
¿Qué pasaría si descubres que la historia de tu país ha borrado una parte? Pues esto le sucedió al director Felipe Gálvez, quien decidió hacer una película sobre el tema: Los colonos.
Después de 12 años de trabajo, finalmente el pasado 25 de enero se estrenó en las salas de cine de México y Latinoamérica y aquí te dejamos una entrevista con su director.
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A través de tres personajes, un chileno mestizo llamado Segundo; un ex capitán inglés de apellido MacLennan; y un mercenario estadounidense llamado Bill, la cinta nos cuenta una historia olvidada en el pasado de Chile: el genocidio Selk’nam.
La trama se centra en una expedición a caballo que tiene como propósito establecer límites y reclamar las tierras otorgadas por el estado a José Menéndez.
No obstante, lo que en un principio parece ser una tarea administrativa se transforma en una violenta persecución y masacre de los Selk’nam, un pueblo amerindio originario del archipiélago de Tierra del Fuego.
Como te mencionamos previamente, los Selk’nam, también conocidos como Onas, fueron un pueblo indígena que habitaron la región de Tierra del Fuego durante aproximadamente 10 mil años.
La tragedia golpeó a los Selk’nam cuando colonizadores europeos y chilenos llegaron a la Patagonia chilena.
Durante un tiempo resistieron la invasión destruyendo alambradas establecidas por los colonizadores para dividir el territorio, pero su resistencia fue en vano, pues se ofrecían recompensas por cada nativo asesinado llevando así a un genocidio brutal.

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Este genocidio no es parte de la historia oficial de Chile. Fue por casualidad que el director Felipe Gálvez encontró una foto acompañando una noticia que hablaba del suceso hace 15 años, aproximadamente:
“Se miraba a un hombre posando junto a un cuerpo indígena, así que lo que hice fue ir hacía atrás y pensar qué podría haber pasado antes y después de esa foto”
Hace apenas tres meses se declaró al pueblo Selk’nam como pueblo vivo, de ahí el interés de que esta historia saliera a la luz en este momento.
“Chile tiene a veces una especie de amnesia frente a su historia, por eso me gustó la idea de reflexionar acerca de qué pasa cuando se borra algo en la historia de un país”, dice Felipe Gálvez en entrevista a AnimalMX.
Al preguntarle al director sobre los desafíos que implicó tomar una historia olvidada de su país y contarla en lugares distantes geográfica e históricamente, nos cuenta que “Al final de cuentas esta historia borrada es la misma de todo el continente, entonces no solo es la historia de Chile, es la historia de América; pudo haber sucedido en cualquier lugar de Latinoamérica”.
“Solo cambian los paisajes pero la historia es la misma. Creo que hay una manera de leer la historia y leer la película desde la mirada de los países que fueron colonizadores y los colonizados, esta es una cinta que reflexiona sobre el colonialismo y cómo ha sucedido en todo el mundo”, reflexiona.
Y es que no solo en el resto de Latinoamérica podremos sentirnos identificadas, sino que incluso el mensaje resuena hasta el otro lado del mundo:
“Yo por ejemplo hice el sonido de mi película en Taiwán porque es una coproducción entre 9 países, y cuando estaba haciendo el sonido lo primero que me dice es «esta es la historia de Taiwán». El colonialismo ha sido igual en muchos lados y tal vez por eso la película ha funcionado en muchos países”.
Además de ser una historia replicable en muchos contextos, funciona como una especie de reflexión a la falta de autocrítica, principalmente en los países latinos, que como asegura Felipe: “Tendemos a entender que solo somos países colonizados porque poco se habla y estudia de cuando también fuimos colonos en nuestra tierra.”

La cinta es un viaje en el que el espectador atraviesa diferentes etapas, entre esas la incomodidad al “apretar las heridas de la historia a ver si aún duelen” asegura Felipe.
A partir de eso se nos intenta llevar a la reflexión acerca de por qué se sabe lo que se sabe y se oculta lo que se oculta en la historia de un país.
Los colonos parece un clásico western, pero al final no lo es. “Me gusta pensar que me infiltro en el género”, explica Felipe Gálvez.
“Lo que hago es ocupar las estrategias o códigos para cuestionarlo. Ocupo su música, planos, personajes, gráficas… de ese modo hay elementos que visualmente parecen ser, pero la narrativa de esta película lo disimula y en un momento se evidencia”.
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Así lo cree Felipe, pues su película tiene una mirada crítica reflexionando cuál es el rol al momento de escribir la historia y mira al cine como una máquina de distorsionar la realidad.
“El cine americano transformó al indígena en el malo, al cowboy en el bueno, las matanzas en algo que entusiasmaba, en la escena de acción”, explica.
Felipe Gálvez nos platica que espera que cualquier espectador de Los colonos “se conecte con la historia… que llore, ría, que lo pase bien y mal, es un viaje”.
Igual advierte que la película está diseñada para que los personajes te caigan bien en los primeros 30 minutos para que después “te cuestiones por qué te cayeron bien, quiero despertar conflicto interno y reflexión con eso”.
Los colonos está en cines de México desde el pasado 25 de enero. Más tarde llegará a MUBI.
Te recomendamos verla en pantalla grande por su variedad de sus planos abiertos, la foto y la música que va marcando los cambios. Déjate envolver con la historia que refleja todo un continente.

Dos meses después de que Israel y Hamás acordaran la primera fase de un cese del fuego en Gaza patrocinado por Estados Unidos, el progreso hacia una segunda fase sigue estancado.
Israel y Hamás acordaron en octubre pasado una primera fase de un cese el fuego, apoyado por Estados Unidos, que dio esperanzas de un posible camino para terminar con la disputa armada en el territorio.
Dos meses después, Gaza permanece estancada en la primera fase. Está dividida en dos partes y con su población desplazada y viviendo entre ruinas.
Bajo la segunda fase del cese el fuego propuesto por el presidente estadounidense, Donald Trump, tanto Israel como Hamás enfrentan difíciles decisiones.
Hamás necesita entregar sus armas e Israel debe retirar sus tropas en Gaza y transferir las responsabilidades de la seguridad a una fuerza internacional.
La formación de un gobierno para administrar Gaza es otro desafío por resolver, así como la búsqueda por parte de Israel del último rehén que queda por entregar, Ran Gvili.
Gvili, un agente de policía de Israel, fue secuestrado por Hamás durante el ataque del 7 de octubre de 2023. Hamás ha dicho que la búsqueda entre los escombros de Gaza no ha dado ningún resultado sobre su paradero.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha insistido que Hamás debe regresar a todos los rehenes -vivos o muertos- antes de que el acuerdo pueda seguir a su siguiente fase.
A los padres de Gvili, Talik e Itzik, se les dijo el año pasado que el agente no había sobrevivido.
“Ellos se robaron a nuestro hijo, ellos se lo robaron”, señala su madre a la BBC. “Ellos saben dónde está. Ellos solo están tratando de esconderlo o quedárselo. Están jugando con nosotros”, anota el padre.
La pareja cree que Hamás quiere mantener a su hijo como garantía para futuras negociaciones, tras el regreso de todos los demás rehenes.
Por su parte, funcionarios de Hamás le dijeron a la BBC que esas acusaciones son falsas y que Israel estaba tratando de evitar implementar el acuerdo.
Pero EE.UU. quiere avanzar hacia la segunda fase del cese el fuego, de acuerdo a los diarios Haaretz y The Times de Israel.
En una entrevista con la BBC, Gershon Baskin, un exnegociador israelí en casos de rehenes -particularmente en el acuerdo en 2011 por el soldado Gilad Shalit-, señala que Israel “no tiene muchas opciones” para posponer la segunda fase del acuerdo sobre Gaza.
Baskin dice que Trump ha sido “muy claro con su decisión” y le dirá a Netanyahu que “no hay espacio para la procrastinación”.
El exnegociador, quien ha tenido un rol importante en la comunicación entre Israel y Hamás, añade que el tema del cuerpo del rehén que no ha sido entregado “no es suficiente razón” para demorar el inicio de una segunda instancia en el acuerdo.
El desarme de Hamás de un modo que resulte aceptable para ambos bandos es de lejos la barrera más grande para avanzar el cese el fuego hacia su siguiente fase.
Turquía ha pedido insistentemente ser parte de la Fuerza Internacional de Estabilización (ISF, por sus siglas en inglés), que será la encargada de desarmar al grupo islamista, de acuerdo al medio israelí Hayom.
Netanyahu ha sido claro en su intención de evitar que esto pase y cuenta con el apoyo de EE.UU., señala el medio.
Hasta el momento, ningún país ha anunciado formalmente que se unirá a las ISF.
De acuerdo a Baskin, Hamás tal vez aceptará “guardar sus armas” y posiblemente entregarlas a un gobierno palestino o a un tercer actor, pero no a Israel o EE.UU.
Y añade que EE.UU. sabe que el desarme de Hamás está vinculado al repliegue total de Israel en Gaza y que esto será difícil de lograr mientras las fuerzas israelíes permanezcan dentro de la Franja.
En este momento, Israel controla cerca del 53% de la Franja de Gaza.
Bajo la primera fase del acuerdo del cese el fuego, Israel aceptó un retiro parcial de tropas en el norte, sur y este de Gaza. El límite fijado se conoció como la “línea amarilla”
La segunda fase requiere un acuerdo mutuo de un nuevo repliegue del ejército israelí, mecanismos de desarme, reconstrucción y arreglos para un monitoreo internacional.
Estos temas son considerados sensibles, porque afectan directamente la seguridad de las localidades israelíes en la frontera con Gaza y el futuro de la presencia israelí en lo que se conoce como el Corredor de Filadelfia, un pedazo de tierra frente la frontera de Gaza con Egipto, que incluye el paso de Rafah.
Para el general Israel Ziv, un exmilitar israelí experto en operaciones, tanto Hamás como Israel están dudando en apresurar el avance hacia la segunda fase.
“Hamás no quiere perder el control y el lado israelí por razones políticas también quiere quedarse en Gaza”, dijo Ziv a la BBC.
De acuerdo con el militar, Trump es la única persona que puede forzar a ambos bandos, pero el tiempo se está agotando.
“Por estar esperando, creo que hemos perdido la oportunidad, porque Hamás se está reorganizando y está retomando fuerza”, añade.
Cómo formar el órgano administrativo de transición que gobernará Gaza en la siguiente fase es otro gran obstáculo.
Aunque el plan propuesto exige la formación de un gobierno tecnocrático palestino independiente, separado tanto de Hamás como de la Autoridad Palestina (AP), Israel sospecha que la participación de representantes de ambos grupos será inevitable.
Al gobierno israelí le preocupa que esto pueda habilitar a Hamás a conservar su influencia en las nuevas instituciones de gobierno, o provoque el regreso de la AP a Gaza.
Anteriormente, la AP ejercía un control limitado sobre partes de Gaza y Cisjordania, pero desde que Hamás tomó el control de Gaza, en 2007, solo ha gobernado partes de la Cisjordania ocupada por Israel.
El gobierno de Netanyahu rechaza cualquier participación de la AP o de Hamás y, en su lugar, exige una “entidad palestina neutral” para gobernar el territorio.
Al gobierno israelí también le preocupa que la segunda fase pueda significar “el comienzo real del establecimiento de un Estado palestino junto a Israel”, según Baskin.
Se espera que estos temas clave se traten en una reunión entre Netanyahu y Trump en Florida a finales de este mes.
El presidente estadounidense, quien negoció el alto el fuego en Gaza, tiene previsto anunciar la composición de la recién creada Junta de Paz para Gaza a principios del próximo año.
En su reunión con Trump, se espera que Netanyahu impulse el desarme de Hamás, bloquee su participación en cualquier futura administración de Gaza, asegure el despliegue del ejército israelí en la denominada zona de amortiguación e impida el despliegue de fuerzas turcas en la Franja, según detallan medios israelíes.
Trump, por otro lado, podría presionar a Netanyahu para que “ponga fin a las violaciones israelíes del acuerdo de alto el fuego”, apunta Baskin.
Y agrega: “Israel ha roto el alto el fuego más que Hamás”.
Desde el acuerdo del 10 de octubre, casi 400 palestinos han muerto y más de 1.000 han resultado heridos en Gaza, según cifras del Ministerio de Salud, dirigido por Hamás.
El número de muertos en Gaza desde el inicio de la guerra el 7 de octubre de 2023 asciende a 70.665 personas, según el organismo.
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