
México no enfrenta una falta de diagnósticos sobre su sistema alimentario, sino un problema de coherencia en la acción pública. Las recomendaciones científicas sobre qué comer, cómo producir y cómo reducir impactos ambientales son claras desde hace años.
Lo que ha faltado es alinear las políticas de salud, agricultura, medio ambiente, educación y desarrollo social bajo una visión común. El informe EAT-Lancet 2.0, presentado este mes en la Academia Nacional de Medicina, vuelve a poner este desafío en el centro del debate: sin trabajo intersectorial, la transformación del sistema alimentario seguirá siendo fragmentada e insuficiente.
Elaborado por un equipo multidisciplinario de científicas y científicos de todo el mundo, el informe EAT-Lancet, presentado en 2019 y actualizado este año, establece una ruta clara para reducir el impacto ambiental de los sistemas alimentarios mediante un mayor consumo de alimentos de origen vegetal y una menor ingesta de productos de origen animal, con beneficios directos para la salud pública y el medioambiente.
El valor del informe radica en la capacidad para conectar la salud pública y la sostenibilidad ambiental en un mismo marco de decisión. Al hacer un análisis de qué comemos, cómo producimos y qué desechamos, EAT-Lancet evidencia una contradicción persistente: mientras las políticas de salud recomiendan patrones alimentarios basados en productos de origen vegetal, las políticas agrícolas continúan priorizando modelos intensivos, de alto impacto ambiental y bajo valor nutricional, con énfasis en la ganadería industrial y en detrimento de la producción de alimentos destinados al consumo humano.
Esta desconexión tiene consecuencias directas en la salud pública, como el aumento de enfermedades crónicas no transmisibles, además de la presión que ejercen estas formas de producción sobre los ecosistemas y la vulnerabilidad del sistema alimentario frente al cambio climático.
Las declaraciones de las secretarías de Salud y de Agricultura durante la presentación del informe en México son una señal positiva. El Dr. Julio Berdegué, secretario de Agricultura, señaló que la transformación del sistema alimentario requiere “acciones duras y difíciles”, lo que implica aceptar que no bastan campañas informativas ni recomendaciones aisladas.
El Gobierno de México necesita revisar subsidios a la ganadería, fortalecer incentivos productivos para legumbres, vegetales, semillas y otros alimentos de bajo impacto ambiental, y alinear las compras públicas y criterios ambientales en toda la cadena alimentaria. Sin esta alineación, los esfuerzos sectoriales seguirán avanzando en direcciones opuestas.
Ejemplos como las Guías de Alimentarias Saludables y Sostenibles 2025-2030 o el etiquetado frontal, esfuerzos impulsados por la Secretaría de Salud muestran, que la coherencia es posible cuando existe voluntad política. Incorporar criterios de salud y sostenibilidad en espacios educativos, hospitales o programas sociales permite traducir la evidencia científica en impactos reales en la nutrición de las poblaciones y la contribución a la reducción de la huella ambiental del país.
Estos avances, aunque aún parciales, confirman que la política alimentaria de México puede convertirse en una herramienta estratégica para cumplir objetivos de salud pública, mitigación climática y desarrollo social de manera simultánea.
En este contexto, la colaboración con actores de la sociedad civil resulta clave para cerrar la brecha entre la evidencia y la implementación. Alianza Alimentaria y Acción Climática ha demostrado que es posible acompañar a instituciones públicas en el diseño de menús, entornos alimentarios y estrategias basadas en ciencia, capaces de reducir emisiones, mejorar la nutrición y fortalecer la coherencia de las políticas públicas; tal es el caso del Plan de Transición Alimentaria, firmado en colaboración con el Sistema DIF Jalisco.
La transformación del sistema alimentario no ocurrirá desde un solo sector ni con soluciones aisladas: requiere coordinación, continuidad y una visión compartida.
EAT-Lancet 2.0 no es un documento aspiracional; es una hoja de ruta concreta. La pregunta para México no es si el modelo es viable, sino hacer que las políticas públicas estén a la altura de la evidencia.
Avanzar hacia un sistema alimentario saludable y sostenible dependerá, en última instancia, de nuestra capacidad para dejar atrás decisiones inconexas y construir una política alimentaria coherente con los desafíos del siglo XXI.
* Sofía Ruiz Oldenbourg es ingeniera ambiental por el Instituto Tecnológico de Colima con más de 10 años de experiencia en el ámbito ambiental y de sostenibilidad en el sector privado y de organizaciones de la sociedad civil. Gerente de Políticas Alimentarias en Alianza Alimentaria y Acción Climática (@AlianzaAliment), organización mexicana sin fines de lucro que está transformando el sistema alimentario hacia prácticas más éticas y sostenibles. En 2024 fue pieza clave para el diseño de la Ley General de Alimentación Adecuada y Sostenible. También trabajamos con el sector público y privado implementando menús sostenibles en los comedores de las organizaciones para reducir impactos ambientales y riesgos a la salud asociados a patrones alimentarios.

El líder de la operación asegura que su organización está construyendo infraestructura en Venezuela para extraer a personas del país en caso de que comience una guerra con Estados Unidos.
La operación de rescate para sacar de Venezuela a la líder opositora y premio Nobel María Corina Machado incluyó disfraces, dos barcos en mares agitados y un vuelo, según ha contado a la BBC el hombre que dice haberla dirigido.
Bautizada como “Operación Dinamita Dorada”, el peligroso viaje fue frío, húmedo y largo, pero la “formidable” Machado no se quejó ni una sola vez, según Bryan Stern, fundador de la Grey Bull Rescue Foundation.
“El mar está muy agitado. Está completamente oscuro. Usamos linternas para comunicarnos. Da mucho miedo, pueden salir mal muchas cosas”.
A pesar de los riesgos, todo salió bien. Machado llegó sana y salva a Oslo, Noruega, para recoger su Premio Nobel de la Paz justo antes de la medianoche del miércoles.
Tras haber vivido escondida en su propio país desde las controvertidas elecciones del año pasado en Venezuela, Machado no había aparecido en público desde enero. Sus hijos adultos, a quienes no había visto en dos años, estaban en Oslo para recibirla.
Grey Bull se especializa en misiones de rescate y evacuaciones, especialmente en zonas de conflicto y desastre. Un representante del equipo de Machado confirmó a CBS News, socio mediático de la BBC en Estados Unidos, que la organización estaba detrás de su operación de rescate.
Stern explicó que Grey Bull llevaba meses consolidando su presencia en el Caribe, incluida Venezuela y la vecina isla de Aruba, para prepararse para posibles operaciones en Venezuela.
“Hemos estado construyendo infraestructura sobre el terreno en Venezuela diseñada para sacar a estadounidenses, aliados, británicos y otras personas en caso de que comience la guerra en Venezuela”, declaró a la BBC.
Las especulaciones sobre una posible acción militar de Estados Unidos contra Venezuela han ido en aumento después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, pidiera al presidente Maduro que abandonara el cargo, acusándolo de enviar narcóticos y asesinos a Estados Unidos.
Según Stern, el reto en este caso consistía en sacar del país a alguien tan conocido como María Corina Machado, un nombre muy popular en Venezuela para la oposición.
Ninguna de las infraestructuras que su empresa había construido en el país, dijo, estaba “diseñada para la segunda persona más popular del maldito país con una diana en la espalda”.
Cuando entró en contacto por primera vez con el equipo de Machado, al principio no le revelaron su identidad, pero afirmó que fue capaz de adivinarla.
Se pusieron en contacto con él a principios de diciembre, a través de un contacto que conocía al equipo de Machado, y este era al parecer el segundo intento de sacarla de Venezuela, después de que el plan inicial “no saliera bien”, según dijo.
La operación se denominó “Dinamita Dorada” porque “(Alfred) Nobel inventó la dinamita” y Machado intentaba llegar a Oslo para recoger el Premio Nobel de la Paz.
Las cosas se movieron rápidamente. Stern dijo que habló con el equipo el viernes, que se desplegaron el domingo y que el martes ya habían completado su misión.
Su equipo había explorado varias posibilidades para sacar a Machado del país y se decidió por un plan que implicaba un tumultuoso viaje por mar.
Para proteger su futuro trabajo en Venezuela, Stern solo puede revelar algunos detalles del viaje.
Por tierra, trasladaron a Machado desde la casa donde se escondía hasta el punto de recogida de una pequeña embarcación, que la llevó frente a la costa hasta un barco un poco más grande, donde se reunió con él.
El viaje se realizó en “mares muy agitados”, con olas de hasta 3 metros de altura, en “una oscuridad total”, según contó.
“El viaje no fue agradable. Hacía frío, llovía mucho, estábamos empapados, las olas eran muy fuertes, y eso lo aprovechamos. La llevamos a tierra firme, hasta donde estaba su avión, y ella voló a Noruega”.
A lo largo del viaje, se tomaron varias medidas para ocultar y disimular su rostro y su perfil “digital”, ya que se trata de una política muy conocida.
“La amenaza biométrica es muy real”, señaló, y añadió que se tomaron medidas para asegurarse de que no pudiera ser localizada a través de su teléfono.
Stern dijo que María Corina Machado se comportó de manera “impresionante” a pesar de las dificultades durante el viaje, aceptando un jersey para abrigarse cuando él se lo ofreció, pero sin pedir nada más.
“Estaba empapada y helada, pero no se quejó ni una sola vez”, dijo riendo, reconociendo que la operación era muy peligrosa porque el agua “no perdona”.
“Si conduzco un barco y se me avería el motor, tendré que nadar hasta Venezuela”.
Cuando se le preguntó cómo podía garantizar la seguridad de los venezolanos que ayudaron en la operación, Stern respondió que mantuvieron sus identidades en secreto y que “nosotros [Grey Bull] realizamos muchas operaciones encubiertas”.
Muchos de los que ayudaron ni siquiera se dieron cuenta de que estaban trabajando para él, dijo Stern, mientras que otros creen que “conocen toda la historia”, pero en realidad no es así.
“Hay personas que hicieron cosas que eran benignas desde su perspectiva, pero que desde la nuestra eran fundamentales para la misión”.
Afirmó que la operación fue financiada por donantes, y no por el gobierno de Estados Unidos: “Nunca hemos recibido una nota de agradecimiento del gobierno de Estados Unidos, y mucho menos un dólar”.
Stern aseguró que se coordinó con algunos Estados nacionales y con los servicios de inteligencia y diplomáticos de varios países. Esto incluyó alertar a Estados Unidos de manera “informal”.
Machado ha dicho que tiene la intención de regresar a Venezuela, pero el Stern afirma que le aconsejó que no lo hiciera.
“Le dije: ‘No vuelvas. Eres madre. Te necesitamos’. Ella hará lo que tenga que hacer… Entiendo por qué quiere volver, porque es una heroína para su pueblo.
“Ojalá no volviera, pero tengo la sensación de que lo hará”.
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