De todos los temas complicados que se deben hablar con les hijes, probablemente uno de los más extraños y angustiantes sea el de la sexualidad.
No importa qué tan progresista o conservador seas, es un tema que casi de manera inescapable va a provocar angustia al momento de abordarlo, sobre todo cuando ese tema debe tratarse con adolescentes.
Ya sea que te dé miedo hacerlo mal o que el simple hecho de tener que hacerlo te aterre, es normal que hablar de sexualidad sea un asunto complicado (y si no lo es para ti, ¡qué bueno! Ojalá así sea para más personas también).
Creo que las personas que están criando a adolescentes en esta época están atravesando un momento particularmente complicado: por un lado, la educación que recibieron estuvo llena de todos los mitos, estigmas y falsedades propias de la época de sus padres. Por otro lado, tienen la gran tarea de educar a la generación más conectada y con más acceso a información en la historia de la humanidad. No es poca cosa y es entendible que para algunas personas sea algo difícil.
Lo primero a tomar en cuenta es que no necesitas saber mucho de sexualidad para hablar al respecto, al igual que no necesitas saber mucho de varias cosas para poder acompañar adecuadamente a tu hije en su educación respecto a ellas.
Tu función no es ser una biblioteca andante (para eso están la escuela, el internet o, vaya, las mismas bibliotecas) porque lo que necesitan de ti es un espacio seguro para poder expresar sus dudas.
(Pero ojo, que te eduques no está nada mal, no solo para educar a tu chamaque, sino para tu propia vida. Y si me permiten la autopromoción descarada, aquí hay un libro muy bueno para eso).
Aunque el ideal de muchas personas es ser, precisamente, ese espacio seguro, muchas veces demostramos -de manera consciente o inconsciente-, lo contrario:
Cada vez que un papá hace un chiste sobre celar a su hija, cada vez que se da un manotazo seguido de un “déjate ahí”, cada vez que se tapan los ojos durante una inesperada escena erótica de una película, cada vez que se dice un “ni se te ocurra traer a una chamaca embarazada acá”, cada vez que tenemos un acto de homofobia o machismo, entre otros ejemplos, lo que están haciendo es dar el mensaje: “no puedes hablar con nosotres de este tema o te arriesgas a una consecuencia negativa”.
Esto es un problema grave. Idealmente, muchas madres y padres desean que su hije busque su ayuda si tiene un problema. Además, suelen creer que, a pesar de las diferencias, debería estar consciente que cuenta con ese supuesto apoyo incondicional.
Sin embargo, ¿cómo puede saber eso une adolescente si lo que le han mostrado toda la vida es el caso contrario?
Vamos a poner un ejemplo un poco agrio, pero que sirve para ilustrar el punto. Supongamos que una adolescente no sabe si tener o no su primera relación sexual con su novio. Él quiere, pero ella no sabe y quiere poder hablarlo con alguien. “¿Le pido consejo a mi padre?”, se pregunta, e inmediatamente piensa en su padre enojándose con ella por querer tener sexo, juzgándola y castigándola. “De ninguna manera”, piensa. Entonces va y le pregunta a su madre. Su madre, espantada, le habla sobre darse a respetar, sobre cómo la virginidad es “algo sagrado”, sobre lo mucho que se va a decepcionar de ella si regresa embarazada. Tiempo después, la adolescente decide tener sexo con su novio.
Ahora imaginen que pasa algo. Algo negativo. Lo que sea: un embarazo no deseado, un abuso sexual, la transmisión de una ITS o, simplemente, un momento confuso donde no supo bien qué hacer.
¿Creen que le va a buscar ayuda con su madre o su padre? ¿Creen que se va a arriesgar a ser juzgada, humillada o castigada por ellos, todavía más siendo que posiblemente carga con culpa por aquello que sucedió? Lo más probable es que no. Y así, la adolescente posiblemente busque solucionar el problema por sí misma o dejarlo pasar, muchas veces con consecuencias negativas que pueden llegar a arriesgar su vida.
En cambio, si ella hubiera recibido una escucha empática, sin juicios y orientada para que pudiera desarrollar criterio y así tomar una decisión responsable, no solo podría haber prevenido la situación incómoda, sino en caso de que hubiera sucedido, podría haberse acercado a su madre o a su padre buscando apoyo, para resolver el problema de manera segura y sintiéndose amada y protegida.
Obviamente esta respuesta es muy amplia y dependerá mucho de la relación que tengan y las personalidades de cada parte, pero existen algunas técnicas de comunicación que pueden ayudar. En este texto, voy a compartir dos.
La primera es buscar el “momento oportuno de aprendizaje”. Sucede que nos hemos acostumbrado a que lo sexual debe hablarse una vez nada más en una conversación sumamente incómoda a la cual incluso se le ha llamado “La Plática”.
Pero esta manera de abordarlo es muy inefectiva, por los motivos que mencioné anteriormente: en vez de normalizar la comunicación, lo que hace es crearle grandes expectativas alrededor.
Una mejor manera para llevar la conversación es a través de los “momentos oportunos de aprendizaje”, que son todos los momentos que nazcan naturalmente en el día a día y que permitan hablar de algún tema complicado. Por ejemplo: cuando se ve una película, cuando se chismea de otra cosa, cuando se escucha música, cuando se cuenta una anécdota de alguien más.
Hablar de sexualidad cuando salga “naturalmente” (y si uno pone atención se dará cuenta que esas oportunidades están por todos lados), es mucho mejor que crear un momento forzado e incómodo para tocar el tema y puede dar pie a conversaciones mucho más honestas y productivas.
La segunda técnica se trata, en realidad, de 4 pasos a seguir para poder tener una mejor conversación sobre temas incómodos y va así:
Existe un video muy gracioso: una niña le pregunta a su madre, “¿Mamá, qué significa ‘virgen’?”. La madre, que está cocinando, se pone nerviosa, tartamudea y hace lo posible para responder la pregunta: “Cuando papá y mamá se aman mucho…”. Después de una respuesta que dura más de lo necesario, la madre termina satisfecha por su respuesta… y hasta ese momento, le pregunta a su hija el por qué de la pregunta. La niña, en su preciosa ingenuidad, responde: “Porque esta botella de aceite dice “100% extra virgen”.
Esta situación, aunque sea graciosa para quien la mire, en realidad puede ser muy problemática para la niña, porque aunque es posible que olvide la respuesta a los pocos segundos que termine, su mente va a captar algo para siempre: mi mamá se puso muy nerviosa cuando le hice esta pregunta.
No va a pasar mucho tiempo antes de que asocie la connotación sexual en la mente de su madre y, de este modo, la siguiente vez que quiera hacerle una pregunta relativa a sexualidad (ahora sí con intención), es más probable que al final decida no hacerlo. Las posibilidades aumentan más si en vez de nerviosismo lo que obtiene es un regaño, enojo o una respuesta de miedo.
Por eso, lo mejor que podemos hacer es normalizar las preguntas de les hijes. ¿Cómo hacemos esto? Fácil. Simplemente podemos decirles: “¡Qué interesante!” en lo que pensamos una posible respuesta. Y ya. No necesitas más. De este modo pasan dos cosas: se incentiva la curiosidad y se enseña que hacer preguntas en el hogar siempre será algo bien recibido.
Antes de dar una respuesta, puedes devolver la pregunta a tu adolescente. Y cuando te responda, es muy, pero MUY importante que escuches.
Escucha con atención, sin juicios, interesándote por lo que te cuenta. Cuando termine de hablar, puedes responderle otra vez con un “qué interesante” o algo similar, para normalizar la dimensión emocional de la conversación. Recuerda: en este momento el objetivo es crear un ambiente de calma. Si escuchaste algo que te alarmó, en el siguiente paso podrás abordarlo. Ahorita lo importante es simplemente mantener la comunicación abierta y, para eso, es esencial que le demuestres calma a tu adolescente.
En una conferencia que di hace poco, un hombre nos regaló un ejemplo increíble sobre el poder de esta pregunta: él está aprendiendo a tatuar y su hija de seis años se le acercó para contarle que un compañero suyo le propuso jugar a que “le tatuaran el pipí”. El hombre, en vez de escandalizarse o asustarse, le preguntó a su hija “¿Y tú qué opinas de eso?”. La hija le respondió que ella pensaba que no estaba bien, que no se había sentido cómoda y que no quería hacerlo. El hombre le respondió a su hija que tenía razón y pudo aprovechar ese momento para hablar con ella sobre consentimiento e intimidad.
¿Qué hubiera pasado si el hombre se hubiera enojado ante la pregunta de la hija? ¿Si hubiera dicho “le voy a partir la madre a ese niño”? ¿Si hubiera reaccionado con terror ante la posibilidad de que hubiera hecho algo que no quería? O, peor aún, ¿si la hubiera juzgado (como tantas veces ocurre)?
Probablemente, la niña no hubiera querido hablar más y el hombre se habría perdido de una gran oportunidad de a) consolidar la educación que le quiere impartir, b) descubrir si era un juego de niños o una situación de riesgo, c) mantener abiertos los canales de comunicación con su hija y d) evaluar de primera mano el criterio de su hija, la manera en que percibe al mundo, las herramientas que tiene para defenderse de las situaciones incómodas, etc.
Ahora sí, ¡es hora de la respuesta! Aquí es donde puedes compartir el conocimiento que tienes, expresar tu desacuerdo sobre alguna idea, felicitar por algún comportamiento adecuado o cualquier otra cosa que la conversación necesite.
Lo más valioso en este punto es que respondas honesta y auténticamente.
Si tienes los conocimientos adecuados, ¡compártelos de una manera amable! Si existe alguna discrepancia moral fuerte respecto a la respuesta que te dieron, ¡dialóguenla con empatía! Si no, no pasa nada, siempre pueden buscar la respuesta en otras fuentes o con otras personas. Sin embargo, existirán algunas ocasiones donde la mejor respuesta será “no sé”, “yo también tengo esa duda”, “cuando yo me enfrenté a esa situación cometí estos errores”, “a veces yo tampoco sé bien cómo responder eso” o algo similar.
Solemos creer que si le mostramos nuestra vulnerabilidad a les adolescentes, nos van a dejar de respetar. Algo de cierto hay en eso, pero no de la manera en que creemos: la vulnerabilidad no es decir “no sé”, la vulnerabilidad es pretender que se sabe cuando en realidad no. Esa verdad oculta, por mucho que intente maquillarse, va a ser percibida por la persona frente a ti y ahí es donde en verdad estarás mostrando lo peor de tu vulnerabilidad (como en el ejemplo del comercial del aceite).
Recuerda: tu adolescente está buscando respuestas, sí, pero también está buscando un espacio seguro y, muchas veces, la mejor manera de construir eso es a través de la horizontalidad.
Esta pregunta tiene como objetivo consolidar la conversación tuvieron y poder escuchar a tu adolescente. Aquí es donde puedes evaluar qué tan fructífera fue la plática, si es necesario hablar de algún otro tema (o repasar alguno que hayan tocado), si tu adolescente, de hecho, escuchó lo que charlaron, si existe alguna discrepancia mayor, si se necesita algún paso extra…
Lo importante, sobre todo, es escucharle y hacerle sentir escuchade y, con eso, seguir construyendo la comunicación.
Educar a une adolescente es una tarea titánica y hacerlo en esta época, especialmente si hablamos sobre su sexualidad, todavía más. La presión es alta por todos lados para que las personas sean madres o padres que aspiren a la perfección, pero la realidad es que nada de eso es necesario. La realidad suele ser mucho más flexible que nuestras peores fantasías y, usualmente, por cada error que tengamos, siempre habrá una oportunidad de hacerlo mejor después. Recuerda: tu maternidad o paternidad no tiene que ser perfecta, sólo tiene que ser suficiente.
El dúo argentino se expande por Estados Unidos, América Latina y Europa, y cautiva tanto al público como a la crítica.
Ca7riel y Paco Amoroso avanzan al ritmo vertiginoso de la época, sin freno y ajenos a toda regla. El mundo los mira y ellos corren, como si la buena suerte fuera a terminar pronto.
“Nuestras vidas cambiaron por completo en seis meses”, le dijeron el mes pasado a la BBC antes del Festival Glastonbury, en Inglaterra, sobre la explosión de la dupla argentina que desarma prejuicios y cautiva por igual a la crítica y a la audiencia.
La puerta al mundo se las abrió su participación en octubre pasado en el Tiny Desk, el famoso ciclo de recitales íntimos producido por la radio pública de Estados Unidos NPR, que funcionó como la antesala de su último EP Papota.
La palabra “papota” tiene varios significados en Argentina, pero uno de ellos se refiere a los suplementos de proteína en polvo, anabólicos y esteroides que sirven para sacar músculo en poco tiempo y con poco esfuerzo.
“Todo fue una locura. Sabíamos que el Tiny Desk nos daría visibilidad, pero nunca imaginamos que impactaría en nuestras vidas de esta manera”, comentaron sobre el video que en YouTube ya supera las 38 millones de visualizaciones, casi tres veces más que la presentación de Bad Bunny en el mismo ciclo.
“El Tiny Desk me jodió”, canta Ca7riel en su reciente éxito “Impostor”, en una clara referencia a las presiones de la industria de la música y el éxito repentino. “Nos jodió… pero para bien”, aclararon a la BBC.
Anamaria Sayre, presentadora del podcast de música latina Alt.Latino y curadora del Tiny Desk, cuenta que al terminar de grabar el episodio se acercó a ellos para decirles que era “el mejor show que había visto” en sus años como productora del ciclo.
“Tienen algo especial. Entienden lo que hacen, saben de música, son inteligentes y chistosos. Pero, sobre todo, son auténticos”, le dice a la BBC Sayre, de 26 años.
La dupla de Ca7riel y Paco Amoroso, ambos de 31 años, presenta una propuesta disruptiva en base al jazz latino, el hip-hop y el R&B de los 80, según describe el corresponsal de Música de BBC, Mark Savage.
“Todos los que estuvieron en Glastonbury salieron entusiasmados, recomendando el show a sus amigos. La próxima vez que vuelvan, van a necesitar un escenario más grande”, asegura Savage.
Tras el Tiny Desk, Ca7riel y Paco Amoroso se presentaron en el icónico The Tonight Show de Jimmy Fallon, uno de los programas de televisión más vistos de Estados Unidos, vestidos con trajes sintéticos que imitaban unos cuerpos musculosos.
A partir de ahí empezó una gira vertiginosa, con 78 fechas por 28 países y 60 ciudades de Estados Unidos, Europa, América Latina y Japón.
Además de Glastonbury, la dupla argentina se presentó en algunos de los festivales más reconocidos del mundo como Roskilde en Dinamarca y Coachella en California, donde cantaron junto al director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel y la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles.
“Se han convertido en un fenómeno underground potente y en un grupo que es atractivo para latinos y no latinos”, le dice a la BBC Leila Cobo, directora de contenido de música latina de la revista de música de Estados Unidos Billboard.
Para Cobo, la propuesta del dúo argentino es un “outlier“, es decir que no se parecen a lo que hacen otros artistas y que no encajan en la norma.
“No hacen la música que se consideraría comercial latina de este momento, y su sonido es muy diferente a otra música que también es exitosa”, agrega.
Hace solo unas semanas, uno de los raperos más respetados del género, Kendrick Lamar, anunció que la apertura de sus shows por América Latina, en el marco de su gira mundial Grand National Tour, quedará en manos del dúo argentino.
Y el guitarrista de Radiohead, Ed O’Brien, también se sumó a los elogios: “¡Qué actuación estelar!”, comentó en sus redes después de haberlos visto tocar en Inglaterra.
“La que puede puede”, parecen responder ellos en lenguaje de meme sobre la velocidad a la que crecen.
Además de la gira internacional, Ca7riel y Paco Amoroso alcanzaron este año el mayor reconocimiento a la música en Argentina, el premio de oro en los Premios Gardel, donde sumaron siete estatuillas, igualando el récord logrado por Gustavo Cerati en 2010.
Al recibir el premio de oro, arriba del escenario, Paco destacó que la base de su propuesta artística es la amistad de varias décadas que comparte con Ca7riel.
“Nos conocemos desde muy chiquitos y siempre hicimos música. Siempre fuimos muy amigos y siempre apostamos a esto. Y la verdad es que ganar un premio nos hace dar cuenta que valió la pena esta amistad que tenemos”, agradeció Paco.
Catriel Guerreiro (Ca7riel) y Ulises Guerriero (Paco Amoroso) se conocieron el primer día de clases, a los 6 años, en la escuela primaria Casilda Igarzabal de la ciudad de Buenos Aires.
“La maestra nos llamaba a todos por su nombre y cuando llegó a nuestros apellidos, nos dimos cuenta de que eran bastante parecidos: Guerreiro y Guerriero. Nos preguntó si éramos hermanos, dijimos que sí solo porque sí”, comentaron a este medio.
“A partir de ese momento, nos hicimos inseparables, somos como hermanos”.
Paco llegó a la música a los 6 años a través de sus clases de violín. Unos años después, a los 15, mientras cursaba en el prestigioso colegio Carlos Pellegrini de la Universidad de Buenos Aires, se pasó a la batería. Recién en 2021, empezó a probar con su voz.
Por su parte, Ca7riel estudió música en la escuela Juan Pedro Esnaola, un colegio secundario público, creado para que los alumnos de barrios periféricos pudieran cursar su bachillerato y, al mismo tiempo, desarrollar sus capacidades artísticas.
“Fui a un colegio que es lo más parecido a Hogwarts [la escuela de magia de Harry Potter]: a la mañana teníamos matemática y a la tarde tirábamos trucos de magia. Un colegio con mil pianos y baterías”, recordó Ca7riel en la radio argentina Vorterix.
Ca7riel y Paco Amoroso crearon en 2011 una banda de rock progresivo que se llamó “Astor y las Flores de Marte”, posiblemente por el mítico músico, bandoneonista y compositor de tango argentino Astor Piazzolla.
Tras la disolución de Astor en 2017, empezaron sus carreras como solistas y continuaron con colaboraciones con un estilo que combinaba el trap, el hip-hop y la música electrónica.
Fue así como en septiembre del 2018 lanzaron su primera canción, “Piola”, que fue seguida por otros sencillos como “A mí no”, “Jala Jala” y “Ouke”, las cuales les abrieron un lugar como dúo en la escena musical argentina.
Si bien Ca7riel todavía integra la banda de metal llamada “Barro”, fue su llegada al género urbano lo que marcó un quiebre.
En 2024 presentaron su primer disco de estudio, Baño María, que les permitió llenar su primer gran estadio en Argentina y le abrió paso a su EP Papota.
“Ahí cambió todo. Entró el capitalismo en nuestras venas”, le comentó con ironía Ca7riel al podcaster Jordan Naranjo, en referencia al visible cambio en su propuesta artística que los sacó del rock y los acercó al pop.
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Tanto Paco como Ca7riel siempre fueron sinceros al explicar las razones que los impulsaron a cambiar su música: el deseo de vivir de componer y cantar, algo que su banda de rock progresivo no les permitía.
Este punto abre un debate enorme entre los artistas emergentes que lograron saltar al mainstream. Duki, una figura clave del trap argentino que ha logrado saltar las fronteras del underground local, defiende esta posición.
“Ellos te lo dicen. Están haciendo esta música porque es la que les da de comer. Y eso está bien, es real. Ca7riel agarra una guitarra eléctrica y la destruye, es un músico de la hostia”, comentó Duki en una charla con el YouTuber argentino Coscu antes del último gran salto del dúo.
La propuesta musical de Ca7riel y Paco Amoroso parece estar integrada de múltiples capas, que es lo que les permite ampliar su alcance y llegar a una audiencia mucho más diversificada y masiva.
En la superficie, avanzan con melodías ligeras que les permite conectar con un tipo de público que agradece la diversión en sus temas. Mientras en el interior, bucean por sonidos que recuerdan a los grandes íconos del rock argentino así como a los clásicos del pop y del funk.
“Los escuché tocar y los amé. Catriel toca muy bien la guitarra. Me gusta la manera en que desafían los límites”, le comentó a la BBC uno de los músicos más influyentes del rock argentino, David Lebón, de 72 años, quien integró en los años 70 la banda Serú Girán junto a Charly García.
“Muchas gracias a Internet”, ironizó Ca7riel en plena grabación del Tiny Desk, antes de saber que ese mismo contenido en YouTube sería el que los pondría en el radar internacional.
En la misma dirección, el video de “El Único”, subido a Instagram por la cuenta de NPR y en el que se ve a Paco Amoroso con un gorro de piel de zorro celeste y a Ca7riel con un chaleco de corazones rojos, hoy está por encima de las 22.6 millones de visualizaciones.
“El Único es un tema especial. Nosotros sabíamos que era especial, incluso en los shows. Tiene la parte del ‘pará, pará, pará’ que es muy graciosa. No falla”, le comentó Paco al medio Shangay, a lo que Ca7riel agregó: “Es TikTokeable”.
A pesar de no ser nativos digitales, Ca7riel y Paco Amoroso entienden el universo sin límites de Internet y lo explotan al máximo. Apuntan a las visualizaciones en YouTube, los videos compartidos de TikTok y los corazones de Instagram.
“No somos muy TikTokers nosotros. Pero agradecemos al público TikTokero. Llegás a cualquier lado hoy en día con Internet –parezco una abuela de 70 años diciendo esto– pero aguante TikTok…bien ahí”, decía hace ocho meses Ca7riel a Shangay.
Muchas de sus letras hacen referencias a videos virales, se suben al debate del momento en la red social X y reproducen la lógica de hashtags, como con su tema llamado #Tetas, que hace una clara referencia a la música pop de los 90 de los Backstreet Boys.
Tal vez la primera prueba de su éxito en Internet fueron las 76 millones de reproducciones del video de Paco en las sesiones del productor argentino Bizarrap, que se transmiten por su canal de YouTube de 22.6 millones de suscriptores y es la plataforma en la que Shakira presentó su “Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”.
Ambos suelen decir que, si artistas como Bizarrap, Duki o Wos no hubieran abierto el camino del freestyle y el trap en Argentina, quizás no habría ocurrido la expansión de tantos otros proyectos.
“Yo solamente le di el canal, le di el medio para que muestre el tremendo talento que tiene. El pibe es un crack”, comentó Bizarrap en la radio Vorterix en 2020.
Para que el contenido circule debe ser entretenido y, en gran medida, estético.
Por eso, ellos trabajan con la Negra Negra, la arriesgada y talentosa vestuarista que le imprime al proyecto artístico una identidad visual propia que incluye chalecos inflables amarillos, remeras con sus caras con filtros de Instagram y muchas gafas.
“Ella es lo máximo. Nos entendió, hay algo en el humor que tiene que nos ayuda a construir la propuesta visual de lo que queremos contar”, comentó Ca7riel en el podcast de Irsa y Jesús Abelardo.
Ca7riel y Paco Amoroso dicen, cada vez que pueden, que los tienen sin cuidado las críticas que puedan llegar a recibir por su acercamiento al circuito de la música comercial latina. Pero sus letras no parecen comunicar lo mismo.
El temor a la impostura queda a la vista en su corto Papota, presentado en YouTube y dirigido por Martín Piroyansky, en el que plantean una dura crítica a la industria de la música latina en la que ellos mismos parecen haber quedado atrapados.
“El sueño lo cumplí, ¿pero a qué costo? Ayer no me quería y hoy me odio”, se escucha en “Re Forro” mientras se los ve con rostros desfigurados por las cirugías estéticas mientras reciben un “Latin Chaddy”, una clara parodia a los Latin Grammy.
“Pocos artistas pasaron por una explosión como la de Ca7riel y Paco Amoroso. No creo que sea fácil navegar el hecho de haber estado tanto tiempo fuera de la industria y, en tan poco tiempo, pasar a ser parte de ella”, sostiene Sayre.
“Jugamos con la idea de las consecuencias de nuestra actuación en Tiny Desk y los desafíos que enfrentamos después”, le dijeron los artistas a la BBC.
“Los productores musicales se nos acercaron para vendernos todo tipo de cosas si seguíamos el manual: aprender inglés, escribir estribillos y canciones pegadizas, ir más al pop, cambiar nuestra imagen e ir al gimnasio”, comentaron.
La revista Rolling Stone los llamó “el futuro de la música” y Billboard, un medio reconocido globalmente por ser una referencia en materia de rankings, incluyó a Papota en la lista de los 25 mejores álbumes de música latina del año.
“Es ingenioso, atrevido, necesario y de lo más original del 2025”, describen los editores de la revista.
Para la directora de contenido de música latina de Billboard es imposible tener una carrera musical exitosa sin trabajar con la industria establecida de alguna manera.
“De todos modos, ellos firmaron con 5020, el sello boutique de Sony, que también es la casa de Residente. Esto les permite trabajar en un entorno más pequeño, más hecho a la medida, que además les da el apoyo de una multinacional. Es un buen balance”, le dice a la BBC Cobo.
Para ella, lo que hacen no es la música latina que se consideraría comercial en este momento y su sonido es muy diferente.
“Es comercial pero sofisticado, y precisamente creo que eso que los diferencia los ha hecho sobresalir”, sintetiza.
Sobre el escenario se ve a media docena de hombres bronceados y fibrosos, se escuchan letras que parecen derribar los estereotipos de la rivalidad masculina y cierran sus shows con Ca7riel y Paco besándose en la boca.
Esto ha llevado a que se hayan ganado un lugar como “el dúo argentino que subvierte el machismo”, como tituló el medio británico The Guardian, que además los describe como “rebeldemente inclasificables” en una América Latina dominada por el reggaetón.
Al igual que su música, el mensaje de sus letras y la puesta en escena parecen estar compuestas de tramas superpuestas, algunas más visibles y ligeras, que se completan con otras un poco más ocultas que pueden dejar pensando al espectador más atento.
Ca7riel y Paco Amoroso usan el arte para hablar de los grandes temas de su época, como la búsqueda de éxito, el narcisismo, los vínculos amorosos y el dinero, algo que muestran en su video “Paga Dios”, en el aparecen como dos seductores profesionales con dos mujeres mayores.
“Cuando los escuché cantar pensé que eran inteligentes, tenían ironía y eran chistosos. Hay mucho atrás de ellos más allá de su música”, comenta Anamaria Sayre, la productora de Tiny Desk.
Minutos antes de su segundo concierto en Glastonbury, Paco respondió a unas preguntas del Buenos Aires Herald sobre el balance de este año: “Un 11 sobre 10. De acá, todo para abajo, todo en picada”, respondió con humor.
“No entiendo un carajo de nada. Yo acabo de viajar por el mundo por primera vez en mi vida. No lo puedo creer”, agregó Ca7riel.
“Para no perder la chispa, la clave será que puedan mantener la autenticidad en base a sus experiencias reales. Esto no implica seguir hablando de las mismas cosas. Por el contrario, ser auténtico implica aceptar que tu vida cambió”, recomienda Sayre.
Todo apunta a que Ca7riel y Paco Amoroso no están de paso. La autenticidad de su propuesta artística la sostienen en su dominio de la música, la sátira justa y su sensibilidad para leer la época.
Tal vez, a partir de ahora, puedan permitirse avanzar con calma, confiando en que la atención que reciben no es arbitraria ni producto de una buena racha, porque el talento que demuestran cada día arriba del escenario va más allá de la suerte.
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