido arrastrado por el barro con mentiras e insultos”, afirmó Gérard Depardieu al final de las audiencias.
“Un juicio puede ser una experiencia muy especial para un actor. Ver toda esta ira, la policía, la prensa. Es como estar en una película de ciencia ficción, salvo que no es ciencia ficción. Es la vida”.
Depardieu dio las gracias a los equipos de la acusación y la defensa por haberle enseñado cómo funcionan los tribunales. “Estas lecciones pueden servirme de inspiración algún día si llego a interpretar a un abogado”, dijo.
El actor afirmó que llevaba tres años sin trabajar desde que empezaron a circular las acusaciones sexuales contra él.
Sin embargo, a principios de este mes se informó de que había empezado a trabajar en las Azores en una película dirigida por su amiga, la actriz Fanny Ardant. Según los medios de comunicación, Depardieu interpreta a un mago en una isla misteriosa.
Ardant trabaja con Depardieu en Les Volets Verts y habló en su defensa en el juicio.
“El genio, sea cual sea su forma, lleva en sí un elemento de extravagancia, indomabilidad y peligro. (Depardieu) es el monstruo y el santo”, dijo.
Otra veterana actriz francesa se puso el lunes del lado de Gérard Depardieu.
En una inusual entrevista con la televisión francesa, Brigitte Bardot, de 90 años, deploró cómo “las personas con talento que tocan las nalgas de una chica son relegadas a la mazmorra más profunda”.
“El feminismo no es lo mío”, dijo Bardot. “Personalmente, me gustan los hombres”.
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