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Rancho de Teuchitlán: el “centro de exterminio” del CJNG operaba desde 2018, pero el alcalde afirma que desconocían su existencia
Rancho de Teuchitlán: el “centro de exterminio” del CJNG operaba desde 2018, pero el alcalde afirma que desconocían su existencia
Labores de búsqueda en el rancho de Teuchitlán. Foto: Fiscalía de Jalisco
11 minutos de lectura

Rancho de Teuchitlán: el “centro de exterminio” del CJNG operaba desde 2018, pero el alcalde afirma que desconocían su existencia

Testimonios de sobrevivientes apuntan a que, al menos desde 2018, operó un centro de reclutamiento y exterminio en el Rancho Izaguirre, en Teuchitlán. El hallazgo vuelve a exhibir los horrores denunciados durante años por los colectivos de búsqueda de personas desaparecidas.
12 de marzo, 2025
Por: Siboney Flores y Marcela Nochebuena

El Rancho Izaguirre, en el municipio de Teuchitlán, Jalisco, permanece custodiado por elementos de la Guardia Nacional y acordonado en un perímetro de al menos 100 metros a la redonda. Aunque a simple vista el terreno solo muestra un cancel en color negro con letras en blanco que dicen “Izaguirre Rancho”, se trata de un predio de 10 mil metros cuadrados que era utilizado como centro de adiestramiento y de exterminio del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). 

La zona es comúnmente transitada por los teuchitlanenses de la delegación La Estanzuela, que se desplazan en bicicleta para ir de sus casas a sus lugares de trabajo, a predios donde se cosecha maíz, caña de azúcar o agaves. 

Pero, de acuerdo con colectivos de familias de personas desaparecidas en Jalisco, testimonios de sobrevivientes a los que tuvieron acceso apuntan a asesinatos, tortura y desapariciones forzadas cometidos en ese espacio al menos desde 2018. Por ello, organizaciones defensoras de derechos humanos denuncian que las autoridades han sido incapaces de investigar y ofrecer respuestas, limitándose a señalarse unas a otras.

Virginia Ponce, del colectivo Madres Buscadoras de Jalisco, estuvo ahí en diciembre y enero pasado. En los tres años que lleva en búsquedas de campo –de los cuatro que su hijo Víctor Hugo Meza tiene desaparecido– el campo de reclutamiento y exterminio en Teuchitlán es lo peor que ha visto. Cuando llegaron ahí, desde finales del año pasado, la Guardia Nacional las acompañó en custodia.

“Ellos fueron los que entraron primero al rancho, porque estaban las puertas de par en par; ya cuando vieron que no había peligro, que no había nadie, nos hicieron el llamado y ya nos acercamos, pero lamentablemente oscureció y en ese tiempo todavía había sembradío, estaba muy peligroso. Haz de cuenta que estábamos en una cueva de lobos”, describe Ponce en entrevista.

Rancho de Teuchitlán, Jalisco. Foto: Siboney Flores
El Rancho Izaguirre permanece custodiado por elementos de la Guardia Nacional y acordonado por lo menos 100 metros a la redonda. Foto: Siboney Flores.

“No tenía información”, asegura presidente municipal de Teuchitlán

Sin embargo, el presidente municipal de Teuchitlán desde 2021, José Asunción Murguía Santiago, asegura que no tenía información sobre el centro de reclutamiento y exterminio hallado en su municipio, y pide que empiece la investigación “desde arriba”

Mientras que el fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, criticó que las autoridades locales no tuvieran información fundamental. Tanto el alcalde como el exgobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, militan en el partido Movimiento Ciudadano, que es la primera fuerza política en la entidad desde 2018.

“No tenía información si estaba, mucha gente dice que mucho más atrás ya estaba funcionando, pero la verdad no tenemos así como la fecha o el dato de qué tiempo tenga. Yo creo que las investigaciones que haga ahora la Fiscalía, nos van a dar la información adecuada para no estar dando información que no es”, señaló en entrevista José Asunción Murguía Santiago.

Además, negó que por parte del gobierno estatal haya recibido alguna solicitud de información al respecto. Las únicas que le pidieron apoyo con seguridad y protección fueron las madres buscadoras, dijo el edil. 

“No es creíble que una situación de esa naturaleza no hubiera sido conocida por las autoridades locales de ese municipio y del estado; esa información es fundamental”, dijo Gertz Manero en la conferencia matutina de este martes, y declaró que la dependencia evaluará si puede atraer el caso, pero antes se investigará la actuación de las autoridades locales y estatales.

El lugar había sido previamente cateado en septiembre de 2024 por la Guardia Nacional, durante el gobierno de Enrique Alfaro. Sin embargo, en ese entonces sólo se reportó la localización de dos personas privadas de la libertad y de un cadáver cubierto con plástico. Diez personas fueron detenidas por estos hechos. 

En este momento, son las autoridades estatales del gobierno del también emecista Pablo Lemus, las que están presentes en el predio.

Durante una visita, Animal Político pudo constatar que al Rancho Izaguirre arribó este martes el fiscal estatal, Salvador González de los Santos, quien descartó dar una entrevista, mientras en el punto le acompañaban la secretaria de Inteligencia y Búsqueda de Personas, Edna Montoya Sánchez, la vicefiscal en Personas Desaparecidas, Blanca Trujillo Cuevas, y el director del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, Alejandro Rivera Martínez.

“Tiene que ser la investigación desde arriba, porque ahorita la nota salió aquí en Teuchitlán y los presidentes municipales, a lo mejor sí somos algo responsables de la ciudadanía, que es nuestro cargo, llevar una administración a cabo y vigilar los dineros que nos corresponde aquí en el municipio; esos sucesos realmente les tocan al estado y a la Federación”, se desmarcó el alcalde.

Lee: FGR investigará la actuación de las autoridades de Jalisco en el caso del rancho de Teuchitlán.

En los predios contiguos al Rancho Izaguirre también se encontraban algunas prendas de vestir. Foto: Siboney Flores

 

Pese al incremento de la violencia en el estado, el alcalde sostiene que en el municipio solo se tiene registro de entre cinco y seis personas desaparecidas. Son familias cuyos casos son conocidos por la comunidad, y el reciente hallazgo podría brindarles esperanza de obtener respuestas. 

El presidente municipal considera que además de Teuchitlán se tiene que abordar la situación de Ameca, El Arenal o Tlajomulco, municipios aledaños. El mismo día que ocurrió el hallazgo de Teuchitlán se dio a conocer también que se encontraron dos fosas clandestinas en Ameca –en la delegación Del Cabezón y en el Cerro Cuauhtépetl–, mientras que en El Arenal se localizó otra –en la colonia Santa Cruz del Astillero– y otra más en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga –frente a un kinder–. 

En el último año –de enero de 2024 a lo que va de 2025– el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas contabiliza 155 personas desaparecidas en Jalisco, el 81 % hombres. En el caso específico de Teuchitlán, las estadísticas oficiales únicamente muestran la desaparición de dos hombres en los últimos cinco años, aunque los testimonios citados por las madres buscadoras refieren que personas desaparecidas en otras localidades habrían sido trasladadas hasta este sitio.  

En tanto, el Sistema de Información sobre Víctimas de Desaparición de Jalisco (Sisovid) ubica al municipio dentro de aquellos que tienen las tasas más bajas de personas desaparecidas: entre 11 y 50 al 28 de febrero de 2025. De los más cercanos, Tala crece en categoría, de 101 a 500, mientras que Zapopan, Tlajomulco, Tlaquepaque y Guadalajara, que son los que siguen, llegan al rango de más de mil. 

Te puede interesar: Teuchitlán, no hay que acostumbrarse.

Brecha que lleva al rancho Izaguirre. Foto: Siboney Flores
Brecha que lleva al rancho Izaguirre. Foto: Siboney Flores

 

“¿Cuántas personitas estuvieron ahí?”

Indira Navarro, del Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, recibió una llamada la madrugada de este martes. Era una joven sobreviviente del campo de reclutamiento y exterminio, quien sostiene que estuvo ahí tres años, y asegura que la operación del sitio data desde por lo menos 2012. Aunque hasta ahora es el único testimonio que habla de esa fecha. La joven aseguró que ahí les obligaban a pelear por comida, que la gente de los alrededores sabía y que en el rancho, si veían a alguien llorando, lo aventaban sin ropa a un lugar cerrado donde había cerdos. 

De acuerdo con los testimonios y colectivos, el centro subsistía gracias a la colusión con autoridades. “María”, sobrenombre que puso Indira, señaló que alrededor de mil 500 personas pudieron haber sido asesinadas ahí durante el tiempo que ella estuvo, en contra de su voluntad y obligadas a hacer todo tipo de actividades, durmiendo en el suelo, bajo un domo, según narró la buscadora durante una entrevista telefónica en Aristegui Noticias. 

Por separado, en entrevista con Animal Político, Ceci Flores, fundadora de Madres Buscadoras de Sonora y de México, de donde se desprende el colectivo Madres Buscadoras de Jalisco —del que a Indira se separó para formar Guerreros Buscadores de Jalisco—, explicó que acudieron al predio luego de recibir un testimonio de un sobreviviente en un sentido similar.

“Hasta ahora que se dio a conocer que ya habían trabajado y que estaban sacando los crematorios, pero las madres fueron las que hicieron el descubrimiento de esa finca a raíz de ese anónimo, de esa persona que se animó, aún con el miedo, a decir que él estuvo reclutado en ese lugar y que había al menos 200 personas ahí donde él estaba”, relató Flores, quien la tarde del lunes dio a conocer un hilo de X con imágenes de aquellos hallazgos.

Lee más: “Las instituciones nos han dado la espalda”; Colectivos realizan pega masiva en CDMX para denunciar crisis de desaparecidos en Jalisco.

La segunda vez que el colectivo Madres Buscadoras de Jalisco entró al rancho, cuando regresaron en enero, sin que las autoridades les hubieran dado permiso de excavar, hicieron videos, prenda por prenda, diciendo tallas y colores. “Fue un día muy triste, muy doloroso, al ver esa situación que estaba pasando y transmitía mucho dolor ahí, una inseguridad que la verdad sí trabajamos con miedo al creer que alguien nos iba a llegar”, relata Virginia Ponce.

Eran dos cuartos. A ella le tocó la parte de abajo. Había mochilas, gorras, equipajes, velices, muchos zapatos, llaveros, carteras, objetos en tal cantidad y diversidad que evidenciaban que ahí habían estado muchas personas. No hay un cálculo exacto, dice ella, pero era demasiado. Apartaron camisas, pantalones, chamarras y shorts. Había medicinas, shampús, jabones y era evidente el rastro de mujeres. 

Abajo también había cartitas y recados, continúa. En tanto, arriba había un altar de la Santa Muerte, y más prendas: “Se sentía más tenebroso, porque como que había un murmullo”, acota. “Fue muy doloroso, tanto como para mis compañeras, como para mí”, lamenta. Llegaron a un tejabán donde había un montículo de zapatos, incluso un traje forense lleno de sangre. El olor era tremendo, remarca, pero por amor a sus hijos tenían que estar ahí. Sogas, esposas y navajas también eran parte del panorama.

En otro cuarto había bidones y llantas. Siguieron caminando. El terreno era grandísimo: había un laberinto. Siguieron caminando. Había alambres de púas crecidos a aproximadamente 30 centímetros del suelo, llantas, una cocina con trastes y una alacena completa, un cazo y tres baños por fuera. Parecía que uno se utilizaba para mujeres, porque había toallas femeninas.    

Este martes la fiscalía jalisciense dio a conocer una lista de 495 indicios con sus respectivas imágenes, recolectados durante las diligencias en el Rancho Izaguirre. Aclaró que el hallazgo no implica la confirmación de identidad o condición actual de las posibles víctimas.

“Alcanzamos a ver la magnitud de lo que había. Nos hacemos la pregunta de cuántas personitas estuvieron ahí, y la pregunta del millón: ¿Dónde están? Porque con la magnitud de todas las prendas que había, ¿dónde están? Es una tristeza y es un gran dolor. Gracias a todas las pruebas que sacamos, varias personas se han estado comunicando y nos han dicho que han reconocido prendas. ¿Qué podemos decir nosotras? No tenemos respuesta alguna”, subraya.

Maletas halladas en el rancho de Teuchitlán. Foto: Fiscalía de Jalisco
Maletas halladas en el rancho de Teuchitlán. Foto: Fiscalía de Jalisco

Uno de los peores horrores, pero no el único

En una brecha en el municipio de Tala, Jalisco, en septiembre de 2019 se reportó el hallazgo de 17 bolsas con personas descuartizadas, atrás del Balneario Los Chorros. Este punto está a solo 15.2 kilómetros –aproximadamente 21 minutos en automóvil– del Rancho Izaguirre, cerca de La Estanzuela, municipio de Teuchitlán. 

Apenas en julio del año pasado un colectivo de familiares de personas desaparecidas localizó una fosa clandestina en Zapopan, con hallazgos positivos: 29 bolsas con segmentos humanos. En aquella ocasión las personas buscadoras denunciaron que el Servicio Médico Forense había tardado más de siete horas en llegar a procesar el área, y exigieron, como tantas veces, seguridad para quienes buscan a sus familiares y apoyo para procesar e identificar los cuerpos.

En entrevista, el Centro Pro hizo énfasis en que en los últimos años se han encontrado varios lugares con características similares en La Gallera, Veracruz; la Bartolina, Tamaulipas y Patrocinio, Coahuila. En todos ellos se han hallado pertenencias y fragmentos óseos, por lo que es indispensable el enfoque humanitario y nacional para el procesamiento forense, mediante un Banco Nacional de Datos Forenses y el Centro Nacional de Identificación Humana. 

También lee: Cártel Jalisco Nueva Generación recluta a militares colombianos para fabricación de minas terrestres en Michoacán.

María Luisa Aguilar, subdirectora del Centro Pro, señaló que se trata de un patrón que aunque no implique los mismos métodos, refleja la misma intención de desapariciones que han trastocado la vida de muchas comunidades y de sus familias. “Creo que el hecho de que lo podamos identificar así de crudo da cuenta de la falta de una política mucho más amplia para abordar las desapariciones en el país”, puntualizó.

Recordó que la ONU ya ha establecido que sin una política de prevención, será difícil revertir la crisis, que se sigue abordando solo como un tema del pasado. Sin embargo, es real y sigue marcando la vida de más de 120 mil familias en el país. Además, criticó que lo único que se ha escuchado por parte de las autoridades estos días es la decisión de no querer tomar en cuenta sus responsabilidades. 

“Es totalmente inaudito que el fiscal general de la República diga que apenas van a evaluar si hay delincuencia organizada involucrada; nos parece que por el tipo de lugar y de patrones ya muy documentados de cómo se utilizan estos sitios, queda claro que detrás hay un fondo de acción de grupos de delincuencia organizada y, por lo tanto, delitos federales que se deberían estar investigando de oficio”, remarcó. 

La activista hizo énfasis en que estamos ante un hallazgo que es difícil de describir, y de aceptar, pero donde el procesamiento de los fragmentos encontrados será complicado, porque terminarán en el resguardo de instituciones locales que cada vez acumulan más cuerpos sin identificar –más de 72 mil en los últimos datos oficiales–. Sin embargo, no hay una respuesta por parte de las autoridades que corresponda al nivel de la crisis con una visión humanitaria.

“Lamentamos que los pasos que se habían dado en la administración anterior para empezar a crear, por ejemplo, el Centro Nacional de Identificación Humana o el propio Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense se hayan desmantelado, y que al día de hoy no tengamos una verdadera política para abordar los casos tan graves como los que estamos viendo”, cuestionó. 

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Imagen BBC
¿Qué le pasa al cuerpo humano cuando pasa mucho tiempo en el espacio?
14 minutos de lectura

Los dos estadounidenses, quienes permanecieron casi nueve meses en la Estación Espacial Internacional, serán sometidos a una serie de exámenes que permitirán ampliar el conocimiento sobre los efectos para hombre de permanecer largas estancias fuera del planeta.

19 de marzo, 2025
Por: BBC News Mundo
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Los astronautas Suni Williams y Butch Wilmore nunca se imaginaron que permanecerían nueve meses en órbita.

Su viaje a la Estación Espacial Internacional (EEI) a bordo de la nave espacial Boeing Starliner estaba programado para durar solo ocho días en junio de 2024. Pero por problemas técnicos, los cuales a obligaron a la nave a regresar a la Tierra sin ellos, su estancia en el espacio se prolongó.

Ahora que finalmente regresaron, la pareja tendrá que aclimatarse a la fuerza de la gravedad de nuestro planeta tras tanto tiempo lejos de casa.

Para ninguno de los dos los rigores de los viajes espaciales es algo nuevo. Ambos son astronautas experimentados.

Pero es probable que cualquier tiempo prolongado en el extraño entorno haya afectado sus cuerpos. Para comprender cómo, debemos observar a quienes han permanecido aún más tiempo en el espacio.

Haciendo memoria

El vuelo espacial más largo realizado por un estadounidense hasta la fecha fue el del astronauta de la NASA Frank Rubio, quien pasó 371 días viviendo a bordo del conjunto de módulos y paneles solares del tamaño de un campo de fútbol americano que componen la EEI.

Su tiempo en órbita, que superó el récord anterior de 355 días consecutivos, se prolongó en marzo de 2023 después de que la nave espacial en la que él y sus compañeros debían regresar a casa sufriera una fuga de refrigerante.

Finalmente volvió en octubre de 2023. Los meses adicionales en el espacio le permitieron a Rubio completar un total de 5.963 órbitas alrededor de la Tierra, recorriendo 253,3 millones de kilómetros.

Aun así, le faltaron unos dos meses para alcanzar el récord del vuelo espacial más largo jamás realizado por un ser humano que ostenta el cosmonauta ruso, Valeri Polyakov, quien pasó 437 días a bordo de la Estación Espacial Mir a mediados de la década de 1990.

Los astronautas en la EEI
Reuters
Una falla en la nave que lo llevó obligó a los astronautas estadounidenses Suni Williams (extrema derecha) y Butch Wilmore (extrema izquierda) a pasar más tiempo del previsto en la EEI.

Y en septiembre de 2024, dos cosmonautas rusos, Oleg Kononenko y Nikolai Chub, batieron el récord de la estancia más larga en la EEI tras pasar 374 días en órbita. La pareja partió de la estación en la nave espacial Soyuz MS-25 junto con el astronauta estadounidense Tracy Dyson, quien pasó seis meses a bordo.

Con una gran sonrisa, Kononenko hizo un gesto de aprobación con los pulgares al recibir ayuda para salir de la cápsula de reentrada, tras impactar contra la Tierra en medio de una nube de polvo cerca de la remota ciudad de Jezkazgan, en la estepa kazaja.

Ahora también ostenta el récord de mayor tiempo acumulado en el espacio: un total de 1.111 días en órbita.

Kononenko y Chub recorrieron más de 254 millones de kilómetros durante sus 5.984 vueltas a la Tierra en su última misión en la EEI. Sin embargo, pasar tanto tiempo en el entorno de baja gravedad de la estación espacial les afectó gravemente, por lo que los equipos de rescate tuvieron que sacarlos de la cápsula.

El prolongado viaje de Rubio al espacio proporcionó valiosas perspectivas sobre cómo los humanos pueden afrontar los vuelos espaciales de larga duración y cómo contrarrestar mejor los problemas que pueden presentar.

Rubio es el primer astronauta en participar en un estudio que examina cómo el ejercicio con equipo de gimnasio limitado puede afectar al cuerpo humano.

Si bien los resultados aún no se han publicado, esta información será vital a medida que la humanidad se propone enviar misiones para explorar las profundidades del Sistema Solar. Por ejemplo, se espera que un viaje de regreso de Marte dure alrededor de 1.100 días (poco más de tres años) según los planes actuales.

La nave espacial en la que viajarán será mucho más pequeña que la EEI, lo que significa que se necesitarán dispositivos de ejercicio más pequeños y ligeros.

Pero dejando de lado los problemas para mantenerse en forma, ¿qué efectos tiene el vuelo espacial en el cuerpo humano?

Un astronauta haciendo ejercicio en el espacio en 1994.
Getty Images
Para prevenir la pérdida de masa muscular, los astronautas realizan una rutina de ejercicios diariamente.

Músculos y huesos

Sin la constante presión de la gravedad sobre nuestras extremidades, la masa muscular y ósea comienza a disminuir rápidamente en el espacio.

Los más afectados son los músculos que ayudan a mantener la postura en la espalda, el cuello, las pantorrillas y los cuádriceps, pues en microgravedad, ya no tienen que esforzarse tanto y comienzan a atrofiarse.

Tras solo dos semanas, la masa muscular puede disminuir hasta un 20% y, en misiones más largas, de tres a seis meses, un 30%.

De igual manera, dado que los astronautas no someten sus esqueletos a tanta tensión mecánica como cuando están sujetos a la gravedad terrestre, sus huesos también comienzan a desmineralizarse y a perder fuerza.

Los astronautas pueden perder entre un 1% y un 2% de su masa ósea cada mes que pasan en el espacio y hasta un 10% en un período de seis meses (en la Tierra, los hombres y mujeres mayores pierden masa ósea a un ritmo del 0,5% al 1% anual).

Esto puede aumentar el riesgo de sufrir fracturas y alarga el tiempo de recuperación, pues la masa ósea puede tardar hasta cuatro años en recuperarse tras regresar a la Tierra.

Un astronauta comiendo en el desaparecido transborador Columbia en 1982.
Getty Images
La NASA y otras agencias espaciales se aseguran de que los astronautas tengan una dieta balanceada y rica en proteínas y minerales.

Para combatir esto, los astronautas realizan 2,5 horas diarias de ejercicio y entrenamiento intenso mientras están en órbita. Esto incluye una serie de sentadillas, peso muerto y remos con un dispositivo de resistencia instalado en el gimnasio de la EEI, además de sesiones regulares de trote y de bicicleta estática.

También toman suplementos dietéticos para mantener sus huesos lo más sanos posible.

Sin embargo, un estudio reciente destacó que incluso este régimen de ejercicios no fue suficiente para prevenir la pérdida muscular. Y, por ello, se recomendó evaluar si cargas más altas de ejercicios de resistencia y un entrenamiento de alta intensidad a intervalos podrían ayudar a contrarrestar esto.

La falta de gravedad ejerce presión sobre el cuerpo humano, lo que significa que los astronautas experimentan un ligero crecimiento durante su estancia en la EEI, pues su columna vertebral se alarga.

Esto puede provocar problemas como dolor de espalda y hernias discales al regresar a la Tierra.

Durante una sesión informativa a bordo de la EEI antes de su regreso a la Tierra, Rubio comentó que su columna vertebral estaba creciendo y que esto podría ayudarle a evitar una lesión de cuello común que los astronautas pueden sufrir cuando su nave espacial impacta contra el suelo.

“Creo que mi columna se ha extendido lo suficiente como para que esté encajado en mi asiento, así que no debería moverme mucho”, dijo.

Un cohete saliendo al espacio desde Cabo Cañaveral.
Getty Images
Los científicos quieren estar seguros de que el cuerpo humano sea capaz de soportar la futura exploración de la Vía Láctea.

Aunque el peso significa muy poco en órbita (el entorno de microgravedad permite que cualquier cosa que no esté atada pueda flotar libremente en la EEI, incluidos los cuerpos humanos), mantener un peso saludable es un desafío en órbita.

Si bien la NASA intenta garantizar que sus astronautas consuman una variedad de alimentos nutritivos, incluyendo algunas hojas de ensalada cultivadas a bordo de la estación, esto puede afectar el cuerpo de un astronauta.

Scott Kelly, astronauta de la NASA que participó en el estudio más extenso sobre los efectos de los vuelos espaciales de larga duración tras permanecer 340 días a bordo de la EEI mientras su hermano gemelo permanecía en la Tierra, perdió 7% de su masa corporal durante su estancia en órbita.

La vista

En la Tierra, la gravedad ayuda a impulsar la sangre hacia abajo mientras el corazón la bombea de nuevo hacia arriba. Sin embargo, en el espacio, este proceso se altera (aunque el cuerpo se adapta en cierta medida) y la sangre puede acumularse en la cabeza más de lo normal.

Es posible que parte del líquido se acumule en la parte posterior del ojo y alrededor del nervio óptico, lo que puede provocar un edema. Esto puede provocar cambios en la visión, como disminución de la agudeza visual y cambios estructurales en el propio ojo.

Los cambios pueden comenzar a ocurrir tan solo a dos semanas de estar en el espacio, pero a medida que transcurre ese tiempo, el riesgo aumenta. Algunos cambios en la visión se revierten aproximadamente al año del regreso a la Tierra, pero otros pueden ser permanentes.

La exposición a los rayos cósmicos y a las partículas solares también puede provocar otros problemas oculares. La atmósfera terrestre nos protege de estos problemas, pero en la órbita, esta protección desaparece.

Si bien las naves espaciales pueden llevar blindaje para evitar el exceso de radiación, los astronautas a bordo de la EEI han reportado haber visto destellos de luz en sus ojos cuando los rayos cósmicos y las partículas solares impactan en su retina y nervios ópticos.

El astronauta Frank Rubio tras ser sacado de la cápsula que lo trajo de vuelta a la Tierra
Getty Images
El astronauta Frank Rubio, quien pasó poco más de un año en el espacio, requirió ayuda para salir de la cápsula espacial debido a sus músculos estaban muy débiles.

Reorganización neuronal y microorganismos

Tras su larga estancia en la EEI, se descubrió que el rendimiento cognitivo de Kelly cambió poco y se mantuvo relativamente igual al de su hermano en la Tierra.

Sin embargo, los investigadores observaron que la velocidad y la precisión del rendimiento cognitivo de Kelly disminuyeron durante unos seis meses después de su aterrizaje, posiblemente a medida que su cerebro se reajustaba a la gravedad terrestre.

Un estudio sobre un cosmonauta ruso que pasó 169 días en la EEI en 2014 también reveló que algunos cambios en el cerebro parecen ocurrir durante la órbita.

Se encontraron cambios en los niveles de conectividad neuronal en partes del cerebro relacionadas con la función motora (es decir, el movimiento) y también en la corteza vestibular, que desempeña un papel importante en la orientación, el equilibrio y la percepción del propio movimiento.

Lo anterior no debería sorprender dada la peculiar naturaleza de la ingravidez en el espacio; los astronautas a menudo tienen que aprender a moverse eficientemente sin gravedad para anclarse a nada y adaptarse a un mundo donde no hay arriba ni abajo.

Un estudio más reciente ha suscitado preocupación. Las cavidades cerebrales conocidas como ventrículo lateral derecho y tercer ventrículo (responsables de almacenar líquido cefalorraquídeo que proporciona nutrientes al cerebro y elimina desechos) pueden hincharse y tardar hasta tres años en recuperar su tamaño normal.

Amarizaje de la cápsula espacial.
Getty Images
El viaje de regreso desde el espacio puede ser bastante difícil de asimilar para los astronautas, en especial si han pasando mucho tiempo fuera del planeta.

Las investigaciones recientes demuestran que una clave importante para la buena salud reside en la composición y diversidad de los microorganismos que habitan en nuestro cuerpo. Esta microbiota puede influir en la digestión, afectar los niveles de inflamación e incluso alterar el funcionamiento del cerebro.

Los científicos que examinaron a Kelly tras su viaje a la EEI descubrieron que las bacterias y hongos que habitaban en su intestino se habían alterado profundamente.

Esto quizás no sea del todo sorprendente, dada la gran diferencia en su alimentación y el cambio en las personas con las que compartía sus días (obtenemos una cantidad alarmante de microorganismos intestinales y orales de las personas con las que convivimos).

Sin embargo, la exposición a la radiación y el uso de agua reciclada, junto con los cambios en su actividad física, también podrían haber influido.

La piel y los genes

Aunque ya son cinco los astronautas de la NASA que han pasado más de 300 días en órbita, debemos agradecer a Kelly por la información sobre el estado de su piel tras su estancia. Se detectó una mayor sensibilidad en su piel y una erupción cutánea durante unos seis días tras su regreso.

Los investigadores especularon que la falta de estimulación cutánea durante la misión podría haber contribuido a su problema.

Scott Kelly en la EEI cerca de una ventaja donde se ve la Tierra
Getty Images
Los científicos pudieron medir el impacto de la estancia en el espacio al comparar la condición del astronauta Scott Kelly, quien pasó casi un año en la EEI, con la de su hermano, quien permaneció en la Tierra.

Uno de los hallazgos más significativos del prolongado viaje espacial de Kelly fueron los efectos a su ADN.

Al final de cada cadena de ADN están estructuras conocidas como telómeros, que se cree ayudan a proteger a nuestros genes. A medida que envejecemos, estos se acortan, pero las investigaciones sobre Kelly y otros astronautas han revelado que los viajes espaciales parecen alterar la longitud de los telómeros.

“Lo más sorprendente fue el hallazgo de telómeros significativamente más largos durante el vuelo espacial”, afirma Susan Bailey, profesora de Salud Ambiental y Radiológica en la Universidad Estatal de Colorado, quien formó parte del equipo que estudió a Kelly y a su hermano.

Bailey ha realizado estudios separados con otros 10 astronautas no emparentados que participaron en misiones más cortas.

“También fue inesperado que la longitud de los telómeros se acortó rápidamente al regresar a la Tierra para todos los miembros de la tripulación. De particular relevancia para la salud a largo plazo y el envejecimiento, los astronautas en general tenían muchos más telómeros cortos después del vuelo espacial que antes”, indicó.

Aún se está descifrando la razón exacta por la que esto sucede, afirmó. “Tenemos algunas pistas, pero la presencia de tripulantes adicionales de larga duración, como Rubio, quien pasó un año en el espacio, será fundamental para caracterizar y comprender esta respuesta y sus posibles consecuencias para la salud”.

Una posible causa podría ser la exposición a la compleja mezcla de radiación durante el espacio. Los astronautas que experimentan exposición prolongada en órbita muestran signos de daño en el ADN, añadió.

Un astronauta frente a unas frutas flotando en la EEI
Getty Images
La escasa gravedad afecta no solo a los músculos y huesos, sino también a la vista y el sistema inmunológico, aseguran los científicos.

También se observaron en Kelly algunos cambios en la expresión génica (el mecanismo que interpreta el ADN para producir proteínas en las células) que podrían estar relacionados con su viaje espacial.

Algunos de estos cambios se relacionaban con la respuesta del cuerpo al daño en el ADN, la formación ósea y la respuesta del sistema inmunitario al estrés. Sin embargo, la mayoría de estos cambios se normalizaron a los seis meses de su regreso a la Tierra.

En junio de 2024, un nuevo estudio destacó algunas posibles diferencias entre la forma en que el sistema inmunitario de los astronautas masculinos y femeninos responde a los vuelos espaciales.

Utilizando datos de muestras obtenidas de la tripulación de la misión SpaceX Inspiration 4, que pasó poco menos de tres días en órbita en el otoño de 2021, se identificaron cambios en 18 proteínas relacionadas con el sistema inmunitario, el envejecimiento y el crecimiento muscular.

Al comparar su actividad genética con la de otros 64 astronautas en misiones anteriores, el estudio detectó la expresión de tres proteínas que influyen en la inflamación, en comparación con la de antes del vuelo. Los hombres tendieron a ser más sensibles al vuelo espacial, con mayor alteración de su actividad genética y tardaron más en recuperar su estado normal tras regresar a la Tierra.

En particular, los investigadores descubrieron que la actividad genética de dos proteínas conocidas como interleucina-6, que ayuda a controlar los niveles de inflamación en el cuerpo, e interleucina-8, que se produce para guiar a las células inmunitarias a los focos de infección, se vio más afectada en los hombres que en las mujeres.

Otra proteína, el firbrinógeno, que participa en la coagulación sanguínea, también se vio más afectada en los astronautas masculinos.

Sin embargo, los investigadores afirmaron que aún necesitan descubrir por qué las mujeres parecen ser menos sensibles a estos efectos particulares de los vuelos espaciales, aunque esto podría estar relacionado con su respuesta al estrés.

Vista de la EEI
Getty Images
Las naves que podrían ir a Marte y otros planetas serán más pequeñas que la EEI y, por ello, tendrán menos espacio para que los astronautas se ejerciten.

El sistema inmunológico

Kelly recibió una serie de vacunas antes, durante y después de su viaje espacial, y se observó que su sistema inmunitario reaccionaba con normalidad.

Sin embargo, la investigación descubrió que los astronautas sufren ciertas disminuciones en el recuento de glóbulos blancos que se corresponden con las dosis de radiación que reciben en órbita.

Aún quedan muchas preguntas por responder sobre el impacto que los viajes espaciales pueden tener en una especie bípeda de cerebro grande que evolucionó para vivir en la Tierra.

A medida que los investigadores analizan las pruebas médicas, las muestras de sangre y las exploraciones de Rubio tras sus 371 días en el espacio, sin duda esperan obtener más información.

* Este artículo fue publicado originalmente en BBC Future, cuya versión en inglés puede leer aquí.

* Este artículo se publicó originalmente el 27 de septiembre de 2023. Se actualizó el 12 de junio de 2024 para incluir detalles del estudio de la misión SpaceX Inspiration 4 y el 25 de septiembre de 2024 para incluir detalles del vuelo espacial de Oleg Kononenko y Nikolai Chub en la EEI. Se actualizó el 13 de marzo de 2025 para incluir detalles sobre Suni Williams y Butch Wilmore.

Raya gris
BBC

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