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La otra jugada contra la desinformación
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7 minutos de lectura

La otra jugada contra la desinformación

De la “vacunación” (prebunking), la verificación (fact checking) y la moderación de contenido por parte de las plataformas, hoy hay un cuarto enfoque que apuesta por la privacidad para combatir la desinformación y cambiar las reglas del juego.
17 de julio, 2025
Por: Alfredo Suárez García / Fundación Friedrich Naumann para la Libertad

Desde hace poco más de un año, hay una pregunta que me ronda insistentemente: ¿cómo podemos combatir la desinformación?

La desinformación, tal como la entendemos hoy, es un fenómeno complejo, atravesado por múltiples factores. Sin embargo, no es un fenómeno nuevo. Existen muchos registros desde la antigüedad de cómo la desinformación ha sido utilizada como herramienta en las guerras desde los romanos, pasando por un aumento con la invención de la prensa de Gutenberg, y todavía más casos en el siglo XIX con el advenimiento de los diarios, y posteriormente en el siglo XX con la radio, televisión y, finalmente, el internet y la inteligencia artificial.

El recelo a las nuevas tecnologías

Las preocupaciones que generan las nuevas tecnologías tampoco son algo nuevo. Hoy nos inquieta la inteligencia artificial; mucho antes fue la escritura. Platón, por ejemplo, temía que la lengua escrita —aunque útil para difundir el conocimiento— no fuera tan dinámica ni enriquecedora como el diálogo. Incluso pensaba que podría volvernos intelectualmente perezosos.

Con el tiempo entendimos que la escritura no vino a reemplazar el habla, sino a complementar. Nos permitió intercambios más precisos y productivos, y nos ayudó a destilar,  afinar y difundir nuestras ideas. Lo mismo pasó con el internet, que en buena medida se pensaba haría más flojos a los estudiantes, pues les facilitaba la búsqueda de información a un nivel nunca antes visto. 

Es decir, las tecnologías nunca están faltas de críticas, recelos, y temores. No obstante, esto no significa que las nuevas tecnologías no tengan un aporte ni supongan un avance. Por el contrario, la historia nos ha enseñado que la investigación y el progreso revolucionario no se pueden detener, pero ello no nos exime de darle una mirada crítica a dicha tecnología, para encontrar maneras éticas de utilizarlas. 

Algo similar podría estar ocurriendo con la inteligencia artificial. Hoy, en su vertiente generativa como ChatGPT, ha levantado las alarmas por considerarse una herramienta que hace que quienes lo utilizan se vuelvan perezosas. Incluso un estudio afirma que quienes usan inteligencia artificial generativa para hacer el trabajo por ellos generan pérdidas cognitivas. Por ello es importante que el uso de la inteligencia artificial se pueda convertir en un espacio para rebotar ideas, explorar matices y reducir el ruido en la conversación y no solo un atajo que reduzca el pensamiento.

La otra inteligencia artificial

Ahora bien, existen otros tipos de inteligencia artificial diferentes a la generativa. Me refiero a eso que antes llamábamos Big Data o, más coloquialmente, “el algoritmo” de las redes sociales o de los buscadores: esa maquinaria invisible que decide qué información, fotos o videos verás en tu feed de Instagram o YouTube, basándose en lo que provocará una reacción emocional intensa —ya sea amor u odio. Lo importante no es el contenido en sí, sino el engagement que genera, por lo que entre estos contenidos muchas veces encontramos desinformación o malinformación (información fuera de contexto que se utiliza para dañar). Cada clic, comentario, share o vista que haces mientras amas o te indigna el contenido, es tiempo que pasas en la plataforma… y más tiempo, claro, implica más oportunidades de mostrarte publicidad y cobrar por ello.

El algoritmo es responsable de que constantemente estemos recibiendo información que debemos ver. Pero no hay un solo algoritmo: Google, Facebook, Instagram, TikTok, YouTube… todos tienen el suyo, todos compiten por nuestra atención. Así, terminamos con teléfonos llenos de notificaciones, una mente saturada y una sensación permanente de sobrecarga informativa.

La sobrecarga informativa

Si bien existen muchos factores estructurales que ayudan a la desinformación a ser un fenómeno tan eficiente, como lo son su carácter estructural, el peso de las imágenes y videos en captar nuestra atención de manera rápida, el sesgo de la novedad que hace que siempre estamos buscando o poniendo más atención a hechos nuevos, y otros tanto más que abordamos en nuestro paper sobre desinformación, hoy quiero enfocarme en la sobrecarga informativa. 

La sobrecarga informativa hace que nuestra atención se vuelva un commodity preciado. Es decir, en un mundo donde en un solo día se suben más minutos de videos a Youtube de  lo que podrá ver una persona en toda su vida, lo que sobra es información, pero faltan ojos que la vean.

Pero esta sensación de exceso de información tampoco es nueva. Ya en el siglo XVI, Conrad Gessner advertía sobre la “abundancia dañina” de libros, que podía generar confusión más que conocimiento. Su preocupación no era por el volumen de información, sino por la dificultad de organizarla y filtrar lo realmente útil.

Por lo tanto, podemos afirmar que nuestra percepción y nuestra conciencia están expuestas constantemente a estímulos e información que debemos procesar, clasificar y analizar para poder asimilarlos como personas maduras; poder separar lo que sirve y es información de calidad, lo que es entretenimiento, y lo que es desinformación. Lo que nos regresa a la pregunta inicial: ¿cómo combatir la desinformación en una época saturada de información, tanto de alta como de baja calidad?

Enfoques para combatir la desinformación

Existen dos enfoques dominantes hasta ahora. El primero es el prebunking o la “vacunación” contra la desinformación. Consiste en explicar a las personas cómo funciona la desinformación y qué estrategias suelen usar quienes la promueven, ya sea con fines políticos, económicos o sociales. De esta forma, al mostrar las estrategias y no acusando medios es que se consigue “vacunar” a las personas contra la desinformación. 

El segundo enfoque es el fact-checking, tarea que medios y plataformas especializados realizan con metodologías rigurosas para verificar afirmaciones de figuras públicas o desmentir información viral. En México, iniciativas como El Sabueso, de Animal Político, marcan la pauta en esta labor.

Un tercer enfoque que tuvo cierto auge hasta 2024 fue la moderación de contenido por parte de las plataformas. Meta, por ejemplo, en alianza con fact checkers solía detectar desinformación en Facebook e Instagram y limitar su alcance o impedir su publicación, o en otros casos añadiendo etiquetas de advertencia. Sin embargo, este modelo ha sido duramente criticado —sobre todo en Estados Unidos— por considerarse una amenaza a la libertad de expresión.

Un cuarto enfoque

Esta semana me encontré con una propuesta provocadora e innovadora de Tiffany Li, profesora de Derecho en la Universidad de San Francisco. Li sugiere que el combate a la desinformación no debería centrarse en la libertad de expresión ni en la competencia económica (es decir, en combatir el dominio de mercado de las Big Tech). Su apuesta es por la privacidad.

Su razonamiento es claro: si protegemos de forma estricta la privacidad de las personas —es decir, impedimos que las grandes plataformas recopilen y procesen datos personales con tanto detalle— se dificulta la microsegmentación de audiencias. Y si no pueden microsegmentarnos con precisión, disminuye su capacidad de captar nuestra atención y generar engagement con contenido que nos impacta emocionalmente.

Hoy, empresas como Google pueden tener miles de datos sobre cada persona: nombre, dirección, búsquedas recientes, ubicación en tiempo real, red de amistades, ingresos estimados… Todos estos datos permiten predecir nuestro comportamiento y diseñar anuncios y noticias que parezcan casi telepáticos, o contenidos que nos arrastran sin pausa por un “agujero de conejo” en TikTok o YouTube.

La propuesta de Li —reforzar los derechos del individuo frente al poder corporativo— podría abrir una nueva puerta: la de un mundo donde la desinformación no llegue con tanta precisión a los ojos correctos, en el momento exacto.

Y quizá ahí esté parte de la clave: no solo educar ni solo moderar, sino cambiar las reglas del juego, para que se empodere a los individuos frente a corporaciones que tienen miles de expertos en tecnología, sicología y más buscando cómo captar nuestra atención, cueste lo que cueste, aunque sea con información falsa, creada por un gobierno que busca insertar su agenda en otros países. 

* Alfredo Suárez es Communications Manager para América Latina en la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad (@FNFMexico), organización alemana fundada en 1958, cuyo propósito es promover los principios del liberalismo clásico a nivel global. Su enfoque se centra en fortalecer la libertad individual, la democracia, los derechos humanos, la economía de mercado social y el Estado de derecho, a través de programas de formación política, generación de redes internacionales y fomento del diálogo político. Cuenta con presencia en más de 60 países y sus actividades incluyen alianzas con actores locales, impulso a la participación ciudadana y fortalecimiento institucional. La fundación busca establecer plataformas de intercambio que respalden valores liberales, adaptándose a los contextos específicos de cada región para lograr un impacto sostenible.

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Imagen BBC
Qué son los ejercicios isométricos y por qué son clave para aumentar la fuerza muscular
7 minutos de lectura

Si te cuesta trabajo empezar una rutina de ejercicios, los movimientos isométricos pueden ser un gran punto de partida.

22 de julio, 2025
Por: BBC News Mundo
0

Pocas cosas cuestan más que empezar un nuevo programa de ejercicios.

Pero en el frenético mundo de 2025, quedarse quieto no es la mejor opción: la evidencia científica muestra que la actividad física regular resulta imprescindible para tener una buena salud física y mental.

Por eso, un número creciente de deportólogos y entrenadores personales está recurriendo a un recurso sencillo y versátil: los ejercicios isométricos.

Se trata de posturas que se mantienen durante al menos 30 segundos y que se pueden realizar en casa y sin equipamiento.

“Para quienes llevan años sin moverse, los isométricos son una puerta de entrada segura: fortalecen sin impacto y ayudan a reconectar con el cuerpo desde el primer día”, le dice a BBC Mundo la médica deportóloga Catalina Blanco.

La doctora Catalina Blanco
Catalina Blanco
La doctora Catalina Blanco recomienda programas de ejercicios isométricos a pacientes con mobilidad reducida para recuperar fuerza.

La doctora Patricia Puiggròs, autora de Pausa tu dolor de espalda, coincide: “Son tan versátiles que una mujer posparto, un paciente con artrosis o un ejecutivo sin tiempo pueden usarlos como punto de partida y notar cambios reales en pocas semanas”.

A continuación, te contamos qué son los ejercicios isométricos, cómo integrarlos en tu rutina y cuáles puedes probar hoy mismo.

¿Qué son?

La doctora Patricia Puiggrós
Patricia Puiggrós
La doctora Patricia Puiggrós asegura que usa los ejercicios isométricos en su práctica por su “seguridad, versatilidad y eficacia”.

El término isométrico proviene del griego isos (igual) y metron (medida): hace referencia a una contracción en la que el músculo mantiene la misma longitud mientras genera tensión.

En un curl de bíceps típico la fibra muscular se acorta (fase concéntrica) cuando se sube la mancuerna y se alarga (fase excéntrica) cuando se baja.

La otra opción es sostener la pesa a medio camino, sin moverla, con lo cual el bíceps trabaja de forma isométrica: la articulación no se desplaza, pero las fibras siguen “encendidas”.

Esa quietud aparente reduce la carga sobre tendones y cartílagos, lo que convierte a estos ejercicios en aliados de la rehabilitación y en un punto de partida ideal para quienes salen del sedentarismo.

Pero los isométricos no son solo para novatos.

Ciclistas en el Tour de Francia
Getty Images
Los ejercicios isométricos son importantes para todo tipo de deportistas de alto rendimiento.

La entrenadora personal Paola Carbajal, quien trabaja en la zona de Roatán, Honduras, y le dijo a BBC Mundo que los atletas de élite incorporan los ejercicios isométricos para mejorar la salida en velocidad, reforzar la estabilidad de los músculos abdominales o afinar la técnica en movimientos explosivos.

“Mantener una zancada estática con peso sobre la espalda durante 45 segundos quema más que veinte sentadillas ligeras”, dice en base a su experiencia con ciclistas y velocistas de alto rendimiento.

En resumen: no se trata solo de “quedarse quieto”, sino de sostener la tensión en el ángulo exacto en el que el músculo puede ganar fuerza sin castigar la articulación.

¿Qué ocurre en los ejercicios isométricos?

Dos mujeres haciendo planchas mientras se ríen.
Getty Images
Una de las ventajas de los isométricos es que ejercitan los músculos sin irritar articulaciones.

Como está generando tensión sin desplazarse, el músculo está actuando como si fuera un amortiguador que estabiliza la articulación. Blanco lo compara con “poner el freno de mano y acelerar el motor al mismo tiempo”: el cuerpo trabaja duro, pero no hay sacudidas internas.

Ese “empuje silencioso” despierta fibras profundas —las mismas que protegen la columna y las rodillas— y crea una respuesta vasodilatadora que los cardiólogos están empezando a estudiar. Blanco cuenta que en hipertensos leves, practicar cuatro series de 30 segundos, cuatro días por semana, puede reducir la presión sistólica hasta 7 mm Hg.

“Cuando la articulación duele, el músculo tiende a apagarse; una postura isométrica lo reactiva sin irritar la zona sensible”, apunta Puiggròs.

Los ejercicios isométricos también mejoran la conexión mente-músculo: pasados veinte segundos en plancha, la conciencia se clava en el abdomen. Adquirir esa sensibilidad se convierte en un paso clave para poder llevar a cabo movimientos más complejos con estabilidad.

En definitiva, el músculo se vuelve en un aliado: gana fuerza donde más se necesita y “enseña” a las articulaciones a moverse con mayor control una vez que se reanudan las repeticiones tradicionales.

¿Cómo integrarlos en la rutina?

Una mujer en una sentadilla estática
Getty Images
Aunque en su mayoría son seguros, es mejor consultar con un especialista antes de empezar cualquier rutina nueva de ejercicios.

Aunque integrar ejercicios isométricos a la rutina de ejercicios es fácil y seguro, hay ciertos grupos que deben tener cuidado y consultar con un médico antes de empezar a hacerlos.

“Personas con hipertensión arterial no controlada o con antecedentes cardiovasculares importantes deben consultar con su médico antes de realizar ejercicios isométricos”, dice la doctora Puiggrós, agregando que “lesiones musculares agudas o dolor intenso en la zona a trabajar requieren valoración previa antes de comenzar”.

Además, la doctora recuerda que los ejercicios isométricos solos no son una rutina completa: “No mejoran de forma directa la movilidad, la coordinación ni la capacidad cardiovascular. Por eso, no deben sustituir un programa completo, sino integrarse como parte de un enfoque más global, que incluya también ejercicios dinámicos, movilidad articular, estiramientos y descanso adecuado.”

Las especialistas consultadas por BBC Mundo sugieren empezar con tres sesiones semanales. Las posturas deben mantenerse un mínimo 30 segundos y se puede finalizar con estiramientos a la zona que se trabajó.

Una mujer mayor haciendo ejercicio en su sala
Getty Images
Los ejercicios isométricos son clave para la estabilidad y la postura, y son efectivos tanto para atletas como para personas mayores.

Es clave también mantener la atención en la respiración, inhalar por la nariz al acomodarse en la posición, exhalar de forma constante mientras se sostiene, y volver a inhalar al finalizar.

“Cuando la respiración fluye, el cuerpo entiende que la tensión es controlada y no dispara alarmas”, dice Puiggròs.

La columna debe permanecer neutra, las rodillas alineadas con los pies y la mirada fija en un punto para mantener el equilibrio. Un espejo o la cámara del teléfono ayudan a corregir ángulos indeseados.

“Para los atletas, los isométricos son oro: mejoran la rigidez del tendón y la capacidad de aplicar fuerza rápidamente”, recuerda Blanco. Por eso ciclistas y velocistas los usan para potenciar la salida o la cadencia de pedaleo.

Cuando los 30 segundos resulten cómodos, se avanza a 45 o 60 segundos o se añade carga externa (bandas, discos ligeros). Otra opción es preceder cada isométrico con 8-10 repeticiones dinámicas del mismo ejercicio: el músculo llega fatigado y la postura final produce un estímulo extra de fuerza y resistencia.

Cuatro ejercicios isométricos clave

Las expertas consultadas por la BBC coincidieron en cuatro ejercicios isométricos clave que pueden ayudar a alguien que quiera comenzar una rutina de ejercicios.

1. Plancha abdominal

Con los antebrazos y puntas de los pies en el suelo, hombros sobre codos, abdomen activo.

Según Puiggròs, esta posición activa “la faja natural” que protege la zona lumbar y despierta el core profundo.

Paola Carbajal demuestra una plancha abdominal
Paola Carbajal
Es clave mantener los hombros sobre los codos y el abdomen activo en la plancha abdominal.

2. Sentadilla isométrica en la pared

Con la espalda pegada a la pared y las rodillas en ángulo de 90°.

Blanco se la receta a hipertensos y oficinistas: refuerza los cuádriceps y glúteos sin impacto y ayuda a romper las horas de sedentarismo.

Paola Carbajal haciendo una sentadilla estática para ejercicios isométricos
Paola Carbajal
Si puedes mantener la posición cómodamente durante 30 segundos, puedes agregársela a una serie de 10 sentadillas activas para mejores resultados.

3. Puente de glúteos

Boca arriba y con las rodillas flexionadas, se eleva la pelvis hasta alinear rodillas, cadera y hombros.

Es un ejercicio que ayuda a aliviar la zona lumbar y, en el posparto, ayuda a reconectar con el suelo pélvico.

Paola Carbajal muestra el puente de glúteos
Paola Carbajal
En la contracción, se alinean rodillas, hombros y cadera.

4. Desplante estático

Un paso largo al frente, ambas rodillas a 90 °; tronco erguido.

Carbajal lo define como “triple tiro” para cuádriceps, glúteo medio y core; en rehabilitación de tobillo, refuerza el control neuromuscular.

Paola Carbajal demuestra el desplante dentro de los ejercicios isométricos
Paola Carbajal
El desplante se debe mantener durante mínimo 30 segundos en cada lado.
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BBC

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