En esta exposición, el brillante constitucionalista Roberto Gargarella (ver video) lo deja más que claro: en un Estado constitucional existen decisiones sustantivas democráticas que deben ser tomadas legítimamente por las mayorías, y en esas decisiones la justicia no debe intervenir. En cambio, las decisiones que se refieren a las reglas del juego —las cuestiones procedimentales— sí deben estar bajo el control de árbitros “externos”: es decir, de las y los jueces.
Gargarella lo explica con una analogía futbolística: hay decisiones sustantivas relacionadas con el desarrollo del partido —que lo juegan los “jugadores democráticos”, es decir, partidos políticos y ciudadanía— y son estos quienes determinan el resultado, jugando. Pero ese juego solo es posible si existe un árbitro “externo” encargado de cuidar que se respeten las reglas. Si un juez anula un gol por preferencia personal, interviene indebidamente en el ámbito sustantivo; pero si lo hace porque se violó una regla, está actuando dentro de sus funciones: el control procedimental.
El juego democrático corresponde a los actores de la democracia. El cuidado de los procedimientos que lo hacen posible es tarea del Poder Judicial. Y en un plano más profundo, aclara Gargarella, los jueces deben presumir inválidas las decisiones de los órganos políticos si estas afectan las reglas del juego en beneficio del jugador dominante, es decir, del gobierno. Advierte que, cada vez que una decisión política impacta estos “nervios sensibles” de la democracia —las reglas del juego— deben encenderse las alarmas y someterse dicha decisión al escrutinio más estricto.
Ese escrutinio riguroso, con una presunción de invalidez, es el mecanismo de control judicial que garantiza la eficacia de los procedimientos para preservar la sustancia misma de la democracia. Se enciende la luz roja cuando se amenaza el procedimiento, y la verde cuando se lo respeta.
En ese marco, concluye Gargarella, la reforma judicial en curso en México cae rotundamente dentro del caso de una reforma promovida por el partido dominante en su propio beneficio, mientras el juego está en marcha. “El caso de México es una norma paradigmática que debe ser invalidada”, sentencia.
Gargarella da en el clavo, no solo porque la forma en que se diseñó e impuso esta reforma judicial y electoral revela que la disputa no es por garantizar el acceso a la justicia sino por controlar al Poder Judicial —al “cuerpo arbitral”—, sino porque esto es, precisamente, en mi interpretación, lo que las élites han hecho históricamente, de manera más o menos evidente, pero sin duda de manera sistemática.
Es revelador que regularmente las voces defensoras de la reforma ni siquiera intenten presentar sus méritos o justificarla con una teoría de cambio basada en evidencia. En su lugar, recurren a la estratagema conocida: señalar la crisis de la justicia en etapas anteriores. “Siempre hemos estado mal, ahora, porque sí, estaremos mejor”, es su principal defensa. Lo mismo ocurre, con frecuencia, en temas de seguridad: no se argumenta por qué las políticas actuales funcionarían mejor, sino que se evade el debate aludiendo a los errores del pasado.
El punto nodal es este: el Estado está cavando su propia tumba al usar su descrédito para debilitarse aún más. Y lo ha logrado. La mayoría de la ciudadanía no defiende el respeto al árbitro por una sencilla razón: jamás ha creído en él. Por eso, hoy, la mejor función arbitral no es percibida como aquella que tiene condiciones para garantizar su autonomía e independencia, sino simplemente como la más popular o funcional al poder. La paradoja es grotesca: en las elecciones judiciales en curso, las futuras juezas y jueces buscan los votos en incontables casos sin que su independencia ni su autonomía formen parte de la oferta electoral.
Entregar la justicia al mercado electoral en el fondo clarificó todo. No están disputando la mejor manera para que la mayoría acceda a la justicia, sino la captura del árbitro en beneficio ahora de unas minorías, cuando antes fue de otras.
El baile que ideó Rayyan Arkan Dikha, un niño indonesio de 11 años, se ha convertido en una sensación de redes sociales. La BBC habló con el pequeño más popular del momento.
Es un baile, un meme viral y ahora una tendencia entre los deportistas de élite.
En las últimas semanas, las redes sociales de todo el mundo se han inundado de videos de un joven de Indonesia que usa unas gafas de sol y navega en la punta de una larga embarcación, bailando con unos movimientos espectaculares.
Se trata de la máxima representación del “aura farming”, un término acuñado en internet que se refiere al acto de verse cool y crear un “aura” (palabra usada en el sentido de carisma o atractivo).
Los movimientos, llenos de estilo y fáciles de seguir, han sido imitados en todo el mundo, y grandes nombres del deporte como el jugador de fútbol americano Travis Kelce, el piloto de Fórmula 1 Alex Albon y jugadores del equipo de fútbol Paris Saint-Germain se han sumado a la tendencia.
Y detrás de todo ello está Rayyan Arkan Dikha, de 11 años, quien dijo a la BBC que los movimientos virales se le ocurrieron de forma espontánea.
“Yo mismo inventé el baile”, aseguró a BBC Indonesia. “Fue algo espontáneo”.
Este alumno de quinto año, procedente de un pueblo de la regencia de Kuantan Singingi, en el centro de la isla indonesia de Sumatra, estaba debutando en la regata nacional Pacu Jalur cuando hizo el baile del video viral.
“Pacu” significa “carrera” y “Jalur” se refiere a las largas embarcaciones similares a canoas que compiten en la regata.
Dikha es el Togak Luan, el bailarín situado en la proa de la embarcación cuya función es animar a la tripulación.
En el vídeo, que se ha compartido ampliamente, lleva un traje tradicional conocido como Teluk Belanga con un pañuelo malayo Riau en la cabeza.
De pie en la proa de la veloz embarcación de carreras, que es remada por al menos 11 adultos, lanza besos a izquierda y derecha antes de mover rítmicamente los brazos, todo ello sin mucha expresión facial.
En una secuencia de baile, extiende una mano hacia delante a la altura del pecho mientras pasa la otra por debajo y luego gira ambos puños como una rueda mientras pasa de izquierda a derecha. En otra secuencia, estira un brazo hacia delante y el otro hacia atrás, adoptando una postura equilibrada.
Los videos con varias canciones de fondo bajo hashtags o etiquetas sobre “aura farming” han acumulado millones de visitas en TikTok desde finales de junio.
En el deporte, también han participado. El 1 de julio, el club Paris Saint-Germain subió un video en TikTok el que jugadores intentaban imitar el baile: “Su aura ha llegado hasta París”, decía el video que ha sido visto más de 7 millones de veces en solo 10 días.
Al día siguiente, Travis Kelce, jugador del fútbol americano de la NFL de EE.UU. y novio de la estrella del pop Taylor Swift, publicó su propia versión, que desde entonces ha obtenido más de 14 millones de visitas.
El niño de 11 años ha estado muy ocupado esta semana, asistiendo a eventos en la capital, Yakarta, y apareciendo en la televisión nacional.
“Bailar en la punta de la barca no es fácil”, dijo el ministro de Cultura de Indonesia, Fadli Zon, a los periodistas en un evento celebrado el miércoles en honor a Dikha.
“Mantener el equilibrio como bailarín que motiva al equipo de remo Pacu Jalur no es nada sencillo. Quizás por eso se elige a niños en lugar de adultos, porque les resulta más fácil mantener el equilibrio”.
El riesgo es real, según declaró la madre de Dikha, Rani Ridawati, a la BBC Indonesia.
“La principal preocupación es que pueda caerse”, dijo, pero añadió que era un buen nadador. “A veces, si se cae accidentalmente o de repente, me preocupa que pueda ser golpeado por los remos”.
“Pero si se cae, ya hay un equipo de rescate. El equipo de rescate está preparado”, aseguró.
Aunque Dikha no reconoce a ninguna de las celebridades que han copiado su baile, él mismo se está convirtiendo rápidamente en una celebridad, especialmente en su país natal.
La semana pasada, fue nombrado embajador cultural por el gobernador de Riau, su provincia. Esta semana, él y su madre fueron invitados a la capital, Yakarta, para reunirse con los ministros de Cultura y Turismo del país y aparecer en la televisión nacional.
Dice que está feliz de que su baile esté llamando la atención en todo el mundo.
“Cada vez que mis amigos me ven, me dicen: ‘eres viral'”, cuenta con una tímida sonrisa.
Aunque su sueño es convertirse en policía, tiene un consejo para cualquiera que quiera seguir sus pasos: “Manténganse sanos, amigos, para que puedan llegar a ser como yo”.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.
Utilizamos cookies propias y de terceros para personalizar y mejorar el uso y la experiencia de nuestros usuarios en nuestro sitio web.