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Aquí el árbol genealógico de la Casa Targaryen para no perderte en ‘House of the Dragon’
Aquí el árbol genealógico de la Casa Targaryen para no perderte en ‘House of the Dragon’
Fotos: Max
8 minutos de lectura

Aquí el árbol genealógico de la Casa Targaryen para no perderte en ‘House of the Dragon’

Prepárate para el estreno de 'House of the Dragon Temporada 2' con el árbol genealógico Targaryen explicado y cómo se conecta a 'Game of Thrones'.
27 de mayo, 2024
Por: Abigail Camarillo
@aabi_cm 

Ya estamos a nada del estreno de House of the Dragon Temporada 2, el spin off de Game of Thrones que trae a la casa de los dragones al centro de la historia. Como se trata de una familia con una laaaarga historia, te explicamos el árbol genealógico Targaryen.

Hay que recordar que esta casa reinó sobre Westeros durante tres siglos y esto fue en gran parte por su habilidad especial para domar dragones.

Y sí, aunque todo lleva a Daenerys Targaryen en Game of Thrones, la primera temporada de la Casa del Dragón nos demostró que hay muchas caras que no conocíamos, pues la serie se desarrolla casi 200 años antes de la historia que conocemos.

El árbol genealógico Targaryen

La verdad es que este árbol es más complicado que el de los Buendía en Cien años de soledad, pues aquí también hay un chorro de nombres repetidos a lo largo de generaciones (Aegon, Viserys, Rhaena, etc.).

Y también como muchas realezas históricas, esta familia veía como algo normal la poligamia y el incesto, por lo que hay un montón de relaciones entre familia.

Trataremos de abordar los nombres más importantes en la historia de esta casa y los que son fundamentales en House of the Dragon.

De Valyria a Rocadragón

Aenar Targaryen

La Casa Targaryen es de descendencia Valyria, en la región de Essos. A pesar de las riquezas y del estatus, los Targaryen dejaron la zona cuando inesperadamente Aenar Targaryen mudó a su familia a Rocadragón, una pequeña isla en Westeros.

Esta decisión se basó en una visión que tuvo su hija Daenys, “la soñadora”, donde veía la destrucción de Valyria. Este evento sucedió doce años después y fue conocido como la “Maldición de Valyria”.

Los siguientes cien años se crearon una gran fortaleza en Rocadragón. Además, de sus cuatro dragones solo quedó vivo Baelerion. Aunque al poco tiempo eclosionarían Vhagar y Meraxes.

Las historias en Westeros se expanden: George R.R. Martin da detalles del nuevo spinoff de Game of Thrones

La Conquista de Westeros

Aegon I Targaryen

Siete generaciones después de Aenar, en el árbol genealógico Targaryen llegamos a Aegon I (más tarde conocido como Aegon el Conquistador) y a sus hermanas-esposas Visenya y Rhaenys. Iniciaron la conquista de los Siete Reinos junto a sus dragones Balerion, Vhagar y Meraxes.

Consiguieron la sumisión de todo Westeros, a excepción de Dorne, que se mantuvo independiente con la Casa Martell al frente.

Así, Aegon fundó Desembarco del Rey, se convirtió en el primer rey de Westeros y el primero en sentarse en el Trono de Hierro. Aegon derritió las espadas de quienes se habían opuesto a él para convertirlas en un trono que serviría como recordatorio del inicio del reinado de los Targaryen.

De hecho, la historia de toda esta saga está marcada por este evento, pues los años se marcan como a.C. (antes de la Conquista) y d.C. (después de la Conquista).

Como dato extra: Aegon I usaba la espada Fuegoscuro, una de las dos únicas espadas de acerco valyrio traídas por los Targaryen desde Valyria a Rocadragón. La otra espada era Hermana Oscura y era usada por Visenya.

La Dinastía Targaryen

Luego de conquistar el trono, los reyes siguientes de la Casa del Dragón eran conocidos como “Rey de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres, señor de los Siete Reinos y Protector del Reino”.

Aenys I Targaryen

Tras la muerte de Aegon I, su hijo Aenys subió al trono. Su madre era Rhaenys, hermana menor de Aegon. Gobernó entre el 37 y 42 d.C. y fue jinete de la dragón Azogue.

Desde su asenso al trono se enfrentó a varias rebeliones. Algunas de ellas consecuencia de los conflictos con la Fe de los Siete y el rechazo a sus costumbres valyrias (como sus relaciones incestuosas).

Aunque tuvo hijes con Alyssa Velaryion, fue sucedido en el trono por su medio hermano Maegor I.

Échale un ojito a: Qué es la ‘Danza de los dragones’ y por qué ‘House of the Dragon’ podría abarcar más historias Targaryen

Maegor I Targaryen

Fue el único hijo de Aegon I y su hermana-esposa Visenya. Sirvió como Mano del Rey durante el reinado de su medio hermano Aenys I.

Se convirtió en Rey de los Siete Reinos entre 42 y 48 d.C. y fue jinete del dragón Balerion.

Maegor I tomó a Alyssa Velarion (reina viuda de Aenys I) como rehén junto a tres de sus hijes. Entre esto, que mataba a toda persona que cuestionara su reinado, y otras atrocidades contra su familia, fue apodado Maegor el Cruel.

Maegor I fue encontrado muerto en el Trono de Hierro, aunque se desconoce quién fue la persona responsable de su muerte.

Jaehaerys I Targaryen

Como Maegor I no tuvo descendencia, quien subió al trono fue Jaehaerys I, hijo de Aenys I y Alyssa Velaryon. Fue Rey del 48 al 103 d.C. y jinete del dragón Vermithor.

Él le puso fin a la guerra contra la Fe de los Siete y desde entonces el Trono de Hierro defiende también a esta Fe. Así es como se ganó el apodo de El Conciliador.

Gobernó por más de cinco décadas, convirtiéndose en el Rey Targaryen con el reinado más largo, por lo que también fue llamado “El Viejo Rey”.

Su esposa fue su hermana Alysanne Targaryen con quien tuvo trece hijes. Murió a los 69 años de edad. Sin embargo, sus hijes ya habían muerto y el Trono tuvo que pasar a alguien más.

arbol genealogico targaryen
De derecha a izquierda puedes ver a Viserys I junto a su esposa Lady Aemma Arryn. Al centro está el Rey Jaehaerys I en sus últimos días en el trono. Luego está su otra nieta, Rhaenys Targaryen, con su esposo Corlys Velaryon. Foto: HBO

La Danza de los Dragones (lo que vemos en House of the Dragon)

Esta etapa de árbol genealógico Targaryen es la que vemos reflejada en la actual serie de HBO. Te advertimos que hay algunos spoilers a continuación de lo que vimos en la primera temporada y lo que nos espera en la segunda.

Así que si quieres sorprenderte con los episodios, te recomendamos saltarte esta sección.

¡Última advertencia! SPOILERS DE HOUSE OF THE DRAGON EN

3…

2…

1…

Al inicio del primer episodio vemos cómo Jaehaerys I Targaryen tiene que decidir a su heredero al trono. Una de las opciones es su nieta Rhaenys Targaryen, hija de Aemon y quien fue heredero al Trono.

El otro candidato es Viserys I Targaryen, también nieto de Jaehaerys I, pero su padre fue Baelon.

Aunque la decisión más obvia era Rhaenys, elige a Viserys I, pues una mujer no podría reinar.

No te pierdas: El hermano de Alicent, una poderosa bruja y más entre los nuevos personajes que veremos

Viserys I Targaryen

Viserys I fue el hijo mayor del príncipe Baelon Targaryen y su hermana-esposa, la princesa Alyssa Targaryen.

Tuvo dos hermanos: Daemon y Aegon (este muró siendo un bebé). Fue jinete del dragón Balerion aunque este murió (con más de 200 años) antes de verlo convertirse en rey. Viserys I nunca reclamó otro dragón.

Su esposa fue su prima Lady Aemma Arryn, con quien tuvo a su hija, la princesa Rhaenyra. Aunque siempre tuvo la esperanza de que su esposa le diera algún hijo varón para heredar el trono.

Su hermano Daemon también tenía sed por poner sus manos en el trono. Pero una serie de eventos llevan a Viserys I a elegir a su hija Rhaenyra como su heredera.

Viserys I se casaría por segunda ocasión con Lady Alicent Hightower, quien le daría tres hijes. Aunque el mayor fue varón, Aegon, Viserys I no cambió de opinión y mantuvo a Rhaenyra como futura Reina (aunque la serie nos muestra que su deseo se mal interpreta antes de morir).

La descendencia de Viserys con Alicent Hightower:

  • Aegon II Targaryen
  • Helaena Targaryen
  • Aemond Targaryen (sin descendencia)
  • Daeron Targaryen (sin descendencia)
arbol henealogico targaryen alicent Hightower
Aegon II, Aemond y Helaena Targaryen, junto a su madre Alicent Hightower y su abuelo Otto. Foto: Max

Rhaenyra Targaryen

La princesa y heredera al trono es casada con su primo Laenor Velaryon y durante su matrimonio tienen tres hijos:

  • Jacaerys Velaryon (sin descendencia)
  • Lucerys Velaryon (sin descendencia)
  • Joffrey Velaryon (sin descendencia)
Rhaenyra targaryen hijos
De izquierda a derecha: Lucerys, Jacaerys, Rhaenyra, Daemon, Joffrey y Rhaena. Foto: Max

Tomando en cuenta que Laenor tenía preferencia por otros hombres, y que ninguno de los tres sacó el cabello platinado característico de los Targaryen y de los Velaryon, se sospecha que su verdadero padre es Ser Harwin Strong.

Más tarde, Laenor sería asesinado y Rhaenyra se casaría en secreto con su tío Daemon Targaryen, con quien tiene otros dos hijos y una hija:

  • Aegon III Targaryen
  • Viserys Targaryen
  • Visenya Targaryen (nace muerta)

rhaenyra daemon targaryen

También hay que aclarar que antes de por fin estar con Rhaenyra, Daemon se casó con Laena Velaryon y con ella tuvo dos hijas:

  • Baela Targaryen
  • Rhaena Targaryen
arbol genealogico targaryen
Rhaena y Baela Targaryen con Rhaenyra. Foto: Max

Te interesa: El increíble animal fantástico que salió en ‘House of the Dragon’ y sí existe en realidad

Aegon II Targaryen

Es el primer hijo del Rey Viserys I Targaryen con Alicent Hightower. Hasta la primera temporada de House of the Dragon lo vimos ocupar el trono de los Siete Reinos, desatando una guerra con su media hermana Rhaenyra Targaryen.

Como Rey, usa la corona de hierro y rubí de Aegon I Targaryen (El Conquistador) y porta la espada de acero valyrio Fuegoscuro. Su dragón es Fuegosol (Sunfyre), el Dorado.

En el canon, se casa con su hermana Helaena Targaryen y tiene tres hijos con ella; sin embargo, ninguno alcanza la edad adulta. También es famosos por engendrar varios bastardos.

Los hijos de Aegon II Targaryen con su hermana Helaena son:

  • Los mellizos Jaehaerys y Jaehaera
  • Maelor

La lucha por el trono

Viserys I muere mientras duerme y aunque había elegido a Rhaenyra como sucesora, el hijo mayor con su segunda esposa, Aegon II, reclamó el trono.

Esto desató una guerra civil entre ambos bandos que se conoce como la Danza de los Dragones.

Hasta ahí le dejaremos por ahora con esta parte del árbol genealógico Targaryen, pues ya veremos hasta dónde abarca House of the Dragon.

Viserys I, Rhaenyra y Daemon Targaryen
Viserys I, Rhaenyra y Daemon Targaryen en House of the Dragon. FOTO: HBO

¡Aquí terminan los spoilers de House of the Dragon!

¡Hora de maratonear!: Estas son las 10 mejores series de la historia

El último Rey Targaryen y el nacimiento de Daenerys

Unas siete generaciones después de Viserys I es que Westeros conocería al último Rey Targaryen:

Aerys II (El Rey Loco)

Jaehaerys II Targaryen tuvo un corto reinado en el que unió a las Grandes Casas de Westeros. Pero tras una enfermedad murió y fue sucedido por su hijo Aerys II, quien ya había sido casado con su hermana Rhaella.

Juntos tendría siete hijes, siendo los últimos Viserys III y Daenerys, a quien vemos en Game of Thrones.

Su reinado inició en 262 d.C. y sus primeros 12 años fueron pacíficos. Pero pronto se transformaría en algo violento y caótico.

A medida que crecía se volvió celoso, desconfiado y cruel; incluso, desarrolló una fascinación por quemar personas vivas.

Su destino fue morir a manos de Jaime Lannister antes de dar una orden que acabaría con la vida de todo Desembarco del Rey.

aerys ii targaryen game of thrones
David Rintoul como Aerys II Targaryen en ‘Game of Thrones’. Foto: HBO.

Los últimos Targaryen

En la historia que conocemos en la serie, el árbol genealógico Targaryen termina con Daenerys y con Jon Snow, quien resulta ser Aegon Targaryen, hijo de Lyana Stark y Rhaegar Targaryen, hermano mayor de Daenerys.

Ahora sí: ¡todo listo para que entiendas toda la historia con el árbol genealógico Targaryen!

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Imagen BBC
Gardi Sugdub: la comunidad de Panamá que tuvo que abandonar su isla ante el riesgo de ser tragada por el mar
14 minutos de lectura

300 familias dejaron la isla en que vivían en el Caribe panameño huyendo del hacinamiento y los efectos del cambio climático, y fueron trasladadas a una barriada en tierra firme. BBC Mundo visitó ambos lugares.

06 de febrero, 2025
Por: BBC News Mundo
0

“Es una isla casi abandonada. Quedó como muerta”, me advierte Delfino Davies nada más poner un pie en su pequeño museo de herramientas e instrumentos.

El sonido de su escoba al barrer es lo único que se escucha ahora entre estas casas. Ya casi no recibe a nadie en su “pequeño tesoro”, como llama a su local, pero le gusta tenerlo siempre impecable.

“Antes se escuchaba a los niños gritar y jugar por los rincones, había música en todos lados, los vecinos se peleaban… Pero todos los sonidos se escaparon”.

Los recuerdos asaltan rápido la memoria de este indígena guna, cuya isla cambió por completo el pasado mes de junio, cuando decenas de botes a motor y cayucos de madera trasladaron a 300 familias desde la isla Gardi Sugdub, en el Caribe panameño, a una barriada en tierra firme conocida como Isberyala.

Fueron unas mil personas las que huyeron del hacinamiento y del aumento del nivel del mar. Se trata de una de las primeras comunidades que es reubicada en América Latina debido a causas climáticas y la primera en Panamá.

La mudanza duró varios días.

“Se fue mi papá, mi hermano, mis cuñadas, mis amigos… Los niños preguntaban ‘¿dónde se fue mi amiguito?’ Y comenzaron a llorar”, me relata Delfino.

Soltero y sin hijos, las piezas de su museo son ahora su mejor compañía.

Se calcula que apenas una veintena de familias -poco más de cien personas- siguen viviendo en Gardi Sugdub.

Muchos se quedaron porque en Isberyala no había espacio para todos. La evacuación comenzó a planificarse hace más de 10 años, cuando había menos habitantes. Otros simplemente se negaron a abandonar su isla.

La mayoría, sobre todo los hombres, pasan el día en un embarcadero jugando a las damas junto a una cafetería que tiene ya más empleados que clientes. Hasta que un sonido se acerca desde el horizonte.

“Está llegando el pescado”, me explica Delfino al ver mi cara de sorpresa.

En ese momento, entra al puerto un cayuco de madera con dos hombres a bordo. Mientras uno hace sonar una enorme caracola marina para avisar de su llegada, el otro entona a voz en grito: “¡un pez, un dólar!”.

Es el momento más esperado del día para los últimos ocupantes de la isla.

“De mi familia nos quedamos solo tres personas”, cuenta Delfino. “En otra solo se quedaron dos, en otras no se quedó nadie… solo las puertas cerradas”.

Los candados en sus cerraduras atestiguan que se han marchado.

“Me acostumbré a estar aquí y me quedaré con mi comunidad. Si se hunde la isla, yo me hundiré con ella”, me dice Delfino sin perder la sonrisa.

Ganarle terreno al mar

Los gunas, que originalmente vivían en el interior del continente, llegaron a estas islas hace siglos, huyendo primero de los conquistadores españoles y luego de las epidemias y conflictos con otros pueblos indígenas.

En concreto, la isla Gardi Sugdub -cuyo nombre significa “Isla Cangrejo”-, fue ocupada hace más de un siglo, y desde entonces, no ha parado de crecer. En gente… y también en tamaño.

Una imagen tomada por un drone de la isla Gardi Sugdub
Paolo Castillo | BBC Mundo
La isla de Gardi Sugdub se encuentra en el archipiélago Guna Yala, en el Caribe panameño.

Ubicada en el archipiélado Guna Yala (antes llamado archipiélado de San Blas), es un espacio de aproximadamente 400 x 150 metros, donde hasta hace poco se apiñaban alrededor de 1.300 personas con servicios básicos limitados.

Muchos habitaban en extensiones hechas ganándole terreno al mar.

Cuando necesitaron más casas para albergar a la creciente población, los gunas comenzaron a colocar en la orilla grandes piedras traídas desde los arrecifes.

Luego fueron rellenando los huecos usando residuos como cáscaras de coco, y a modo de ingrediente final, lo recubrían todo con tierra extraída de la costa. Sobre ese “relleno”, como le dicen, levantaban nuevas viviendas.

Aun así, el espacio se hizo pequeño.

“Había familias que tenían que dormir con doble hamaca, una encima de la otra. Había que construir una nueva comunidad para ellos”, me cuenta Delfino mientras paseamos por las calles casi desiertas.

Solo unos niños jugando al fútbol se cruzan en nuestro camino. Menos gente, más sitio para jugar.

Una construcción junto al mar sirve para que los habitantes hagan sus necesidades
Gonzalo Cañada | BBC Mundo
Los habitantes de Gardi Sugdub construyen, junto al mar, plataformas con huecos para hacer sus necesidades

El agua por los tobillos

Fue precisamente debido al hacinamiento que la comunidad de Gardi Sugdub empezó a pedir en la década de 2010 un sitio para reubicarse.

Pero la falta de espacio no era el único problema que los afectaba. El agua también se había convertido en una amenaza tangible.

Según un estudio elaborado por el gobierno de Panamá y la Universidad de Cantabria (España), para 2050 la isla podría ser ya inhabitable.

Y las autoridades temen que muchas de las más de 40 islas habitadas por los gunas en el archipiélago corran la misma suerte en las próximas décadas.

“Todas están a apenas 50 centímetros sobre el nivel del mar, por lo que es prácticamente inevitable que el traslado sea obligatorio para todos”, le explica a BBC Mundo Jaime Jované, ministro de Vivienda y Ordenamiento Territorial de Panamá.

Steven Paton, del Instituto Smithsoniano de Investigaciones Tropicales, cree que “es casi seguro que antes del final del siglo, la mayoría de las islas de Guna Yala quedarán sumergidas”.

En Gardi Sugdub, la urgencia es palpable.

Muchas de las casas, construidas con madera, paja y techos de hojalata, terminan inundadas durante el periodo de lluvias entre noviembre y febrero.

En esos momentos, la única solución es permanecer tumbados en las hamacas, a pocos centímetros del agua que anega las viviendas.

Mapa que muestra el traslado de la comunidad guna desde Gardi Sugdub hasta Isberyala
BBC

“Cada año, veíamos que las mareas eran más altas. Como soy bajita, el agua me llegaba hasta los tobillos”, me cuenta Magdalena Martínez, una mujer de 74 años que sí se trasladó a tierra firme.

“No es posible que fuéramos a cocinar en fogones y siempre estuviera inundado. Así que dijimos: ‘tenemos que salir de aquí'”.

Delfino, sin embargo, cree que lo que está ocurriendo es cíclico.

“Mis abuelos y mi papá me dijeron que antes el nivel del mar subía más, los niños jugaban dentro de la casa en el cayuquito… Y, después de unos días, ¿qué había? Abundancia de pescado. Esa subida del agua nos trae los peces”.

En su relación ancestral con el mar, el concepto de cambio climático es secundario al del hacinamiento.

Pero expertos y ambientalistas creen que el caso de la comunidad guna puede ser un anticipo de lo que está por venir.

“Para finales de este siglo, se estima que 500 millones de personas que viven en costas de todo el planeta se tengan que mudar porque el nivel del mar va a hacer que ciudades grandes como Yakarta, Nueva Orleans o Miami sean inhabitables”, cuenta Steven Paton.

“¿Qué nos esperará?”

“Mi mente se remontó al éxodo de la Biblia cuando vi todas las familias que estábamos embarcando en diferentes barquitos”.

Sentada en su nueva casa en Isberyala, Magdalena recuerda el momento en que tuvo que abandonar la isla.

Unos días antes, y años después de que se iniciaran los planes de traslado, el gobierno -liderado entonces por Laurentino Cortizo- había hecho entrega de las llaves a los primeros vecinos de la nueva comunidad.

“Pensé, ¿qué será allá? Será algo bueno, porque le daremos nuestra imagen a ese lugar, pero ¿qué nos esperará?, ¿qué es lo que tendremos que hacer?, ¿qué nos faltará?”, me cuenta.

Trasladarse significaba empezar de cero.

Una de las calles de Isberyala donde se aprecian dos hileras de casas
Gonzalo Cañada | BBC Mundo
Las viviendas en Isberyala son todas prefabricadas en tonos amarillo y blanco.

“Es bastante triste salir de un lugar donde uno ha estado tanto tiempo. Añora las amistades, las calles en las que vivió, la cercanía del mar. Solo traje mi ropa y algunos utensilios de cocina. Una siente que deja pedazos de su vida en la isla”, confiesa Magdalena.

El mismo recorrido que hicieron aquellas familias en junio en 2024, lo hizo BBC Mundo unos meses después.

Tras 15 minutos en bote y otros 5 en camioneta llegamos a la nueva comunidad.

A la entrada, una pancarta recién instalada con el eslogan ‘Bienvenidos a Isberyala’, y a los costados, comuneros que retiran la maleza de la carretera con grandes machetes.

Varias filas de viviendas blancas y amarillas forman el nuevo hogar de los guna.

El gobierno de Panamá invirtió 15 millones de dólares en la construcción de la nueva barriada y también recibió fondos del Banco Interamericano de Desarrollo. Pero la comunidad jugó un papel esencial en su creación.

“Un haz de lápices es mejor que un lápiz solo, porque un grupo de lápices es difícil que se rompa”, me dice Magdalena, haciendo alusión a ese trabajo comunitario.

“Los pioneros que visualizaron esta comunidad no pudieron ver realizado su sueño. Yo todavía estoy viva y puedo gozar de mi casita”, cuenta orgullosa.

Magdalena enseña a su nieta Bianca a coser molas
Gonzalo Cañada | BBC Mundo
Magdalena quiere que su nieta Bianca siga con las tradiciones y aprenda a coser molas.

Magdalena vive junto a su nieta Bianca, de 14 años, y su anciana perra, Nieve, que esta tarde se resguarda del sol bajo un pequeño techado. Bajo este calor asfixiante, su nombre parece una paradoja.

“Aquí voy a poner un jardín con plantas medicinales y allá quiero plantar yuca, tomate, plátano, mango y piña”, va apuntando mientras me muestra el espacio detrás del inmueble.

Otros están construyendo techados o incluso nuevas habitaciones adosadas a las viviendas originales.

Deudas pendientes

El traslado de los guna es visto como un ejemplo para el resto del mundo, de “cómo puede ser en la práctica la adaptación climática liderada de forma local”, explicó a BBC Mundo la investigadora Erica Bower, experta en desplazamiento climático para Human Rights Watch.

“Esto es algo que ocurrirá cada vez más y más, y tenemos que aprender de estos primeros casos para entender cómo afrontarlo de forma exitosa”, destaca.

De momento, la vida en Isberyala está lejos de ser ideal y algunos de los servicios básicos experimentan interrupciones regularmente.

Por eso cuando Alberto, un vecino que hace las veces de taxista, activa el mecanismo del tanque de agua, se desata el fragor de la rutina mañanera.

Las madres bañan a sus niños, las lavadoras a plena potencia y los bidones vuelven a rellenarse “por si las moscas”. Hay que aprovechar. El agua se corta unas tres horas más tarde y no regresa hasta la noche.

Si regresa.

El tanque que surte a la comunidad se alimenta de cuatro pozos que funcionan con un generador, que en ocasiones, sobre todo debido al mal tiempo, se avería.

Una mujer corta el pelo a su hija en la barriada Isberyala
Gonzalo Cañada | BBC Mundo
Cortar el pelo también forma parte de la rutina mañanera cuando la barriada dispone de agua.

De hecho, poco antes de nuestra visita, nos cuentan, estuvieron sin agua durante una semana.

Magdalena enfrenta las carencias con optimismo.

“Acá tengo mejor condición de vida, luz 24 horas, agua potable… En la isla era más difícil. Teníamos que ir a buscarla al río. Aquí tengo el grifo, me puedo duchar las veces que quiera. Tengo más comodidad”.

“Cuando vivíamos allá solo teníamos luz durante cuatro horas y aquí por lo general mi nieta puede seguir estudiando en la noche”, le explica a BBC Mundo.

Pero hay quienes ante estos incidentes optan por regresar a la isla.

“Sin luz puedo estar, pero sin agua no. Por eso, vengo acá a cocinar y a limpiar la ropa”, me cuenta Yanisela Vallarino desde la isla, mientras cuelga las prendas que acaba de lavar a mano.

Yanisela se mudó a la nueva barriada junto a su marido e hijos, pero vuelve a menudo a Gardi Sugdub, donde aún viven su madre y algunos de sus hermanos.

“Aquí la brisa la siento fuerte, pero allá no. No me acostumbro todavía. Y echo de menos mi casa, porque allá es más chica”.

Yanisela, sentada en una silla fuera de su casa en Isberyala
Gonzalo Cañada | BBC Mundo
Yanisela regresa a la isla siempre que la barriada deja de tener agua.

Aunque el agua no es la única razón que la trae a la isla.

En la barriada tampoco hay un centro de salud, por lo que sus habitantes tienen que seguir acudiendo al que existe en Gardi Sugdub, que no cerrará mientras no haya una alternativa en Isberyala.

“Yo como madre me preocupo, porque si un hijo se enferma allá es difícil”, explica.

En una ocasión, relata, tuvo que conseguir un auto y un bote a las 10 de la noche para llevar a una hija al centro de salud de la isla, porque no podía respirar.

Las autoridades panameñas le dijeron a BBC Mundo que en 2012 (durante el gobierno del expresidente Ricardo Martinelli), se inició la construcción de un hospital, pero la obra fue abandonada dos años después por problemas de financiación.

El equipo del actual ministro de Salud, Fernando Boyd Galindo, aseguró que espera retomar el plan en 2025, aunque no especificó fecha para la entrega de las obras.

Por su parte, Jované, encargado de Vivienda y Ordenamiento Territorial, afirmó que se está estudiando la posibilidad de ampliar Isberyala para acoger a las familias que siguen en Gardi Sugdub y quizás en un futuro a las de otras islas del archipiélago.

Tradición y orgullo

Las ruinas del hospital abandonado contrastan con las de un proyecto que sí se concretó: el Centro Educativo Sahila Olonibigiña.

El enorme complejo de edificios de paredes azules es el gran orgullo de la nueva comunidad, y a él asisten no solo alumnos de Isberyala sino también aquellos que quedan en Gardi Sugdub e incluso desde otras islas.

“De las más de 40 escuelas que tenemos en la comarca Guna Yala, es la única con todas estas facilidades”, me cuenta Francisco González, el director e impulsor de este centro modelo.

Con su apertura, la escuela que existía en la isla cerró definitivamente.

Cuatro niños posan en un aula del Centro Educativo Sahila Olonibigiña
Gonzalo Cañada | BBC Mundo
Al Centro Educativo Sahila Olonibigiña acuden niños de muchas comunidades de la zona.

“En Gardi Sugdub nos enfrentábamos a la subida de la marea y los vientos que soplan del norte… Teníamos que buscar la manera de salir adelante y crear aulas en distintos rincones, donde encontrábamos espacio”, relata Francisco.

La nueva escuela cuenta con más de 20 salones y tiene comedores, computadoras, canchas deportivas, clases de idiomas y artes plásticas, una biblioteca…

También ofrece educación vespertina.

“Me alegré mucho cuando la nocturna se abrió, porque quería estudiar todavía”, me confiesa emocionada Yanisela, y se pone la mano en el corazón.

Además de en las clases formales, los niños participan en actividades destinadas a mantener las tradiciones guna.

Precisamente hoy, en la Casa de la Cultura de la escuela hay un ensayo de danza y música tradicionales.

Un grupo de niños y niñas de 12 y 13 años portan coloridas camisas y vestidos con molas, el diseño textil con formas geométricas típico de este grupo indígena. Ellos tocan flautas y ellas maracas.

El grupo de danza y música de Isberyala ensaya en la casa de la cultura
Gonzalo Cañada | BBC Mundo
El grupo de danza y música de Isberyala ensaya en la Casa de la Cultura.

Ensayan “la danza del tucán” y “las abuelas que lloran”, que se baila en honor a los caídos en la revolución de 1925, cuando los gunas se rebelaron contra las autoridades panameñas para que se respetara su autonomía.

Reunirse de nuevo

Si las mañanas en Isberyala giran en torno al agua, las tardes son el turno del deporte.

Jerson, de 8 años, es fanático del fútbol e imita el célebre grito ‘siuuu’ de Cristiano Ronaldo después de cada gol que logra en una improvisada portería entre dos piedras.

“Prefiero este sitio a la isla porque tenemos más espacio para jugar”, me dice antes de lanzarse de nuevo por el balón.

Un niño posa en el espacio detrás de su casa en la barriada de Isberyala
Gonzalo Cañada | BBC Mundo
Jerson (8 años) pasa las horas jugando al fútbol en el espacio que hay detrás de su casa

Más allá, en uno de los extremos de la barriada, una nueva cancha de baloncesto hace las delicias de unos adolescentes que practican para el gran torneo que se celebrará unas semanas después, en el que cada calle – Naga Kantule, Iguatioquiña, Igwawilubbe, Ibelele,…- contará con su propio equipo.

El voleibol también es muy popular.

“Me gusta ser la que saca, porque puedo golpear fuerte la pelota”, me cuenta Bianca, la nieta de Magdalena.

Ambas llevan un rato sentadas bajo el techado exterior de su casa y la abuela le está enseñando a coser las tradicionales molas.

“Al principio le está costando, pero sé que va a aprender”, se ríe.

Cuando un rato después, Bianca es ‘liberada’ de sus tareas y se marcha con sus amigas, le pregunto a Magdalena qué echa de menos de la isla.

Presiento que me va a hablar del mar, de la brisa o sobre cómo añora comer pescado a diario, pero su respuesta no puede resumir mejor el sentir de este pueblo: “Me gustaría que todos estuviéramos aquí”.

No pierde su sonrisa, pero por primera vez detecto un aire de nostalgia en su mirada.

Hamacas y nísperos

Antes de irnos visitamos la Casa del Congreso, el lugar donde se reúne la comunidad, y la única edificación construida a la usanza guna. Es un edificio grande, rectangular, techado con ramas y hojas.

En el centro, tumbado sobre una hamaca nos espera Tito López, el ‘sayla’ de Isberyala, la máxima autoridad del lugar.

Tito López, el sayla de Isberyala, la máxima autoridad de la comunidad, posa tumbado en su hamaca
Gonzalo Cañada | BBC Mundo
Tito López es el sayla de Isberyala, la máxima autoridad de la comunidad.

“Mientras la hamaca esté viva, el corazón del pueblo guna estará vivo”, nos dice mientras se balancea.

Tan intrínseca es la costumbre de dormir en ellas que las están instalando en sus nuevas casas, sustituyendo las modernas camas que incluían por defecto.

La conexión trasciende el descanso.

Cuando un guna muere, se le viste con las ropas tradicionales y se le coloca en su hamaca durante un día mientras recibe la visita de familiares y amigos.

Luego, se le entierra envuelto en ella. Encima del cuerpo se colocan ramas de níspero, otro elemento muy especial para estos indígenas.

Los guna tienen un respeto sagrado por la naturaleza.

Así que, como se vieron obligados a talar muchos árboles de este fruto para limpiar el terreno donde se levantó la nueva comunidad, decidieron llamarla Isberyala, que en su idioma significa ‘montaña de nísperos’.

Allí está su nuevo hogar.

Mapa: Caroline Souza, Equipo de periodismo visual de BBC Mundo

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