En una entrega anterior en este mismo espacio, me referí a la histórica ceguera de México vis à vis Canadá, socio comercial miembro del TMEC e integrante estratégico de la plataforma o bloque regional que incluso sus detractores identifican ya sin resquemores como “Norteamérica”.
En estos días que tiene lugar la Reunión de Embajadores y Cónsules (REC) en la Secretaría de Relaciones Exteriores, no me puedo imaginar la explicación que el embajador mexicano no precisamente más presentable o informado en Ottawa, ni en consecuencia la ambigua disquisición que podría ofrecer al canciller De La Fuente el único funcionario de ínfimo nivel en esa secretaría de Estado, dada la relevancia que tiene Canadá no solo en términos políticos y económicos, sino ―y una vez más― hemisféricos para México en las partidas simultáneas de ajedrez que tiene por fuerza que jugar y para las cuales está ahora menos preparado que nunca antes.
Y ni hablar del jefe de la Unidad del malafortunado burócrata que atiende los asuntos canadienses desde la soledad de su escritorio en algún rincón oscuro y poco ventilado del piso 18 del edificio Juárez, sea con una bella vista al Palacio de Bellas Artes, sea a las infames calles donde se vende y se cocina de todo en cada esquina.
Que otros confíen en las palabras y mil muletillas de soporífera prosa oficiosa, abultadas sin ton ni son en un dizque informe de esos tres personajes. Mal harían en escucharlos el canciller de México y su jefa. Mejor aún, que ni cuenten con ellos, con suerte les va a ir mejor si no lo hacen.
Sucede que lo que está ocurriendo en Canadá impacta, en serio y de manera inmediata, a México. Explico los porqués.
La dimisión de Justin Trudeau ―más o menos esperada, más o menos anunciada― como primer ministro y líder del partido Liberal, activa no solo una bomba de tiempo en la política canadiense y las próximas elecciones en ese país, sino también en la relación con Estados Unidos y México.
De hecho, la salida de Trudeau ―precipitada y obligada por ministros y miembros disidentes de su propio gobierno, como es normal en las democracias parlamentarias― de la oficina del Primer Ministro, ubicada frente a Parliament Hill en el número 80 de Wellington Street, fue producto y resultado directo ―aquí no hay rollo mañanero y los hechos hablan por sí mismos― de la interacción entre Trudeau y Trump desde que este último anunciara el incremento de aranceles a los socios del TMEC en un 25 por ciento a partir del próximo 20 de enero.
Primer acto: Chrystia Freeland, la segunda mujer más poderosa dentro del gobierno, viceprimera ministra, exministra de Finanzas, exministra de Asuntos Exteriores que se las tuvo que ver no solo con el implacable Robert Lighthizer para sacar adelante la renegociación del Tratado de Libre Comercio, rebautizado como TMEC, sino además con Jesús Seade, el patriota que volaba a Las Vegas y Hong Kong a cuenta del erario mientras fungía como el negociador en jefe por la parte mexicana, rompió lanzas en serio con Justin Trudeau debido a sus “costosas marrullerías políticas” (costly political gimmicks), con lo cual renunció tanto a su cargo como a la merecida candidatura de sucesión en el partido Liberal. Quien fuera una política conocedora de México como pocos en Canadá, hoy desaparece de la escena. No menos importante resulta señalar que Freeland no solo es una de las mujeres políticas más respetadas del mundo, sino también una decidida defensora de Ucrania, ella misma hija de una inmigrante ucraniana, reportera y activista en Moscú durante sus años de juventud, por lo cual hasta la fecha es considerada persona non grata por el régimen de Vladimir Putin.
Segundo acto: las amenazas arancelarias de Trump clausuran de facto la larga y cuidadosamente preparada sucesión de Chrystia Freeland como primera ministra de Canadá, cargo para el cual no solo estaba más que preparada, overqualified, sino que además es un golpe directo a la política exterior solidaria con Ucrania desde el primer minuto de la invasión rusa. No ha anunciado sus planes futuros, nada le impide listarse como candidata, pero la bajísima popularidad del ahora exprimer ministro Justin Trudeau resulta un vínculo tóxico, la mejor manera de apoyarla para que pierda hasta su escaño en el Parlamento.
Tercer acto: que me sea perdonada la expresión, pero esta es la hora, el momentum del Trumpito canadiense, Pierre Marcel Poilievre, líder del Partido Conservador, un político de cuarenta y cinco años pero quien cuenta con experiencia ministerial relevante en el anterior y largo invierno del gobierno conservador. Es la imagen polar en el espejo de Donald Trump. Ambicioso como pocos, destruyó al Partido Conservador tal como Trump desbarató a los Republicanos. No es un estadista como Brian Mulroney y otros conservadores no menos ilustres: John Diefenbaker, Joe Clark, entre otros. Es un populista capaz de decir cualquier cosa. Es aislacionista en política exterior y proteccionista en comercio y relaciones económicas. Será, junto con Trump, la pesadilla de México a la hora de cobrarse las facturas de las empresas canadienses de energías renovables duramente castigadas durante el sexenio pasado y, desde luego, hacer mancuerna ideológica y política perfecta en contra de los negociadores mexicanos que saben mucho de grilla y no entienden nada de comercio internacional, estructuras arancelarias, normas de origen, salvaguardas, las MPP y las MSF…** Espero, por el bien de los recursos que nos son propios del pueblo de México, que el director de PEMEX haya tomado nota del repunte inmediato en bolsa de las compañías canadienses de petróleo y gas, la mayor parte de ellas ubicadas en la provincia de Alberta.
Acto final: las izquierdas mexicanas (incluso algunos malinformados provenientes de la derecha wannabe) y latinoamericanas lo ignoran, o peor: simulan ignorarlo. Cada vez que peroran acerca de Cuba, sacan a relucir su ignorancia al declarar, el pecho inflado a reventar y la voz agitada por tanta emoción, que México fue el único país, el único sí, señores, ningún otro más en el continente, en negarse a romper relaciones con la isla capturada por Castro. Desde hace seis años, con casos como el de Perú y Ecuador, a eso se le llama “timbre de honor” (sic). La verdad histórica dice otra cosa: Canadá nunca rompió relaciones con Cuba, mantiene una embajada en forma, cada año miles de canadienses buscan deshielarse y exponer la panza al sol de la isla caribeña. O sea que su “timbre de honor” es mera y absoluta ignorancia, o bien ganas de decir lo que mejor convenga. Al nuevo dúo dinámico del populismo de Norteamérica ―no es que aquí, en territorio nacional, seamos menos populistas, pero por órdenes de arriba somos hermanos latinoamericanos―, se sumará, desde el 20 enero en Washington, D. C., la tercera rueda, la menor, del triciclo demente: Javier Milei.
Acto final Bis: México ya se puede ir olvidando de los fondos de Estados Unidos para que en la patria se siembre futuro, se siembre vida, se siembre otro maíz que no sea el transgénico. Guste o no guste, toda esa pasta, ché, toda esa guita, mirá que se va directo al campo argentino, a las inversiones en tecnología, en apoyo a las exportaciones ―mismas que irán a parar a Estados Unidos, en ponerle un dique geoeconómico a China en el cono Sur. Al fin la frasecita tan gustada y gastada por los diplomáticos mexicanos de fina alcurnia, se hará realidad: “la hermandad latinoamericana”, así sea a puros trompazos.
* Bruno H. Piche (@BrunoPiche) es ensayista y narrador. Ha sido editor, diplomático, promotor cultural y de negocios internacionales. Es autor de los libros Robinson ante el abismo, Noviembre, El taller de no ficción, Los hechos y más recientemente, La mala costumbre de la esperanza (Literatura Random House). En 2025 aparecerá su libro de ensayos biográficos del primer premio Nobel mexicano, Alfonso García Robles, por El Colegio Nacional, del cual García Robles fue un destacado miembro.
** Nota del autor: MPP es el método de producción y procesamiento. Se utiliza en casos en que la aplicación de políticas comerciales de un país cumplen el objetivo de garantizar que los productos importados (de México a EUA) hayan sido producidos en observancia con las normas nacionales o internacionales de producción o procesamiento. En términos del TMEC, EUA (y Canadá) nos va a rebotar a granel leguminosas, soya, frijol, en una de esas hasta aguacate después del Super Bowl (es en serio), por razones fitosanitarias y para proteger a sus productores. MSF son las medidas sanitarias y fitosanitarias que integran todo el catálogo de requisitos técnicos especificando los criterios que garantizan la seguridad de los alimentos y la salud animal y vegetal. Las MSF son determinadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), no por la WTO (World Trade Organization), así que, de nuevo, EUA y Canadá se brincarán las trancas con tal solo hacer un “recall” de producto mexicano considerado dañino.
Los investigadores anticorrupción califican como “profundamente lamentable” lo que consideran como una falta de cooperación de Yoon Suk Yeol con el proceso legal.
La agencia anticorrupción de Corea del Sur no pudo ejecutar una orden de detención contra Yoon Suk Yeol, suspendido de sus funciones desde el 14 de diciembre.
Los 150 oficiales involucrados en la operación fueron superados en número, primero por la gran cantidad de seguidores de Yoon que se habían congregado afuera de su residencia desde tempranas horas de la mañana, y luego por un muro humano de escoltas de seguridad dentro de la propiedad.
Los agentes de la Oficina para las Investigaciones de Corrupción de Funcionarios de Alto Rango (CIO, por sus siglas en inglés) trataban de ejecutar una orden de arresto emitida a principios de esta semana después de que Yoon ignorara tres citaciones judiciales en las que sería interrogado.
Yoon se encuentra actualmente bajo investigación por abuso de poder e incitación a una insurrección después de que intentara imponer la ley marcial a principios de diciembre.
La medida, que duró unas pocas horas, condujo a una crisis política, en la que Yoon fue destituido por el Parlamento liderado por la oposición y suspendido de su cargo.
Desde tempranas horas de este viernes, decenas de furgonetas policiales se alinearon en la calle frente a la residencia de Yoon en el centro de Seúl, la capital de Corea del Sur, antes de que el equipo de arresto, compuesto por oficiales de policía y miembros de la CIO, comenzara a moverse hacia el edificio alrededor de las 08:00 hora local (23:00 GMT).
La operación comenzó con un equipo de 20 personas, pero rápidamente se multiplicó hasta llegar a unas 150.
Incluso entonces, el número de agentes involucrados no fue suficiente.
Cerca de la mitad de ellos logró ingresar al recinto, pero quedaron atrapados durante horas en un enfrentamiento con los oficiales de seguridad del presidente (cuyo trabajo todavía consiste en proteger a Yoon, a pesar de que este ha sido despojado de sus poderes), además de una unidad militar responsable de la ciudad de Seúl.
“Hemos determinado que el arresto es prácticamente imposible”, informó la CIO, responsable de la investigación por la efímera declaración de ley marcial de Yoon el mes pasado.
Si la orden de arresto hubiera sido ejecutada, Yoon se habría convertido en el primer presidente en funciones en ser arrestado en la historia de Corea del Sur.
La CIO aseguró que la falta de cooperación de Yoon en el proceso legal es “profundamente lamentable” y añadió que los próximos pasos se decidirán después de una revisión.
Cuando la oficina anticorrupción anunció la suspención de la orden de arresto, los seguidores de Yoon, que llevan días acampando frente a la residencia presidencial, celebraron con cantos y bailes.
“¡Ganamos!”, corearon. Algunos llevaban carteles que decían: “Detengan el robo”, una frase que también fue utilizada por los partidarios de Donald Trump después de que perdiera las elecciones de 2020.
La CIO afirmó que la preocupación por la seguridad del equipo en el terreno fue un factor que influyó en la decisión de cancelar la orden de arresto.
El servicio de seguridad presidencial respondió que responsabilizará al CIO y a la policía por allanamiento, y alegó que el equipo había herido a algunos de los miembros de su personal.
Este nuevo acontecimiento no es inesperado, dada la actitud desafiante que ha mostrado Yoon durante todo el proceso de investigación.
Los expertos aseguran que, como abogado y exfiscal, Yoon es muy consciente de las lagunas legales disponibles para su defensa.
Los investigadores tienen hasta el 6 de enero para arrestarlo antes de que expire la orden de arresto actual.
Esto significa que podrían intentar ejecutarla nuevamente durante el fin de semana.
Pero esto podría representar un desafío aun mayor, pues es probable que la multitud de seguidores apostados a las afueras de la residencia presidencial aumente.
Sin embargo, la CIO también podría solicitar una nueva orden de arresto y tratar de detenerlo nuevamente en un futuro próximo.
Antes de que el intento fuera frustrado, el equipo de seguridad de Yoon le dijo a la agencia de noticias Yonhap que había estado negociando con los investigadores de la agencia anticorrupción.
La policía ha abierto una causa penal contra el jefe del servicio de seguridad de Yoon y su adjunto, y los ha citado para interrogarlos, según Yonhap.
Adicionalmente, el equipo legal de Yoon también fue visto entrando a la residencia poco después del mediodía, hora local.
Su abogado, Yoon Gab-keun, declaró hace días que emprenderían acciones legales en contra de la orden de arresto, argumentando que los agentes anticorrupción carecían de autoridad para detenerlo.
Park Chan-dae, el líder del principal partido de oposición, el Partido Democrático, ha criticado a Yoon por no cumplir su promesa de asumir la responsabilidad legal y política por su fallido intento de instaurar la ley marcial.
“Fue una completa mentira”, señaló Park, instando a la CIO a ejecutar nuevamente la orden de captura contra Yoon.
La CIO fue creada hace cuatro años en respuesta a las quejas de los surcoreanos por los excesos de la expresidenta Park Geun-hye.
En diciembre de 2016, la mantaria fue destituida del cargo.
El alcance de la jurisdicción de esta agencia ha sido cuestionado por otras agencias, pero su fracaso a la hora de lidiar con Yoon podría ser percibido como vergonzoso.
Corea del Sur ha estado sumida en el caos político desde que Yoon intentó instaurar la ley marcial el 3 de diciembre, que creó una gran división en el Parlamento entre aquellos leales a Yoon y un grupo que buscaba destituirlo.
Días y noches de protestas culminaron con un voto en el Parlamento dominado por la oposición para destituir a Yoon el 14 de diciembre.
Dos semanas después, el parlamento votó para destituir a su sustituto, el presidente interino Han Duck-soo.
Fue la primera destitución de un presidente interino en la historia de Corea del Sur.
Los parlamentarios de la oposición argumentaron que Han, cuya labor era sacar al país de su crisis política, se negaba a cumplir con las demandas de completar el proceso de impeachment de Yoon.
El viernes, los fiscales también acusaron de cargos de insurrección al jefe del ejército Park An-su, quien fue nombrado comandante de la ley marcial durante la breve declaración, y al comandante de las fuerzas especiales Kwak Jong-geun, según el medio de noticias Yonhap, con sede en Seúl.
Ambos serán juzgados mientras se encuentran en prisión.
Información adicional de Jake Kwon en Seúl
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