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Checa costos, horarios, atracciones y todo sobre Aztlán Parque Urbano en CDMX
Checa costos, horarios, atracciones y todo sobre Aztlán Parque Urbano en CDMX
Foto: aztlanparqueurbano.com/
5 minutos de lectura

Checa costos, horarios, atracciones y todo sobre Aztlán Parque Urbano en CDMX

¡Anímate a conocer este nuevo lugar en Chapultepec! Te dejamos todos los detalles que debes conocer para planear tu visita a Aztlán Parque Urbano.
20 de marzo, 2024
Por: Abigail Camarillo
@aabi_cm 

Al fin abre sus puertas Aztlán Parque Urbano, ubicado en Chapultepec y que tiene varias atracciones para toda la familia. Si todavía no te animas, aquí te dejamos toda la información para que planees tu visita.

Después de meses de espera, al fin se inaugura Aztlán este 20 de marzo y desde ya será un lugar ideal para los fines de semana, puentes o vacaciones. Así que dile a tu pareja, amix o familia y lánzate.

Horarios de Parque Aztlán

De acuerdo a su página oficial, este nuevo parque abrirá de martes a domingo en un horario de 10:00 a 23:00. Así que podrás pasar toooodo un día de diversión.

Aunque los lunes estará cerrado, la buena noticia es que sí abrirá en vacaciones y días festivos, para que ya tengas plan para tus puentes.

¿Dónde está Parque Aztlán?

Aztlán Parque Urbano se encuentra exactamente en el mismo espacio que ocupó durante años la Feria de Chapultepec. La dirección es sobre Av. de los Compositores s/n, en la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec. Justo al lado del Papalote Museo del Niño.

¿Cómo llegar a Aztlán en transporte público?

Si vas en carro, podrás dejarlo en los estacionamientos públicos del Circuito del Bosque de Chapultepec y Av. de los Compositores.

Pero si vas en transporte público, la mejor opción es llegar hasta Metro Constituyentes, de la Línea 7 (naranja).

Una ves que salgas de la estación, te tomará unos 15 minutos caminar hasta el parque Aztlán.

La Ruta 34A del RTP (que va hacia Santa Fe) también te hará paro si vienes de Balderas. Te bajas en la parada Av. Constituyentes – General José Montesinos y caminas unos 10 minutos a pie y llegarás. La misma ruta sirve si vienes en sentido opuesto, o sea de Santa Fe hacia Balderas.

Lee: 5 museos divertidos (que no son el Papalote) para ir con niños

De juegos de destreza a juegos mecánicos: atracciones de Parque Aztlán

Aztlán tendrá un total de 33 atracciones; sin embargo, al momento de la apertura solo encontrarás abiertas 18. Aquí te vamos dejando varios de los juegos mecánicos para que los vayas conociendo:

  • Rueda de la fortuna Aztlán 360: rueda panorámica de 85 metros de altura con 40 cabinas, con capacidad máxima de seis personas cada una, que te darán una espectacular vista a la ciudad.
  • Carrusel de Chapultepec de dos pisos con algunos montables en movimiento.
  • La Mocha: montaña rusa con cuatro curvas, pero tranqui. Va a baja velocidad y por eso es un juego familiar.
  • Molinillo: la versión mexa de las tazas locas.
  • La Rocoloa Chocona: carros chocones eléctricos
  • El Quinto Sol: experiencia inmersiva con proyección a 720° sobre la cosmovisión Mexica.
  • Vuelo de Cantoya: vehículos en forma de globos aerostáticos que se levantan hasta 3 metros de altura.
  • Patada voladora: columpios voladores que dan vueltas (como las sillas voladoras, pues).
  • Siniestro: experiencia de realidad virtual de terror.
  • Marometas (próximamente): montaña rusa de bajo impacto con vehículos que giran en vertical y horizontal en su propio eje.
  • Laka Laka (próximamente): montaña rusa con góndolas giratorias a velocidad moderada; tipo el Ratón Loco.
  • Vuela México por el mundo (próximamente): simulador de vuelo que te dará la sensación de volar mientras ves paisajes impresionantes.
  • Jardín de los sentidos (próximamente): espacio con tres tipos de huertos interactivos.
parque aztlan apertura
Fotos: X @ChapultepecCDMX y Galo Cañas en Cuartoscuro.com

Atracciones extremas en Aztlán

  • Montaña Rusa Jurásica: góndolas giratorias que te transportarán a la época de los dinosaurios. Es considerado un juego extremo.
  • Remolinete: juego extremo donde los asientos se mueven de forma circular a una velocidad media.
  • Serpentikha (próximamente): montaña rusa suspendida con 540 metros de longitud que te hará dar varias vueltas.
  •  Malacatonche (próximamente): este juego es como un enorme péndulo donde los asientos giran en su propio eje.
  • Don Goyo (próximamente): aquí sentirás que se te sale el corazón con la caída libre de 50 metros.
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Remolinete. Foto: aztlanparqueurbano.com/

Atracciones infantiles en Aztlán

  • Guardianes del aire: juego infantil donde las infancias se subirán a vehículos en forma de avión volando.
  • Astrolumpio: columpio con movimiento pendular de baja velocidad.
  • Furia sobre ruedas: juego infantil donde se suben a carros que giran en círculo.
  • La Quebradora: góndola que sube y baja en una torre; su altura no es extrema pues es un juego infantil.
  • La Cucaracha: versión infantil de los carritos chocones.
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Guardianes del aire y Furia sobre ruedas. Fotos: aztlanparqueurbano.com/

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Actualmente también ya están abiertos dos juegos de destreza. En una tercera etapa, abrirán el Foro Aztlán y la sede del Museo Dolores Olmedo.

Costos de Aztlán Parque Urbano: ¿qué no era gratuito?

Varias veces se ha dicho que la entrada a este parque es gratuita y técnicamente eso es cierto. Como tal, entrar al parque no te costará nada. Sin embargo, para subirte a los juegos o disfrutar de varias atracciones sí tendrás que pagar.

Según explica el reglamento del parque, a tu entrada se te dará la Aztlán Card, una tarjeta a la cual podrás abonarle saldo mediante pago en efectivo o con tarjeta (crédito o débito) para acceder a las atracciones que más te gusten.

Tal cual puedes hacer recargas individuales (por juego) o comprar un paquete:

  • $625 todo incluido: una vuelta en cada una de las atracciones. No abarca juegos de destreza.
  • $250 infantil: incluye juegos infantiles y familiares excepto el  Carrusel, la Rocola Chocona, rueda de la fortuna, Siniestro y la experiencia inmersiva.
  • $350 Infantil + Aztlán 360 (rueda de la fortuna)

En la página oficial puedes ver a detalle qué incluye cada uno de los paquetes.

Toma en cuenta que los costos por atracción van alrededor de los $40 a los $120.

precios atracciones parque aztlan
Precios por atracción de Parque Aztlán. Imagen: aztlanparqueurbano.com/

La sede del Museo Dolores Olmedo abrirá próximamente. Igualmente, recuerda que Parque Urbano Aztlán contará con distintas opciones de comida.

¿Te lanzarás a Aztlán Parque Urbano en vacaciones?

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Imagen BBC
Por qué gran parte de los economistas cree que los aranceles no funcionan y qué argumentan quienes los defienden
8 minutos de lectura

Muchos economistas creen que el libre comercio es lo más beneficioso para la economía global, aunque el proteccionismo tiene algunos partidarios.

08 de abril, 2025
Por: BBC News Mundo
0

Pocas ideas suscitan un acuerdo tan generalizado entre los economistas como que los aranceles son una mala idea.

Pese a que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dice estar convencido de que los que anunció la semana pasada provocarán “históricos resultados” que harán a su país “rico de nuevo”, la mayoría de los economistas consideran estos aranceles un obstáculo para el progreso.

Trump ha establecido aranceles masivos y los ha convertido en una de las banderas de su segundo mandato.

Pero la mayoría de expertos señalan que resultarán perjudiciales y que los principales damnificados serán probablemente los consumidores y compañías estadounidenses.

¿Cómo ha llegado la ciencia económica a esta conclusión negativa sobre los aranceles?

Qué son los aranceles y qué dicen sus partidarios

Los aranceles son impuestos a las importaciones que se pagan en la aduana por los importadores.

Por ejemplo, si una empresa estadounidense quiere importar madera por un valor de US$100 y el gobierno estadounidense ha impuesto un arancel del 10% al país de procedencia, tendrá que pagar US$110.

Durante décadas, los aranceles fueron el instrumento principal de la política económica proteccionista, aplicada en diferentes países por gobiernos que buscaban proteger a la industria local de la competencia exterior.

Los partidarios del proteccionismo creían que la imposición de aranceles favorecería el desarrollo de la industria local, a la que consideraban clave para el desarrollo y veían ahogada por la afluencia de mercaderías extranjeras.

Fue la tesis esgrimida, entre otros, por Alexander Hamilton, uno de los “padres fundadores” de Estados Unidos, que abogó por los aranceles para frenar las importaciones de Gran Bretaña y permitir que la industria de la joven república estadounidense levantara el vuelo.

La teoría proteccionista sostenía que las restricciones a la competencia extranjera ayudarían a la industria nacional, que con menos competidores foráneos podría aumentar sus beneficios y emplear a más trabajadores locales. También compensaría la balanza de pagos y contribuiría a la capitalización del país.

Es la misma visión aparentemente abrazada más de dos siglos después por Trump, que aboga por que los autos de Estados Unidos se fabriquen en factorías en el país y cree que los ingresos por los aranceles compensarán los costes de la gran rebaja de impuestos que ha prometido.

Autos en fila.
Getty Images
El sector del automóvil puede ser uno de los más afectados cuando se gravan las importaciones.

Qué dicen los economistas de hoy sobre los aranceles

Pero desde hace décadas impera el criterio de que los aranceles hacen más mal que bien.

En palabras de Erika York, analista de la Tax Foundation, un centro de análisis de Estados Unidos, “barreras al comercio como los aranceles han demostrado causar más daño económico que beneficio”.

“Elevan los previos, reducen la disponibilidad de bienes y servicios, lo que resulta en suma en menores ingresos, reducción del empleo y una menor producción”.

La principal preocupación en el contexto actual es que los aranceles tengan como primer efecto un aumento de los precios, precisamente cuando Estados Unidos y el mundo comenzaban a superar la ola inflacionista de los últimos años.

Los aranceles impactan en los márgenes de beneficio de fabricantes e importadores, lo que en muchos casos repercutirá en el precio final, contribuyendo a una potencial caída del consumo y, en consecuencia, del crecimiento económico.

“Cuando un producto es más caro para una compañía, se lo venderá más caro al consumidor, así que el consumidor va a tener que o pagar más o decidir no comprarlo, lo que resultará en una ralentización de la economía”, explica Şebnem Kalemli-Özcan, profesora de economía de la Universidad de Brown.

Por eso, el presidente de la Reserva Federal estadounidense, Jerome Powell, advirtió que los aranceles de Trump implican “riesgos elevados de un mayor desempleo y una mayor inflación”.

Los expertos también cuestionan la obsesión de ver la balanza de pagos como indicador de prosperidad de un país.

Trump insiste en que el déficit comercial que muestra la estadounidense es la prueba de que el resto del mundo lleva años abusando de su país.

Trump en el acto de presentación de los aranceles la semana pasada.
Getty Images
Trump en el acto de presentación de los aranceles la semana pasada.

Pero en realidad la balanza de pagos no es más que un indicador que mide el flujo de bienes y servicios, y el capital, lo que refleja los flujos financieros pero no necesariamente la salud del comercio y la economía.

Un ejemplo sencillo usado por York ilustra bien porque fijarse solo en la balanza de pagos puede llevar a engaño.

Imaginemos que una compañía estadounidense envía un flete valorado en US$100 millones a Francia. Al partir, se registraría esa cantidad como déficit para Estados Unidos. Si tras vender todas sus mercancías allí, ese mismo buque regresa de Francia con productos valorados en US$30 millones para vender en Estados Unidos, la balanza de pagos seguiría registrando un déficit de US$70 millones, pero a la postre esa compañía estadounidense habría vendido US$130 millones en ambos países, con lo que habría ganado US$30 millones como resultado.

El proteccionismo ha sido también abandonado por la constatación de que, aunque pueda resultar beneficioso a corto plazo para un determinado sector industrial, a la larga acaba siendo perjudicial para la economía en general.

Los agricultores locales, por ejemplo, pueden ampliar sus ventas y su cuota de mercado si no tienen que enfrentar la competencia extranjera, pero a la larga la falta de competencia llevará a un encarecimiento de los precios de los productos y potencialmente a un descenso de su calidad que acabará afectando a todos los consumidores.

“A medida que los consumidores gastan más en los bienes a los que se ha impuesto el arancel, tienen menos para gastar en otros, de manera que se apuntala a una industria en detrimento de todas las demás”, según explicó York.

Los aranceles son además un impuesto no progresivo. Se imponen sobre los artículos importados sin importar el nivel de renta de los consumidores, por lo que si derivan en un aumento de los precios, como suele suceder, acaban siendo un lastre mayor para las personas con menos recursos.

Por poner un ejemplo, si los aguacates suben un 15% como resultado de los aranceles, el impacto será mayor para las familias que tienen menos o ningún margen para afrontar esa subida.

Una mujer junto a una cinta transportadora de aguacates en una explotación de México.
Getty Images
Los aranceles pretenden proteger a sectores productivos específicos pero con frecuencia acaban siendo dañinos para la economía en general.

Pero, según explicó un grupo de economistas en la revista Journal of Purchasing and Supply Management, los aranceles suelen acabar siendo dañinos incluso para los sectores a los que se supone que quieren proteger.

“Aunque los aranceles pueden ofrecer cierta protección a algunas industrias, también pueden crear ineficiencias” para estas y para sus socios y clientes en las cadenas de suministro, afirma el estudio.

Qué enseña la historia sobre los aranceles

En realidad, la idea de que el libre comercio es una fuente de prosperidad está presente en economistas clásicos desde hace siglos.

Adam Smith, considerado el padre de la ciencia económica moderna, ya abogaba por él en su libro “La riqueza de las naciones” de 1776.

Smith explicó que el libre comercio permitía a cada país especializarse en los productos que le resultaran más convenientes y con los que obtenía mayores beneficios, en lugar de tener que producir todo aquello que se demandara en su mercado.

Varias experiencias del pasado han llevado a los economistas a la conclusión actualmente vigente sobre los aranceles y el proteccionismo.

Rober Gulotty, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Chicago, recuerda el precedente de la Ley de Embargo de 1807, aprobada en Estados Unidos para castigar el comercio con Gran Bretaña y Francia. “Tuvo como efecto una pronunciada reducción de las importaciones y exportaciones de Estados Unidos, y la expansión del comercio británico en Sudamérica y culminó en la guerra de 1812” entre Estados Unidos y su antigua metrópoli.

Hombres muy delgados comiendo durante la Gran Depresión en EE.UU.
Getty Images
Los economistas señalan que las políticas proteccionistas en Estados Unidos agravaron la Gran Depresión de los 1930.

El premio Nobel de Economía Joseph S. Stiglitz dijo en una conferencia reciente que el programa proteccionista implantado en Estados Unidos en la década de 1930, cuando el país sufría la grave crisis económica provocada por el crack bursátil de 1929, fue “un factor importante que contribuyó a la Gran Depresión”.

“No fue un programa de creación de empleo. Fue uno de destrucción de empleo”, dijo Stiglitz, que alertó además que la imposición de aranceles en un país suele desencadenar medidas de represalia en otros, justo lo que lleva años ocurriendo entre Estados Unidos y China, las dos mayores economías del mundo.

“Sabemos que este tipo de guerras comerciales conduce a un descenso de las condiciones de vida”, indicó Stiglitz.

Escarmentados por experiencias como la de 1930, los líderes mundiales apostaron tras el final de la Segunda Guerra Mundial por la supresión de las barreras comerciales en todo el mundo, un proceso impulsado decididamente por Estados Unidos.

La firma en 1948 del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés) llevó a un sistema de mayor apertura y una supresión generalizada de aranceles que se tradujo en la creación de la Organización Mundial de Comercio en 1995, un legado que es valorado positivamente por la mayoría de economistas.

Banderas de la UE ondean en Bruselas.
Getty Images
La Unión Europea es un ejemplo de asociación de países que han prosperado mutuamente gracias al libre comercio.

Fue la era de la Globalización, en la que, según Erika York, “el mundo abandonó las políticas comerciales proteccionistas y se desplazó hacia un sistema de comercio abierto basado en reglas”, lo que” ha llevado a beneficios generalizados, incluido un aumento de los ingresos, precios más bajos y más opciones para los consumidores”.

Tras la Segunda Guerra Mundial, se inició también el proceso de integración que desembocó en la creación de un mercado común europeo, clave para la reconstrucción del viejo continente tras el desastre de la guerra y el desarrollo que ha experimentado Europa desde entonces.

Los estudios disponibles sobre episodios más recientes, como los aranceles impuestos a los productos de China durante la primera presidencia de Trump, también han revelado más perjuicios que beneficios y apuntan a que quienes acabaron pagándolos en mayor medida fueron los consumidores estadounidenses.

Línea
BBC

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