
La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) informó este viernes que algunos bloqueos de agricultores continúan afectando carreteras y casetas de cobro en Hidalgo, Querétaro y Michoacán.
Entre los puntos más afectados, la SICT indicó que persiste la presencia de manifestantes en el kilómetro 195 de la autopista Arco Norte, tramo Calpulalpan-Sanctorum, en ambas direcciones.

Para quienes viajan hacia Texmelucan, se recomienda utilizar la última salida en dirección a la caseta de Sahagún, ya que no hay acceso en Texmelucan hasta llegar a Calpulalpan.
Por su parte, Caminos y Puentes Federales (Capufe) reportó cierres a la circulación en ambos sentidos de la autopista Querétaro-Irapuato, en los kilómetros 64 y 62+200, debido a la presencia de manifestantes.
En Michoacán, se mantienen bloqueos en la caseta de Zinapécuaro (km 202+256), mientras que en Ecuandureo (km 360+060) y la caseta de Panindícuaro (km 307+273) el paso es libre, aunque hay presencia de agricultores.
Estas manifestaciones forman parte de una serie de bloqueos iniciados hace varios días por agricultores que exigen un aumento en el precio del maíz a 7 mil 200 pesos.
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En varios puntos, los productores permiten el paso de vehículos, pero advierten que mantendrán las protestas hasta lograr acuerdos con el gobierno federal.
La presidenta Claudia Sheinbaum declaró más temprano que “muchos de los que tienen tomadas las carreteras tienen intereses políticos y no legítimos”, aunque aclaró que su administración mantiene diálogo con los productores con demandas legítimas.
“Mientras haya intereses legítimos se les va a recibir, a todos se les recibe y se dialoga, pero hay algunos que tienen intereses políticos en todo eso”, afirmó.
Como parte de las negociaciones, el gobierno federal convocó a las principales empresas compradoras de maíz —Maseca, Minza y Cargill— para mejorar los precios de adquisición del grano. La mandataria calificó como “esfuerzo extraordinario” el aumento logrado, que eleva el precio de compra de alrededor de 4 mil 200 a poco más de 6 mil pesos por tonelada. Sin embargo, reconoció que algunos productores siguen inconformes.
Además, Sheinbaum adelantó que la próxima semana se presentará un programa especial para pequeños productores, con el objetivo de fortalecer a quienes siembran entre una y dos hectáreas y producen principalmente para autoconsumo. El gobierno destina actualmente más de 76 mil millones de pesos al campo, incluyendo apoyos directos mediante el programa Producción para el Bienestar y el programa Sembrando Vida.
Como parte de los apoyos futuros, la administración federal busca que los campesinos más pobres puedan generar valor agregado al maíz, permitiéndoles vender no solo el grano, sino también productos procesados, como tortillas, con lo que se espera incrementar sus ingresos.

En lo que respecta a la monogamia, los humanos se parecen más a las suricatas y a los castores que a nuestros primos primates.
En nuestra vida amorosa, nos asemejamos más a estas mangostas sociales y unidas que a nuestros primos primates, según sugiere una clasificación de monogamia elaborada por científicos.
Con un 66% de monogamia, los humanos obtienen una puntuación sorprendentemente alta, muy superior a la de los chimpancés y los gorilas, y a la par de las suricatas.
Sin embargo, no somos ni mucho menos la criatura más monógama.
El primer puesto lo ocupa el ratón californiano, un roedor que forma vínculos inseparables para toda la vida.
“Existe una liga de élite de la monogamia, en la que los humanos se encuentran cómodamente, mientras que la gran mayoría de los demás mamíferos adoptan un enfoque mucho más promiscuo para el apareamiento”, afirmó Mark Dyble, investigador del Departamento de Arqueología de la Universidad de Cambridge.
En el mundo animal, el emparejamiento tiene sus ventajas, lo que podría explicar por qué ha evolucionado de forma independiente en múltiples especies, incluida la nuestra.
Los expertos han propuesto diversos beneficios para la llamada monogamia social, en la que las parejas se unen durante al menos una temporada de reproducción para cuidar a sus crías y ahuyentar a los rivales.
Dyble examinó varias poblaciones humanas a lo largo de la historia, calculando la proporción de hermanos de padre y madre (individuos que comparten la misma madre y el mismo padre) en comparación con los medio hermanos (individuos que comparten la madre o el padre, pero no ambos).
Se recopilaron datos similares para más de 30 mamíferos monógamos sociales y de otras especies.
Los humanos tienen un índice de monogamia del 66% de hermanos de padre y madre, por delante de las suricatas (60%), pero por detrás de los castores europeos (73%).
Mientras tanto, nuestros primos evolutivos se sitúan en la parte inferior de la tabla: los gorilas de montaña con un 6%, y los chimpancés con solo un 4% (al igual que el delfín).
En último lugar se encuentra la oveja de Soay, de Escocia, donde las hembras se aparean con múltiples machos, con un 0,6% de hermanos de padre y madre.
El ratón californiano ocupó el primer puesto, con un 100%.
Sin embargo, estar clasificados junto a suricatas y castores no significa que nuestras sociedades sean iguales: la sociedad humana es completamente diferente.
“Aunque la proporción de hermanos de padre y madre que observamos en los humanos es muy similar a la de especies como las suricatas o los castores, el sistema social que vemos en los humanos es muy distinto”, declaró Dyble a la BBC.
“La mayoría de estas especies viven en grupos sociales similares a colonias o, quizás, en parejas solitarias que se desplazan juntas. Los humanos somos muy diferentes. Vivimos en lo que llamamos grupos con múltiples machos y múltiples hembras, dentro de los cuales existen estas unidades monógamas o de pareja estable”, explicó.
Kit Opie, profesor del Departamento de Antropología y Arqueología de la Universidad de Bristol, que no participó en el estudio, afirmó que este es otro elemento clave para comprender cómo surgió la monogamia en los seres humanos.
“Creo que este artículo nos proporciona una comprensión muy clara de que, a lo largo del tiempo y en diferentes lugares, los humanos son monógamos”, declaró.
“Nuestra sociedad se parece mucho más a la de los chimpancés y los bonobos; simplemente hemos tomado un camino diferente en lo que respecta al apareamiento”, agregó.
El nuevo estudio fue publicado en la revista científica Proceedings of the Royal Society: Biological Sciences.
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