Aunque hay varias fechas agotadas, la agenda de festivales y conciertos del 2025 en México sigue creciendo y nuestra cartera y cuentas de banco están preocupadas.
Te dejamos los festivales más importantes en el país y también algunos de los artistas nacionales e internacionales que más esperamos ver en tierras mexicanas en este nuevo año.
Y recuerda que estaremos actualizando esta nota con nuevos anuncios, ¡así que tenla a la mano!
Luego de sufrir un accidente doméstico que lo obligó a posponer sus conciertos en México, Fito Páez al fin regresa a nuestro país con estas fechas.
Ojo: su concierto en el Zócalo no ha sido reprogramado, pero no perdemos las esperanzas.
Aunque todavía lloramos la muerte de Chester Bennington, uno de los conciertos del 2025 que más emocionan es el regreso de Linkin Park, ahora con Emily Armstrong como la vocalista.
Además, este 2024 lanzaron su más reciente álbum llamado From Zero del que seguro escucharemos bastante en sus presentaciones en México.
Empezamos los festivales del 2025 con esta edición de Bahidorá en Las Estacas. Contará con artistas como Kaytranada, Floating Points o Ezra Collective.
El dúo ganador del GRAMMY celebrará el lanzamiento de Clancy con The Clancy World Tour, su gira más grande hasta la fecha como protagonistas.
Entre los festivales 2025 en México hay algo para todos los gustos y claro que regresa el festival de música electrónica más grande con un cartel que hasta necesita de una lupa.
La icónica banda de soul y pop celebrará 40 años de carrera. Así que escucharemos sus mejores éxitos desde 1985 hasta el presente y disfrutaremos de tres noches memorables.
Ya tuvimos la gira de LuisMi y ahora toca gritar con el otro papá de todo México: Chayanne. El ídolo llega con su gira Bailemos Otra Vez 2025 llena de sus éxitos atemporales, así como de su último disco.
El cantante se encuentra en su gira Sting 3.0 donde hace un recorrido por los éxitos de su carrera como solista y también como parte de The Police.
La banda electrónica francesa anunció una nueva etapa de su gira Justice: Live Tour y llegarán a la capital para darnos una noche de puro éxtasis musical.
Llega la 25 edición de este festival con bandas que ya son viejas conocidas y algunos nombres nuevos. Entre los headliners del cartel destacan Keane, Caifanes, El Gran Silencio, Los Ángeles Azules, Zoé, Raphael y más.
Definitivamente uno de los conciertos más esperados del 2025 es la llegada de Shakira a México con su Las Mujeres Ya No Lloran Tour con el que logró romper el récord de 7 shows consecutivos en el Estadio GNP (con capacidad para 65 mil personas).
La selva de asfalto tendrá una noche llena de post-punk con la llegada de esta banda irlandesa que viene a presentar su más reciente disco Romance.
Incubus está de vuelta y más poderosa que nunca. La banda multipremiada de Los Ángeles llega para interpretar en su totalidad Morning View así como todos sus éxitos.
La banda chilena regresa a nuestro país con una gira acústica presentando su MTV Unplugged, que cuenta con un repaso completo de su exitosa carrera y algunos temas que nunca antes habían interpretado.
Esperamos, rezamos y ganamos. Al fin tendremos conciertos de Olivia Rodrigo en CDMX pues llegará con su Guts World Tour Spilled donde se enfoca en su álbum Guts, pero también en éxitos de Sour.
¿No pudiste verlos en el Corona Capital 2024? No te preocupes, que el dúo australiano de música electrónica regresa a México para darnos un espectáculo inolvidable.
Otro de los festivales del 2025 en México que más llama la atención es el Ceremonia, pues este año trae nombre ENORMES de distintos géneros. Destacan Tyler the Creator, Natanael Cano, Charli XCX, Tomorrow x Together, FKA Twigs, Massive Attack, entre otros.
No hay duda de que es uno de los festivales cuyo cartel más nos emociona año con año; sobre todo por lo variadito que está.
En esta ocasión, entre los headliners podemos ver a Green Day, Justin Timberlake, Olivia Rodrigo, Fall Out Boy, Kings Of Leon, Massive Attack y Charlie XCX.
Las STAY demostraron su poderío arrasando con los boletos de esta banda de K-pop que llega a México con su dominATE Wordl Tour.
No te pierdas: Jay-Z es acusado, junto a Diddy, de abusar de una menor; son “afirmaciones idiotas”, dice el rapero y productor
Otro de los conciertos del 2025 en México que nos emociona es el regreso de Katy Perry, quien llega con su The Lifetimes Tour. Así celebra el lanzamiento de 143, su más reciente álbum musical.
La legendaria banda de metal regresa con su esperada gira Monsters Tour. Y será mejor que te prepares, pues será una celebración de su extensa trayectoria que alcanza más de 50 años.
Luego de su exitosa gira Noches de Salón, Enjambre regresa con un esperado concierto en el Palacio de los Deportes regresando al formato eléctrico.
La diosa Kylie Minogue también llega a escenarios mexicanos con su Tension Tour, su mayor gira desde 2011. La artista viene de lanzar Tension y Tension II, llenos de himnos electrónicos que te ponen a bailar.
No hay duda de que EL concierto más esperado del 2025 es el de Osasis, pues además ese año marcará el reencuentro de los hermanos Gallagher después de 15 años.
Tendremos dos fechas de Oasis en México con el Oasis Live ’25 donde prometen celebrar toda la trayectoria de la banda.
Durante más de seis meses Gurpreet viajó en su intento de cumplir el sueño americano. Pero no tuvo éxito y fue deportado.
Gurpreet estaba esposado, sus piernas atadas con una cadena que subía hasta su cintura. Él estaba siendo dirigido por la patrulla fronteriza de Estados Unidos hacia un C-17, un poderoso avión militar.
Era 3 de febrero de este año y después de meses de un largo viaje, él se dio cuenta de que el sueño de vivir en EE.UU. se había acabado. Estaba siendo deportado a su país, India.
“Sentí que el suelo se resbalaba debajo de mis piernas”.
Gurpreet, de 39 años, fue uno de los miles de indios que en los últimos años han gastado sus ahorros para cruzar varios continentes con la idea de entrar de forma ilegal a EE.UU. a través de su frontera sur y de ese modo escapar al desempleo que acosa a la India.
Se estima que hay unos 725.000 indios indocumentados viviendo en EE.UU., la tercera nacionalidad más numerosa después de los mexicanos y los salvadoreños, de acuerdo a las cifras del Pew Research Center de 2022.
Ahora Gurpreet se ha convertido en uno de los primeros indios indocumentados que han sido deportados desde que Donald Trump asumió la presidencia de EE.UU., con la promesa de hacer una deportación masiva como prioridad.
La intención de Gurpreet era solicitar asilo basado en las amenazas que él dice que recibió en India, pero -en el marco de la orden ejecutiva de Trump de devolver a los migrantes sin darles ni siquiera la posibilidad de una audiencia para solicitar asilo- fue enviado de vuelta sin que su caso fuese siquiera considerado.
Cerca de 3.700 indios fueron deportados durante la era de Joe Biden, pero las nuevas imágenes de estos migrantes siendo deportados con esposas y cadenas en los pies ha generado una fuerte reacción en India.
La oficina de la Patrulla Fronteriza de EE.UU. publicó un video en internet con esas imágenes, acompañadas de una música estrambótica y la advertencia: “Si cruzas de manera ilegal, serás expulsado”.
“Estuvimos sentados, esposados y encadenados por más de 40 horas. Incluso las mujeres fueron tratadas de la misma manera. Solo a los niños no los encadenaron”, le dice Gurpreet a la BBC en India.
“No nos permitían pararnos. Si queríamos usar el baño, teníamos que estar escoltados por un soldado y solo nos quitaban una de las esposas”, añade.
Los partidos de oposición en el parlamento indio protestaron frente a lo que señalaban era un “trato inhumano y degradante” para los deportados.
“Hay muchos comentarios de que el primer ministro de India, Narendra Modi, y Donald Trump son buenos amigos, entonces, ¿por qué permitió esto?”, le dijo a la BBC Priyanka Gandhi Vadra, un líder de la oposición.
Por su parte, Gurpreet dice: “El gobierno indio debió decir algo sobre esto. Ellos debieron decirle a EE.UU. que hiciera las deportaciones como las hacía antes, sin las cadenas ni las esposas”.
El vocero de la oficina de Relaciones Exteriores de India señaló que el gobierno ha comunicado a EE.UU. estas preocupaciones y, como consecuencia, en los siguientes vuelos no se encadenaron a las mujeres.
Pero las imágenes intimidantes y la retórica de Trump parecen haber conseguido el objetivo, al menos como efecto inmediato.
“Nadie va a tratar de ir a EE.UU., sobre todo por una ruta ilegal y complicada, mientras Trump esté en el poder”, dice Gurpreet.
A largo plazo, esto podría depender de si continúan las deportaciones, pero por ahora muchos de los traficantes indios, llamados localmente “agentes”, se han escondido por temor a redadas en su contra por parte de la policía india.
Gurpreet relata que las autoridades indias le pidieron el teléfono del “agente” que él había utilizado para ir hasta EE.UU., pero el traficante ya no podía ser localizado.
“No los culpo. Nosotros queríamos ir, era nuestra decisión. Ellos no vinieron a buscarnos”, señala Gurpreet.
Aunque las cifras del gobierno ponen la tasa de desempleo de apenas 3,2%, lo cierto es que la realidad es más precaria para muchos indios.
Solo el 22% de los trabajadores tienen salarios regulares. La mayoría de ellos son independientes y cerca de una quinta parte de ellos son “ayudantes sin paga”, que incluyen a decenas de mujeres que trabajan en negocios familiares.
“Dejamos India porque nos vimos obligados a hacerlo. Si tuviera un empleo que me pagara al menos 30.000 rupias (US$340) al mes, podría ayudar a mi familia y nunca pensaría en irme”, anota Gurpreet, quien tiene a su esposa, un bebé y su madre que dependen de él.
“Se puede decir lo que sea sobre la economía en el papel, pero necesitas ver la realidad en la calle. No hay oportunidades para nosotros, para trabajar o crear un negocio”, añade.
La compañía de camiones de Gurpreet estuvo entre las empresas, fuertemente dependientes del dinero en efectivo, que fueron duramente golpeadas cuando el gobierno indio, con apenas cuatro horas de aviso, retiró cerca del 86% de los billetes que estaban en circulación en el país.
Eso hizo, explica Gurpreet, que sus clientes no le pagaron más y él no pudo mantener a flote su negocio.
Y otro pequeño negocio que había montado, dedicado al manejo de logística para otras compañías, también colapsó debido a la pandemia del Covid-19.
También relata que pidió visas para viajar a Canadá y a Reino Unido, pero sus aplicaciones fueron rechazadas.
Entonces, con todos sus ahorros y con la ayuda de familiares, logró juntar cerca de US$45.000 para pagarle a un traficante para que lo ayudara en su viaje.
El 28 de agosto de 2024, él voló desde la Indiana hasta Guayana para iniciar su viaje a EE.UU.
Gurpreet marcó todas las paradas que hizo en un mapa que tiene en su teléfono.
Desde Guyana él viajó a través de Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, la mayoría de las veces en bus, otras en carros y en bote y una parte pequeña en avión, pasando de traficante a traficante y detenido y liberado por algunas de las autoridades de los países.
En Colombia, los traficantes trataron de ponerlo en un avión hacia México, para de esa forma evitara atravesar el Tapón del Darién.
Pero la inmigración colombiana no le permitió abordar el avión, por lo que tuvo que hacer el peligroso viaje por la selva.
Un territorio denso e inhóspito entre Colombia y Panamá, el Tapón del Darién solo puede ser cruzado a pie, con riesgo de sufrir accidentes, enfermedades y ataques de bandas criminales.
El año anterior, 50 personas murieron intentando cruzar el Darién.
“No estaba asustado. He sido deportista toda mi vida, así que pensé que iba a estar bien. Pero fue la parte más dura. Caminamos durante cinco días por ríos y selvas. En muchas partes, mientras atravesaba un río, el agua me llegaba al pecho”, recuerda Gurpreet.
Cada grupo estaba acompañado por un contrabandista, o un “donker”, como Gurpreet y otros inmigrantes los llaman, una palabra aparentemente derivada del término “ruta del burro”, utilizado para referirse a los viajes de migración ilegal.
A la noche, levantaban carpas en la selva, comían un poco y trataban de descansar.
“Llovió todos los días que estuvimos ahí. Estábamos mojados hasta los huesos”, señala.
Primero los llevaron por unas montañas y después por un camino marcado con bolsas azules, que habían puesto los traficantes.
“Mi pie comenzó a hincharse, las uñas estaban destrozadas y las palmas de las manos estaban secas. Pero tuvimos la fortuna de no encontrarnos con ladrones”, explicó.
Cuando llegaron a Panamá, Gurpreet explica que él y cerca de 150 otros migrantes fueron detenidos y llevados a un lugar que lucía como una cárcel.
Tras 20 días detenidos fueron liberados y después, tras un mes de travesía, finalmente llegaron a México después de pasar por Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala.
Gurpreet anota que ellos esperaron por cerca de un mes en México hasta que hubo una oportunidad de cruzar la frontera cerca de San Diego.
“No escalamos un muro. Hay una montaña cerca que escalamos. Y hay un alambre de púas que el ´donker´ cortó”, dijo.
Gurpreet entró en los EE.UU. el 15 de enero, cinco días antes de que el presidente Trump asumiera el cargo, creyendo que había llegado justo a tiempo, antes de que las fronteras se volvieran impenetrables y las reglas se tornaran más estrictas.
Una vez en San Diego, se entregó a la Patrulla Fronteriza de los EE. UU. y luego fue detenido por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por siglas en inglés).
Durante la administración Biden, los inmigrantes ilegales o indocumentados comparecían ante un oficial de inmigración que realizaba una entrevista preliminar para determinar si cada persona tenía un caso de asilo.
Si bien la mayoría de los indios emigraron por necesidad económica, algunos también se fueron por temor a la persecución debido a sus antecedentes religiosos o sociales, o su orientación sexual.
Si pasaban la entrevista, los liberaban, a la espera de una decisión sobre la concesión de asilo por parte de un juez de inmigración.
El proceso a menudo demoraba años, pero se les permitía permanecer en los EE.UU. mientras tanto.
Esto es lo que Gurpreet pensó que le sucedería. Había planeado buscar trabajo en una tienda de comestibles y luego dedicarse al transporte de camiones, un negocio con el que está familiarizado.
En cambio, menos de tres semanas después de entrar en los EE. UU., se encontró siendo conducido hacia ese avión C-17 y regresando al lugar de partida.
En su pequeña casa en Sultanpur Lodhi, una ciudad en el estado norteño de Punjab, Gurpreet ahora está tratando de encontrar trabajo para pagar el dinero que debe y mantener a su familia.
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