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Nostalgia e historia: no te pierdas estos recorridos por la CDMX ‘que ya no existe’
Nostalgia e historia: no te pierdas estos recorridos por la CDMX  ‘que ya no existe’
Foto: Historia de la Ciudad de México. Tomada de: cdmx en el tiempo.
7 minutos de lectura

Nostalgia e historia: no te pierdas estos recorridos por la CDMX ‘que ya no existe’

¿Te has preguntado cuántas ciudades hay debajo de la que ya conoces? Te contamos más sobre este interesante proyecto.
12 de febrero, 2025
Por: María Paula Paredes Solarte

¿Al ver fotos antiguas de la CDMX te preguntas cómo era vivir en esa ciudad? Si tu respuesta fue si, te contamos sobre un proyecto que seguramente llamará tu atención.

Animal.MX tuvo la oportunidad de conversar con Rafael Arias, creador de esta iniciativa que busca redescubrir esas historias ocultas bajo la CDMX.

La nostalgia de la CDMX del pasado

Se dice que el pasado nunca se va del todo, y estos recorridos son una prueba viviente de ello. Rafael tiene 25 años, es politólogo de formación y editor de video de profesión, pero su pasión por la historia y su interés por compartirla lo llevaron a crear estos recorridos.

“Me apasiona hablar de historia, de la CDMX y de sus transformaciones. Cuando empecé este proyecto, mi idea era compartir algo que realmente disfrutaba.”, comenta.

Todo comenzó tras una visita al Museo Casa Venustiano Carranza, un lugar que le fascina. Estando allí, se dio cuenta de que la ciudad estaba llena de historias y significados, pero muchas veces no se transmitían de manera profunda. Ante esto empezó a pensar en la idea de hacer recorridos, pero no quería que fueran solo sobre los espacios, sino sobre lo que representaban.

“Quería ir a esos lugares que me gustaban y hablar de su simbolismo, de su historia…no son solo edificios construidos de la noche a la mañana, tienen algo más.”

Más allá de una publicación para redes sociales

A lo largo de los años, Rafael ha reflexionado sobre la banalización de las experiencias culturales, especialmente en museos.

“Siento que muchas veces se ha perdido el verdadero sentido de visitar un museo. Ahora las exposiciones se han vuelto una especie de escenario para Instagram, con luces y spots que nada tienen que ver con el contenido. Yo quería que la gente fuera a un museo no solo porque sea bonito, sino para entender el significado del lugar, para conectar con el arte y la historia”, explica.

Así, a finales de 2023, nació este proyecto, cuando Rafael ya conocía muchos de los rincones históricos de la ciudad y se dio cuenta de la importancia de compartir las historias detrás de esos sitios más allá de las exposiciones temporales.

“Por ejemplo, si voy al Museo del Estanquillo, sé que ese lugar fue construido durante la época del Porfiriato. Si voy al Franz Mayer, sé que en algún momento fue un hospital”, señala.

Para él es fundamental recordar la importancia de los lugares que visitamos cotidianamente, pero que a menudo no sabemos qué significan o qué historias guardan.

Nostalgia e historia CDMX
Foto: Rafael Arias.

Puedes leer: El poder de la nostalgia: cómo coleccionar juguetes nos permite volver a ser niños por un momento

La CDMX no tan turística

Cuando pensamos en el turismo en la CDMX, es probable que las imágenes que nos vienen a la mente sean las de Bellas Artes, la Avenida Paseo de la Reforma, el Museo Soumaya, entre otros lugares que aunque indudablemente son atractivos, con el tiempo se convierten en sitios comunes que al vivir en la ciudad, pierden un poco su significado.

Por lo anterior, Rafael cree firmemente en la importancia de crear recorridos que atraigan no solo a turistas, sino también al público local, ese que transita a diario por los mismos lugares que aparecen en los spots publicitarios de la ciudad.

“Pensaba que para un turista, estos lugares podrían ser lo más atractivo, pero ¿y nosotros, los que habitamos la ciudad? ¿Realmente dimensionamos esos lugares? ¿Cuántos cambios han experimentado, qué evolución han tenido, cómo nos han afectado?”, reflexiona Rafael.

La ciudad que ‘ya no existe’

Cuando se establece la capital del Virreinato de la Nueva España en lo que hoy es la CDMX, la estructura urbana debía responder al orden de esa época. Posteriormente, la ciudad experimentó varias transformaciones: primero con la etapa liberal, luego con el Segundo Imperio, y cada una de estas fases trajo consigo una nueva configuración urbana.

Si lo piensas, es como si las ciudades se estuvieran reemplazando una a una. Aunque hablamos de una CDMX que tiene 500 años, en realidad, no estamos viviendo en la misma ciudad. Nos referimos a una ciudad que ya no existe.

“A mí me encanta el cine mexicano. Cuando veía las películas de la Época de Oro, de los años 40, 50 y 60, por ejemplo, en Días de Otoño, podía ver a la CDMX en su esplendor. Lugares que hoy quizás atraviesas y encuentras un Starbucks, pero que en esa época no existían. Mientras veía esas películas, me emocionaba identificar los lugares y pensar en qué zona estaban, cómo eran antes y qué transformaciones habían sufrido con el tiempo”, comenta Rafael.

Uno de los momentos que lo hicieron reflexionar sobre el paso del tiempo fue una visita al Centro Cultural Universitario de Tlatelolco donde hay una maqueta que representa la construcción de la Unidad Habitacional de Tlatelolco, y muestra cinco niveles históricos:

  • El primero es un montículo de tierra, representando la época prehispánica.
  • Luego, Tlatelolco durante la época virreinal.
  • Después, Tlatelolco en tiempos del sindicato ferrocarrilero.
  • Finalmente, Tlatelolco como unidad habitacional.

Teniendo esto en cuenta, si pasas por Tlatelolco, tal vez no te das cuenta de que debajo de la superficie hay cuatro capas de historia.

“Al entrar a la exposición, había una frase que decía: “Pregúntate cuántas ciudades hay debajo de la que conoces”. Es importante salir a la calle y cuestionarnos, no solo ver lo que está frente a nosotros, sino entender todo lo que hay detrás de cada rincón”, expone.

Nostalgia e historia CDMX
Foto: Tomada del libro “Ciudad Tlatelolco”

Con todo se hace historia

Al igual que hay mucha historia detrás de nosotros y probablemente mucha más por venir, con todo podemos contribuir a crearla. Rafael se inspira en una famosa frase del Indio Fernández, quien decía que basta con tomar una cámara y grabar México para que eso se convierta en cine mexicano.

“Aunque mi contenido sea solo para Instagram, videos que tal vez sean hasta algo mundanos (bromea) al final siento que estoy haciendo algo de cine con la ciudad. Tal vez solo grabe un contrapicado porque quiero contar la historia de un edificio, pero creo que, con todo, se puede contar historia.”, explica.

¿Quieres sumarte al recorrido?

El primer recorrido que Rafael organizó fue en septiembre del año pasado.

“La historia no se trata de competir por quién sabe más datos, sino de aplicarla para el presente”, comenta. Y por eso, para él es crucial cuidar los detalles y hacer que cada recorrido tenga un sentido profundo y enriquecedor.

“La manera en que intento hacer los recorridos es leer algo que me gusta, algo que tiene una historia que puede ser contada a través de las calles o rutas de la ciudad”, dice Rafael.

Si con todo lo que te hemos contado te dieron ganas de explorar la CDMX de una forma única, lo único que tienes que hacer es contactar a Rafael Arias a través de su Instagram y decirle que te gustaría unirte. Recuerda que esta actividad no tiene un precio fijo, sino una contribución voluntaria.

Te recomendamos seguir a Rafael para estar al tanto de los detalles de cada recorrido. y también te dejamos algunas recomendaciones para disfrutar aún más de este día:

  • Lleva ropa y calzado cómodo, porque caminarás bastante.
  • No olvides el bloqueador solar, y si lo prefieres, una sombrilla o gorra.
  • Mantente hidratado, lleva tu termo con agua.
  • Lleva buena actitud, ganas de compartir, aprender y divertirte. Invita a tu persona favorita o haz nuevos amigos durante el recorrido.

El siguiente recorrido será dentro de dos semanas, sobre la Decena Trágica, que fue cuando los porfiristas intentaron derrocar al gobierno de Madero.

Aunque Rafael no lleva mucho tiempo haciendo estos recorridos, la calidad de los mismos ha atraído a un público diverso, desde jóvenes de 18 a 25 años hasta personas de hasta 50 años. “Siento que, por la forma en que me comunico, mis recorridos tienen un enfoque joven, pero hay de todo”, comenta.

Lo que Rafael busca con sus recorridos es que la gente se contagie de su amor y curiosidad por conocer la ciudad, crear comunidad, reunir amigos y a futuro brindar una experiencia mucho mas amplia:

“Mi objetivo es encontrar una comunidad interesada no solo en conocer este tipo de datos, sino también en involucrarse en la conservación y administración de estos inmuebles y lugares históricos. Me gustaría comenzar a crear más conexiones para enriquecer los recorridos. La idea es que no se queden solo en caminar por la ciudad, sino que también ofrezcan experiencias como visitar una librería, una cantina o un restaurante que te transporte directamente a ese escenario histórico”, explica.

Nostalgia e historia CDMX
Foto: CDMX en el tiempo.

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Imagen BBC
Rancho Izaguirre: “dicen que somos el Auschwitz mexicano, pero Teuchitlán no es el culpable de ese horror”
7 minutos de lectura

El centro de adiestramiento del Cartel de Jalisco encontrado cerca de Guadalajara conmocionó al mundo, pero los vecinos del predio temen ser estigmatizados.

15 de marzo, 2025
Por: BBC News Mundo
0

En una inmensa sabana forrada de cultivos de caña, en el estado de Jalisco, México, destaca un pequeño predio rectangular con muros de concreto, dos precarias edificaciones y un portón negro de madera, con dos caballos pintados, que da a conocer el nombre del lugar: Rancho Izaguirre.

Un lugar que para los vecinos del municipio de Teuchitlán solía pasar desapercibido, hasta que en septiembre de 2024 la Guardia Nacional allanó el terreno entre tiroteos y arrestó a 10 personas, rescató a dos secuestrados, y encontró un cadáver.

La semana pasada, después de que la Fiscalía local dijo que no encontró más cosas tras los allanamientos, el grupo Guerreros Buscadores de Jalisco denunció que ahí, además de un campo de adiestramiento del Cartel de Jalisco Nueva Generación, había hornos crematorios para desaparecer los cuerpos de las víctimas de una de las empresas criminales más poderosas de México.

La misma fiscalía jalisciense descarta los hornos, aunque el grupo de buscadores mantiene su versión. Y los vecinos los califican de “cómplices”, que “están quemando al pueblo”, que son “maña”.

Y las investigaciones, cada día más empapadas por la desconfianza hacia las autoridades, continúan.

Camionetas de la policía municipal frente al Rancho Izaguirre
BBC
Camionetas de las fiscalías local y nacional llegan diariamente a los predios para realizar investigaciones.

La presidenta, Claudia Sheinbaum, ha pedido “esperar a los resultados”. Mucho de su gestión depende del tema seguridad.

Al predio llegan cada mañana, bajo un sol punzante y una oleada de polvo, una decena de camionetas de las fiscalías local y nacional, así como de la Guardia Nacional y la Policía Municipal, que en Teuchitlán no tiene más de 30 oficiales. Por la tarde se van y el predio en la noche queda solo, como si no fuera un foco de atención nacional y mundial.

Que lo es porque los buscadores, con su denuncia, dieron a conocer las fotos de sus hallazgos, donde se veían los zapatos corroídos, las playeras agujereadas y las mochilas polvorientas de los jóvenes que pasaron por este otro epicentro de la crueldad humana.

“El nombre de Teuchitlán está en el ojo del huracán del mundo”, me dice Jaime Gustavo Nabel, el párroco del municipio, mientras suenan niños hablando y riendo como en cualquier tarde calurosa de catequesis en la parroquia.

“Dicen que somos el Auschwitz mexicano, el infierno en la tierra, la herida abierta de la humanidad, y no, Teuchitlán no es el asesino ni el culpable de este horror”.

El párroco de Teuchitlán Jaime Gustavo Nabel
BBC
El municipio de Teuchitlán no es culpable de este horror, asegura el párroco Jaime Gustavo Nabel.

“Está canijo”

Teuchitlán está a 50 kilómetros de Guadalajara, una de las tres ciudades más grandes de México, y su gran riqueza, además de las industrias cañera y agavera, es una pirámide cilíndrica, conocida como Guachimontones, que construyeron las culturas prehispánicas acá antes de esta era.

Una atracción turística a la que cada domingo, reporta el recepcionista, llegaban un promedio de 100 turistas, y ahora, después de que el pueblo se convirtió en noticia mundial, llegan poco más de 20.

Pero la sensación de la localidad no es la de una emergencia: los niños juegan en las calles, los campesinos se reúnen en plaza a compartir el atardecer y las madres llevan a sus hijos a tarde de catequesis.

Sol Rivera es una de ellas. “No es que haya negación o falta de empatía —dice, sonriente—, sino que nosotros no somos eso y más bien queremos seguir mostrando a las madres que estamos con ellas, que les tenemos respeto y admiración por todo lo que han hecho”.

Una mujer paga a la dueña de un local en Teuchitlán
BBC
Los lugareños de Teuchitlán, como Sol Rivera, no quieren que se les asocie con las atrocidades reportadas en el Rancho Izaguirre

El domingo el pueblo hospeda una vigilia, a la que vendrán cientos de madres buscadores de todo el país.

Rancho Izaguirre está en la zona rural del municipio: convenientemente, tan cerca y tan lejos del pueblo y la gran metrópoli.

A dos predios de distancia, un campesino regando un cultivo de caña me dice, en condición de anonimato, que “ahora esto da miedo, esto antes era tranquilo, pero imagínate cuando la caña esté alta, de dos metros, y este desierto se convierta en un laberinto de callejones”.

Otro campesino de la zona, también reacio a darme su nombre, añade: “Esto está canijo, yo vivo en Estados Unidos y mi hijo también, por esto nomás, por esta violencia”.

En Guadalajara, donde Rancho Izaguirre también parece estar en todas las conversaciones, muchos se preguntan por la interacción de los vecinos con el predio: ¿cómo no iban a saber, me dicen, o haber visto, o incluso abastecer de tortillas a esta presunta academia paramilitar?

Fotos de los desaparecidos cuelgan de un muro y yacen en el piso
BBC
El domingo habrá una vigilia por los desaparecidos.

Academia militar

David Saucedo, un experimentado consultor en seguridad, tiene una explicación: “Estos centros logísticos están aislados de los entornos urbanos porque como hay detonaciones, gritos por las prácticas de tortura, explosivos, necesitan privacidad, necesitan una barra perimetral de seguridad que los aísle”.

Al tiempo, “están cerca de la ciudad porque es ahí donde necesitan a los reclutas (…) En Guadalajara en este momento hay una batalla entre dos carteles que necesitan nuevos soldados y estos centros se suelen usar para abastecer la batalla”.

El reclutamiento voluntario o forzado es una práctica común de la estructura criminal de los carteles, sirven para formar halcones (vigilantes), sicarios y narcomenudista, y son gestionados por exmilitares y mercenarios”, señala Saucedo.

Vista aérea del Rancho Izaguirre
EPA
El rancho está ubicado a una distancia conveniente de la zona urbana, como para que sus actividades pasaran desapercibidas.

Si algo se puede deducir de las imágenes de dron que los medios locales han podido sacar del predio es que en él había varios espacios típicos de una academia militar, como un camino de obstáculos hecho de llantas o huecos en la tierra que sirven como piloto de trinchera.

Para Saucedo, estas academias muestran el carácter organizado del crimen, cuya estructura incluye hospitales, bodegas y centros de monitoreo.

El criminólogo añade que la mayoría de los prospectos narcos entran a este tipo de academias por voluntad, pero un 40% —estima— llegan de manera forzada.

“La fe para sanar”

Carlos Eduardo Amador Magaña desapareció a sus 19 años un martes de junio 2017 en un momento en el que, como ahora, el Cartel de Jalisco había sufrido una escisión y sus nuevas ramas estaban en guerra y en busca de soldados.

Rosalba Magaña —vestida de rojo, cargando su foto, de verbo preciso y rebelde— es su madre, una jubilada soltera que crió a tres hombres; y lo sigue buscando.

Dos días después de la desaparición, me dice, ya le había dado a las autoridades videos, transcripciones de llamadas y pruebas que “permitían hacer un plan de búsqueda, y hoy es fecha que eso no se agota”, que no le dan información.

Rosalba Magaña con las fotos de su hijo desaparecido
BBC
Rosalba Magaña sigue buscando a su hijo desaparecido en 2017.

La madre buscadora —así les llaman en México a un creciente símbolo del valor y la esperanza— añade: “Yo he trabajado y peleado con las autoridades, he buscado en basureros, he gritado y llorado en mi casa, porque yo cometí el error, quizá porque tenía una vida relativamente feliz, porque no sabía que esto pasaba, de confiar en que las autoridades iban a responder ante esto de manera organizada, y no”.

Lo que más le “da coraje”, afirma, es que las desapariciones aumenten.

“Cuando mi hijo desapareció, en 2017, eran 3.700 los desaparecidos, y ahora son 16.000”, dice, sobre una cifra que genera polémica en México, pero que, si se toman los números históricos, puede llegar a 120.000.

“Claro que tengo fe de encontrarlo”, insiste, a pesar de que no cree en las autoridades. “En el campo de exterminio, o como indigente, pero la fe la necesito para sanar”.

Luego repite una frase que se ve en las camisetas y afiches de los familiares de desaparecidos que por estos días vuelven a protestar en Guadalajara y sus municipios aledaños: “Mientras no lo encuentre, no voy a descansar”.

Línea gris
BBC

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