
En 2025, Morena multiplicó su número de afiliados, pero perdió confianza ciudadana. La dirigencia logró su objetivo de afiliar a más de 10 millones de personas y estableció representantes en casi todas las secciones electorales del país, como se propuso desde la renovación de su Comité Ejecutivo Nacional (CEN) en septiembre de 2024.
Sin embargo, de forma paralela, esa organización política perdió identificación ciudadana. En días pasados, el partido informó que había llegado a la meta que se planteó de cuadruplicar su padrón de afiliados, que hasta 2023 alcanzaba los 2.3 millones, de acuerdo con los registros del Instituto Nacional Electoral.
Asimismo, ese partido, bajo la dirección de Luisa Alcalde Luján, estableció alrededor de 60 mil de los 71 mil comités correspondientes a cada sección electoral en todo el país.
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Mientras el partido creció en el papel, sin embargo, un porcentaje de ciudadanos que se identificaban con la organización en diciembre de 2024 se alejó tras un año en que la cúpula morenista protagonizó escándalos que chocaron con la bandera de la austeridad que ondea el partido
Desde vuelos privados del senador Gerardo Fernández Noroña y el diputado Ricardo Monreal, hasta las vacaciones en Japón del secretario de Organización, Andrés Manuel López Beltrán, y los presuntos conflictos de interés y acusaciones de vínculos delincuenciales del senador Adán Augusto López Hernández.
Un impacto en la imagen de ese partido que la popularidad que ha mantenido la presidenta Claudia Sheinbaum, de extracción morenista, no pudo evitar.
La empresa Enkoll registró en diciembre de 2024 en un estudio que 50 por ciento de las personas encuestadas se identificaban con el partido Morena; pero a lo largo del año esos niveles fueron disminuyendo hasta llegar a 42 por ciento. La encuesta revela que simultáneamente en ese lapso creció el número de personas “apartidistas”.
Otra empresa, Arias Consultores, registró la misma tendencia en la pérdida de confianza ciudadana hacia Morena. De acuerdo con la casa consultora, en diciembre de 2024, 41 por ciento de las personas encuestadas identificaron a Morena como su partido de preferencia. Ocho meses después, ese porcentaje cayó 10 puntos, al 31 por ciento.
La propia presidenta Claudia Sheinbaum resintió el desgaste de su primer año de gobierno, pero en menor medida que su partido, con solo 2 puntos menos al pasar de 76 a 74 por ciento de aprobación de diciembre de 2024 al mismo mes de 2025.
Durante todo el año, la mandataria pareció intentar tirar del partido del que es fundadora a través de distintas acciones. En abril, Sheinbaum envió una carta a la dirigencia de Morena con lo que se tradujo en principios ético políticos de su movimiento.
La dirigencia morenista respondió también con otras medidas que han echado a andar de manera paulatina. Creó una comisión para evaluar los perfiles de quienes se sumen al partido y un plan con la intención de fortalecer los ayuntamientos que encabeza Morena, a través de políticas comunes y la conformación de una escuela para capacitar a sus alcaldes.
Para inicios de febrero de 2026, Morena tiene calendarizada la conformación de los comités restantes para completar las 71 mil 541 secciones electorales, según informó el CEN la primera semana de diciembre.

Mientras representantes morenistas recorrieron el territorio nacional para acrecentar su padrón, líderes morenistas en el Congreso acumularon escándalos.
El senador Adán Augusto López Hernández enfrentó la vinculación de su exsecretario de Seguridad en Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, con el grupo criminal La Barredora, además de señalamientos de conflictos de interés con contratistas durante su gubernatura y omitir declaraciones patrimoniales.
Su compañero en el Senado, Gerardo Fernández Noroña, realizó vuelos privados y en clase ejecutiva, compró una casa en Tepoztlán y mantuvo un debate contra el mandato de su partido respecto a la austeridad en su vida personal.
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En tanto, el diputado Ricardo Monreal acumuló sus propios vuelos privados —con el también morenista Pedro Haces— y desayunos de lujo durante sus vacaciones; mientras el entonces presidente de la Cámara, Sergio Gutiérrez Luna, enfrentó acusaciones de despilfarro que se sumaron los señalamientos de dispendio del propio secretario de Organización, Andrés Manuel López Beltrán, durante sus vacaciones en Japón.
La presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, la secretaria general Carolina Rangel y el secretario de Organización, Andrés Manuel López Beltrán, realizaron su primera gira nacional de manera conjunta.
Las funcionarias morenistas recorrieron juntas el país al menos otra ocasión y participaron como “mentoras” en secciones electorales específicas para la constitución de comités de su partido, como ocurrió con otros liderazgos, incluidos diputados y senadores.
López Beltrán, en cambio, reportó recorridos en su mayoría alternos a las actividades de sus compañeras del CEN, enfocados en las elecciones locales de Veracruz y Durango.
Comicios en los que Morena resintió también un retroceso en el número de municipios gobernados, a pesar de la estrategia electoral que desplegó, que incluyó la residencia durante semanas del funcionario en la entidad norteña y las visitas de decenas de legisladores para apoyar a las candidaturas en sus recorridos.
