Con la llegada del huracán Milton las poblaciones de Yucatán, Campeche y Quintana Roo están en alerta, mientras que en Florida, Estados Unidos, las evacuaciones masivas comenzaron por el temor al nivel de destrucción que podría traer esta tormenta.
Milton es el huracán más reciente en llegar a México luego del paso de John y Helene en las últimas semanas. Se espera que Milton alcance categoría 5, que es la más alta en la escala Saffir Simpson.
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Sin embargo, tal vez te preguntes cuál es la diferencia entre todas las categorías de huracanes, cómo es que son catalogados de cierta forma y el riesgo que presentan.
A continuación te explicamos las diferencias entre cada tipo de huracán.
Para comprender las diferentes categorías, primero es importante saber cómo se forman los huracanes.
Como explica la UNAM, los huracanes son como enormes “motores de calor” que generan energía a gran escala. Usan el aire cálido como combustible y se forman en océanos de agua templada cerca del Ecuador, donde la temperatura del agua supera los 26º celsius durante el verano.
Los huracanes o ciclones sacan su energía del océano y la transforma en energía cinética con los vientos, obteniendo un reservorio de calor y energía necesaria para su formación.
Después, los vientos que circulan en direcciones opuestas se combinan y hacen que la tormenta comience a girar. A medida que se desplaza sobre el océano, se forma un agujero en el centro conocido como el ojo del huracán, un área de calor con pocas nubes que está rodeada de una pared compuesta por nubes densas donde se ubican los vientos más intensos de la tormenta.
Como explica el Centro Nacional de Huracanes, la intensidad de los huracanes es medida a través de una escala conocida como Saffir-Simpson, la cual divide la intensidad de estos fenómenos naturales en 5 categorías.
Los huracanes son categorizados dependiendo la velocidad del viento y también por un estimado del daño de propiedades. Y aunque todos los huracanes pueden amenazar la vida, aquellos que están catalogados de la categoría 3 en adelantes son conocidos como “huracanes mayores”.
Todos los huracanes mayores causan mayor daño e incrementan el riesgo de la pérdida de vidas por la fuerza de sus vientos. Además, todos los huracanes pueden producir marejadas ciclónicas mortales, inundaciones y hasta tornados.
Los huracanes categoría 1 son aquellos que tienen vientos muy peligrosos de entre 119 y 153 kilómetros por hora. Pueden causar daños a casas no ancladas, pueden ocasionar que ramas de árboles y letreros salgan volando. Además de causar algunas inundaciones cercanas a las costas.
También afectan a las líneas eléctricas y postes de luz, pudiendo causar apagones que duren algunos días.
Estos tienen vientos extremadamente peligrosos que van de los 154 a 177 kilómetros por hora. Los daños ocasionados por sus vientos son mayores, viviendas bien construidas pueden sufrir daños mayores en techos y revestimientos. Muchos árboles pueden ser partidos a la mitad y causar bloqueos en carreteras.
Cuando hay un huracán categoría 2 se espera que haya una pérdida casi total de energía, con apagones que podrían durar varios días o semanas.
Los vientos de 178 a 208 kilómetros por hora de estos huracanes causan daños devastadores. Viviendas bien construidas pueden sufrir daños mayores en la plataforma de los techos y hastiales. Muchos árboles saldrán volando y bloquearán calles y carreteras.
La electricidad y agua potable no estará disponible durante varios días o semanas después de que termine la tormenta.
Los vientos van de 209 a 251 kilómetros por hora causan daños catastróficos y pueden derribar por completo la mayoría de la estructura del techo y algunas paredes exteriores de las viviendas. La mayoría de los árboles serán partidos o saldrán volando, además de postes de luz.
Los árboles caídos y postes de luz pueden aislar áreas residenciales, además los apagones pueden durar de varias semanas a meses y gran parte del área afectada será inhabitable por semanas o meses.
Con sus vientos superiores a los 252 kilómetros por hora, estos huracanes también causan daños catastróficos. Un alto porcentaje de viviendas serán destruidas, con daño total en los techos y paredes derrumbadas.
Los árboles derribados y postes de luz caídos aislarán áreas residenciales. Los apagones durarán semanas o meses y gran parte de las áreas afectadas serán inhabitables por semanas o meses.
Estas muestras de hielo podrían “revolucionar” nuestro conocimiento sobre el cambio climático.
Un núcleo de hielo que podría tener más de 1,5 millones de años llegó a Reino Unido, donde será fundido por científicos para revelar información vital sobre el clima de la Tierra.
La muestra cilíndrica es el hielo más antiguo del planeta y fue perforado desde las profundidades de la capa de hielo antártica.
En su interior se encuentran congelados miles de años de nueva información que, según los científicos, podría “revolucionar” nuestro conocimiento sobre el cambio climático.
La BBC entró en la cámara frigorífica de -23 °C de la British Antarctic Survey (BAS) en Cambridge, Inglaterra, para ver las valiosas cajas de hielo.
“Este es un período completamente desconocido de la historia de la Tierra”, afirma la doctora Liz Thomas, jefa de investigación de núcleos de hielo de la BAS.
Sobre la puerta parpadean luces rojas de advertencia y en el interior hay una compuerta de escape de emergencia hacia un túnel por si algo sale mal.
Las normas establecen que solo podíamos entrar durante 15 minutos seguidos, con overoles acolchados, botas, gorros y guantes.
El obturador electrónico de nuestra cámara se bloqueó y comenzó a crujir nuestro cabello al congelarse.
En un estante, junto a cajas de hielo apiladas, la doctora Thomas señala los núcleos más antiguos, que podrían tener 1,5 millones de años. Brillan y son tan claros que podemos ver nuestras manos a través de ellos.
Durante siete semanas, el equipo derretirá lentamente el hielo que obtuvieron con tanto esfuerzo, liberando polvo antiguo, ceniza volcánica e incluso diminutas algas marinas llamadas diatomeas, que quedaron atrapadas en su interior cuando el agua se convirtió en hielo.
Estos materiales pueden brindar información a los científicos sobre los patrones de viento, la temperatura y el nivel del mar de hace más de un millón de años.
Habrá tubos que alimentarán el líquido dentro de máquinas en un laboratorio contiguo, uno de los pocos lugares del mundo donde se puede realizar esta ciencia.
Extraer los núcleos de hielo en la Antártica fue un enorme esfuerzo multinacional, con un costo millonario.
El hielo se cortó en bloques de un metro y se transportó por barco y luego en un camión refrigerado a Cambridge.
El ingeniero James Veale ayudó a extraer el hielo cerca de la base Concordia, en la Antártica oriental.
“Sostenerlo en mis manos cuidadosamente enguantadas y tener mucho cuidado de no dejar caer las secciones… fue una sensación increíble”, afirma.
Dos instituciones en Alemania y Suiza también recibieron secciones transversales del núcleo de 2,8 km.
Los equipos podrían encontrar evidencia de un período de hace más de 800.000 años, cuando las concentraciones de dióxido de carbono podrían haber sido naturalmente tan altas o incluso superiores a las actuales, según la doctora Thomas.
Esto podría ayudarles a comprender qué ocurrirá en el futuro a medida que nuestro planeta responda a los gases de efecto invernadero atrapados en nuestra atmósfera.
“Nuestro sistema climático ha experimentado tantos cambios que realmente necesitamos retroceder en el tiempo para comprender estos diferentes procesos y puntos de inflexión”, afirma.
La diferencia entre la actualidad y épocas anteriores con altos niveles de gases de efecto invernadero radica en que ahora los humanos provocaron el rápido aumento de los gases de efecto invernadero en los últimos 150 años.
Esto nos lleva a territorio desconocido, pero los científicos esperan que el registro de la historia ambiental de nuestro planeta, encerrado en el hielo, pueda ofrecernos alguna orientación.
El equipo identificará isótopos químicos en el líquido que podrían indicarnos los patrones de viento, temperatura y precipitaciones durante un período de entre 800.000 y 1,5 millones de años, o posiblemente más.
Utilizarán un espectrómetro de masas con plasma acoplado inductivamente (ICP-MS) para medir más de 20 elementos y trazas metálicas.
Esto incluye tierras raras, sales marinas y elementos marinos, así como indicadores de erupciones volcánicas pasadas.
El trabajo ayudará a los científicos a comprender un misterioso cambio conocido como la Transición del Pleistoceno Medio, que tuvo lugar hace entre 800.000 y 1,2 millones de años, cuando los ciclos glaciales del planeta cambiaron repentinamente.
La transición de eras más cálidas a eras glaciares frías, cuando el hielo cubría una mayor parte de la Tierra, ocurría cada 41.000 años, pero repentinamente cambió a 100.000 años.
La causa de este cambio es “una de las preguntas sin resolver más apasionantes” de la ciencia del clima, según la doctora Thomas.
Los núcleos podrían contener evidencia de una época en la que los niveles del mar eran mucho más altos que ahora y en la que las vastas capas de hielo de la Antártica eran más pequeñas.
La presencia de polvo en el hielo ayudará a comprender cómo se redujeron las capas de hielo y contribuyeron al aumento del nivel del mar, algo que constituye una gran preocupación en este siglo.
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