
¿Todavía no te lanzas a este nuevo parque de diversiones? Pues si todavía tienes dudas de cómo funciona, aquí te dejamos la lista completa de atracciones y precios de Parque Aztlán.
Y es que algunas personas están un poco confundidas, pues se ha presumido muchísimo que la entrada es gratuita. Sin embargo, sí hay que pagar por las atracciones y actividades que quieras hacer.
Cunado entre al Parque Aztlán, una de las primeras cosas que recibirás es un monedero electrónico que recibirás sin costo a la entrada. O también, puedes buscar las máquinas de Sistema de prepago en el parque y obtenerlo ahí.
El chiste es que a este monedero le abones el dinero para las atracciones. Cuando te subas a una, colocarás la tarjeta en un sensor donde te mostrará el saldo actualizado.
Puedes hacer recargas por atracción o comprar algún paquete:
Actualmente el parque cuenta con 18 de 33 atracciones y juegos abiertos. En esta nota puedes ver a detalle más cada una de las atracciones.
*Estos juegos abrirán próximamente.

Ahora que sabes los precios de Parque Aztlán, ya puedes lanzarte a la aventura. Dentro del parque encontrarás los cajeros de recarga y también cajeros automáticos.
Igual toma en cuenta que hay zona de restaurantes, que se seguirá ampliando conforme pase el tiempo.
Recuerda que Aztlán Parque Urbano abre de martes a viernes de 12:00 a 20:00; y sábado y domingo de 10:00 a 22:00. Se ubica sobre Av. de los Compositores en la II Sección del Bosque de Chapultepec.

En lo que respecta a la monogamia, los humanos se parecen más a las suricatas y a los castores que a nuestros primos primates.
En nuestra vida amorosa, nos asemejamos más a estas mangostas sociales y unidas que a nuestros primos primates, según sugiere una clasificación de monogamia elaborada por científicos.
Con un 66% de monogamia, los humanos obtienen una puntuación sorprendentemente alta, muy superior a la de los chimpancés y los gorilas, y a la par de las suricatas.
Sin embargo, no somos ni mucho menos la criatura más monógama.
El primer puesto lo ocupa el ratón californiano, un roedor que forma vínculos inseparables para toda la vida.
“Existe una liga de élite de la monogamia, en la que los humanos se encuentran cómodamente, mientras que la gran mayoría de los demás mamíferos adoptan un enfoque mucho más promiscuo para el apareamiento”, afirmó Mark Dyble, investigador del Departamento de Arqueología de la Universidad de Cambridge.
En el mundo animal, el emparejamiento tiene sus ventajas, lo que podría explicar por qué ha evolucionado de forma independiente en múltiples especies, incluida la nuestra.
Los expertos han propuesto diversos beneficios para la llamada monogamia social, en la que las parejas se unen durante al menos una temporada de reproducción para cuidar a sus crías y ahuyentar a los rivales.
Dyble examinó varias poblaciones humanas a lo largo de la historia, calculando la proporción de hermanos de padre y madre (individuos que comparten la misma madre y el mismo padre) en comparación con los medio hermanos (individuos que comparten la madre o el padre, pero no ambos).
Se recopilaron datos similares para más de 30 mamíferos monógamos sociales y de otras especies.
Los humanos tienen un índice de monogamia del 66% de hermanos de padre y madre, por delante de las suricatas (60%), pero por detrás de los castores europeos (73%).
Mientras tanto, nuestros primos evolutivos se sitúan en la parte inferior de la tabla: los gorilas de montaña con un 6%, y los chimpancés con solo un 4% (al igual que el delfín).
En último lugar se encuentra la oveja de Soay, de Escocia, donde las hembras se aparean con múltiples machos, con un 0,6% de hermanos de padre y madre.
El ratón californiano ocupó el primer puesto, con un 100%.
Sin embargo, estar clasificados junto a suricatas y castores no significa que nuestras sociedades sean iguales: la sociedad humana es completamente diferente.
“Aunque la proporción de hermanos de padre y madre que observamos en los humanos es muy similar a la de especies como las suricatas o los castores, el sistema social que vemos en los humanos es muy distinto”, declaró Dyble a la BBC.
“La mayoría de estas especies viven en grupos sociales similares a colonias o, quizás, en parejas solitarias que se desplazan juntas. Los humanos somos muy diferentes. Vivimos en lo que llamamos grupos con múltiples machos y múltiples hembras, dentro de los cuales existen estas unidades monógamas o de pareja estable”, explicó.
Kit Opie, profesor del Departamento de Antropología y Arqueología de la Universidad de Bristol, que no participó en el estudio, afirmó que este es otro elemento clave para comprender cómo surgió la monogamia en los seres humanos.
“Creo que este artículo nos proporciona una comprensión muy clara de que, a lo largo del tiempo y en diferentes lugares, los humanos son monógamos”, declaró.
“Nuestra sociedad se parece mucho más a la de los chimpancés y los bonobos; simplemente hemos tomado un camino diferente en lo que respecta al apareamiento”, agregó.
El nuevo estudio fue publicado en la revista científica Proceedings of the Royal Society: Biological Sciences.
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