Home
>
Estados
>
Guardias comunitarias se resisten a vivir en zonas minadas entre Michoacán y Jalisco; han perdido casas, ganado y tierras 
Guardias comunitarias se resisten a vivir en zonas minadas entre Michoacán y Jalisco; han perdido casas, ganado y tierras 
Crédito: Carlos Arrieta
8 minutos de lectura

Guardias comunitarias se resisten a vivir en zonas minadas entre Michoacán y Jalisco; han perdido casas, ganado y tierras 

Ganaderos, agricultores, campesinos y jornaleros se alzaron en armas frente al avance del Cártel Jalisco Nueva Generación, cuyo asedio convirtió poblados de Michoacán y Jalisco en zonas plagadas de explosivos.
18 de febrero, 2025
Por: Carlos Arrieta

Mirella Barragán Barragán y su familia no podían salir de su casa porque quedó rodeada de explosivos terrestres. 

A principios de noviembre de 2024, un grupo ligado al Cártel Jalisco Nueva Generación tomó por asalto la ranchería El Santuario, municipio de Tocumbo, Michoacán, dejando casi despoblada la zona. La célula criminal “sembró” minas terrestres a la redonda y obligó a los habitantes a huir.

Pero Mirella, de 26 años de edad, su mamá, una hermana de 13 años de edad y dos tíos, se quedaron atrapados. 

“Los vecinos se salieron por los enfrentamientos, por miedo a que les pasara de lo peor y nosotros no pudimos, porque nos alcanzaron a minar el terreno y aparte la camioneta que nosotros teníamos se descompuso, no prendía y ni dónde o con quién arreglarla. Por eso nos quedamos ahí encerrados. Queríamos que alguien nos llevara mandado, pero ¿cómo se nos arrimaban? Estábamos completamente solos”, narra Mirella, ahora desde un punto donde se encuentran familias enteras que abandonaron sus hogares para huir de la violencia.

Leer: Explosión de mina terrestre en Cotija, Michoacán, deja dos militares muertos y cinco heridos

La joven recuerda que se tuvo que lanzar de una barranca para escapar. Sin agua ni alimento comenzó a caminar a la deriva en busca de ayuda.

Vehículos siniestrados por estallido de artefactos explosivos terrestres
Foto: Carlos Arrieta

“Yo solo le grité a mi familia: ‘pues vámonos’; pero pues ellos, por el barranco no sé si se hayan podido salir”, relata la joven.

Mirella fue auxiliada por un grupo de lugareños que, hartos del asedio criminal del CJNG, decidieron levantarse en armas. Entre ellos estaba José Pastor Barragán, su padre, quien durante el ataque al poblado tomó una escopeta para defender a su familia. En el enfrentamiento, se midió contra un sicario armado con un fusil de asalto AK-47, conocido como cuerno de chivo. Desde entonces, nadie volvió a saber de su paradero.

“Él nomás llegó echando bala y mi papá lo confrontó por defendernos a nosotros”.

La joven y el grupo de comunitarios intentaron llegar a El Santuario para buscar y rescatar a los familiares de Mirella, pero les fue imposible, pues a cada paso el terreno estaba “sembrado” de explosivos.

Pese a los esfuerzos de los pobladores, así como de las corporaciones estatales de seguridad y de la Fiscalía de Michoacán, la búsqueda se detuvo.

Lee más: “Que mi muerte no sea en vano”: en carta póstuma, Hipólito Mora pidió seguir luchando contra la violencia

Días después, los familiares de Mirella aparecieron. Tras caminar casi tres días, también sin alimentos ni agua, lograron salir del poblado y sobrevivir a los campos llenos de explosivos.

Sin embargo, el cuerpo de don José Pastor sigue sin ser recuperado. La zona fue convertida en uno de los campamentos de concentración y adiestramiento del CJNG.

Comunitarios se levantan para defenderse

“¡Ánimo señores! Aquí vamos, rumbo a donde tienen minado los del Cártel Jalisco Nueva Generación. Ahorita vamos hacia donde los militares murieron, a causa de un explosivo terrestre que enterraron los jaliscos”.

Así alerta Ambrosio García Tello, un habitante del municipio de Santa María del Oro, Jalisco, sobre el recorrido que se ofrece a hacer con Animal Político para conocer la zona fronteriza de esa entidad con el estado de Michoacán, en la que ese grupo criminal plagó caminos y cerros de artefactos explosivos improvisados (IED, por sus siglas en inglés).

Ambrosio García Tello, comunitario
Foto: Carlos Arrieta

Desde hace un año, el padre de familia y agricultor se unió a las guardias comunitarias que hoy defienden a sus pueblos de las garras criminales. 

En el camino están los vestigios de vehículos siniestrados, de montones de cartuchos percutidos de proyectiles de grueso calibre, así como del ganado que ha activado en su caminar algún artefacto explosivo.

“Pinche campo minado por los jalisquillos. Los hoyonones en la tierra”, dice un lugareño al encontrarse con la muerte de al menos 10 reses y vacas por el estallido de una mina terrestre.

El recorrido es interrumpido por un grupo ataviado con indumentaria y vehículos con las siglas de CJNG, que dispara hacia los lugareños.

Con drones, pobladores atestiguan y evidencian la movilidad del CJNG
Foto: Carlos Arrieta

Con drones, los habitantes logran identificar los puntos de concentración, seguir el avance y rastrear los recorridos de quienes, desde el otro lado, descargan con furia sus fusiles de asalto, lanzan drones cargados de explosivos y detonan minas terrestres para destruir caminos y bloquear el acceso de las autoridades y los comunitarios.

“Esos disparos son de los jaliscos (sicarios del CJNG). Disparan desde esos tres cerritos de ahí enfrente y de toda esa lomita, donde tienen barricadas, porque quieren avanzar. Ya nos han ganado varias veces, pero hasta ahorita no han podido (llegar aquí)”, suelta un joven que cambió sus estudios por un rifle para defender a su pueblo.

El grupo armado, proveniente de municipios del estado de Jalisco, es grabado con los drones de los ganaderos, agricultores, campesinos y jornaleros, que intentan frenar la ofensiva criminal.

Semanas antes, los comunitarios le ganaron un par de partidas a esa organización criminal. Argumentan que su ventaja fue conocer al dedillo el terreno.

En un segundo intento por recuperar sus ranchos, sus viviendas, el ganado, sus tierras y el cuerpo de quienes han muerto por los explosivos y los ataques armados, los habitantes avanzaron hacia El Santuario.

Los comunitarios se quedaron con el armamento que traía la célula criminal y con eso fortalecieron una de las barricadas que instalaron, desde donde repelieron un primer ataque que se prolongó hasta por más de cuatro horas. Esa fue la constante, durante tres días.

Muchos de los integrantes de la guardia comunitaria conocen de armas, ya que han sido parte de la Fuerza Rural o formaron parte de los grupos de autodefensas que en 2013 acabaron con el Cártel de los Caballeros Templarios.

En medio del choque a tiros llega un silencio en la despoblada sierra. No es una buena señal. Se trata del estallido de una mina terrestre, que cimbra el terreno, seguido del estruendo de un dron cargado también con explosivos.

Pero eso no detiene a los comuneros. “Porque los criminales estos que vienen de Jalisco, nos han despojado de tierras, nos han matado el ganado, nos han dejado sin comer, nos han violado las mujeres. No tienen respeto a nada esos señores y es lo que nos tiene aquí motivados”, afirma Mario Alejo Barragán, habitante de esa zona.

“No tenemos celebraciones nosotros; no tenemos días festivos. Tuvimos que levantarnos nosotros en nuestras propias armas, porque el gobierno (federal) no nos hacía caso; no nos apoyó y como le digo, ellos (CJNG) nos hicieron mucho daño; nos han matado gente, a las familias, a niños; nos mataron el ganado y nos quieren dejar sin nada”, subraya el ganadero y productor de berries de esa región.

A falta de respaldo de las autoridades, los comuneros deciden continuar levantados en armas, ya que la situación desde hace más de dos años es cada vez más complicada y ahora más cruenta, por los campos minados.

Pobladores se levantaron en armas para defender a sus familias y frenar las ofensivas armadas y con explosivos del CJNG
Foto: Carlos Arrieta

“No podemos dejar el terreno solo, porque ellos (CJNG) avanzarían y nos afectarían los pueblos siguientes; los pueblos vecinos y pues la gente no tiene la culpa de los problemas que ellos (criminales) traigan y nosotros, no tenemos problemas con nadie, nada más que ellos vienen acá a afectarnos y tenemos que defendernos y defender lo de nosotros; defender a la familia, defender lo poco que nos dejaron”, remata.

Una guerra con minas

En febrero de 2024, el Ejército Mexicano estableció una base de operaciones en la localidad de Zipoco, municipio de Santa María del Oro, Jalisco, colindante con el estado de Michoacán, donde el CJNG se había adueñado y había hecho un narcocampamento, desde donde desplegaba a sus tropas.

En esa ocasión, habitantes de al menos 10 localidades del municipio de Santa María del Oro pidieron al gobierno federal que ampliara la presencia militar en sus comunidades, ya que habían sido objeto de ataques.

Los pobladores de El Vallecillo, Las Higueras, Santa Rosa, Higuerillas, San Vicente, La Taberna y La Soledad, entre otras, también de Santa María del Oro, fueron desplazados recientemente por el CJNG.

Pero en enero de ese año, personal militar también fue víctima de la explosión de minas terrestres, colocadas en un camino de terracería.

El saldo en esa ocasión fue de un soldado muerto y seis más lesionados, hechos registrados en videos grabados por las cámaras de un vehículo oficial de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Además, esa organización delictiva también perpetró diferentes ataques en contra de los habitantes y de las fuerzas armadas, en las que utilizaron fusiles de asalto, drones cargados de explosivos y ametralladoras Minigun.

Los informes señalan que ese grupo delictivo colocó, en menos de un kilómetro, seis minas de guerra, entre las que se encuentran las dos que provocaron el siniestro.

El resto de los explosivos los hizo estallar, controladamente, el personal del Ejército Mexicano, antes de que algún poblador los activara por error.

La respuesta del cártel fue el ataque armado directo en contra de los soldados y de los mandos al frente del operativo, quienes encontraron en las calles un sin fin de explosivos.

El personal del 79 Batallón superó al grupo criminal, tomó el control de Zipoco y sus alrededores, y avanzó en su despliegue hacia los lugares donde había presencia delictiva.

Cuatro meses después, el CJNG emboscó a elementos del Ejército Mexicano en la localidad de La Higuerilla, donde el saldo fue de tres oficiales gravemente lesionados.

Cártel Jalisco se apodera de Zipoco y rancherías aledañas
Foto: Especial

El control de la zona fue retomado por el Ejército Mexicano y dos semanas después, el gobierno federal decidió retirar el apoyo militar a los habitantes.

A pesar del llamado de decenas de familias, “la federación y el gobierno de Jalisco nos han dejado solos y hoy tenemos que vivir de la caridad, porque nos salimos solo con la bendición de Dios”, expone Javier, un padre de familia y jornalero.

“Demasiada gente ha muerto por las minas; animales, gente y de todo lo que se atraviese por una mina, muere. Tienen muchos lugares donde concentrarse, como a un lado de Zipoco, en Las Pilas, en Lourdes, en El Santuario. Hay muchos lugares en dónde está concentrado el Cártel Jalisco. Ellos vienen del lado de Jalisco, vienen acá a Michoacán. Están molestando a la gente de acá. La gente ya no puede darle de comer a sus vacas, no puede cultivar, ni nada, por culpa de esas gentes”, indica Ambrosio García, mientras conduce una camioneta blindada por esa zona minada.

Te podría interesar: EU sanciona a cuatro empresas mexicanas por presuntos fraudes inmobiliarios ligados al CJNG

En las rancherías de esa zona limítrofe ya hay pueblos fantasmas por el desplazamiento masivo de sus habitantes, quienes se han refugiado del lado de Michoacán, en donde intentan sobrevivir sin trabajo y sin pertenencias.

Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Etiquetas:
Cártel Jalisco Nueva Generación
Michoacán
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...
Imagen BBC
Qué es la paradoja de la elección, que nos deja menos contentos cuando tomamos una decisión
6 minutos de lectura

Cuantas más opciones, más difícil se hace elegir, y el resultado de nuestra elección nunca es demasiado satisfactorio. ¿Cómo lidiar con el exceso de opciones?

28 de mayo, 2025
Por: BBC News Mundo
0

¿Alguna vez te ha costado más escoger una película o una serie en una plataforma de streaming que ver directamente algo? ¿O has dado muchas vueltas antes de comprar un producto online solo para seguir dudando después? En una sociedad con más posibilidades que nunca, elegir se ha convertido en una fuente de ansiedad: lo que en principio parecía una ventaja puede acabar siendo una carga.

La psicología lo define como la “paradoja de la elección”: cuantas más opciones hay, más difícil es decidir… y menos satisfacción genera la decisión tomada.

Este fenómeno fue descrito por el psicólogo Barry Schwartz, quien propuso que el exceso de libertad puede tener efectos adversos sobre el bienestar. En lugar de hacernos más felices, una abundancia de opciones tiende a bloquear, frustrar y provocar la sensación persistente de que se podría haber elegido mejor.

Cuando elegir se convierte en problema

Un estudio clásico de Sheena Iyengar y Mark Lepper demostró que ante una variedad de 24 sabores de mermelada frente a solo 6, los consumidores eran menos propensos a comprar. La sobrecarga de alternativas no solo complica la decisión, también reduce la satisfacción con lo elegido.

Este patrón no se limita al consumo. También se observa en decisiones vitales, desde la elección de estudios hasta relaciones personales. En contextos universitarios y profesionales, el exceso de opciones puede generar una sensación de parálisis, dudas constantes y miedo a equivocarse.

Dos estilos ante la toma de decisiones

Hombre mirando la pantalla de la computadora
Getty Images
Los maximisers son más proclives a rumiar y arrepentirse después de decidir.

La psicología ha identificado diferentes estilos de afrontamiento ante la toma de decisiones. Entre ellos, los dos más estudiados son el perfil del maximizer y el del satisficer.

Esta distinción fue formalizada en un influyente estudio publicado en Journal of Personality and Social Psychology.

Maximizers: en busca de la opción perfecta

Las personas con un estilo maximizer tienden a buscar siempre la mejor opción posible. Evalúan muchas alternativas, comparan exhaustivamente, investigan a fondo y posponen decisiones en busca de una elección óptima. Aunque este comportamiento puede parecer racional o ambicioso, en la práctica suele asociarse a consecuencias negativas para el bienestar emocional.

El estudio citado mostró que los maximizers:

  • Experimentan más ansiedad y estrés durante el proceso de decisión.
  • Son más proclives a rumiar y arrepentirse después de decidir.
  • Suelen tener niveles más bajos de satisfacción con las decisiones tomadas, incluso cuando el resultado es objetivamente bueno.

Además, otras investigaciones han asociado este perfil a síntomas depresivos, especialmente cuando las decisiones se toman en contextos complejos o inciertos.

Satisficers: cuando “suficientemente bueno” es suficiente

En contraste, el estilo satisficer se basa en elegir una opción que cumpla criterios personales mínimos o razonables, sin necesidad de compararla con todas las demás. Estas personas no buscan lo perfecto, sino algo que encaje con sus necesidades o valores.

Según la misma investigación, los satisficers:

  • Deciden más rápido.
  • Sufren menos arrepentimiento.
  • Se sienten más satisfechos con sus elecciones.

Tienen una mayor estabilidad emocional tras la toma de decisiones.

El estilo satisficer no implica conformismo, sino un enfoque más funcional y adaptativo. Como señalan otras investigaciones, estas personas tienden a conservar recursos cognitivos y emocionales, lo que les permite enfrentar mejor la incertidumbre y reducir la fatiga a la hora de tomar decisiones.

Estilos que importan

La diferencia entre ambos perfiles no solo influye en cómo se decide, sino en cómo se vive el proceso y sus consecuencias. El estilo maximizer puede ser útil en contextos técnicos o decisiones de alto riesgo, pero su aplicación constante en la vida diaria –donde muchas veces no existe una opción claramente “mejor”– puede deteriorar el bienestar psicológico.

Mujer frente a dos caminos posibles
Getty Images
La diferencia entre ambos perfiles no solo influye en cómo se decide, sino en cómo se vive el proceso y sus consecuencias.

Por el contrario, adoptar una actitud satisficer permite tomar decisiones con más tranquilidad, asumiendo que ninguna será perfecta, pero muchas pueden ser válidas. En tiempos de sobreabundancia de opciones, este enfoque parece más sostenible emocionalmente.

¿Dónde aparece la trampa?

La paradoja de la elección se manifiesta en múltiples aspectos de la vida cotidiana:

  • Streaming y ocio digital: el menú interminable de series, películas o canciones puede provocar fatiga y disfrute reducido.
  • Compras online: miles de alternativas para un mismo producto generan confusión, dudas y arrepentimiento posterior.
  • Relaciones interpersonales: la ilusión de infinitas posibilidades en apps de citas puede dificultar el compromiso y aumentar la insatisfacción.
  • Elecciones profesionales o académicas: la abundancia de caminos posibles genera indecisión, temor al error y bloqueo psicológico.

Consecuencias psicológicas del exceso de opciones

Elegir entre muchas alternativas exige recursos cognitivos y emocionales. A mayor número de opciones, mayor probabilidad de experimentar ansiedad anticipatoria, dudas persistentes, arrepentimiento posterior a la decisión, disminución del placer con lo elegido y fatiga mental.

Además, en contextos de presión social o autoexigencia elevada, esta dificultad se agrava. La sensación de que “todo depende de una elección correcta” puede derivar en estrés crónico o evitación.

Flechas
Getty Images
Calibrar demasiadas opciones puede generarnos ansiedad.

El fenómeno de la fatiga decisional ha sido descrito también en el ámbito clínico. Algunos estudios muestran cómo el esfuerzo mental acumulado por tomar muchas decisiones reduce la capacidad de autocontrol y aumenta la vulnerabilidad al estrés.

¿Cómo protegerse? Estrategias para elegir mejor

Desde la psicología aplicada, se han propuesto diversas estrategias para reducir el impacto negativo de la sobreabundancia de opciones:

  • Reducir voluntariamente el número de alternativas. Crear filtros previos ayuda a focalizar la atención y agilizar la toma de decisiones.
  • Aceptar la imperfección. Asumir que toda elección implica renuncias y que no existe la opción perfecta permite decidir con menos carga emocional.
  • Decidir en base a valores personales, no a expectativas externas o modas, aumenta la satisfacción con la decisión tomada.
  • Practicar la autocompasión. Ser menos duros con uno mismo tras decidir reduce el arrepentimiento y el malestar.
  • Automatizar decisiones menores (ropa, desayuno, rutinas diarias) puede liberar energía mental para lo realmente importante.

Elegir menos, vivir mejor

En un contexto cultural que asocia libertad con cantidad, puede parecer contradictorio que reducir opciones aumente el bienestar. Sin embargo, numerosos estudios lo confirman: un exceso de alternativas genera ruido, fatiga y frustración.

Apostar por una toma de decisiones más simple, más conectada con lo personal y menos centrada en encontrar lo “óptimo” puede ayudar a mejorar la salud mental y la calidad de vida. En este sentido, elegir menos no es conformarse, sino decidir con más sentido.

*Oliver Serrano León es director y profesor del Máster de Psicología General Sanitaria de la Universidad Europea de Canarias, Universidad Europea

*Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Haz clic aquí para leer la versión original.

Línea
BBC

Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.

Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.

También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp, donde encontrarás noticias de última hora y nuestro mejor contenido.

Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.

Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Etiquetas:
Cártel Jalisco Nueva Generación
Michoacán
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...

Utilizamos cookies propias y de terceros para personalizar y mejorar el uso y la experiencia de nuestros usuarios en nuestro sitio web.