Contingentes del 25N llegaron a un Zócalo que se encuentra amurallado y reclamaron a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum que “no hemos llegado todas”, tras las cifras de feminicidio que se han elevado, acusaron las colectivas.
“Mientras las cifras de feminicidio sigan subiendo y no se erradiquen todas las formas de violencia y machista, mientras las feministas de a pie, las defensoras de derechos humanos, las defensoras del territorio, las periodistas, las compañeras trans y de la diversidad se han criminalizado, encarceladas y asesinadas por resistir al embate patriarcal”, manifestó la portavoz del contingente.
Acusó que las desapariciones de personas se han ocultado y no se investigan a tiempo para encontrarlas.
“No hemos llegado todas. Mientras estemos en un sistema cuyas políticas laborales se caracterizan por la carencia de servicios de salud, violencia obstétrica, seguridad social, jubilación solidaria, mejores condiciones de trabajo con brechas de desigualdad y no se asegure la autonomía económica para todas las mujeres y en particular para los sectores que cada vez son más precarizados como las artesanas, campesinas e indígenas”, señaló.
🟣#25N | “No hemos llegado todas”, responden mujeres a @Claudiashein, quien en su toma de protesta dijo “llegamos todas”.
Enumeraron múltiples problemáticas a las que enfrentan las mujeres en el país, tales como feminicidios y desapariciones.
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Este lunes 25 de noviembre, cerca de las cuatro de la tarde, diversos contingentes con exigencias de justicia por feminicidios y desapariciones, sanciones contra la violencia digital, violencia vicaria, derecho al aborto e incluso grupos pro Palestina salieron de la Glorieta de las mujeres que luchan para marchar por el Día internacional de la eliminación de la violencia hacia las mujeres.
“Ni una más ni una asesinada más”, “dónde están nuestras hijas donde están”, “hija escucha tu madre está en la lucha” y “arriba el feminismo que va a vencer, abajo el patriarcado que va a caer” fueron algunas de las consignas que se escucharon en su avance sobre Paseo de la Reforma para después dar vuelta en Juárez e incorporarse a 5 de mayo para llegar al Zócalo capitalino.
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Durante su trayecto, a diferencia de marchas recientes, incluso la del 28 de septiembre por el Día de la acción global por el derecho al aborto, hubo poca presencia policiaca con una decena de elementos, avanzando a unos metros de distancia de la vanguardia y personal de la Secretaría de gobierno capitalina en los laterales de los contingentes. Sin embargo, el Palacio Nacional amaneció este lunes totalmente envallado.
Desde las primeras horas de este lunes 25 N, diversas expresiones se manifestaron en Paseo de la Reforma en conmemoración de este día, como la instalación “Florecemos juntas”, que invitaba a las mujeres a expresar sus miedos y crear colectividad, y la exigencia de la organización y paz por una sentencia justa en el caso, Beatriz vs el gobierno salvadoreño que, dicen, sentará un precedente para el derecho al aborto en la región.
Alrededor de las cinco de la tarde, la marcha terminaba de avanzar por 5 de mayo para entrar al Zócalo, capitalino.
En tanto, la Red Nacional de Refugios fue el primer contingente que salió de la Glorieta de Mujeres que Luchan con rumbo al Zócalo capitalino para manifestarse en la lucha para la eliminación de la violencia en contra de las mujeres. Cada 25 de noviembre (25N) se realiza la marcha para exigir que no haya violencia en contra de las mujeres.
La marcha fue programada a las 16:00 horas de este lunes y salieron varias colectivas de diferentes partes. En algunas universidades como la UNAM se han unido y su manifestación será dentro de las instalaciones de Ciudad Universitaria.
#25N | Con un Huélum la activista @OlimpiaCMujer protesta contra la violencia digital en el @IPN_MX.
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Otros contingentes se unieron para exhortar que no haya violencia de género en los trabajos, escuelas e incluso en la familia.
“No más violencia vicaria”, “no más hijos sustraídos” y “no está con su papá, está con su agresor”, grita un contingente de mamás que se suma en la Glorieta de las Mujeres que Luchan para marchar este 25N denunciando la violencia que se ejerce hacia ellas a través de sus hijos.
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En agosto, Mariela de la O denunció a dos ex funcionarios del Estado de México ante la Fiscalía mexiquense por intento de feminicidio, pero no se han registrado avances en su carpeta de investigación, por lo que decidió salir a las calles a manifestarse en contra de los agresores.
“Estas personas cuentan con la influencia política y la economía para comprar a las autoridades”, acusó.
Exhortó a la Fiscalía del Estado de México que haga las diligencias correspondientes para que detengan a los presuntos responsables.
Ambos, detalló, son ex funcionarios municipales, por lo que teme que hayan utilizado sus influencias políticas para “comprar” a jueces y obstaculizar el proceso penal.
Los primeros contingentes salieron desde la Glorieta de las Mujeres que Luchan, como fue bautizada por colectivos feministas al colocar un antimonumento en el sitio.
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Entre la multitud, hubo pancartas que denunciaban violencias físicas e intentos de feminicidio, así como algunas con mensajes de solidaridad.
“Que el miedo y la vergüenza cambien de bando”, decía uno. “Nos queremos vivas, libres y combativas”, se leía en una manta color violeta.
Mujeres e infancias marcharon sobre Paseo de la Reforma hasta llegar al Zócalo capitalino, mientras gritaban consignas contra la violencia de género.
En un comunicado, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), informó que la marcha contó con la participación de mil 500 personas, quienes estuvieron marchando de manera pacífica, por lo que hay saldo blanco.
“Por instrucciones de la jefa de Gobierno, Clara Brugada, se realizó un operativo interinstitucional implementado en diversos puntos de la zona Centro de la ciudad, con el objetivo de acompañar y garantizar en todo momento la seguridad y la libre manifestación de quienes participaron en dichas movilizaciones”, finalizó.
Un número récord de soldados rusos está siendo procesado por deserción. Muchos están siendo ayudados y ocultados por sus familias.
Los tribunales rusos han registrado un número récord de casos de soldados que desertan de sus unidades o no regresan a casa tras su tiempo de permiso, según una investigación del servicio ruso de la BBC. Muchos desertores se refugian en casa de familiares, quienes también corren el riesgo de ser procesados.
En la mañana del 23 de marzo de 2023, en un pueblo de la región de Stavropol en el sur de Rusia, un joven llamado Dmitry Seliginenko llevó a su novia en motocicleta para que pagara sus facturas en las oficinas de la autoridad local.
Seis meses antes había sido llamado a filas para combatir en Ucrania, en el marco de la movilización militar del presidente ruso Vladimir Putin.
En marzo de ese año debería haber vuelto al frente de combate.
Pero no regresó a su unidad tras 10 días de baja médica y ahora figuraba en la lista de personas buscadas por Rusia.
De camino por el pueblo, el joven fue localizado por su antiguo compañero de clase Andrei Sovershennov, que se había unido al cuerpo de policía tras terminar los estudios.
Sovershennov alertó a la policía militar y, poco después, tres hombres intentaron detener a Seliginenko mientras esperaba a su novia.
Seliginenko consiguió ponerse en contacto con su madre y su padrastro, que se dirigieron al pueblo para intervenir. Hay dos versiones diferentes de lo que ocurrió después.
Según la versión oficial de la policía, el padrastro de Seliginenko, Aleksandr Grachov, agarró las esposas de Sovershennov y gritó: “Arréstenme a mí”. A continuación, supuestamente empujó a un oficial al suelo y empezó a golpearle.
Según la versión de la familia, fue Aleksandr Grachov quien supuestamente fue empujado al suelo y golpeado tras exigir ver una orden de detención contra su hijastro.
Ambos acabaron en el hospital, y Grachov fue acusado posteriormente de agresión a un policía.
Seliginenko, por su parte, se subió al coche de sus padres y se marchó.
El incidente generó un acalorado debate en un grupo de chat creado por los habitantes del pueblo.
La familia de Seliginenko afirma que su hijo ni siquiera estaba destinado a alistarse en el ejército; que no se le sometió a un examen médico adecuado para ver si realmente era apto para el servicio, y que fue enviado al frente a pesar de dar positivo en las pruebas del coronavirus.
En enero de 2023, Seliginenko presentó afecciones en su piel, causadas por el frío extremo, y se le dio tiempo libre para descansar. Dos días después de llegar a casa, fue sometido a una operación gástrica. La familia argumentó que Dmitry no era apto para el servicio militar y que debería haber sido evaluado por una comisión médica militar.
No todos en el grupo de chat simpatizaban con sus argumentos, y en respuesta la familia publicó este emotivo llamamiento a sus vecinos.
“Aquí estás viviendo cómodamente en nuestro pueblo, pero ¿quién de ustedes vendrá con nosotros a un hospital de Pyatigorsk, Budyonnovsk o Rostov para ver cuántos soldados heridos yacen ahí?… Antes de juzgar a los demás, pónganse en la piel de la madre y su hijo que ya han sufrido tanto… Tienen a sus maridos e hijos a su lado; ¡será mejor que recen para que a ustedes no les pase lo mismo!”.
En marzo de 2024, Aleksandr Grachov fue encontrado culpable de agresión y multado con 150.000 rublos (US$1.500).
Dmitry Seliginenko no ha vuelto a su unidad militar y se desconoce su ubicación actual.
Ninguno de los involucrados quiso hablar con la BBC.
A cientos de kilómetros del pueblo de la región de Stavropol, otros dos casos han sido llevados ante el juez en un tribunal de Buriatia, una república al otro lado de Rusia.
En el banquillo estaban el soldado Vitaly Petrov, que había desertado de su unidad, y su suegra, Lidia Tsaregorodtseva, que había intentado impedir que la policía local lo detuviera.
La BBC ha reconstruido lo sucedido a partir de documentos judiciales y del testimonio de personas familiarizadas con el caso, que no nombramos por razones de seguridad.
Vitaly Petrov, de 33 años, padre de dos hijos y originario de Sharalday, fue llamado a filas para combatir en Ucrania en 2022.
La región es una de las más pobres de Rusia. En otoño de 2022, tenía uno de los índices de movilización más altos del país, y también uno de los índices de muertes más elevados, según una investigación de la BBC y el medio de noticias independiente ruso Mediazona.
En junio de 2023, Petrov escapó de un hospital militar al que había sido enviado tras ausentarse previamente sin permiso y ser devuelto a la fuerza a su unidad a principios del mismo año.
Su suegra dice que él no era apto para el servicio militar y que sufría dolores de cabeza. Ella también declaró ante el tribunal que Petrov había sido objeto de violencia y extorsión en su unidad militar.
Los fiscales militares afirman que Petrov simplemente intentaba evitar ser enviado de nuevo al frente.
Durante el verano y el otoño de 2023, Petrov se escondió en casa de su suegra. Pasaba la mayor parte del día en el bosque cercano, buscando piñones, setas y frutos rojos, y volvía a casa de vez en cuando por la noche para dormir.
Grigory Sverdlin, activista de la ONG Run to the Forest, que ayuda a los soldados que han desertado a huir del país, calcula que alrededor del 30% de los desertores se quedan dentro de Rusia, mientras que el resto se va al extranjero. Según Mediazona, hay más de 13.000 casos en los tribunales rusos por cargos de deserción y ausencias sin permiso.
En diciembre de 2023, la policía armada se presentó en la casa por la noche para detener a Petrov.
Lo que ocurrió después tiene de nuevo versiones diferentes.
Tsaregorodtseva afirma que la policía derribó la puerta e irrumpió en la casa, apartándola a ella y a sus dos nietas pequeñas aterrorizadas mientras empezaban a registrar la vivienda y a levantar las tablas del suelo con un hacha.
También afirma que la policía no le mostró su identificación ni una orden judicial, algo que las autoridades niegan, según los documentos judiciales. También señalan que no registraron la casa ni movieron nada.
Tanto la familia como la policía afirman que Petrov salió de su escondite en el sótano y sus hijas corrieron hacia él.
En los documentos judiciales, tanto la familia como la policía se acusan mutuamente de violencia, ya que se produjo un altercado mientras los policías intentaban detener a Petrov.
Él fue arrastrado afuera de la casa y, según sus hijas pequeñas, la policía lo golpeó con una pistola eléctrica. El investigador principal del caso fue trasladado al hospital con quemaduras producidas por agua hirviendo durante el altercado.
Tanto Petrov como Tsaregorodtseva fueron procesados. Petrov fue condenado a seis años de prisión por ausentarse sin permiso. Su suegra fue condenada a dos años de cárcel y a pagar una indemnización de 100.000 rublos (casi US$1.000) al agente de policía que resultó herido durante el altercado.
Una fuente familiarizada con el caso declaró a la BBC que la esposa de Vitaly Petrov se sentía aliviada de que su marido estuviera en la cárcel y no de vuelta en el frente de guerra.
Una fuente de la BBC también dijo que la guerra estaba pasando factura a los habitantes de las zonas rurales.
“Nos han quitado a todos los hombres de los pueblos, no queda nadie para hacer el trabajo duro, cuidar de los animales y prepararse para el invierno. Un niño está enfermo, el otro está muerto de miedo. Si me perdonan la expresión, en los pueblos sólo quedan las mujeres silbando al viento”.
La misma fuente dijo que muchos hombres de la localidad se sentían en “una situación imposible”: enviados a la guerra quisieran o no, mientras sus familias se quedaban luchando solas en casa.
Otro caso visto por la BBC fue el de un soldado condenado.
En enero de 2023, Roman Yevdokimov, de un pueblo de la frontera ruso-mongola, fue condenado a siete años de prisión por desertar de su unidad.
Este hombre de 34 años, que había sido condenado en dos ocasiones por robo, fue llamado al servicio militar en octubre de 2022 como parte de la movilización nacional de Putin.
Yevdokimov pasó sólo un mes en el ejército antes de ausentarse sin permiso y regresar a casa. Pasó un tiempo escondido en el bosque y sus familiares lo ocultaron en el sótano de la casa de su suegra, hasta que finalmente las autoridades militares lo atraparon y fue enviado a prisión.
Pero como delincuente convicto, le ofrecieron la oportunidad de ir a luchar a Ucrania, en lugar de cumplir su condena. Yevdokimov sobrevivió seis meses como soldado de asalto y, según las normas de entonces -que se han modificado-, fue liberado y regresó a casa en abril de 2024.
Su familia dice que los seis meses que pasó en el frente le han dejado traumatizado e incapaz de volver a su vida anterior. Ahora pasa gran parte del tiempo en el bosque, donde antes se escondía de la policía militar.
Como soldado de asalto reclutado en prisión en 2023, cuenta con un indulto oficial que anula su condena de siete años de cárcel por deserción, pero no hay documentos que demuestren que luchó en el ejército y resultó herido en acto de servicio.
Muchos veteranos de combate reclutados en prisión intentan ahora llevar al Ministerio de Defensa ruso ante los tribunales para exigir el reconocimiento de su estatus.
Pero para Yevdokimov, el viaje de cuatro horas a la oficina de reclutamiento más cercana para tratar de resolver sus problemas es simplemente demasiado como para considerarlo.
“Cuando lo fui a ver, él con algunos tragos encima, dijo: ‘¿Quizás debería inscribirme para ser un soldado por contrato?'”, dijo su hermana a la BBC.
“No lo dejaré ir y tiene miedo de dejarme porque sabe lo mucho que me preocupo por él. Pero quiere volver con sus compañeros, porque algunos se están muriendo y está preocupado por ellos. Está sufriendo por estar allí”.
Estos casos son sólo una pequeña fracción del elevado número que llega ahora a los tribunales.
Los registros oficiales muestran que en 2024, alrededor de 800 soldados fueron condenados cada mes por ausentarse sin permiso, no cumplir órdenes o desertar de sus unidades. Según Mediazona, esta cifra duplica la del año anterior y multiplica por más de 10 el número de condenas antes de la guerra.
No hay estadísticas oficiales sobre cuántos familiares han sido también condenados por ayudar a soldados que se han fugado.
*Información adicional de Olga Ivshina
Editora: Olga Shamina
Ilustraciones del equipo de periodismo visual ruso de la BBC
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