
La pesadilla comienza para Disney. No pasaron ni 24 horas de que la primera versión de su famoso personaje se hiciera de dominio público cuando ya teníamos los primeros vistazos a películas de terror de Mickey Mouse.
En realidad, el primer material en ser anunciado fue Infestation 88, un videojuego de horror de supervivencia donde tendrás que terminar con versiones retorcidas de personajes clásicos.
Sin embargo, Hollywood también ya sacó sus planes para darnos versiones de pesadilla del personaje.
Como contexto: A partir de este 1° de enero del 2024, la primera versión del personaje (la que sale en el corto Steamboat Willie) es parte del dominio público. O sea, libre de derechos de autor y técnicamente cualquiera puede usarlo sin esperar una demanda de Walt Disney Company.
La primera de ellas es Mickey’s Mouse Trap, en la que se presentará a un asesino serial que usa una máscara perturbadora del personaje. Como buen slasher, este acechará a un grupo de amixes a través de una sala de juegos.
Y sí, ya tenemos primer tráiler y hasta una fecha de estreno. Por ahora, solo sabemos que llegará a Estados Unidos en marzo del 2024. Estaremos pendientes por si alguien decide traerla a México.
Quizás su nombre no te suena, pero deberías ponerle atención porque está decidido a convertir clásicos en pesadillas. Steven LaMorte dirigió y lanzó The Mean One: un siniestro cuento de Navidad, película que se inspira en el Grinch. Tal cual sigue a el Malvado, una criatura sedienta de sangre de piel verde vestida de Santa Claus.
Ahora, Steven LaMorte anunció que trabaja en una película de terror de Mickey Mouse que actualmente no cuenta con un título.
Esta será una comedia de terror que mostrará a un ratón sádico atormentando a los desprevenidos pasajeros del ferry. La producción de la película comenzará esta primavera.
Acá te dejamos el tráiler de “The Mean One”, pa’que te des una idea de lo que podría hacer con Mickey:
“‘Steamboat Willie’ ha traído alegría a generaciones, pero debajo de ese exterior alegre se esconde un potencial para el terror puro y desquiciado”, expresó en un comunicado de prensa.
Ambos proyectos estarían en el tono de Winnie the Pooh: miel y sangre, película de terror de bajo presupuesto que igual aprovechó que los personajes de los primeros libros de A.A. Milne pasaron a dominio público.
El mismo director de esa película ya trabaja en una secuela y en su momento dijo estar trabajando en una versión retorcida de Peter Pan, creado por James M. Barrie (que igual ya es parte del dominio público).
Por ahora, la compañía no ha dicho nada sobre estas películas de terror de Mickey Mouse. Sin embargo, analistas dicen que la compañía estará vigilando y solo actuaría legalmente si alguien se excede.
Repetimos que sólo la primera versión en blanco y negro de Mickey y Minnie son de dominio público. Las demás versiones siguen estando bajo protección y no pueden ser usados.
“Por supuesto, continuaremos protegiendo nuestros derechos en las versiones más modernas de Mickey Mouse y otras obras que siguen sujetas a derechos de autor, y trabajaremos para protegernos contra la confusión de los consumidores causada por usos no autorizados de Mickey y nuestros otros personajes icónicos”, dijo Disney en un comunicado.

Los astrónomos han detectado señales de que nacen cada vez menos estrellas. Podría ser parte de un declive gradual del Universo y de todo lo que contiene. Pero ¿por qué? ¿Y cuánto deberíamos preocuparnos?
En las últimas dos décadas los astrónomos han ido notando pistas de que el cosmos tal vez ha pasado su mejor momento.
Una de esas señales es que menos estrellas han ido naciendo.
Ahora, eso no significa que el universo se está quedando sin estrellas. Hay estimaciones de que hay por lo menos un septimillón de ellas -eso es un número seguido de 24 ceros.
Pero los astrónomos creen que la producción de nuevas estrellas se está reduciendo.
El consenso científico actual es que el universo tiene una edad de 13.800 millones de años.
Las primeras estrellas se formaron poco después de que el Big Bang apareciera.
De hecho, el año anterior, el telescopio espacial James Webb halló un trío de estrellas en nuestra galaxia, la Vía Láctea, que se cree tienen una edad cercana a los 13.000 millones de años.
Las estrellas son esencialmente bolas gigantes de gas caliente que comenzaron su vida de la misma forma.
Ellas se forman en nubes enormes de polvo cósmico conocidas como nebulosas. La gravedad junta los gases, que eventualmente se calienta y se convierte en una estrella bebé, o como se le conoce, protoestrella.
A medida que el corazón de la estrella se calienta a millones de grados centígrados, los átomos de hidrógeno que están contenidos allí comienzan a agitarse para formar helio a través de un proceso llamado fusión nuclear. Esta reacción emite luz y calor y la estrella ahora está en una fase estable de “secuencia principal”.
Los astrónomos estiman que las estrellas en secuencia principal, incluido nuestro propio Sol, son aproximadamente el 90% de todas las estrellas del universo. El rango varía entre una décima parte hasta 200 veces la masa de nuestro Sol.
Eventualmente esas estrellas consumen su combustible y pueden tomar diferentes caminos en su manera de morir.
Estrellas con masas pequeñas como nuestro Sol entran en un proceso de desvanecimiento que puede durar miles de millones de años.
Para estrellas “hermanas” más grandes, con al menos ocho veces el tamaño del Sol, su final es más dramático: ellas se destruyen en una gran explosión conocida como supernova.
En 2013, un equipo internacional de astrónomos dedicados a estudiar las tendencias en la formación de estrellas afirmó que de todas las estrellas que iban a nacer en la historia del Universo, el 95% ya lo había hecho.
“Vivimos en un universo dominado por estrellas viejas”, dijo en ese momento el autor del estudio, David Sobral, en un artículo publicado en la revista Subaru Telescope.
En la línea del tiempo del universo, parece que su momento de mayor producción de estrellas ocurrió hace unos 10.000 millones de años, en un período conocido como el “Mediodía Cósmico”.
“Las galaxias convierten el gas en estrellas y lo están haciendo a una tasa decreciente”, explica el profesor Douglas Scott, cosmólogo de la Universidad de British Columbia en Canadá.
Scott es el coautor de un informe, que aún no se ha publicado, en el que se analiza información de los telescopios de la Agencia Espacial Europea, Euclides y Herschel.
Él y su equipo de investigadores espaciales fueron capaces de estudiar de forma simultánea cerca de 2,6 millones de galaxias, lo que fue posible gracias al mapa 3D del universo creado por la misión Euclides.
Los astrónomos estaban particularmente iuteresados en el calor que emiten las estrellas. Las galaxias con mayor tasa de formación de estrellas tienden a tener un polvo cósmico más caliente a medida que contienen estrellas más grandes y calientes.
El equipo halló que las temperaturas de las galaxias han ido disminuyendo en los últimos mil millones de años.
“Ya se nos pasó el momento de mayor formación de estrellas, y habrá cada vez menos formación de nuevas estrellas en el universo”, agrega Scott.
Es verdad que la muerte de las viejas estrellas puede llevar a la formación de nuevas usando el mismo material, pero no es tan simple.
Asumamos que tenemos una pila de materiales de construcción y la usamos para hacer una casa. Si queremos construir uno nuevo, podemos reciclar cosas de una casa vieja, pero no todo será útil.
“Eso significa que solo podemos hacer una casa más pequeña. Cada vez que hagamos una demolición, habrá menos materiales que sean útiles hasta que no se pueda construir nada”, señala Scott.
Eso es lo que pasa con las estrellas.
“Cada generación de estrellas tienen menos combustible para gastar y eventualmente no habrá suficiente combustible para hacer una estrella”, añade.
Y concluye: “Ya sabemos que las estrellas menos masivas son más comunes que las estrellas masivas en el universo”.
Los científicos han teorizado durante mucho tiempo que el universo llegará a su fin algún día. Simplemente no pueden estar seguros de cómo ni cuándo.
Una de las teorías más aceptadas actualmente es la muerte térmica.
También conocida como la “Gran Helada”, predice que a medida que el universo continúa expandiéndose, la energía se dispersará hasta que finalmente se enfríe demasiado para sustentar la vida. Las estrellas se alejan cada vez más, se quedan sin combustible y no se forman nuevas.
“La cantidad de energía disponible en el universo es finita”, explica Scott.
Pero antes de que mires con melancolía el cielo, la desaparición de las estrellas tomaría una cantidad astronómica de tiempo.
Scott estima que seguirán apareciendo nuevas estrellas durante los próximos 10 a 100 mil millones de años, mucho después de que nuestro Sol probablemente haya desaparecido.
En cuanto a la “Gran Helada”, podría tardar aún más: a principios de este año, astrónomos de la Universidad Radboud de los Países Bajos estimaron que el final llegaría en aproximadamente un quinvigintillón de años, es decir, un uno seguido de 78 ceros.
Hay tiempo de sobra, entonces, para apreciar las estrellas la próxima vez que haya una noche despejada.
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