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Una violencia normalizada: *Qué es la coerción sexual* y y cómo saber si la he vivido
Una violencia normalizada: *Qué es la coerción sexual* y y cómo saber si la he vivido
Ilustración: @Driu_Paredes
7 minutos de lectura

Una violencia normalizada: *Qué es la coerción sexual* y y cómo saber si la he vivido

17 de marzo, 2022
Por: Abigail Camarillo
@aabi_cm 

“Si realmente me amas, lo harías” es una de esas frases que tenemos romantizada, pero que puede ser parte de una situación de violencia, pues es una de las tantas formas en las que se manifiesta la coerción sexual.

¿Alguna vez has sentido que estás bajo presión para tener relaciones sexuales?, ¿has sentido que no puedes negarte?, ¿o te han hecho sentir mal por no acceder? Pues esas situaciones también son prácticas de este acto de violencia.

¿Qué es la coerción sexual?

Pero vamos por pasos, que la línea es muy delgada entre esta y otras formas de abuso.

Para la psicóloga Paulina Ramírez, este término hace referencia a “cualquier tipo de presión, ya sea física o emocional, que una persona ejerce sobre otra para imponer actos de tipo sexual”.

Además, explica que esta imposición puede darse en cualquier tipo de relación sin importar si es romántica, afectiva o erótica, o incluso puede presentarse con alguien que acabas de conocer, con un noviazgo consolidado o en relaciones de matrimonio.

Mónica Bustamante, psicóloga y terapeuta de SORECE (Asociación de Psicólogas Femeninas), explica a Animal MX  que al existir esa relación hay un nivel de confianza entre las dos personas, pero también eso facilita que pueda desarrollarse este ejercicio de poder.

Cómo puedes identificar la coerción sexual

Al inicio mencionamos algunas situaciones en las que se presenta este tipo de violencia, y como puedes darte cuenta pueden sonar a situaciones cotidianas.

Ambas expertas coinciden en que es muy difícil identificar la coerción sexual porque es una práctica sutil y paulatina. “No es algo que sucede en un minuto”, menciona Mónica Bustamante.

Sin embargo, hay varias actitudes que corresponden a la coerción sexual como manipulación, chantaje, amenazas, imposición y presión que también puede presentarse en forma de insistencia.

También lee: 5 ‘red flags’ de maltrato médico a mujeres y personas gestantes que deciden abortar

Podríamos poner un montón de ejemplos sobre estos actos, como cuando alguna persona dice “Si al mes de novios no tenemos relaciones, ya no voy a estar contigo”.

O también esperar que solamente por ser una pareja desde hace años, siempre se  querer tener sexo con la otra persona. También están las amenazas de buscar “satisfacer las necesidades” con otras personas o sentirte obligada a tener relaciones como una forma de “agradecer” algo que tu pareja hizo por ti.

Pero ambas psicólogas regresan a la base para identificar cualquier tipo de violencia: el consentimiento. En un contexto de coerción sexual no existe el libre consentimiento ni hay un deseo de tener el acto sexual.

Para tomar en cuenta: Mónica Bustamante nos explica que en cualquier acto de violencia sexual: “a pesar de que existe presión para llevar a cabo el acto, el cuerpo puede llegar a sentir cierto nivel de placer“.

Estas respuestas de nuestro cuerpo nos pueden hacer dudar de si lo que estamos viviendo es violencia y podemos sentirnos contrariadas. De hecho, las personas que ejercen violencia “justifican” el acto diciendo que “tú también lo disfrutaste” y que por eso “estuvo bien”.

Pero aquí insistimos en lo que dice la especialista: el cuerpo puede responder a muestras de excitación y aún así puede haber violencia. Ella recomienda recordar que si “en el momento previo al acto yo no decidí libremente (sin presión, chantajes, etc), probablemente hubo coerción”.

Mira: Por qué el consentimiento es sexy a la hora de ligar

Otro tipo de coerción: la reproductiva

Mónica Bustamante también nos aclara que dentro de la coerción sexual pueden ir relacionadas otro tipo de presiones, como la coerción o control reproductivo.

Esta consiste en ejercer presión para tener un embarazo. La especialista señala que dentro de esas prácticas podemos encontrar la manipulación o chantaje emocional para tener sexo sin condón o quitarlo en el momento de la eyaculación.

Sin embargo, también se puede vivir desde el control de los días fértiles y presionar para que tengan relaciones en esos días. Y sí, también existen los casos contrarios donde se obliga a realizar un aborto en contra de su voluntad.

Entonces, ¿la coerción sexual es un tipo de violencia sexual?

Tanto Paulina Ramírez, como Mónica Bustamante nos platican que la coerción sexual sí es un tipo de violencia; sobre todo por su carácter de relación de poder.

Mónica Bustamante especifica que hay una delgada línea entre la coerción y la agresión sexual y que esta puede romperse en cualquier momento. Desde su perspectiva, la agresión ya lleva cierto grado de fuerza física y/o amenazas con violencia.

Y aunque podríamos decir que la coerción sexual se queda en el nivel de actitudes o comentarios, eso no quiere decir que no sea un acto violento. 

También es importante volver al tema del libre consentimiento, pues Paulina Ramírez menciona que para compartir la intimidad y sexualidad con cualquier persona, este siempre debe de existir.

La experta también explica a Animal MX que lo ideal sería definir el consentimiento como un “consenso en el que se defina cuál es nuestra expectativa, cuál es nuestro deseo y cuáles son nuestras prácticas al momento de tener estos encuentros”.

Si este acuerdo se rompe o no se respeta, entonces podríamos decir que no hay consentimiento y que se está cayendo en un acto de violencia.

 

También es importante recordar que el consentimiento siempre se puede revertir. Puede que tú ya habías accedido a tener un encuentro sexual, pero si por cualquier motivo cambiaste de razón, estás en tu pleno derecho de decir que no.

Paulina Ramírez también resalta que “cuando una persona no tiene sus capacidades cognitivas regulares o cuando una persona está en un estado inconveniente (ya sea por alguna enfermedad o el uso de alguna sustancia) este consentimiento no es válido“.

Y repetimos: cualquier persona puede ser víctima de coerción sexual, pues como cualquier tipo de violencia sexual, se puede dar tanto en el contexto familiar, escolar, laboral, de amistad, etc.

Por favor, lee: La cultura del silencio: por qué minimizar la violencia sexual contra las mujeres nos hace cómplices

¿Qué hacer si soy víctima de coerción sexual?

Para entender si estás viviendo coerción sexual en tu relación, lo primero es entender qué es y qué tipo de conductas conlleva. Esperamos que para este momento ya podamos haberte solucionado esas dudas.

En segundo lugar, Mónica Bustamante señala que no hay que tener miedo a decir que “no” por pensar que esa respuesta pueda herir o molestar a la otra persona. Insistimos en que el consentimiento es básico en cualquier interacción.

“Si yo percibo que no esta en riesgo mi integridad, puedo responder de manera directa que no hay un deseo, que no se ha mandado un un mensaje o una invitación para que esto suceda”, añade la especialista.

Paulina Ramírez también señala que la otra persona puede reaccionar violentamente al “no” y está consciente de que es muy difícil accionar ante una conducta así.

Y como mencionamos más arriba, la línea entre coerción y violencia sexual es muy delgada y en estos casos puede romperse. Por eso, siempre pide ayuda, intenta no ocultar la situación y haz visible lo que está sucediendo.

Igualmente, ambas coinciden en la importancia de tener una red de apoyo, pues el impacto emocional de cualquier situación de violencia es muy grande.

Es recomendable acercarnos a nuestra familia o amistades para hablar de lo ocurrido, pero también buscar a especialistas. Así encontraremos un espacio para exponer lo que vivimos, lo que sentimos, nuestras dudas, ver qué podemos hacer para cuidarnos y recordarnos que esa situación NO es nuestra culpa.

Dejemos de normalizar este tipo de violencia

La coerción sexual se da un contexto de relación (de cualquier tipo) y por eso podemos confundirla con interés o hasta un modo de ligar. Igualmente, hay que repetir que es una práctica sutil.

“(Está normalizada) porque no vemos un golpe, porque no vemos un acto de violencia descontrolado; entonces nos convencemos de que todo está bien”, explica Mónica Bustamante.

Igualmente, Paulina Ramírez nos recomienda dejar de romantizar este tipo de ligue donde nos percibimos como un objeto de conquista que debe darse a desear y donde el hombre tiene una posición de poder.

Hay que romper ese estereotipo en todo tipo de relaciones e identificar todas las señales, características y actitudes de la otra persona que no nos agradan.

“Esas acciones podrían hacerme sentir incómoda, molesta, intranquila o hasta ansiosa, porque ya hay algo que me está diciendo que no me siento segura en esta relación y entonces hay que hacerle caso”, recalca Paulina.

Antes de irte: Hablar de placer es prevenir el abuso sexual: ¿por qué?

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Imagen BBC
La creciente disputa entre México y Estados Unidos por la escasez de agua
7 minutos de lectura

Washington acusa a su vecino del sur de violar un acuerdo de larga data de reparto compartido de agua, pero la nación latinoamericana padece de una sequía sin precedentes.

14 de julio, 2025
Por: BBC News Mundo
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Después de 30 meses consecutivos sin lluvia, los residentes de San Francisco de Conchos en el norteño estado de Chihuahua, México, se reúnen para rezar por la intervención divina.

A las orillas del lago Toronto, un embalse detrás de la presa más importante del estado, llamado La Boquilla, un sacerdote lidera las oraciones de granjeros a caballo y sus familias, parados sobre un suelo rocoso que solía ser parte del lecho del lago antes de que las aguas bajaran a los niveles críticos actuales.

Entre aquellos que rezan con sus cabezas agachadas está Rafael Betance, quien ha monitoreado La Boquilla de manera voluntaria para las autoridades de suministro de agua durante 35 años.

“Todo esto debería estar bajo agua”, expresa, señalando una extensión reseca con rocas blancas expuestas.

“La última vez que la presa estuvo llena y se desbordó un poco fue en 2017”, recuerda Betance. “Desde entonces, ha bajado año tras año”.

“Actualmente estamos a 26,52 metros por debajo del punto máximo del agua, menos de 14% de su capacidad total”.

No sorprende que la comunidad local esté rogando a los cielos por agua. Aún así, pocos esperan que haya una tregua en la devastadora sequía y el sofocante calor de 42 °C.

Trabajador voluntario Rafael Betance mira a cámara, parado frente a un panorama muy árido
BBC
Rafael Betance dice que los niveles de agua de la presa han caído durante los últimos ocho años.

Ahora, una antigua disputa con el estado de Texas sobre el escaso recurso amenaza con ponerse fea.

Según los términos de un acuerdo de uso compartido de agua de 1944, México debe enviar 430 millones de metros cúbicos de agua al año del río Bravo a EE.UU.

El agua se envía a través de un sistema de canales tributarios a unas presas compartidas que pertenecen a y son operadas por la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), que supervisa y regula el uso compartido del agua entre las dos naciones vecinas.

A cambio, EE.UU. envía su propia y mucho más grande asignación (casi 1.850 millones de metros cúbicos al año) del río Colorado para suministrar a las ciudades fronterizas mexicanas de Tijuana y Mexicali.

México está en mora y no ha mantenido sus envíos de agua durante gran parte del siglo XXI.

Mapa que explica las bases del tratado de agua de 1944 entre EE.UU. y México
BBC

Tras la presión de los legisladores republicanos en Texas, el gobierno de Trump advirtió a México que podría retener el agua del río Colorado a menos que cumpla con sus obligaciones en virtud del tratado de 81 años de vigencia.

En abril, el presidente estadounidense Donald Trump acusó a México en su cuenta de la red Truth Social de “robar” el agua y amenazó con seguir aumentando la presión a “ARANCELES, e incluso SANCIONES” hasta que México pague a Texas lo que debe.

No obstante, no fijó una fecha límite firme para la posible implementación de tales represalias.

Por su parte, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, reconoció el déficit de México, pero adoptó un tono más conciliador.

Desde entonces, México ha transferido inicialmente 75 millones de metros cúbicos de agua a EE.UU. a través de la represa compartida, La Amistad, ubicada a lo largo de la frontera, pero eso es solo una fracción de los aproximadamente 1.500 millones de metros cúbicos de la deuda pendiente de México.

Choque entre nogales y alfalfa

La controversia sobre el intercambio transfronterizo de agua puede ser peligrosamente intensa: en septiembre de 2020, dos mexicanos murieron en enfrentamientos con la Guardia Nacional en las compuertas de La Boquilla, mientras agricultores intentaban impedir que el agua se desviara.

En medio de la grave sequía, la opinión predominante en Chihuahua es que “no se puede tomar de lo que no hay”, afirma el experto local Rafael Betance.

Pero eso no ayuda a Brian Jones a regar sus cultivos.

Agricultor de cuarta generación en el Valle del Río Grande, Texas, durante los últimos tres años solo ha podido sembrar la mitad de su finca porque no tiene suficiente agua de riego.

“Hemos estado luchando contra México porque no han cumplido con su parte del acuerdo”, sostiene. “Solo pedimos lo que nos corresponde por derecho según el tratado, nada más”.

Jones también cuestiona la magnitud del problema en Chihuahua. Cree que en octubre de 2022 el estado recibió agua más que suficiente para compartir, pero liberó “exactamente cero” a EE.UU., y acusó a sus vecinos de “acaparar agua y usarla para cultivar para competir” con ellos.

Los agricultores del lado mexicano interpretan el acuerdo de otra manera.

Afirman que solo los obliga a enviar agua al norte cuando México pueda satisfacer sus propias necesidades, y argumentan que la sequía persistente en Chihuahua significa que no hay excedente disponible.

Más allá de la escasez de agua, también existen debates sobre la eficiencia agrícola.

El nogal y la alfalfa son dos de los principales cultivos del Valle del Río Conchos en Chihuahua, y ambos requieren mucho riego: los nogales necesitan un promedio de 250 litros al día.

Tradicionalmente, los agricultores mexicanos simplemente han inundado sus campos con agua del canal de riego.

Al conducir por el valle, enseguida se ven nogales en charcas poco profundas, con el agua fluyendo desde una tubería abierta.

La queja de Texas es obvia: la práctica es un desperdicio y se puede evitar fácilmente con métodos agrícolas más responsables y sostenibles.

Un campo de nogales
BBC
Muchos productores mexicanos de nuez inundan sus campos con agua de riego.

Mientras Jaime Ramírez pasea por sus nogales, el exalcalde de San Francisco de Conchos me muestra cómo su moderno sistema de riego garantiza que sus nogales reciban el riego adecuado durante todo el año sin desperdiciar este valioso recurso.

“Con los aspersores, consumimos alrededor de 60% menos que inundando los campos”, asesgura.

El sistema también permite regar los árboles con menos frecuencia, lo cual es especialmente útil cuando el nivel del río Conchos es demasiado bajo para permitir el riego local.

Sin embargo, Ramírez admite que algunos de sus vecinos no son tan conscientes. Como exalcalde local, insta a la comprensión.

Algunos no han adoptado el método de riego por aspersión debido a los costos de instalación, comenta Ramírez.

Ha intentado demostrar a otros agricultores que resulta más económico a largo plazo, ahorrando en energía y agua.

Jaime Ramírez tocando uno de sus nogales
BBC
El agricultor de nueces Jaime Ramírez admite que algunos de sus vecinos desperdician agua.

Pero los agricultores de Texas también deben comprender que sus homólogos de Chihuahua se enfrentan a una amenaza existencial, insiste Ramírez.

“Esta es una región desértica y no ha llovido. Si no llueve de nuevo este año, el próximo simplemente no habrá agricultura. Habrá que conservar toda el agua disponible para consumo humano”, advierte.

Un tratado de ocho décadas

Muchos en el norte de México creen que el tratado de reparto de agua de 1944 ya no sirve.

Ramírez cree que pudo haber sido adecuado para las condiciones de hace ocho décadas, pero no se ha adaptado a los nuevos tiempos ni ha tenido en cuenta correctamente el crecimiento demográfico ni los estragos del cambio climático.

Al otro lado de la frontera, el agricultor texano Brian Jones sostiene que el acuerdo ha resistido el paso del tiempo y que aún debe respetarse.

“Este tratado se firmó cuando mi abuelo era agricultor. Ha pasado por mi abuelo, mi padre y ahora por mí”, dice.

“Ahora vemos que México no lo cumple. Es muy indignante tener una finca donde solo puedo sembrar la mitad del terreno porque no tengo agua de riego”, agrega.

La postura más firme de Trump ha dado un impulso a los agricultores locales, opina.

Mientras tanto, la sequía no solo ha perjudicado la agricultura en Chihuahua.

Con los niveles del lago Toronto tan bajos, Betance afirma que el agua restante en el embalse se está calentando a una velocidad inusual, lo que podría causar un desastre para la vida marina que sustenta una industria turística otrora próspera.

El pronóstico para el valle no había sido tan desalentador, afirma Betance, desde que él se dedica a registrar cuidadosamente las fluctuaciones del lago.

“Rezar para que llueva es todo lo que nos queda”, reflexiona.

Reporte adicional de Angélica Casas

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BBC

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