
La Virgen de Guadalupe es la figura religiosa más venerada de México. Es un pilar de la identidad nacional que ha trascendido la fe para convertirse en un emblema omnipresente. La vemos en todas partes, desde los altares domésticos o talleres mecánicos, hasta las pasarelas de moda.
¿Cómo un símbolo de devoción se ha convertido en un elemento recurrente en la moda, el arte disidente y la mercancía popular? Hablemos de eso.
Para entender estas reinterpretaciones contemporáneas de la Virgen de Guadalupe, es necesario entender sus orígenes.
La iglesia católica reconoce las apariciones de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego en diciembre del 1531 en el cerro del Tepeyac. Pero ojo: la Virgen no apareció como una deidad europea, sino como una mujer mestiza de piel oscura que hablaba náhuatl.
También hay que tomar en cuenta el significado del lugar de las apariciones, pues el Tepeyac era un sitio sagrado previamente dedicado a Tonantzin, una deidad mexica. Aún hay debate de cómo surgió, si es que hubo, la asociación de ambas deidades para la evangelización de los indígenas.
Sin embargo, no hay duda de que la fusión cultural ayudó a posicionar a la Virgen de Guadalupe como una figura de cohesión social; además, se convirtió en un instrumento de unidad en un momento de ruptura social tras la Conquista.
Más allá de su rol religioso, la imagen fue rápidamente adoptada como un potente símbolo político. Su capacidad para unificar a los oprimidos la convirtió en el estandarte perfecto para movimientos de liberación y justicia social.
Guillermo Hurtado, del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, menciona que en siglo XVII la ” virgen preferida por las autoridades de Ciudad de México era la Virgen de los Remedios”.
Sin embargo, poco a poco fue perdiendo su batalla de popularidad contra la Guadalupana y algo que la ayudó fue su papel en la Independencia. Recordemos que en 1810 el cura Hidalgo, quien al inicio de la Independencia, tomó a la Virgen como estandarte en la lucha.
A partir de entonces, a la Virgen de Guadalupe se le percibió como patrona de nuestra Independencia, y por ende como patrona de la nacionalidad mexicana y la defensora de las causas del pueblo mexicano.

No podemos negar que la evolución del culto guadalupano también se ha visto influido por la llegada de esta figura a otros países. Especialmente, hablamos de Estados Unidos, donde cada vez adquiere más importancia gracias a los mexicanos que la han llevado a ese país.
Pero hablemos del papel de la Virgen de Guadalupe con la comunidad chicana y el movimiento feminista. Por ejemplo, está la artista Yolanda López, quien en 1978 pintó la Serie Guadalupe, un tríptico donde reinterpreta a la Virgen como las tres mujeres más importantes de su vida: su abuela, su madre y ella misma.
Así es como podemos ver a mujeres con elementos que recuerdan a la Guadalupana sentada sosteniendo un cuchillo y con una serpiente a sus íes, o trabajando como costurera o en zapatillas de correr.
Ajá. Antes de que medio mundo se infartara con las pinturas de Fabián Cháirez, hubo quien se molestó con esta reinterpretación de la Virgen de Guadalupe.

Pero lo que pasó con Yolanda es solo un ejemplo, pues también podríamos hablar de la obra de Ester Hernández, quien llegó a reinterpretar a la Virgen dando una patada karateka presentándola como una defensora activa, en La Virgen de Guadalupe Defendiendo los Derechos de los Xicanos, 1975.
O también está el trabajo de Alma López, la artista queer chicana nacida en México, que en 2011 lanzó la obra Our Lady, una impresión digital donde una artista perfomance (Raquel Salinas) posa usando un bikini de rosas aludiendo al origen de la Virgen de Guadalupe.
Así es como la figura de la Virgen de Guadalupe se metió en el mundo del arte y el activismo, adoptada para abordar temas como el feminismo, la migración o la búsqueda de identidad nacional en el contexto chicano.

La Guadalupana ya ha sido reapropiada por muchas esferas y la moda no se ha quedado atrás. Y no, no hablamos solamente de quienes pueden hacer prendas personalizadas con la figura de la Virgen (como chamarras, playeras, sudaderas, etc), sino que “la morenita” también ha llegado a diseñadores de alta costura.
Por ejemplo, Dolce & Gabbana presentó sus colecciones de Alta Moda, Alta Sartoria y Alta Gioielleria en 2018 en el Museo Soumaya con elementos muy mexicanos. Además de tener referencias a Frida Kahlo, los mariachis o el Día de Muertos, otra inspiración clara fue la Virgen de Guadalupe.
Así fue como apareció un vestido rojo escarlata de encaje con la imagen de la virgen en el centro, rodeada de bordados dorados y una corona.
Ese mismo año, Dolce & Gabbana también homenajeó a la Virgen de Guadalupe en la MET Gala 2018. Bajo el tema de “Cuerpos celestiales: la moda y la imaginación católica”, la marca vistió a Coco Brandolini d’Adda, ejecutiva de moda, editora y socialité italiana, en un vestido bordado con brocado y la figura de la Virgen.

La popularidad vigente de la Virgen de Guadalupe también se la debemos a la televisión. Basta con ver cómo los canales y noticiaros hacen cobertura desde días antes del 12 de diciembre de la movilización y llegada de peregrinos a la Basílica de Guadalupe en CDMX.
Esa transmisión cubre desde las misas hasta el tradicional canto de “Las Mañanitas”, que nos ha regalado increíbles momentos que ya son parte de la memoria popular como la actuación de Itatí Cantoral, o las veces que Lucero le ha cantado a “la morenita”.
Por si eso no fuera poco, también tenemos el sorprendente fenómeno de La rosa de Guadalupe, que se ha convertido en un pilar de la televisión mexicana desde su estreno en el ya lejano 2008. Dejando de lado que nos ha regalado momentos virales para la historia sobre temas de bullying, delincuencia, embarazos no deseados y demás, la serie se basa en la arraigada devoción católica hacia la Virgen de Guadalupe.
Recordemos que los personajes en apuros le oran a la Virgen, y es la aparición de una rosa blanca y una ráfaga de viento (que simboliza la intervención divina) lo que marca “el milagro” o la resolución del conflicto.
Se le ha mencionado en telenovelas, en memes, en pasarelas y aparece hasta en algún calendario de carnicería. Todo eso demuestra que la Virgen de Guadalupe es mucho más que una figura religiosa.
Es un símbolo dinámico, un lienzo en blanco que ha sido adoptado y reinventado por revolucionarios, artistas feministas, migrantes orgullosos y la cultura popular. Su imagen se expande y se adapta, negándose a quedar atrapada en el pasado.
El mismo académico de la UNAM, Guillermo Hurtado, considera que el culto actual a la Virgen de Guadalupe no es el mismo del de hace cien o 200 años, pero seguramente tampoco será el mismo dentro de cien o 20 años.
En ese sentido, ¿qué nueva reinterpretación tendrá esta figura para reflejar las luchas y esperanzas de nuevas generaciones?

Casi siete años después de la imposición de sanciones por parte de EU la exportación petrolera de Venezuela parece haberse recuperado de forma significativa gracias a la contribución de la llamada flota fantasma. BBC Mundo te cuenta de qué se trata.
Cuando en 2019 el presidente de EE.UU., Donald Trump, impuso sanciones a la industria petrolera de Venezuela para presionar al gobierno de Nicolás Maduro, las exportaciones de crudo venezolano cayeron hasta unos 495.000 barriles diarios. Seis años más tarde, las sanciones siguen en pie, pero las exportaciones petroleras de Venezuela han vuelto a crecer hasta ubicarse en torno al millón de barriles diarios.
Aunque se trata de una cantidad pequeña para un país que en 1998 -antes de la llegada al poder de Hugo Chávez- producía tres millones de barriles diarios, esta recuperación de parte de la exportación de crudo es un indicativo de que las sanciones contra Venezuela no están funcionando como EE.UU. esperaba.
Y es que el gobierno de Maduro ha ido encontrando la manera de ir reactivando la producción y de crear nuevas vías para vender el crudo venezolano esquivando las sanciones.
En esa tarea de comercialización ha jugado un rol central la llamada “flota fantasma”: una serie de tanqueros petroleros que por medio de distintas estratagemas logran ocultar su labor como barcos de transporte de petróleo sancionado por las autoridades estadounidenses.
Una de estas embarcaciones fue interceptada e incautada este miércoles por las fuerzas militares de EE.UU. cuando se encontraba en aguas frente a las costas de Venezuela.
“Acabamos de incautar un petrolero frente a la costa de Venezuela, un petrolero grande, muy grande; de hecho, el más grande que se haya incautado jamás”, dijo Trump al anunciar la operación ante la prensa en la Casa Blanca.
El gobierno de Maduro reaccionó calificando la incautación como “un robo descarado y un acto de piratería” y dijo que acudirá ante instancias internacionales existentes para denunciar lo ocurrido.
Esta acción estadounidense aumenta las tensiones con Caracas que se han ido intensificando desde que en agosto de este año el gobierno de Trump inició un gran despliegue militar en aguas del Caribe con el objetivo oficial de combatir el narcotráfico, pero que muchos analistas creen que tiene como objetivo final forzar un cambio de régimen en Venezuela.
Más allá de su posible objetivo político, la medida tiene un impacto económico pues dificulta aún más las exportaciones petroleras venezolanas al meter presión sobre la flota fantasma.
Pero, ¿qué sabemos sobre cómo operan estas embarcaciones?
La utilización de flotas fantasmas es un fenómeno en aumento que ocurre no solamente en el caso venezolano, sino también de otros dos países petroleros sometidos a sanciones por parte de EE.UU. y de potencias occidentales: Rusia e Irán.
La empresa de inteligencia financiera S&P Global estima que uno de cada cinco petroleros en el mundo son usados para vender de contrabando petróleo procedente de países bajo sanciones.
De estos, el 10% transportarían solamente crudo venezolano, un 20% haría lo mismo con el iraní, mientras que 50% se dedica en exclusiva al petróleo ruso. El 20% restante no estaría atado a ningún país en particular y puede transportar petróleo de más de uno de estos países.
Según estimaciones de la firma de análisis marítimo Windward, la flota clandestina cuenta con unas 1.300 embarcaciones.
Las sanciones petroleras buscan desincentivar a países o empresas a adquirir o involucrarse en cualquier operación relacionada con crudo procedente de los países castigados.
Ante ello, los países sancionados optan por ofrecer su petróleo con grandes descuentos para que haya operadores, empresas o países que estén dispuestos a correr el riesgo de comprarlo, aplicando -eso sí- algunos trucos para disimular su origen.
Una de las estrategias más frecuentes que aplican estos tanqueros para evadir las sanciones es cambiar con frecuencia -a veces varias veces en un mes- de nombre o de bandera.
En el caso, por ejemplo, del petrolero incautado este miércoles, se trata de un barco llamado The Skipper, según informó CBS News, socia en EE.UU. de la BBC.
Esa misma cadena dijo que se trata de un barco sancionado por el departamento del Tesoro de EE.UU. desde 2022 debido a su supuesto rol en una red de contrabando de petróleo que ayuda a financiar a la Guardia Revolucionaria de Irán, así como a la milicia chiita libanesa Hezbolá.
CBS indicó que al momento de ser sancionado el petrolero tenía por nombre Adisa (inicialmente se llamaba The Tokyo) y era una de las embarcaciones vinculadas con el magnate petrolero ruso Viktor Artemov, quien también se encuentra bajo sanciones.
Al referirse a ese tanquero este miércoles, la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, dijo en la red social X que esa nave era usada para transportar petróleo procedente de Venezuela e Irán, dos países bajo sanciones.
Un elemento interesante sobre The Skipper es que es un barco con 20 años de antigüedad y ese es otro elemento usual entre los tanqueros de las flotas fantasma: muchos son barcos viejos, pues las grandes navieras suelen deshacerse de estos barcos cuando tienen 15 años de servicio y luego de 25 años suelen ser enviados al desguace.
Justamente otro truco aplicado por estos barcos es usurpar la identidad de alguno de esos barcos enviados a desguace, emitiendo los números de registro únicos que la Organización Marítima Internacional le otorgó a esas embarcaciones. Así se convierten en lo que se conoce como barcos zombis, pues lo que hacen es similar a alguien que usa la identidad de una persona muerta.
Un caso de este tipo relacionado con Venezuela ocurrió en abril pasado cuando un barco llamado Varada llegó a aguas de Malasia, tras un viaje que había iniciado dos meses antes en Venezuela.
La embarcación juntaba dos elementos sospechosos: tenía 32 años y la bandera de las Comoras, popular entre barcos que no quieren ser detectados.
Una investigación de la agencia Bloomberg descubrió que se trataba de un barco zombi, pues el verdadero Varada había sido desguazado en 2017 en Bangladesh.
Otras formas habituales de operar de los barcos de flotas fantasmas consiste en “disfrazar” el origen del crudo transfiriéndolo en aguas internacionales a petroleros sin problemas legales con otras banderas, que son los que se encargan de llevar el crudo hasta su destino, presentándolo como procedente de un país no sancionado.
Ese fenómeno se produjo, por ejemplo, en el caso de las exportaciones petroleras venezolanas hacia China durante el primer gobierno de Trump. Según expertos consultados por BBC Mundo hubo un momento en el que en las estadísticas oficiales de comercio de China aparecía como si ese país no estaba adquiriendo crudo venezolano cuando, en realidad, sí lo estaba haciendo.
Esto era posible porque ciertas refinerías compraban el petróleo a estos barcos que habían adquirido la carga en aguas internacionales y que la presentaban como procedente de países no sancionados.
Un último truco usual entre este tipo de tanqueros consiste de desactivar el sistema de identificación automática, a través del cual se transmiten datos como el nombre, la bandera, la posición, la velocidad o el rumbo de la embarcación. La manipulación de estos datos permite ocultar la identidad, ubicación y rumbo de las naves.
La investigación de Bloomberg en abril detectó el caso de cuatro barcos zombis que transportaban crudo venezolano.
La agencia de noticias recurrió al análisis de imágenes satelitales y las comparó con fotos históricas de los cuatro barcos cuyos nombres y números de identificación estaban usando.
Más recientemente, la ONG Transparencia Venezuela emitió un informe basado en la observación de lo que ocurrió en los puertos petroleros de ese país en octubre de este año.
Según ese reporte, hubo 71 tanqueros extranjeros en modo visible en los puertos de la petrolera venezolana Pdvsa, de los cuales 15 están bajo sanciones y nueve se relacionan con flotas fantasmas.
Transparencia encontró que en promedio hubo 24 petroleros que estaban ubicados cerca de tres puertos en el occidente y oriente de Venezuela y que estaban operando en modo furtivo, pues no tenían activas sus señales reglamentarias de posicionamiento.
De igual modo, Transparencia afirma haber detectado seis operaciones de transferencia de carga de un buque a otro, cerca de la bahía de Amuay, en el occidente del país.
De igual modo, hubo una mayoría de barcos con banderas de países considerados como paraísos regulatorios, por tener normas de supervisión laxas, lo que termina facilitando las operaciones de este tipo de embarcaciones.
Así, de los 71 barcos, 29 tenían la bandera de Panamá, seis de las islas Comoras y cinco de Malta.
En su informe, Transparencia indica que 38 de estos petroleros pasaron más de 20 días sin tocar puerto, algo que contrasta con los barcos de la petrolera estadounidense Chevron (autorizada por Washington para operar en Venezuela) que al llegar toman su carga y se marchan en un plazo máximo de seis días.
“La permanencia extendida en las áreas portuarias del país, sin llegar directamente a las terminales petroleras, arroja serias dudas sobre el tipo de operaciones que esos buques realizan”, señaló Transparencia en relación con los barcos que tardaban muchos días sin tocar puerto.
En todo caso, dado que la operación de intercepción e incautación realizada este miércoles se originó en el portaviones Gerald Ford -el más grande del mundo-, que ahora forma parte del masivo despliegue de fuerzas realizado por EE.UU. en aguas del Caribe frente a Venezuela, es probable que la posibilidad del gobierno de Maduro de recurrir a la flota fantasma se vea limitada de una forma importante.
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