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La encrucijada ética: la violencia laboral como desafío bioético
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Una vida examinada: reflexiones bioéticas
El Programa Universitario de Bioética (UNAM) desarrolla investigaciones interdisciplinarias, docencia y difusión que promuevan la... Continuar Leyendo
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La encrucijada ética: la violencia laboral como desafío bioético
Los espacios laborales son diversos y se pueden desarrollar de manera virtual, pero la violencia laboral puede desarrollarse por los discursos o la violencia verbal, además de la conducta.
08 de mayo, 2024
Por: Rocío Fuentes Valdivieso

El estudio de fenómenos sociales concretos, como la violencia laboral, requiere considerarse desde una postura interdisciplinaria y bioética para examinar las relaciones humanas en diferentes espacios de la vida cotidiana, tales como los ambientes laborales, los cuales involucran la cultura de quienes trabajan en ellos. La cultura que implica formas de pensar, sentir e interactuar dentro de la sociedad en la que vivimos. Asimismo, las sociedades tienen normas sociales tácitamente aceptadas sobre cómo deben comportarse mujeres y hombres de cualquier género dentro de un espacio laboral.

Como lo señala la Comisión Nacional de Bioética en México, la bioética pretende la regulación del estudio sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias de la vida y la salud, examinadas desde los valores y los principios morales: honestidad, responsabilidad, solidaridad, sororidad y respeto, entre otros. La bioética puede incidir en las conductas humanas que se desarrollan dentro de los ambientes laborales que también son académicos, científicos y de cualquier otro tipo que involucren una relación laboral.

A medida que se han estudiado las conductas humanas que se desarrollan dentro de los ambientes laborales, se ha visto que predominan diversas formas de dominación, exclusión y racismo. Todavía prevalecen modelos de conducta colonizadores, es decir, comportamientos crueles que suelen resultar funcionales dentro de las organizaciones, como por ejemplo el castigo, el insulto, el maltrato y la negociación a modo para lograr objetivos. Además, a las mujeres se les violenta más que a otros; con ello se ha descubierto que las formas de violencia laboral no siempre son percibidas, sino sobreentendidas e interpretadas por quien las padece.

Las diferentes manifestaciones de violencia laboral son diversas cuando se analizan por sexo y lugar de trabajo; por tanto, se puede observar que es necesaria la aplicación de la normatividad y la corresponsabilidad por parte de las jerarquías y de quienes laboran en estos espacios, para detener y poner límites a las agresiones sexuales, exclusiones y clasismos. Poco se dice, pero la violencia laboral es más común de lo que parece y es causante de alteraciones en la salud. Está conformada por un conjunto de situaciones, tanto objetivas como subjetivas. Entre las subjetivas están las comparaciones personales que pueden desencadenar admiración, pero también rivalidad y otros sentimientos no explícitos, y que forman parte de las relaciones sociales, como por ejemplo el racismo y el desprecio hacia trabajadores indígenas y migrantes. A esto se suma el sistema patriarcal, sostenido por el poder de la masculinidad. Las mujeres suelen ser excluidas en los ambientes laborales, pero no siempre de una manera abierta, sino velada; es decir, suelen ser ridiculizadas y, casi siempre, subvaloradas. Entre los aspectos objetivos están las formas de organización de las instituciones o empresas, dado que la violencia laboral genera un orden en tanto que funciona como un mecanismo de control hacia los trabajadores porque crea miedo, y ello lleva a la intimidación que, aunque forme un ambiente laboral nocivo continúa funcionando. Los ambientes laborales nocivos están compuestos por el maltrato a los trabajadores, aumento en el ausentismo y la rotación, además de diferentes tipos de acosos, lo que genera un deterioro del clima laboral, y dentro de estos ambientes existe una ausencia de la legalidad, por ello, la violencia laboral se desenvuelve como una manera de control dentro de la organización. 1

En tanto que vivimos en sociedades patriarcales, la violencia en el lugar de trabajo se expresa de diversas formas, no sólo mediante la supremacía masculina, sino también con abusos de poder si son mujeres y entre mujeres, porque el modelo patriarcal existente se reproduce cotidianamente y, sobre todo, en los ambientes laborales donde están delimitadas las jerarquías o las relaciones de subordinación. Con ello se muestra que dichos comportamientos corresponden a una estructura social construida a lo largo de la historia y reforzada políticamente. Las mujeres se unen a los hombres para burlarse de otras mujeres en el lugar de trabajo, porque si no lo hacen también son excluidas. No por ser mujeres estarán en contra de las violencias hacia ellas, sobre todo cuando son vistas desde el clasismo como, por ejemplo, por su color de piel, el sobrepeso o por su inteligencia, así como la forma de su cuerpo. La ridiculización es lo más frecuente; sin embargo, cuando ellas ridiculizan a quienes las violentan suelen convertirse en objetos de acoso. La invasión de la vida personal y el cuestionamiento académico sobre la veracidad del trabajo de las mujeres, además de las constantes rivalidades que se manifiestan con provocaciones en el lugar de trabajo, como por ejemplo, la descalificación del trabajo realizado o la comparación con el éxito de los hombres, llevan a negar el aporte de las mujeres y a calificarlas como insignificantes, lo que propicia rivalidades y diversas agresiones, incluso la traición en las relaciones de amistad o con los colegas, con el fin de lograr el éxito.

Cuando las mujeres y los hombres, de cualquier identidad de género, no reproducen estas conductas, no sólo deciden no atacar, reconocen el trabajo de las mujeres y sus aportes, y las observaciones no necesariamente son consideradas una forma de exclusión. Sin embargo, algunas veces se toma el trabajo de las mujeres y se le capitaliza sin darles crédito. En algunos lugares se les grita y humilla a los trabajadores, se les acosa y se les persigue. Actualmente, además, se les espía a través de sus celulares y correos electrónicos, para saber qué hacen, cómo piensan, cómo viven. De esta manera se tiene una información amplia sobre el blanco de la violencia y se acosa a los trabajadores con datos específicos sobre su vida personal.

La violencia laboral adquiere una dimensión psicológica que corresponde a lo subjetivo y que parece no verse, pero se percibe. Por ello se duda de si es cierto o no que se está padeciendo la violencia laboral. Por tanto, ésta es objetiva porque se desarrolla dentro una organización, empresa o taller y forma parte de estrategias muy pensadas para eliminar un objetivo o mantener un orden. Los espacios laborales son diversos y se pueden desarrollar de manera virtual, pero la violencia laboral puede desarrollarse por los discursos o la violencia verbal, además de la conducta. Si un jefe o jefa ejerce violencia familiar en su casa, es muy probable que también lo haga con mujeres u hombres en el lugar de trabajo. Existen datos que indican que el jefe golpeador en casa, lo hace también en la oficina, aunque ejerza violencia psicológica, como por ejemplo cuando se realiza a través de la manipulación o de la violencia verbal, para despreciar a mujeres y excluirlas o mofarse de ellas. En ocasiones, pueden integrarlas a su equipo, pero se les exige lealtad y subordinación. Aquí radica una de las encrucijadas de la ética, qué camino tomar: las alianzas para destruir a terceros, o bien, procurar no dañar y establecer otras formas de negociación que puedan llevar a la eliminación de la violencia laboral, desde el reconocimiento de los derechos humanos y con la búsqueda de acuerdos, sin provocar daños. En la encrucijada se puede aplicar la normatividad y el liderazgo de las autoridades dentro de un espacio laboral, esto es, crear puentes por medio de diálogos con puntos de vista distintos. Aunque exista el disentimiento se puede lograr un acuerdo sostenido por los derechos humanos para la búsqueda de los límites de las conductas humanas. Asimismo, es necesario aceptar que en los espacios laborales interactúan seres humanos de diversas culturas, edades e identidades de género. Como parte de la contemporaneidad, es necesario reconocer la diversidad, sin que implique la violación de los derechos humanos en los que haya que admitir actos de violencia en el lugar de trabajo.

La Ley General de Acceso a las Mujeres para una Vida libre de Violencia, emitida en 2007, menciona y define en su capítulo II, la violencia laboral y docente, la que se reconoce como un acto de omisión y abuso de poder, independientemente de la relación jerárquica. Sin embargo, las prácticas intimidatorias y agresivas que caracterizan la violencia laboral siguen suscitándose dado que éstas no están reconocidas dentro de la legalidad y, por tanto, no se puede reconocer que existen. De esta manera, estamos ante problemas formativos insertos dentro de la cultura, es decir, las formas de pensar, sentir e interpretar. A pesar de los intentos por legislar medidas en contra de este tipo de violencia, aún no se le reconoce como un problema y, mucho menos, se le identifica como un acto que deba sancionarse. Las conductas intimidantes de los varones se asumen como hazañas, travesuras, aunque generen violencia y diversos tipos de acosos. Los comportamientos acosadores son evidentes. Se puede diferenciar por sexo a quienes viven con mayor frecuencia el acoso laboral, los hombres o las mujeres. Pero también se puede ver que existen variantes por sexo y género, y por los diferentes lugares de trabajo.

El conjunto de las condiciones de trabajo precarias, agresivas y abusivas suelen tener efectos nocivos en la salud en corto, mediano y largo plazo. Las manifestaciones físicas de la violencia laboral se expresan con el trastorno de ansiedad o hipersensibilidad, el catastrofismo por temor a perder el empleo (o una beca en el caso de estudiantes), una sensación de soledad y, en algunos casos, pérdida del sentido de la vida, lo que favorece el consumo de ansiolíticos y la alteración de la salud mental. 2

Los discursos de odio en los ambientes laborales exacerban la rivalidad entre los géneros e incluso pueden desencadenar frustraciones laborales y contribuir con los feminicidios; esto último como resultado de las competencias favorecidas por los discursos de odio entre mujeres y varones, además de mujeres con mujeres.

Por ello, es un desafío para la bioética entender que la vida de los seres humanos puede ser estudiada y pensada desde una perspectiva de no dañar, sino de buscar puentes de comunicación para poder llegar a todas las dimensiones sociales. La aplicación de la bioética debe ser incorporada como parte de la responsabilidad social y ética para erradicar cualquier forma de violencia en el lugar de trabajo. Si bien la bioética se relaciona con los experimentos y los avances científicos, no se debe perder de vista que la ciencia la hacen los hombres y mujeres de diferentes géneros y en su conjunto tienen formas de interpretar la vida. La bioética no sólo corresponde al área médica y biológica, sino también logra tener orientaciones basadas en la conciencia individual. Las leyes, así como los reglamentos pueden reflejar y contribuir en la formación de una sociedad plural que esté basada en la libertad-responsabilidad y en el reconocimiento de los derechos humanos. Así, la bioética puede representar una posibilidad de diálogo entre las diferentes disciplinas científicas y orientadas al quehacer de los seres humanos en la vida diaria, pero también la posibilidad de poner límites a las conductas con respecto a la investigación científica, como en el desarrollo de las relaciones interpersonales. Por tanto, la bioética es una disciplina científica que puede ser intermediaria para la regulación de las relaciones humanas en contextos cotidianos laborales y académicos.

* Rocío Fuentes Valdivieso cursó el Seminario Postdoctoral en Estudios de Género por la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales, en Buenos Aires, Argentina. Es doctora en Antropología, egresada del Instituto de Investigaciones Antropológicas y de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM; maestra en Antropología Social por la Universidad Iberoamericana; licenciada en Antropología Social por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Actualmente, es profesora de la materia de Bioética del Programa de la Maestría en Ciencias de la Salud de la Escuela Superior de Medicina del Instituto Politécnico Nacional.

Las opiniones publicadas en este blog son responsabilidad exclusiva de sus autores. No expresan una opinión de consenso de los seminarios ni tampoco una posición institucional del PUB-UNAM. Todo comentario, réplica o crítica es bienvenido.

 

1 Kish-Gephart, Detert b., Klebe T., Edmondson (2009). Silenced by fear: The nature, sources, and consequences of fear at work, Available online at www.sciencedirect.com Research in Organizational Behavior 29 (2009) 163–193.

2 Fuentes, Rocío. (2014) Bajo la mirada de los perpetradores, Instituto Politécnico Nacional, México.

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Equipos de rescate buscan al presidente de Irán, Ebrahim Raisi, tras el accidente del helicóptero en el que viajaba
3 minutos de lectura
Equipos de rescate buscan al presidente de Irán, Ebrahim Raisi, tras el accidente del helicóptero en el que viajaba

El ministro del Interior, Ahmed Vahidi, dijo que los equipos de rescate siguen intentando llegar al lugar debido a las difíciles condiciones meteorológicas.

19 de mayo, 2024
Por: BBC News Mundo
0

Un helicóptero que transportaba al presidente de Irán, Ebrahim Raisi, sufrió un “aterrizaje forzoso”, según informan los medios de comunicación estatales, y se desconoce su paradero.

Ebrahim Raisi.
EPA Ebrahim Raisi.

Por el momento no están claras las razones del suceso ni el estado de Raisi ni de las otras personas que iban a bordo.

El presidente Raisi viajaba con el ministro de Asuntos Exteriores iraní en un convoy de tres helicópteros que sobrevolaban la zona.

El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, máxima autoridad del país, pidió a los iraníes que recen por Raisi.

“Si el pueblo de Irán mantiene la calma, el país seguirá trabajando con normalidad”, dijo al reclamar calma.

El ministro del Interior, Ahmed Vahidi, dijo que los equipos de rescate siguen intentando llegar al lugar debido a las difíciles condiciones meteorológicas.

“Las cosas están bajo control y los equipos de rescate están haciendo su trabajo”, agregó.

La espesa niebla está dificultando la búsqueda en el lugar donde se cree que pudo aterrizar el helicóptero, según un periodista de la agencia de noticias Fars.

Dijo que la visibilidad en la zona montañosa y boscosa era de solo unos cinco metros.

Equipos de rescate.
Reuters La niebla y la lluvia dificultan las tareas de rescate.

La zona se encuentra a unos 50 km al norte de Tabriz, en el noroeste de Irán.

Según los medios locales, el presidente Raisi se dirigía hacia Tabriz tras regresar de la frontera con Azerbaiyán, donde inauguró las presas de Qiz Qalasi y Khodaafarin.

Ahmad Alirezabeigi, diputado iraní por la ciudad de Tabriz, dijo a los medios en Teherán que los equipos de rescate aún no han encontrado la ubicación del helicóptero que transportaba al presidente.

Añadió que los otros dos helicópteros del convoy aterrizaron sin problemas.

La televisión estatal ha difundido imágenes que muestran a fieles rezando por la salud del presidente en la ciudad santa de Mashhad.

Buscan al presidente de Irán tras accidente del helicóptero. En la foto: Ebrahim Raisi, a la izquierda.
Getty Images Ebrahim Raisi (izquierda), junto al presidente de Azerbayán, Ilham Aliyev, en la inauguración de la presa Qiz Qalasi. Poco después del acto se accidentó el helicóptero del president iraní.

Quién es Ebrahim Raisi

El presidente de Irán, de 63 años, es considerado como un clérigo de línea dura con posturas políticas ultraconservadoras.

Raisi se convirtió en fiscal en Teherán con solo 25 años y siguió escalando en la carrera judicial antes de ser nombrado fiscal general de Irán en 2014.

Sorprendió al postularse a la presidencia del país por primera vez en 2017, cuando fue segundo. En 2019, el ayatolá Jamenei lo colocó en la poderosa posición de jefe del sistema judicial.

En junio de 2021 fue elegido presidente, que es la segunda autoridad del país tras el líder supremo. El presidente mantiene un alto perfil público pero su poder está limitado por la Constitución, que subordina el poder Ejecutivo al líder supremo.

Irán es una teocracia islámica en la que el líder supremo ejerce control político e ideológico en un sistema dominado por clérigos como Raisi.

En el helicóptero también viajaba el jefe de la diplomacia iraní, Hossein Amir-Abdollahian, protagonista de las continuas conversaciones con aliados y rivales desde el inicio en octubre de la guerra de Israel en Gaza.

Desde que Raisi asumió la presidencia, Abdollahian ha sido el enviado a negociar para evitar el aislamiento de Irán, sujeto a sanciones internacionales.

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BBC

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