El autismo, o Trastorno del Espectro Autista (TEA), se refiere a una forma única en la que algunas personas experimentan y perciben el mundo, interactúan y se comunican. Se llama “espectro” porque cada persona lo vive de manera distinta: algunas necesitan más apoyo, mientras que otras son más independientes.
En 2007, la Asamblea General de la ONU estableció el 2 de abril como el “Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo”, para generar comprensión y fomentar valores como la aceptación, la empatía y el respaldo a las personas autistas y sus familias. Por ello nosotros nos preguntamos: ¿qué pasa cuando una persona con TEA se ve forzada a salir de su país de origen ya sea por persecución, guerra, conflictos sociopolíticos o para conseguir una intervención adecuada para su trastorno? ¿O cuando una madre migrante viaja con su hijx y se da cuenta de que este se está desarrollando de manera diferente? ¿Tiene las posibilidades de acceder a un servicio que le permita diagnosticar a su hijx durante su proceso migratorio? O si ya tiene un diagnóstico, ¿tiene la posibilidad de acceder a una atención adecuada?
La migración y el autismo no son fenómenos aislados; son realidades que atraviesan fronteras y vidas, pero que usualmente pasan desapercibidas. Las familias migrantes con integrantes autistas o personas autistas que transitan solas enfrentan desafíos como barreras para acceder a servicios especializados, diferencias culturales en la percepción del autismo, estigma y negación hacia el diagnóstico, y a esto se le suma el impacto emocional del proceso migratorio, lo que a su vez intensifica las dificultades de integración social, a servicios de salud, cultura y educación en el país por el que van transitando o en el que están buscando asilo. Ignorar estas realidades es perpetuar un sistema que excluye y silencia. Reconocerlas y visibilizarlas es crucial para construir un futuro consciente e inclusivo.
En Sin Fronteras estas particularidades son plenamente reconocidas y se trabaja desde una atención integral. El equipo psicosocial se encarga de identificar las necesidades individuales de cada persona usuaria y de diseñar planes de intervención únicos que respeten y fortalezcan sus habilidades en conjunto con otras áreas. El objetivo es promover la defensa de los derechos humanos, asegurando que todas las personas tengan conocimiento de sus derechos y acceso a servicios esenciales. Es fundamental tener consciencia, consideración y sensibilización hacia estas realidades, ya que un diagnóstico de autismo en conjunto con el tratamiento, atención y terapias necesarias no pueden esperar ni depender de los tiempos administrativos relacionados con los trámites migratorios o de protección internacional, como lo es una entrevista ante la COMAR o la regularización migratoria ante el INM. No son un trámite de selección ni un trámite burocrático; son problemáticas y vulnerabilidades urgentes que requieren atención inmediata y prioritaria para garantizar un apoyo digno, adecuado y brindado por personal capacitado, ya que esto permite atender las necesidades particulares de cada caso de manera efectiva y de esa forma proteger, respetar, promover y cumplir con los derechos humanos de forma inclusiva y equitativa de las personas que transitan.
Conocer qué es y qué no es el autismo, sin romantizarlo, es clave para brindar una atención diferenciada que considere las necesidades únicas de cada persona, así como abrir espacios de diálogo para reconocer el autismo y la migración como una realidad es promover la formación de redes de apoyo comunitario. Esto se puede comenzar a hacer desde espacios seguros en los que se realicen actividades como cine debates, por ejemplo, iniciativa que se está tomando desde Sin Fronteras no sólo para el TEA, sino para hablar y no olvidar la diversidad que atraviesa la salud mental y la migración.
Referencias:
Augereau, N., & Tordjmann, S. (2017). Estudio del papel de la migración como factor de vulnerabilidad en los trastornos autistas. Contraste, 46(2), 163-188.
Cruz, M. (2024). DETERMINANTES SOCIALES DE SALUD EN LAS HISTORIAS DE VIDA DE FAMILIAS MIGRANTES CON HIJOS E HIJAS CON DIAGNÓSTICO DE TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTА [Tesis de doctorado]. Universidad de Alcalá.
Esteban, C. L., & Gonçalves, A. P. (2021). Autismo y migración: inclusión por educación por la diversidad. En Políticas públicas en defensa de la inclusión, la diversidad y el género III: migraciones y derechos humanos (pp. 879-889). Ediciones Universidad de Salamanca.
Aquí te contamos algunas cosas que quizás no sabías de la vida del actor Stephen Graham, el actor, productor y guionista de la exitosa serie “Adolescencia”.
Stephen Graham tiene mucho que ver en el éxito de la aclamada serie de Netflix “Adolescencia”.
No solo interpreta en ella al padre de Jamie Miller, el joven protagonista de la trama, sino que además es guionista y productor ejecutivo de la misma.
Y aunque es ahora que este británico nacido en Liverpool en 1973 está en boca de todos, tiene a sus espaldas una extensa carrera.
A lo largo de los años ha aparecido en películas como Gangs of New York, Enemigos Públicos o Piratas del Caribe y en series como Band of Brothers o Peaky Blinders, entre muchas otras,
Aquí te contamos algunas cosas que quizás no sabías de la vida del actor Stephen Graham.
Graham proviene de padres de origen irlandés y escocés, pero su abuelo paterno era jamaiquino.
Precisamente por este mezcla, Graham sufrió acoso de niño y adolescente.
“Soy mestizo. De niño, me llamaban cosas horribles que ni siquiera quiero decir, y me decían ‘niño mono'”, según le contó al diario The Sun.
“Ser mestizo no estaba bien visto en mi época. Hubo épocas de mi infancia en las que no estaba muy seguro de dónde encajaba. A veces mis primos blancos me aceptaban, luego mis primos negros no. Era normal que me preguntara ¿dónde encajo?”, dijo en una entrevista con el programa Desert Island Discs de la BBC en 2019.
Esto le afectó cuando participó en la película This is England (2006), en la que interpretaba a un skinhead racista.
Uno de los momentos más inquietantes de la película es en el que se ve a su personaje golpeando violentamente a un negro.
En una entrevista contó que el guion de la película a menudo le hacía llorar porque la trama despertaba dolorosas pesadillas sobre el abuso racial que él mismo sufrió.
“Mi primer papel como actor, en la escuela, a los 10 años, fue el de Jim Hawkins en ‘La Isla del Tesoro’. De niño, jugaba a los piratas todo el tiempo”, dijo en una entrevista con un medio de Liverpool.
Años después estaría vestido de pirata “en el set de la película de piratas más grande del mundo”, contó, en referencia a su aparición en dos filmes de Piratas del Caribe.
Pero el camino para llegar ahí no fue sencillo.
De adolescente entró en la escuela de teatro Rose Bruford, de la que fue expulsado. Entonces decidió convertirse en bombero.
Hizo todas las pruebas y las pasó. De hecho, estaba a punto de reunirse con el que sería su nuevo equipo de trabajo cuando recibió una llamada que cambió su destino.
“El día que iba a tener una reunión con los bomberos, mi agente me llamó y me dijo ‘Te conseguí una audición para Coronation Street’“, contó.
Y esa serie británica, que es toda una institución en Reino Unido, le abrió camino en 1999 en el mundo de la interpretación.
Pero su carrera de actor no fue fácil y tras filmar la película This is England, estuvo casi un año sin trabajo, por lo que estuvo a punto de tirar la toalla.
“Después de This Is England no pude conseguir trabajo… durante unos ocho meses no pude conseguir una audición”, contó en una entrevista.
En ese momento se planteó hacerse consejero juvenil, algo que finalmente no sucedió.
Otro episodio que lo marcó ocurrió en su juventud.
“Cuando tenía 20 años sufrí una depresión muy grave y traté de quitarme la vida una vez“, confesó Stephen Graham al diario The Sun en 2019.
Reveló que esto le ocurrió mientras padecía una grave crisis nerviosa provocada por la soledad y unas técnicas de actuación muy intensas.
También se mostró agradecido de que el intento de suicido hubiera fracasado, como relató a la cadena Radio 4 de la BBC. Mientras intentaba quitarse la vida, le pareció escuchar la voz de su difunta abuela.
“Gritó: ‘Stephen’, y pensé que me había ido… Simplemente recobré la consciencia y abrí los ojos”, relató.
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Detrás del éxito de Stephen Graham, está su lucha contra una condición. El actor tiene dislexia, que implica una dificultad para leer y escribir pero, en su caso, además, influyó en su aprendizaje y en su trabajo.
El actor ha hablado abiertamente sobre cómo le costaba procesar la información como lo hacían sus compañeros, lo que le generaba frustración y dudas.
Para el trabajo actoral es esencial leer los guiones y memorizarlos, y esto para él es un trabajo extra.
Por eso, quien lee primero los guiones y le ayuda a elegir sus papeles es su esposa, la también actriz Hannah Walters.
“Mi esposa lee el guion y me dice si lo hago o no. Ha tomado buenas decisiones. Tengo que leerlo una y otra vez, y luego hacer que parezca que es la primera vez que lo digo”, confesó en 2020.
Junto a su esposa crearon en 2020 la productora de cine y televisión Matricarch Production, con varios éxitos a sus espaldas en Reino Unido, incluida la coproducción de Adolescencia.
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