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¿Qué hacer antes, durante y después de un ciclón o huracán? Así debes armar tu plan de emergencia
¿Qué hacer antes, durante y después de un ciclón o huracán? Así debes armar tu plan de emergencia
Pon atención a las siguientes recomendaciones para la temporada de huracanes y ciclones. Ilustración: Darien Cruz @darien_cl.
10 minutos de lectura

¿Qué hacer antes, durante y después de un ciclón o huracán? Así debes armar tu plan de emergencia

Para este 2024, el Servicio Meteorológico Nacional pronosticó una temporada muy activa de ciclones y huracanes. Te decimos cómo armar un Plan Familiar de Protección Civil para saber qué hacer antes, durante y después de estos eventos.
24 de mayo, 2024
Por: Verónica Santamaría
@VeroSantamariaC 

La temporada de lluvias de 2024 en México comenzó desde el 15 de mayo, en el Pacifico, y el 1 de junio para el Atlántico, según informó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Para este periodo es importante estar al pendiente de la llegada y evolución de los huracanes y ciclones, para así crear un Plan Familiar de Protección Civil.

Platicamos con un experto en gestión integral de riesgos para saber cómo actuar antes, durante y después de una tormenta o huracán, en especial, después de experimentar en octubre de 2023 el impacto de Otis, el huracán de categoría 5 que llegó al puerto de Acapulco, Guerrero.

El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) menciona en un comunicado que los ciclones de esta temporada pueden presentarse antes o después de las fechas pronosticadas. Ante esto, es importante prepararse para escenarios como lluvias y vientos fuertes, deslaves e inundaciones.

Además, señala que ante estos eventos que conllevan un riesgo para las personas, animales y vegetación, es importante contar con un Plan Familiar de Protección Civil para saber cómo actuar en caso de que tú o tu familia necesiten evacuar su hogar o el sitio en el que viven y así, reducir riesgos.

El periodo de estiaje: la sequía antes de la tormenta

Lino González Meneses, ingeniero biomédico con 22 años de experiencia en Protección Civil y que ha sido instructor en Protección Civil por el Centro Nacional de Prevención de Desastres y actualmente supervisor regional de Protección Civil del IMSS en el Estado de México Oriente, señala que la temporada de lluvia incluye ciclones tropicales y huracanes que llegan después del periodo de estiaje.

“El periodo de estiaje es lo que conocemos como el nivel más bajo de los caudales de ríos, lagunas y masas de agua de donde extraemos el agua de consumo humano y de riego. Este periodo de estiaje es la punta del periodo de calor o de la temporada de calor antes de la temporada de lluvia”, explica el especialista a Animal MX.

En este periodo es cuando llegan las ondas de calor, hay pocas lluvias, se evapora el agua en lagos y lagunas. Se vuelve un momento importante porque es cuando el periodo de sequía afecta más. 

Actualmente, su impacto se ha sentido en el Valle de México y la región centro y norte del país. “Ahorita, este periodo está terminando y da paso al periodo de lluvias”, afirma.

huracanes y ciclones
Infografía tomada de las recomendaciones para el cuidado de la salud del Instituto Mexicano de Seguro Social. Foto: IMSS.

Sin herramientas para conocer el impacto de un ciclón

Para la temporada de lluvias 2024 el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) anunció que aunque se tiene un pronóstico de fechas oficiales para la llegada de este evento, los ciclones pueden presentarse con una ligera variación, es decir, antes o después.

Ten en cuenta que, aunque el SMN pronostica para este año de 15 a 18 ciclones tropicales en el Pacifico, y de 20 a 23 en el Atlántico, no quiere decir que todos llegarán a México. 

En promedio, México recibe de 4 a 5 ciclones cada año. Sin embargo, en el país no cuenta con una herramienta que informe en tiempo real sobre la llegada de ciclones o huracanes, como ocurre en Estados Unidos con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).

De acuerdo con un comunicado de la Coordinación Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), “actualmente no es posible saber el momento y el lugar de impacto, se debe esperar hasta observar la evolución del fenómeno”.

A pesar de esto, México sí cuenta con un Sistema de Alerta Temprana para Ciclones Tropicales (SIAT-CT) como una herramienta de coordinación en el alertamiento a la población y en la acción institucional, ante la amenaza ciclónica, que se sustenta en la interacción de los principales actores del Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC). Incluso retoman información de la NOAA para obtener mayor precisión.

Para esta temporada, que se prevé muy activa, se espera que los ciclones pronosticados para el Pacífico sean entre 8 y 9 que alcancen la clasificación de tormenta tropical. 

En tanto, 4 ó 5 de ellos lleguen a ser huracán de categoría 1 o 2; y de 3 a 4 sean de las categorías 3, 4 o 5; como Otis en el puerto de Acapulco, Guerrero y Patricia, en las costas de Jalisco.

Lino Gonzalez enfatiza que se debe mirar a estos fenómenos climáticos como un sistema completo, es decir, “lo que pasa en el Pacifico repercute en el Atlántico y lo que pasa en el mar Caribe repercute en el Pacifico y lo que pasa en el Atlántico repercute en el Caribe y en el Pacifico. No somos sistemas aislados”.

huracanes y ciclones
Infografía de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) sobre la temporada de ciclones tropicales en el Pacifico y Atlántico. Foto: Conagua.

¿Cómo cuidarnos de los huracanes y ciclones?

Con el antecedente reciente del impacto de Otis catalogado como categoría 5, según la escala Saffir-Simpson, es importante armar tun Plan Familiar de Protección Civil para saber cómo actuar antes, durante y después de un evento como este, que además es diferente para cada población, es decir, no es el mismo plan que se tiene para un contexto urbano, rural o costero.

Lino Gonzalez Meneses, quien además cuenta con un grado técnico en Gestión Integral de Riesgos y Desastres por la Escuela Nacional de Protección Civil, señala que el impacto de Otis vino a reconfigurar la atención temprana de un evento climático extremo para actuar mucho antes en la prevención de riesgos para la población que podría resultar mayormente afectada.

“Me tocó atender la situación, desde mi trinchera. Nuestro Centro de Mando fue el Hospital general No 1 en Acapulco. Estuve un mes allá y todo lo que vivimos ahí fue repercusión del huracán. Tuvimos cambio de temperatura, tuvimos cambio de nivel del mar, tuvimos cambio en la temperatura del mar porque subió 1°C”, relata el especialista.

Prevenir y reconocer la región en la que vivimos

Dentro de la labor de la gestión integral de riesgos, González Meneses menciona que su trabajo es contar con la información a la mano para avisar a la población, además de generar avisos y recomendaciones para resguardarse, ya sea de una lluvia, tormenta o ciclón.

“La mejor herramienta que tenemos como gestores de riesgos son los Sistemas de Alertamiento Temprano o el SIAT que están a la mano de todos. Uno de los más comunes es el SIAT-CT que es el Sistema de Alertamiento Temprano para ciclones tropicales que te avisa sobre tormentas tropicales, por ejemplo”, señala.

Toma en cuenta que para saber cómo actuar antes, durante o después de la llegada de lluvias, tormentas, ciclones y tornados, es importante tomar en cuenta cómo es el área o la región en donde vives. Si se trata de una zona urbana, rural o costa, para así actuar de manera temprana.

“Si bien, un huracán no llegará a la Ciudad de México, sí repercute en la cantidad de nubes, agua, humedad, viento y temperatura que avienta hacia la Cuenca del Valle de México”, apunta.

¿Qué hacer antes de la llegada de huracanes, ciclones o lluvia?

En un comunicado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), con información de Protección Civil sobre huracanes, señalan que el objetivo es organizarse y saber cómo actuar cuando sea necesario.

Entre las recomendaciones, pide que las familias y comunidades tomen en cuenta los siguientes puntos:

  • Ponerse de acuerdo sobre las actividades preventivas que cada quien realizará.
  • Tener un lugar para proteger a los animales y equipo.
  • Realizar reparaciones necesarias en techos, ventanas y paredes para evitar daños mayores.
  • Guardar fertilizantes e insecticidas en lugares a prueba de agua y considerar el transporte en caso de tener familiares enfermos, de edad avanzada, niños o personas con capacidades diferentes.
  • Determinar un lugar para reunirse, en caso de llegar a separarse.

Por otro lado, Lino Gonzalez Meneses añade lo siguiente:

  • Mantener los pluviales como casetones, coladeras, drenajes, azoteas desazolvadoras y limpias.
  • No tirar basura en la calle porque esto provoca que las coladeras se tapen. De no seguir esta recomendación se corre el riesgo de inundación.
  • Como parte de las tareas a autoridades municipales, se debe dar mantenimiento, mínimo de un año, al drenaje en las comunidades, en especial para las que tienen un suelo lodoso ya que corren riesgo de agrietarse.
  • Ten a la mano una mochila de emergencia en la que contenga, al menos un botiquín de primeros auxilios en que incluyas el medicamento que estés necesitando o algún integrante de tu familia, además de documentos personales.

¿Qué hacer durante una tormenta tropical o huracán?

Para este momento de la posible emergenciam toma en cuenta que existirán tres escenarios para actuar. El IMSS pide poner atención en qué tan seguro es el lugar dónde vives y qué hacer en caso de evacuar.

1: Analiza si tu casa es segura y no está en zona de riesgo, siguiendo estas medidas:

  • Fija y amarra bien lo que el viento pueda lanzar.
  • Lleva animales y equipo de trabajo a un lugar seguro.
  • Guarda bajo techo fijo objetos sueltos que pueden ser macetas, botes de basura, herramientas, etc., que puedan ser lanzadas por el viento.
  • Retira antenas de televisión, rótulos y objetos colgantes o cualquier otra cosa que pueda ser arrancada por el viento.
  • Limpia la azotea, desagües, canales y coladeras. Es importante barrer la calle en la que vives para destapar las alcantarillas.
  • Sella con mezcla de cemento la tapa de tu pozo para tener agua de reserva no contaminada.

2: Si decidiste quedarte en casa, pero la zona en la que vives es de riesgo “leve”, sigue las siguientes recomendaciones:

  • Conserva la calma. 
  • Ten en cuenta que de quedarte en casa pasarás horas o algunos días hasta que pasen los efectos del evento climático.
  • Cierra puertas y ventanas, protege interiormente los cristales con cinta adhesiva en forma de X. 
  • No abras las cortinas, pues te protegerán de cualquier rompimiento de cristales. 
  • También puedes tapar las ventanas.
  • Ten a la mano artículos de emergencia. 
  • Si tienes radio de pilas, mantenlo encendido para recibir información e instrucciones de fuentes oficiales. Incluso, la llegada de una alerta sísmica en caso de que vivas en una zona con alta sismicidad.
  • Atiende a los niños, ancianos y enfermos que estén contigo.
  • Si el viento abre una puerta o ventana, no avances hacia ella de manera frontal.
  • Vigila constantemente el nivel del agua cercano a tu casa.
  • Mantente alejado de puertas y ventanas.
  • NO salgas de tu casa, toma en cuenta que los torrentes, inundaciones y deslaves son el principal peligro.
  • No prendas velas ni veladoras, utiliza lámparas de pilas.

3: Si debes evacuar, prioriza tu vida y sigue estas recomendaciones: 

  • Asegura tu casa y lleva contigo los artículos indispensables.
  • Conserva la calma y tranquiliza a tus familiares. Una persona alterada puede cometer muchos errores.
  • Si tienes radio portátil, escúchala para obtener información o instrucciones relativas al huracán.
  • Desconecta todos los aparatos y el interruptor de energía eléctrica.
  • Cierra las llaves de gas y agua.
  • Alerta a tus conocidos: al escuchar el mensaje de emergencia avisa a familiares y vecinos.

Si la tormenta o el huracán ya pasaron, debes mantenerte informada con las actualizaciones que emitan las autoridades locales, estatales y federales, además sigue estas recomendaciones tras el paso del evento:

  • Sigue las instrucciones transmitidas por las autoridades a través de los medios de comunicación.
  • Si hay heridos, repórtalos inmediatamente a los servicios de emergencia.
  • Cuida que tus alimentos estén limpios. No comas nada crudo ni de dudosa procedencia.
  • Revisa cuidadosamente tu casa para asegurarte de que no hay peligro. Si tu casa no sufrió daños, permanece en ella.
  • Mantén desconectado el gas, la luz y el agua hasta asegurarte de que no haya fugas ni peligro de corto circuito.
  • Asegúrate de que los aparatos eléctricos estén secos antes de conectarlos. Colabora con tus vecinos para reparar los daños.
  • Desaloja el agua estancada para evitar plagas de mosquitos. En caso necesario, solicita ayuda a la brigada de auxilio o a las autoridades más cercanas.
  • Si tu casa está en la zona afectada, no regreses a ella hasta que las autoridades lo indiquen.
  • Si vives en laderas, pendientes o montañas, cuídate de los deslaves. 

La apuesta de mitigar el impacto desde la protección civil

Lino González Meneses señala que en las poco más de dos décadas como gestor integral de riesgos, ha notado que las personas no tienden a tomar estas recomendaciones con mayor seriedad, por ello prefiere presentar un escenario “fatalista” a perder vidas.

“En 39 años -desde el sismo de 1985- no hemos aprendido que la protección civil o nuestra propia seguridad no es de bomberazo”, declara.

El experto señala que, hasta antes del 2012, la Protección Civil a nivel nacional estaba enfocada en “apagar bomberazos”, y aunque México tiene planes de emergencia en caso de sismo, derrame químico o erupción volcánica con brigadistas y cuerpos de emergencia preparados, no hay un enfoque dirigido en mitigar un evento climático extremo.

“Desde hace 12 años, prácticamente nada, la idea de la Protección Civil Nacional se ha enfocado a la mitigación de riesgos, a tratar de enseñarle a la población a prevenir. Bajo este criterio, todos estamos trabajando para que la población tenga a la mano con antelación el que sepan qué hacer”, finaliza.

Antes de que te vayas: ¿Qué hacer si se activa la Fase II de contingencia ambiental en la CDMX?

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Imagen BBC
¿Por qué el cultivo de aguacate es tan polémico y cuáles son sus consecuencias ambientales?
7 minutos de lectura

Los aguacates son un cultivo muy sediento y dejan una huella de carbono de más del doble que la de los plátanos.

26 de junio, 2024
Por: BBC News Mundo
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La creciente demanda de aguacates en Europa y América del Norte ha triplicado la producción mundial en poco más de 20 años.

Sin embargo, esta popular fruta es cada vez más controvertida debido a los impactos ambientales de su cultivo y distribución en todo el mundo.

Estos problemas no son inherentes a los aguacates en sí, que pueden ser parte de una dieta sostenible y saludable, sino que reflejan algunos de los problemas profundamente arraigados asociados con su producción.

Los aguacates son originarios de América Central y del Sur, donde el clima cálido y templado proporciona condiciones ideales para su cultivo.

Hay cientos de variedades, sin embargo, la que la mayoría de nosotros conocemos hoy es la variedad Hass, cuyo origen se remonta a un solo árbol plantado hace casi 100 años.

Parte del aumento de la popularidad del aguacate en las últimas décadas se debe a su comercialización como un “superalimento“.

Aunque algunas afirmaciones sobre sus beneficios para la salud pueden haber sido exageradas, es cierto que los aguacates son una buena fuente de vitaminas, minerales y grasas no saturadas, que les dan su textura cremosa.

Aguacates
Getty Images
La creciente demanda de aguacates en Europa y América del Norte ha triplicado la producción mundial en poco más de 20 años.

¿Por qué los aguacates son tan controvertidos?

Como ocurre con gran parte de la agricultura moderna, la mayoría de las plantaciones de aguacate dependen en gran medida de fertilizantes y combustibles fósiles, lo que contribuye al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Tienen rendimientos de cosecha menores que muchos otros cultivos y, por lo tanto, tienen una mayor huella de carbono por kilogramo de fruta.

En promedio, los aguacates tienen una huella de carbono de alrededor de 2,5 kg de CO₂ equivalente (kg de CO₂e) por kg; es decir, todos los gases de efecto invernadero resultantes de la producción y el transporte de aguacates, como el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso, incluidos en el equivalente de CO₂ del calentamiento.

La huella de carbono de los aguacates es más del doble que la de los plátanos (0,9 kg de CO₂e por kg) y más de cinco veces mayor que la de las manzanas (0,4 kg de CO₂e por kg), aunque solo es ligeramente peor que la de los tomates (2 kg de CO₂e por kg).

Pero estas cifras son pequeñas en comparación con la huella de carbono promedio mundial de la mayoría de los productos de origen animal.

Un kilo de huevos tiene una huella de carbono de 4,6 kg de CO₂e, un kilo de pollo tiene una huella de carbono de 9,8 kg de CO₂e y un kilo de carne de vacuno tiene una huella de carbono de 85 kg de CO₂e en promedio.

Para quienes viven fuera de América, las grandes distancias que suelen recorrer los aguacates pueden no ser tan importantes como se cree comúnmente, al menos en términos de carbono.

La gran mayoría de los aguacates se transportan por barco, lo que supone unas emisiones de carbono relativamente bajas debido a las enormes cantidades que se pueden transportar en un solo viaje.

Incluso cuando viajan miles de kilómetros, el transporte marítimo produce tan solo 0,2 kg de CO₂e por kilo de aguacate, lo que suele ser mucho menos que la huella de carbono que supone su cultivo.

El transporte marítimo conlleva otros problemas.

La excesiva dependencia del transporte marítimo ha creado un sistema alimentario vulnerable a los impactos y las perturbaciones. Los atascos y los cuellos de botella logísticos (por ejemplo, el bloqueo del canal de Suez por un buque portacontenedores en 2021), las hambrunas o las guerras en una parte del mundo pueden provocar perturbaciones o escasez de alimentos en muchos otros países.

Es probable que el problema se agrave a medida que se profundice la crisis climática.

Este problema no es exclusivo de los aguacates, pero pasar a una mayor producción de alimentos de origen local puede generar más resiliencia y ayudar a protegernos contra futuras escaseces de alimentos.

aguacate
Getty Images
La huella de carbono de los aguacates es más del doble que la de los plátanos.

Una carga ambiental

Los árboles del aguacate son plantas muy sedientas, que requieren una media de unos 1.000 litros de agua por kg.

Esta cantidad es superior a la de la mayoría de las frutas y verduras, pero inferior a la de algunos cereales como el arroz.

El principal problema es que los aguacates se cultivan en regiones que sufren estrés hídrico.

México, el mayor productor de aguacate del mundo, está atravesando períodos prolongados de sequía, por lo que el riego de las plantaciones de aguacate puede estar socavando el acceso de la población local al agua.

Este problema de la distribución justa del agua podría empeorar en las próximas décadas.

También hay que tener en cuenta los impactos sobre la naturaleza.

Tradicionalmente, los árboles de aguacate se plantaban en parcelas mixtas con otros cultivos y se cosechaban como alimento de subsistencia, exportándose solo el excedente.

Esta práctica cambió a medida que aumentaba la demanda en Estados Unidos y Europa.

Los aguacates se cultivan ahora principalmente como producto de exportación, y la producción se está trasladando a grandes plantaciones de monocultivo para maximizar la productividad.

Estos monocultivos han desplazado a otros cultivos nativos y son mucho más vulnerables a las plagas y enfermedades que las plantaciones mixtas.

Todo esto implica que es necesario utilizar mayores volúmenes de pesticidas químicos y fertilizantes sintéticos, lo que, a su vez, afecta negativamente a la biodiversidad, la calidad del suelo y la salud humana.

aguacates
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Los árboles de aguacate son plantas muy sedientas, que requieren una media de unos 1.000 litros de agua por kg.

Peor aún, en algunas regiones las nuevas plantaciones de aguacate están impulsando la deforestación.

Cada año se talan hasta 25.000 hectáreas de bosque en el estado de Michoacán, la principal región productora de aguacate de México, que produce la mayor parte de los aguacates que se venden en Estados Unidos.

Michoacán tiene una rica cubierta forestal que es el hogar de varios animales en peligro de extinción, como jaguares, pumas y coyotes.

Por lo tanto, el aumento de la producción de aguacate en esta región podría ser una amenaza masiva para la biodiversidad.

Por último, hay que tener en cuenta los impactos humanos.

Si bien el comercio del aguacate puede ayudar a las poblaciones locales al proporcionar ingresos a los agricultores, también son ellos los que están sufriendo el peso de los problemas ambientales.

Además, las plantaciones de aguacate se han relacionado con el crimen organizado y los abusos de los derechos humanos, y algunas ciudades y pueblos están tan hartos de los problemas que han prohibido los aguacates por completo.

Lamentablemente, no hay respuestas fáciles.

La búsqueda de aguacates de comercio justo o producidos orgánicamente puede ayudar en términos de impactos humanos y de biodiversidad, pero los procesos de certificación están lejos de ser perfectos y a menudo son demasiado caros para los pequeños agricultores de los países en desarrollo.

Además, es posible que no generen menos emisiones que las plantaciones de monocultivo.

Los aguacates no son el único alimento con una carga ambiental.

Tienen una huella de carbono mucho menor que la mayoría de los productos animales y son solo uno de los muchos cultivos en los que una sola variedad domina el mercado.

Pero tampoco debemos desestimar el daño que la producción de aguacates está causando a la naturaleza y a las poblaciones locales.

El mejor consejo para los consumidores puede ser considerar variedades alternativas de aguacate siempre que sea posible para reducir la demanda de plantaciones de monocultivo.

Cuando no estén disponibles, la mejor opción probablemente sea tratar de ver los aguacates como un capricho en lugar de un alimento básico habitual.

*Thomas Davies es investigador honorario del Centro de Medio Ambiente de la Universidad de Lancaster, Inglaterra. Este artículo apareció en The Conversation. Puedes leer la versión original aquí.

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