El trabajo en el Diálogo Nacional por la Paz me llevó, durante el 2024, a visitar 18 estados de la república. Desde Baja California Sur hasta Chiapas, pasando por Sinaloa, Chihuahua, Coahuila, Oaxaca, Veracruz, Tlaxcala, Quintana Roo y varios más, tuve la oportunidad de hablar con taxistas, maestros, empresarias, jóvenes, estudiantes, trabajadores, indígenas, policías, artesanos, monjes y tenderas.
Así como “todos los caminos llevan a Roma” (o en algún momento llevaron), hoy en México todas las conversaciones informales sobre la vida de la gente en sus territorios llevan a la extorsión y al cobro de piso. Como Roma, me gusta pensar que algún día los caminos de las conversaciones a ras del suelo en este país van a llevar a otro lugar. Hoy llevan al delito de extorsión, invasor como Roma en su momento, imperial también, omniabarcante, inescapable.
El cobro de piso está tan generalizado en algunos estados del país que el crimen organizado (casi siempre en colusión con el Estado) es el mayor beneficiario de la vida económicamente activa de la región. Cobran porcentajes o cuotas fijas a sitios de taxis, puestos del mercado, vendedores ambulantes, pequeñas y medianas empresas. En algunas zonas la extorsión se extiende a ranchos, ferias, unidades habitacionales, escuelas, albergues de migrantes e iglesias.
El cobro de piso se incentiva por la promesa de protección o por su traducción amedrentadora: la amenaza certera de represalias. Trasciende municipios y estados. Un taller mecánico que no accede a pagar la extorsión en Guanajuato migra a Querétaro para ser ajusticiado ahí. El puesto de verduras en un municipio del Estado de México recoge sus huacales y su vida entera buscando retener las ganancias de su esfuerzo y el crimen organizado lo sigue seis municipios más lejos de ahí.
El gran hermano. Estás siendo observado, contabilizado, fiscalizado en todo momento. La mirada del crimen organizado siempre por encima del hombro. El corazón al borde del desbocamiento todas las mañanas al abrir la persiana de la tienda de abarrotes y todas las noches al cerrarla. El pesar de saber que conduces el taxi, reparas computadoras, tienes una papelería, vendes tus artesanías para alimentar el negocio millonario del delito, siempre impune en el país. O casi siempre, para hacerle honor al 4 % de los delitos (casi nunca millonarios) que sí se persiguen y se pagan. La extorsión llega a donde no llegan el agua, los caminos ni la luz.
Más vale no trabajar, no poner un negocio, no prestar un servicio, no anunciar con letras grandes el camino prometedor del emprendedurismo. El cobro de piso incentiva el anonimato, detiene de golpe cualquier aspiración a estar mejor, a independizarse, a poner un negocito, a mantener abierto el que ya tienes. Según Coparmex, en el sexenio anterior la extorsión a empresas creció el 45.3 % y una de cada dos empresas de todos los tamaños fueron extorsionadas durante el 2023. El cobro de piso te impide pintar la barda de tu casa, cambiar de coche, comprar carne en el mercado, festejar tus cincuenta años, mandar a un hijo a la universidad, no vaya a ser que parezcas estar mejor de lo que estás y los malos, la maña, los malosos como los llaman las comunidades con temido respeto, te quieran cobrar tu mejoría o tus aspiraciones clasemedieras. La extorsión genera una ciudadanía detenida de susto, una economía paralizada de ordeñamientos y explotaciones.
Ante esto, las transferencias directas del gobierno han venido a salvar un poco de la inanición a las comunidades. La extorsión, sin las transferencias directas, ya hubiera reventado al país, de hambre, de desasosiego, de furia, de impotencia. Los programas gubernamentales han permitido que la gente pueda compensar el negocito que no se atrevió a poner o que tuvo que cerrar, o el porcentaje que tiene que “ceder” por su puesto en el mercado y, con ello, permiten también que la extorsión se perpetúe. Sería interesante conocer el dato del porcentaje de las transferencias directas que va a parar en manos del crimen organizado. En las conversaciones con personas de al menos nueve estados, me contaron que, a la vuelta de las sucursales del banco del bienestar, los “malos” están esperando a adultos mayores, a jóvenes que no estudian y demás beneficiarios de los programas gubernamentales para exigirles parte de sus becas y apoyos. Valdría la pena que el gobierno conociera cuánto del esfuerzo inmenso que hace con el dinero de los contribuyentes y con el ahorro brutal en otros rubros como salud, ciencia, cultura y educación para financiar los programas sociales se va, mediante la extorsión de manera directa o indirecta, al crimen organizado.
¿Quién quiere habitar un territorio en el que no puede aspirar a que le vaya mejor? ¿Quién quiere ver crecer a un hijo que tiene, al parecer, la disyuntiva entre vivir de los apoyos gubernamentales o incursionar en el crimen organizado?
No, los territorios no son habitables, la gente migra buscando burlar la mirada del gran hermano que, igual que en el programa de televisión, te sigue de cuarto en cuarto, de movimiento en movimiento, hasta que da contigo. La gente quiere que sus hijos se vayan, que se vayan lejos, que se salgan de cuadro a donde la mirada no los alcance. Quisieran no tener que irse, pero quieren irse porque nadie ha defendido su derecho a no migrar. Su derecho a no tener que abandonar su vida, su historia, su gente, sus tierras, sus montañas para escapar del gran hermano y preservar la vida. Los apoyos gubernamentales no alcanzan ni alcanzarán para garantizar el derecho a no migrar. Se necesita aproximarse al problema desde otra mirada. Una que fortalezca no la relación de uno a uno entre gobierno y ciudadano, creando dependencias, sino una que promueva la relación, la organización, la articulación de los ciudadanos entre sí. Ahí es en donde cabe la resistencia. En la organización y en la acción colectiva. Decía Camus, y decía bien, que hay que imaginar a Sísifo feliz porque es en la resistencia al destino, ante lo inevitable, en donde reside la dignidad humana.
Ojalá que el próximo año, el 2025, las y los mexicanos deseemos menos transferencias directas y más condiciones para manejar el taxi, poner el puesto, mantener abierto el negocio, mandar el hijo a la universidad. Y que haya espacio para la dignidad.
* Ana Paula Hernández Romano (@ensusmarcas) es coordinadora del Diálogo Nacional por la Paz.
Cuando se lanzó en 1994, tuvo una recepción moderada, pero 30 años después, es la reina de las canciones navideñas. ¿Cuál es el secreto de su éxito?
Solía haber dos certezas en la vida: la muerte y los impuestos. Ahora hay tres, pues cada diciembre es imposible escapar de la canción de Mariah Carey “All I Want for Christmas is You” (“Lo único que quiero para Navidad eres tú”).
Ya sea que te encuentres en un centro comercial o en una fiesta de oficina, así estés escuchando la radio o una lista de reproducción de música festiva, sabrás que la temporada navideña ha empezado tan pronto oigas las primeras notas del clásico de Carey.
Lanzado hace 30 años, All I Want for Christmas is You ha ido alegremente abriéndose el paso hasta el panteón de los temas navideños, al lado de Blue Christmas, Rockin’ Around the Christmas Tree, y It’s the Most Wonderful Time of the Year.
La canción fue un éxito relativamente modesto cuando se lanzó en 1994: alcanzó el puesto 12 en la categoría de canciones de la radio de todos los géneros de la revista Billboard en Estados Unidos, y subió hasta al puesto 2 en Reino Unido y Japón.
Ese debió haber sido el fin de la historia.
Sin embargo All I Want for Christmas is You continuó regresando cada vez más fuerte y popular cada Navidad.
La canción ya ha encabezado las carteleras de éxitos de 25 países, incluyendo EE.UU. y Reino Unido, y fue coronada oficialmente como la mejor canción festiva de todos los tiempos, basado en el desempeño comercial de Billboard en 2023.
El éxito y la poderosa vigencia cultural de All I Want for Christmas is You es algo abrumador, lo que plantea el interrogante: ¿cómo y por qué la amada canción de Carey se convirtió en sinónimo de la Navidad y del mismo Papá Noel?
“En el sentido más básico, es una canción tan divertida“, comenta Brittnay L Proctor, profesora de estudios mediáticos y cultura popular del New School, en Nueva York.
“Si piensas en el catálogo de música navideña, muchas de esas canciones no son muy divertidas”.
Para Proctor All I Want for Christmas is You “tomó la idea de la canción navideña convencional y le dio una voltereta” al “reunir sin ningún esfuerzo otros elementos de [los géneros] gospel, R&B y pop”, en “una manera sentida y jovial que sacó provecho del concepto del espíritu navideño”.
O, como la escritora de asuntos de música Kate Solomon le dice a la BBC, es una “canción de pop perfecta que casualmente resulta ser un tema navideño”.
Es obvio que no es cosa fácil crear un clásico navideño moderno.
Artistas como Taylor Swift, Justin Bieber y The Killers (para nombrar unos pocos) lo han intentado, pero todas sus composiciones originales no han logrado pegar.
Para Nate Sloan, musicólogo y copresentador del podcast Switched On Pop, la dificultad de escribir canciones navideñas exitosas es que “es la única vez que se hace una excepción a la regla de que los artistas pop deben innovar y crear sonidos nuevos”.
Sloan señala que aun cuando artistas contemporáneos como Dua Lipa y Bruno Mars aluden a sones antiguos como el disco o new jack swing en su música, esta “debe sonar nueva y fresca… pero cuando llega diciembre hay un impulso completamente contrario [de parte de la audiencia], que es regresar en el tiempo a los 1940 y 50 con Bing Crosby y Brenda Lee”.
Muchísimos intentos contemporáneos de componer canciones navideñas originales fallan cuando tratan de hacer ambas cosas, remontándose a los sonidos de la vieja escuela pero añadiendo un toque moderno.
Un ejemplo de esto es Santa Tell Me de Ariana Grande. En cambio, All I Want for Christmas is You logra fluir con éxito entre épocas y géneros musicales.
Carey expresó que su meta con la canción era crear algo atemporal, para que no se sintiera como de los 1990.
Por eso grabó su voz en pistas dobles, al estilo del legendario pero ahora deshonrado productor Phil Spector con su “muro de sonido”, particularmente en su trabajo con Ronnie Spector de las Ronettes y su versión de Sleigh Ride.
Como le comentó a la BBC la crítica de cultura pop Aisha Harris, la canción “se siente tanto moderna como nostálgica” gracias a la “instrumentación, el tintineo de campanillas y las armonías que claramente son un homenaje al tema de Darlene Love Christmas (Baby Please Come Home) [producido por Phil Spector]”.
La canción sonaba como un clásico de antaño cuando se estrenó y, como sólo la tocan una vez al año, siempre suena fresca.
Otro aspecto de lo que hace a All I Want for Christmas is You parecer como si fuera de otra época musical es la progresión armónica.
“La mayoría de los éxitos de música pop, como A Bar Song de Shaboozey, son canciones de cuatro acordes”, explica Nate Sloan.
“Pero las canciones festivas como The Christmas Song (Chestnuts Roasting on an Open Fire) tienen todos estos complejos acordes cromáticos que están cambiando constantemente”.
Él calcula que All I Want for Christmas is You tiene 13 acordes que te hacen sentir que “estás frente a un panorama armónico diferente”.
Más allá de la propia calidad de la canción, hay otros factores importantes que han ayudado a All I Want for Christmas is You a convertirse en la reina de los temas festivos clásicos.
Primero que nada está la artista misma.
“Mariah es muy sagaz. Ella conoce su marca”, afirma Harris. “Adora la Navidad y da la casualidad que otra cosa que absolutamente ama es poder generar su continua buena voluntad, torrentes de ingresos y recursos”.
En sus memorias de 2020, Carey reveló cómo su “familia disfuncional” arruinaba las fiestas, así que se comprometió a que cuando creciera, iba hacer “una Navidad perfecta todos los años”.
Incluso llegó a intentar patentar el apodo “Reina de la Navidad” en 2022, aunque la solicitud le fue denegada.
El ascenso de la canción a clásico navideño recibió un importante impulso cuando apareció en una escena cinematográfica de la comedia romántica festiva de 2003 Love Actually, en voz de la joven actriz Olicia Olson.
El filme salió cuando Carey se encontraba en un punto bajo de su carrera.
Tras el fracaso de Glitter, su debut en el cine, y de un muy publicitado colapso nervioso, fue objeto de muchas bromas crueles en los programas de variedad nocturnos y en las tapas de las revistas tabloides.
Estaba en riesgo de quedar olvidada de la consciencia cultural colectiva, pero “la popularidad de Love Actually realmente empotró la canción en el contexto de las canciones navideñas”, indica Proctor.
Empezó esta relación simbiótica entre el amor del público por la película y su amor por la canción y “permitió que hubiese más circulación de la canción en los hogares de la gente”.
Desde entonces, Carey ha seguido encontrando nuevas e innovadoras maneras de mantener All I Want for Christmas is You en las mentes y corazones del público.
En 2010, lanzó un segundo álbum navideño con una versión “extra festiva” de la canción. También hubo una versión “superfestiva” con Justin Bieber (2011), la presentación con The Roots en el programa de TV nocturna de Jimmy Fallon que se volvió viral (2012), un dueto con Michael Bublé (2013), una actuación con otras estrellas dentro de un auto al estilo karaoke (2016), un especial de Navidad de Apple TV (2020) y un contrato recurrente en el concierto de Navidad anual en Nueva York que se convirtió por su propio mérito en una gira musical por Norteamérica y Europa a partir de 2014 hasta la actualidad.
Eso sin mencionar que en 2019, Carey inició una tradición anual de publicar un video en las redes sociales todos los 1 de noviembre declarando “Llegó la hora” de empezar la temporada navideña.
Harris le da el crédito de la constantemente creciente popularidad de All I Want for Christmas is You a la astuta habilidad de Carey de mantenerse al tanto de la manera cambiante en que las personas consumen música y, en particular, por transmisión directa.
“La mayoría de los negocios y lugares públicos están usando plataformas como Spotify y Apple para reproducir canciones”, dice, y durante la temporada festiva, “están tocando la misma canción una y otra vez”.
Carey ha mantenido a All I Want for Christmas is You en las noticias todos los años, de manera que “está casi siempre en el tope de todas las listas de reproducción”, queriendo decir que se escucha en todas partes.
Hay otro elemento crucial, aunque algo subestimado, de este clásico festivo que ayuda a explicar su atracción en la sociedad: la introducción.
Con una duración de 50 segundos, la voz lenta y melismática de Carey no sólo crea un sensación de suspenso, sino, como sugiere Sloan, un sentimiento “de que estás entrando en un espacio nuevo”.
Cuando entran las campanillas de trineo y la batería al final de la introducción con un “ritmo triple”, suena “como un caballo galopante o un paseo en trineo… es un anuncio de que no sólo estamos a punto de entrar en el mundo de esta canción, sino en este otro mundo festivo que está separado del resto de lo que puedas estar escuchando”.
Sonoramente, la introducción de All I Want for Christmas is You marca el inicio de la temporada festiva para muchos de nosotros, lo que explica por qué tiene sentido que la introducción de la canción sea parte importante de cada uno de los videos de “Llegó la hora” de Carey.
No obstante, por encima de todo, All I Want for Christmas is You le llega a tanta gente porque es una canción de esperanza y optimismo en un momento especial del año.
Los versos tratan de todo lo que Carey no quiere tener, porque lo único que desea es una persona.
Para Solomon, “la Navidad también es un período de optimismo y All I Want for Christmas is You tiene cantidades de eso. La vibra es jubilosa y prácticamente todo el que haya estado enamorado se puede identificar románticamente con ella. La canción vive en ese momento de esperanza y la posibilidad de obtener todo lo que deseas”.
En 2019, Carey finalmente obtuvo su deseo de Navidad cuando el tema llegó al número uno de los 100 Éxitos Calientes de Billboard en Estados Unidos. Pero estaba ya incrustada en los corazones de innumerables escuchas mucho antes.
Carey puede no haber logrado el derecho exclusivo de llamarse la Reina de la Navidad, pero la infinita popularidad de All I Want for Christmas is You significa que, por mucho tiempo, reinará suprema durante la temporada festiva.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.