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Qué dice la crítica sobre ‘Mean Girls’ y todo lo que debes saber
Qué dice la crítica sobre ‘Mean Girls’ y todo lo que debes saber
Foto: Paramount Pictures
6 minutos de lectura

Qué dice la crítica sobre ‘Mean Girls’ y todo lo que debes saber

¡Conoce a las nuevas Regina George y Cady Herion! Te contamos todo sobre la película musical 'Mean Girls'.
11 de enero, 2024
Por: Animal MX
@animalmx 

Regina George y Cady Heron están de regreso con la misma historia, pero con canciones, nuevos chistes y un mundo repleto de redes sociales. Te contamos qué dice la crítica de la nueva película musical Mean Girls y todo lo que debes saber.

Por supuesto que la versión de  2004 con Lindsay Lohan y Rachel McAdams siempre estará en nuestros corazones. Pero el mundo adolescente ha cambiado muchísimo desde entonces y para eso llega esta nueva versión.

Sinopsis y tráiler de la nueva película Mean Girls

La historia ya nos la sabemos de memoria: Cady Heron llega a una nueva escuela y se da cuenta de que nada es perfecto. La preparatoria, en realidad es una jungla despiadada donde cada quien lucha por su sobrevivencia.

Aunque conoce a un par de amixes, se encuentra con la infame Regina George, la chica más popular de la escuela y líder de “Las Plásticas”.

Cady logra entrar a ese exclusivo grupo, pero comete el enorme error de enamorarse del exnovio de Regina.

Además de enfrentarse a la ira de “su amiga”, Cady se dispone a acabar con el máximo depredador de la escuela, mientras aprende a mantenerse fiel a sí misma.

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Mean Girls, estreno en México

Esta nueva versión de Chicas Pesadas se estrena desde el 10 de enero del 2024 exclusivamente en cines.

Al tener la distribución de Paramount Pictures, es altamente probable que después se estrene en su plataforma de streaming Paramount+. Pero te mantendremos informada.

Más que un remake, es la adaptación de un musical de Broadway

La nueva película Mean Girls es la adaptación de la adaptación. Kha?! La primera película salió en 2004 y en 2017 se lanzó un musical inspirado en la película.

Lo más chido es que la actriz y guionista Tina Fey estuvo involucrada. Ella se encargó del guion de la primera película y también desarrolló el musical, así que mantuvo la esencia y le añadieron canciones y fabulosos actos musicales.

Claro que hubo algunos cambios, como un mayor desarrollo de personaje en Damian, que Gretchen se llegue a cuestionar sus acciones, y claro… se le añadió la existencia de las redes sociales (que estaban en pañales cuando salió la primera película).

La película musical Mean Girls se basa en esta puesta en escena y sí, tiene de regreso a Tina Fay tanto en el guion como una de las profesoras.

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Reparto de la película musical Mean Girls

  • Angourie Rice como Cady Heron

Originalmente interpretada por Lindsay Lohan, la protagonista de la historia ahora recae en Angourie Rice, una actriz australiana a la que seguro reconoces por su papel como Betty Brant en la trilogía de Spider-Man de Tom Holland.

  • Auli’i Cravalho como Janis

Recordemos que Cady encuentra amixes igual de marginados que ella y una es Janis, originalmente interpretada por Lizzy Caplan. Ahora en el papel vemos a Auli’i Cravalho, quien es la voz de Moana.

  • Jaquel Spivey es Damian

Otro del trío de marginados es Damian, quien en el pasado lo interpretó Daniel Franzese y ahora será el actor de teatro Jaquel Spivey que hasta ya fue nominado a un Tony por su papel en el musical A Strange Loop.

Jaquel Spivey, Angourie Rice y Auli’i Cravalho como Damian, Cady y Janis en Mean Girls
Jaquel Spivey, Angourie Rice y Auli’i Cravalho como Damian, Cady y Janis en Mean Girls. Foto: Paramount Pictures.

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  • Reneé Rapp es Regina George

Sabemos que es difícil superar a Rachel McAdams, pero la nueva d líder de las Plásticas es Reneé Rapp, quien ya tiene experiencia en ser Regina George. Y es que ella, fue una de varias actrices que le dieron vida al personaje en Broadway.

  • Bebe Wood como Gretchen Wieners

Regina George también tiene su propio trío y ahora Gretchen toma vida gracias a Bebe Wood, actriz y cantante que seguro viste en Love, Victor.

En la película original la actriz detrás de Gretchen fue Lacey Chabert,

  • Avantika Vandanapu es Karen Shetty

Otra favorita es Karen, que en el pasado la interpretó Amanda Seyfried y ahora es Avantika Vandanapu. Ella también salió en la película de Netflix El año de mi graduación, con Rebel Wilson.

Bebe Wood, Renee Rapp y Avantika son Gretchen, Regina y Karen en la película musical 'Mean girls'.
Bebe Wood, Renee Rapp y Avantika son Gretchen, Regina y Karen en la película musical ‘Mean girls’. Foto: Paramount Pictures
  • Christopher Briney como Aaron Samuels

El ex novio de Regina George y nuevo crush de Cady es Aaron Samuels, y ahora le da vida el protagonista de
The Summer I Turned Pretty, Christopher Briney.

musical mean girls elenco
Christopher Briney interpreta a Aaron en ‘Mean Girls’. Foto: Paramount Pictures

Y bueno, eso es el elenco principal, pero las caras conocidas no se detienen ahí. Como mencionamos, Tina Fey regresa como Ms. Norbury en la película musical Mean Girls.

Iugalmente veremos a Jenna Fischer, mejor conocida como Pam en The Office, como la mamá de Cady Heron. Busy Philipps, será la mamá cool de Regina George, Ashley Park (Emily en Paris) y hasta tendremos a John Hamm (Mad Men) como el Entrenador Carr.

Jenna Fischer, Ashley Park y John Hamm son parte del elenco de 'Mean Girls'
Jenna Fischer, Ashley Park y John Hamm son parte del elenco de ‘Mean Girls’. Fotos: Paramount Pictures

¿Qué dice la crítica de Mean Girls (2024)?

Actualmente la película tiene un 73% de aprobación en el sitio Rotten Tomatoes com 73 reseñas de la crítica especializada.

En general, los comentarios dicen que mantiene la esencia de la historia original con algunos nuevos detalles y números musicales.

Maureen Lee Lenker, de Entertainment Weekly, dice que Tina Fay “sabiamente actualizó el guion para una nueva generación de adolescentes”, especialmente la forma en la que las redes sociales dominan sus vidas.

Sin embargo, añade que “parte de la genialidad de la Mean Girls  original fue cómo capturó la franca crueldad de las adolescentes y parte de esa esencia depredadora ha sido amordazada aquí“.

Ese sentimiento “depredador” hace referencia a que en la película de 20024, Regina George realmente llevaba su crueldad y burlas al límite. Sin embargo, los tiempos han cambiado y el bullying ya es incómodo.

Pero muchos críticos señalan que eso le quita fuerza a la película. “Aquí (Regina) es desagradable y pocas veces divertida, tal vez reflejando un cambio en la cultura que ahora hace que sea más difícil extraer comeda de la intimidación sarcástica”, reflexiona David Rooney de The Hollywood Reporter.

¿Y qué hay de que Mean Girls sea musical?

Aquí hay opiniones muy divididas.

Catherine Bray de Empire dice que una de las mejores cosas que nos deja el musical “es que las canciones nos brindan una ventana directa a los sentimientos y motivaciones de los personajes, rompiendo la cuarta pared de maneras que se sentirían completamente torpes si no hubiera una melodía involucrada”.

Sin embargo, David Fear de Rolling Stone se queja un poco de la ejecución de los números musicales, pues muchos ocurren a través de pantallas y filtros de TikTok.

Aunque tiene sentido porque “así es  como se crea y consume tanto contenido musical en estos días”, le parece cansado cuando se usa “por enésima vez durante un número musical que se habría beneficiado de un poco más de ese espacio visual”.

Valerie Complex de Deadline finaliza diciendo que “si bien Mean Girls 2024 intenta modernizar y ampliar a su predecesora, en última inspancia lucha por ofrecer una narrativa cohesiva y atractiva”.

Igualmente señala “la falta de enfoque de la película, la integración musical inconsistente y la excesiva e innecesaria sexualización” que eclipsan los pocos puntos fuertes de esta versión.

Sin embargo también esperemos a las reacciones del público en general y, sobre todo, de adolescentes que son quienes decidirán qué tan identificadas y representadas se sienten con esta nueva versión de la historia y de sus personajes.

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Imagen BBC
¿Por qué ‘Requiem por un sueño’ sigue causando polémica a 25 años de su estreno en el cine?
9 minutos de lectura

Esta película sobre la adicción a las drogas fue muy aclamada y criticada cuando se estrenó en 2000. Hoy, no es menos polémica.

10 de junio, 2025
Por: BBC News Mundo
0

Cuando el filme Réquiem por un sueño se estrenó hace 25 años, generó excelentes críticas y una acalorada polémica.

La proyección de medianoche en el Festival de Cine de Cannes culminó con una efusiva ovación de pie por parte de los 3 mil espectadores del auditorio.

Cuando se encendieron las luces y se vio a Hubert Selby Jr., autor de la novela de 1978 en la que se basó la película, las lágrimas corrían por sus mejillas.

La admiración de la crítica llegó pronto, y Peter Bradshaw, del diario británico The Guardian, dijo con entusiasmo que el director Darren Aronofsky había alcanzado las legendarias alturas de Orson Welles en cuanto a “energía, consistencia y dominio absoluto de la técnica”.

Sin embargo, la recepción fue muy distinta en el Festival de Cine de Toronto, donde algunos espectadores vomitaron de asco.

Con una clasificación para mayores de 17 años, la película recaudó apenas 7.5 millones de dólares con un presupuesto de 4.5 millones, y fue criticada duramente por algunos detractores por, como expresó Jay Carr en el Boston Globe, “refugiarse en una visión del infierno nacida de la comodidad burguesa”.

Lo que dividió la opinión de la crítica fue la forma en que Réquiem por un sueño retrataba a los drogadictos, con detalles desgarradores y en primer plano.

La película presenta a una viuda, Sara Goldfarb (interpretada por Ellen Burstyn), que se vuelve adicta a las pastillas para adelgazar con el objetivo de participar en un concurso televisivo.

Mientras tanto, su hijo Harry (Jared Leto) y su mejor amigo Tyrone (Marlon Wayans) traman un plan para enriquecerse vendiendo heroína. Cuando las cosas se complican, presionan a Marion (Jennifer Connelly), la novia de Harry, para que intercambie sexo por drogas.

La trama se arremolina como un torbellino que los arrastra hacia sus espantosos destinos: torturas con electrochoques, amputación de un brazo gangrenoso, reclutamiento en una cuadrilla de trabajo penitenciario supervisada por un guardia racista y explotación sexual.

Darren Aronofsky quiso ofrecer al público un bombardeo sensorial que imitara la experiencia de la adicción.

Pero terminó haciendo mucho más, provocando serios debates sobre el libre albedrío del adicto, la línea entre la observación compasiva y el voyerismo explotador, y el tóxico canto de sirena del propio sueño americano.

Veinticinco años después, estos debates siguen latentes.

La idea de la película surgió cuando el productor Eric Watson vio una copia de la novela de Selby en la estantería de Aronofsky en 1998.

“Darren me dijo que había tenido que dejarla a la mitad; era demasiado oscura e implacable, y eso me intrigó”, le dice Watson a la BBC.

“Le pregunté si podía prestármela para leer en un viaje de esquí con mis padres. Me arruinó las vacaciones por completo. Al volver, le dije a Darren: ‘Esta es la indicada; tenemos que hacer esta película’. Así que adquirimos los derechos de la novela por 1.000 dólares, y Darren escribió el guion”.

Jared Leto interpretando a Harry en la película
Alamy
La película provocó ovaciones y repulsión en la misma medida, y lo sigue haciendo.

Aronofsky y Watson enviaron el guion a todos los grandes estudios. ¿La respuesta?

“¡Silencio!”, recuerda Watson. “Nadie se molestó en llamarnos para rechazarlo”.

Sin desanimarse, consiguieron la mitad de la financiación que necesitaban de Artisan Entertainment y contrataron a un productor independiente, Palmer West, para que les ayudara a reunir el resto de un presupuesto ajustado.

El proceso de casting también resultó complicado.

“Tobey Maguire, Adrien Brody, Joaquin Phoenix, Giovanni Ribisi… todos exploraron el proyecto o se presentaron a la audición para interpretar a Harry, pero rechazaron el papel”, recuerda Watson. “Era un riesgo demasiado grande para sus carreras”.

Una vez elegidos, Leto, Connelly, Wayans y Burstyn se esforzaron por lograr autenticidad en sus interpretaciones.

Leto perdió 11 kg y convivió con heroinómanos sin hogar en el East Village de Nueva York.

Wayans recorrió sin camisa las gélidas calles de Brighton Beach, en Brooklyn, en febrero.

Al comenzar el rodaje, Burstyn simuló la pérdida de peso poco saludable de su personaje poniéndose un traje de 18 kg para sus primeras escenas, luego cambiándolo por uno de 9 kg y, finalmente, tomándose dos semanas de descanso y perdiendo 4.5 kg con una estricta dieta de sopa de repollo.

Representando la adicción a las drogas

Aronofsky, inspirado por los planos de Spike Lee en “Haz lo que debas”, utilizó tomas SnorriCam (cámaras acopladas al cuerpo del actor) para transmitir una sensación de disolución de la realidad externa.

A esto añadió pantallas divididas, aceleraciones y desaceleraciones, fundidos a blanco, tarjetas de título, espirales de cámara, lentes ojo de pez, planos generales extremos, pixelaciones y puestas en escena surrealistas.

Todas eran herramientas para imitar las distorsiones sensoriales inducidas por los opioides.

Pero aunque estos efectos visuales generaron entusiasmo, la visión de la película sobre la adicción a las drogas generó controversia.

Mientras que Trainspotting (1996) había sido criticada por glorificar la estética de la “heroína chic”, Réquiem por un sueño se percibía como un retrato incesantemente sombrío del consumo de sustancias.

Ewan McGregor, quien interpretó a Renton en la película Trainspotting
Getty Images
Ewan McGregor, quien interpretó a Renton en la película Trainspotting.

La imagen de una “espiral” se convirtió en la metáfora preferida de la crítica para describir la idea de la película de que los adictos, una vez enganchados, son arrastrados casi inexorablemente hacia finales horribles.

“Lamento decir que la forma en la que describe la trayectoria de la adicción a la heroína es notablemente precisa”, afirma David J. Nutt, profesor de neuropsicofarmacología en el Imperial College de Londres.

“La mayoría empieza a consumir por desesperación o desesperanza, pero muchos, como Harry y Tyrone, ven el narcotráfico como una aventura empresarial, como una forma de ganar dinero rápido y luego seguir adelante con sus vidas. Pero rara vez termina bien”.

Por otro lado, el profesor Nutt considera a Sara Goldfarb un símbolo de toda una generación de amas de casa de las décadas de 1950 y 1960 a las que se les recetaron anfetaminas sin supervisión médica adecuada.

En cuanto al destino de Marion, afirma que hoy en día “los proxenetas siguen controlando y abusando de las mujeres explotando sus adicciones”.

Pero lo fundamental de la película, añade Nutt, es que dramatiza la adicción como un trastorno químico cerebral que induce conductas compulsivas.

“No recurres a la reutilización de puntos de inyección extremadamente dolorosos a menos que seas presa de impulsos irresistibles”, afirma.

No todos los expertos en adicciones están de acuerdo.

Gene Heyman, profesor titular del departamento de Psicología y Neurociencia del Boston College, le dice a la BBC que Réquiem por un sueño describe admirablemente la euforia de la iniciación en las drogas, seguida de episodios de abstinencia cada vez más intensos y dolorosos.

Pero ahí termina su precisión.

“Esta película cuenta una historia conocida: una vez adicto, siempre adicto, y es necesariamente una trayectoria descendente de la que nadie se recupera”, dice Heyman.

“Y eso es completamente falso. Todos los datos epidemiológicos muestran que, a los 30 años, la mayoría de los consumidores habituales de drogas maduran y dejan de consumir, no vuelven a consumir, y lo hacen sin tratamiento ni intervención profesional. “Eso son solo los datos, no mi opinión. Están ahí para que todos lo vean”.

El sueño americano

Por su parte, Watson se exaspera al responder preguntas sobre la veracidad de la adicción en Réquiem por un Sueño.

“Hubert Selby fue muy activo en AA y NA [Alcohólicos Anónimos y Narcóticos Anónimos], pero nuestra película nunca tuvo la intención de ser un documental ni un panfleto sobre el camino a la recuperación”, dice.

“No, no es realista. Es surrealista. Relájense”.

El propio Selby siempre insistió en que consideraba la drogadicción solo una manifestación del poder seductor del sueño americano y de lo que consideraba sus efectos tóxicos.

Antes del estreno de la película, escribió un nuevo prólogo para su novela, que decía: “Obviamente, creo que perseguir el sueño americano no solo es inútil, sino autodestructivo, porque en última instancia lo destruye todo y a todos los que lo componen”.

Muchos críticos han llegado a considerar que Réquiem por un sueño está en la misma línea que El gran Gatsby (1925) y Revolutionary Road (1961), obras que exponen el lado oscuro del mito estadounidense.

Con su televisión y su comida basuras, la película se circunscribe en un ambiente de adicciones específicamente estadounidense, afirma Kevin Hagopian, profesor de Estudios de Medios en la Universidad Estatal de Pensilvania.

Los personajes transportando equipos en una calle
Alamy
Tyrone (Marlon Wayans) y Harry (Jared Leto) inicialmente ven el tráfico de drogas como una forma de ganar dinero rápido antes de seguir adelante con sus vidas.

“El concurso televisivo que cautiva a Sara se centra en crear una alegría ansiosa, exagerada y falsa”, dice.

“Aquí hay una búsqueda desmedida de panaceas irrealistas, un atajo hacia una solución rápida para no tener que pensar nunca en el propósito de la vida. Aquí, el sueño americano no es lo que hay que perseguir, sino el villano definitivo. Y esa crítica es tan devastadora para los mitos que nos sostienen que no es de extrañar que mucha gente no la acepte”.

Danny Leigh, ahora crítico de cine del diario Financial Times, elogió efusivamente Réquiem por un sueño en la revista Sight and Sound cuando se estrenó.

“Me cautivó lo que era: sin duda, una obra cinematográfica con estilo, con un crudo brío cinematográfico”, le dice Leigh a la BBC.

Trainspotting había sido un acontecimiento cultural trascendental, que desencadenó un momento de vértigo en la cultura británica del momento, y vi ‘Réquiem por un sueño’ como una poderosa corrección, una advertencia casi paródica que golpeó con fuerza”.

Sin embargo, con el paso de los años, Leigh ha desarrollado recelos sobre la obra de Aronofsky.

“He llegado a sentir que hay cierta lascivia en su cine, como si se entrometiera en situaciones emocionalmente desesperadas y aplicara una condescendencia desagradable, incluso voyerista, a circunstancias trágicas”.

Leigh señala que este impulso alcanzó su extremo más grotesco en La Ballena (2022) de Aronofsky, en la que un profesor de inglés solitario y con obesidad mórbida, interpretado por Brendan Fraser, come hasta morir.

Hagopian, en cambio, considera que Aronofsky ha demostrado una genuina curiosidad por comprender a las personas marginadas de la sociedad.

“Muchas películas experimentales crean lo que yo llamaría ‘pesadillas de distanciamiento psíquico'”, opina.

“Piensen en Terciopelo azul (1986) de David Lynch, La pianista (2001) de Michael Haneke o Tenemos que hablar de Kevin (2011) de Lynn Ramsay; en todas ellas, nunca sabemos qué piensan o sienten realmente los personajes”.

Réquiem por un sueño, añade, adopta el enfoque opuesto al lograr lo que él llama una “pesadilla de intimidad psíquica”.

“Nos vemos tan cerca de los personajes que, en algún momento, su dolor y trauma parecen filtrarse en nuestra conciencia.

“Puede resultar claustrofóbico, incluso invasivo. Pero para mí, ese es el tipo de cine más valiente, y explica por qué esta obra de arte, ya sea que la admires o la detestes, queda grabada para siempre en la mente de las personas”.

*Si quieres leer el artículo en inglés en BBC Culture, haz clic aquí

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