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¿Qué es el combustóleo y por qué contamina tanto el medio ambiente? Te lo contamos con gatitos
¿Qué es el combustóleo y por qué contamina tanto el medio ambiente? Te lo contamos con gatitos
El combustóleo contamina el aire de varias comunidades en México. Foto: cortesía de la comunidad de Petacalco, Guerrero.
6 minutos de lectura

¿Qué es el combustóleo y por qué contamina tanto el medio ambiente? Te lo contamos con gatitos

Con memes de gatitos, te explicamos qué es el combustóleo, por qué contamina tanto y por qué se ha vuelto inservible para México.
09 de mayo, 2024
Por: Verónica Santamaría
@VeroSantamariaC 

En México se produce más combustóleo que gasolina y esa no es una buena noticia. El proceso para obtener este subproducto ocurre a través de la refinación de petróleo crudo, ocasionando una gran ola de contaminación.

Su producción es costosa, contamina el aire de las ciudades que se encuentran cercanas al proceso de refinación. Al final, lo que se obtiene de esa refinación es un residuo que necesita de otros procesos que lo hagan “servible”.

Hoy día, el combustóleo se ha vuelto tema de conversación en donde sea que estemos y no es para menos. En México la extracción de combustible fósil no es un proceso sostenible y las refinerías que tiene el país no cuentan con la capacidad para refinar el crudo que se procesa en estas plantas.

La organización Greenpeace México señala en un artículo que el combustóleo se utiliza como combustible industrial para generar electricidad en locomotoras y barcos.

En cambio, en las refinerías el combustóleo lo utilizan en los calentadores a fuego directo y se debe mantener en tanques con altas temperaturas.

Combustóleo, un residuo fósil

El crudo o petroleo usado para producir combustóleo, también conocido como “oro negro”, es un combustible fósil constituido por una mezcla de hidrocarburos que se presentan en la naturaleza, en lechos geológicos continentales o marítimos, tanto en estado sólido, líquido, o gaseoso, según explica el Servicio Geologico Mexicano.

Carlos Tornel, investigador en el programa nacional estratégico de energía y cambio climático en el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), explica a Animal MX que de la refinación del crudo se obtiene diesel, gasolina y remanentes como combustóleo.

El experto señala que estos derivados son normales en los procesos al refinar petróleo. Pero “la realidad es que México ya no tiene petróleo ligero o el petróleo ligero se está acabando poco a poco. La extracción de petróleo, aunque se ha mantenido, en este sexenio ha aumentado”, resalta Tornel.

Tornel añade que el petróleo que ahora se extrae es cada vez más pesado, por ende, cada vez se produce más combustóleo “y a la hora de quemarlo es más contaminante”.

¿Cómo se obtiene el combustóleo?

Pablo Ramirez, coordinador del programa de energía y cambio climático de Greenpeace México, nos explica cómo se obtiene el combustóleo durante el proceso de refinación del petróleo.

“En el proceso de refinación se calienta el crudo y dependiendo de las diferentes densidades va a seguir generando los subproductos como la gasolina, el diesel pero también los productos que les llaman los combustibles pesados como el combustóleo”, señala.

De acuerdo con Ramirez, se dice que un combustible es “pesado” porque en el proceso de refinación es lo que queda hasta abajo, es decir, “es el residuo de los procesos de refinación”.

Otra de las características que hacen del combustóleo un residuo contaminante, es que tiene un contenido muy alto de azufre. En términos energéticos, según detalla, no tiene el mismo potencial que podrían tener otros combustibles que son mucho mejores para temas de combustión, como las gasolinas o el diesel. 

“El combustóleo no tiene esa eficiencia como lo podrían tener otros tipos de combustibles. En ese sentido, en estos días, el combustóleo es ya considerado como un residuo, como la basura del proceso de refinación”, aclaró.

combustóleo
Así se ve la quema de combustóleo en México. Foto: cortesía de la comunidad de Petacalco, Guerrero.

¿Qué lo hace tan contaminante?

Carlos Tornel coincide en que el combustóleo es un refinado pesado que es mucho más difícil de utilizar para producir gasolina. En ese sentido, lo que se ha hecho es que lo reinsertan en la generación de energía eléctrica y, al mismo tiempo, importan ese combustible.

“México, no necesariamente tiene las capacidades de aprovecharlo de forma correcta”, sentencia Tornel.

Pablo Ramirez también concuerda que el combustóleo resulta problemático en muchos sentidos, por ejemplo, como combustible “no es un bueno”.

“El combustóleo se ha utilizado para varios sectores como: combustible para barcos, pero también para generar electricidad y para los propios procesos de refinación. Prácticamente ya no se utiliza en el mundo porque es ineficiente. Los procesos que utilizan se vuelven más caros y es altamente contaminante”, añadió Ramírez.

Al ser altamente contaminante, por sus características, este combustible pesado genera más emisiones de gases de efecto invernadero que otros y ‘contaminantes criterio’ que son peligrosos para la salud.

La Información de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios explica que los ‘contaminantes criterio’ son aquellos contaminantes normados a los que se les estableció un límite máximo permisible de concentración en el aire ambiente.

Es decir, no pueden sobrepasar esa norma ya que la finalidad es proteger la salud humana y asegurar el bienestar de la población. 

Los ‘contaminantes criterio’ se miden continuamente y son: ozono (O3), dióxido de azufre (SO2), monóxido de carbono (CO), dióxido de nitrógeno (NO2), las partículas en suspensión (PM10, PM2.5) y el plomo (Pb).

Ramírez advierte que en plena crisis climática global el combustóleo ya no es una alternativa debido a la urgencia por reducir emisiones.

Urge atender la contaminación por combustóleo

Es importante prestar atención a la urgencia de los problemas que representa el sistema energético en México y atender los sistemas de contaminación que ponen en peligro a las poblaciones cercanas a las plantas de generación, ya sea de refinación o las propias plantas eléctricas.

Para el mercado internacional, el combustóleo “ya no es un combustible interesante” por las dificultades que representa el poder exportarlo.

“Este combustible ya no debería tener cabida en ninguna matriz energética pero para México se ha convertido en un problema, no solo ambiental y de salud sino, incluso, en términos logísticos porque hasta hace unos años el Sistema Nacional de Refinación empezó a generar más combustóleo que lo que genera de gasolinas”, advierte Pablo Ramírez de Greenpeace México.

Esto se debe a que las refinerías están construidas para un tipo de crudo que México ya no tiene.

Ramírez señala que esas refinerías se construyeron para un crudo ligero que es un crudo bajo en azufre y “han funcionando a partir del crudo pesado que es lo que se está extrayendo en su gran mayoría”.

En ese sentido, el especialista en energía denuncia que, como las refinerías en el país ya no están pensadas para ese tipo de crudo y ese tipo de procesos, esas plantas deberían estar adaptadas para el tipo de procesos que les corresponde.

Pero, “el proceso de la refinación y el producto de la refinación no es eficiente. Se está produciendo más combustóleo que gasolinas y al no tener posibilidad de sacarlo porque el combustóleo, en verdad es muy dañino y no tiene ningún sentido en términos, incluso, económicos, se vuelve un problema de almacenamiento”, agrega.

Como resultado de estos procesos deficientes en México, hay comunidades que están siendo sacrificadas por la quema de combustóleo para la generación eléctrica. Ramirez subraya que “ese es uno de los grandes problemas inmediatos que tenemos”.

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Imagen BBC
“Prefiero dormir aquí que en la calle”: migrantes y personas sin hogar encontraron refugio en el aeropuerto de Madrid varios meses
10 minutos de lectura

BBC Mundo estuvo en el aeropuerto de Barajas con varios migrantes latinoamericanos que, pese a tener trabajo, no pueden pagar un alquiler. Dormían en los pasillos, como tantas otras personas sin hogar en Madrid, hasta que se les prohibió pernoctar.

25 de julio, 2025
Por: BBC News Mundo
0

“He dormido en un parque”, me cuenta Miguel en un audio de voz. Ayer volvió, como cada noche desde hace siete meses, al aeropuerto de Barajas para dormir. Pero esta vez no le dejaron entrar.

Desde este 24 de julio, Aena, la empresa pública que gestiona los aeropuertos en España, ha prohibido que las personas sin billete de avión permanezcan en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, durante la noche. La medida coincide con la apertura de un albergue temporal con 150 plazas, gestionado por el Ayuntamiento de Madrid, que funcionará hasta octubre.

Durante meses, el aeropuerto de Madrid fue el refugio de decenas de migrantes y personas sin hogar que no tenían otro techo. Varios de ellos trabajan, pero no pueden permitirse el alquiler de una vivienda.

Mientras tanto, las administraciones implicadas, principalmente el Ayuntamiento de Madrid y Aena, mantienen un cruce de acusaciones sin ofrecer una solución de alojamiento digna y duradera para estas personas.

BBC Mundo pasó una noche a mediados de julio con ellos, cuando aún podían dormir en Barajas, y estas son algunas de sus historias.

Sin casa aunque con trabajo

“Esto es algo temporal. Pronto conseguiré permiso de trabajo, Dios mediante”.

Miguel confía en que su suerte cambie dentro de unas semanas, cuando tendrá la cita para arreglar su visa. Este venezolano de 28 años, que en ningún momento deja de sonreír, me cuenta de sus vicisitudes sentado en el suelo de su actual hogar: el pasillo de la terminal 4 del aeropuerto de Barajas, en Madrid.

Tiene una maleta grande donde guarda algo de ropa, mantas y una colchoneta que utiliza para dormir.

“Tengo trabajo, pero duermo en el aeropuerto porque no me alcanza para el alquiler”, me dice.

En realidad, Miguel no se llama así. Pide guardar el anonimato porque sus hermanas no saben que está en esta situación. “Solo se lo he contado a mis papás”.

Es una noche de julio y Miguel comparte espacio con otras 30 personas más. Todos vienen aquí antes de que caiga el sol en busca de un techo.

En Madrid, alquilar un apartamento de unos 40 metros cuadrados cuesta unos 900 euros al mes (US$1.057), según el portal inmobiliario Idealista. El salario mínimo en España es de 1.382 euros mensuales (US$1.623).

Eso significa que alguien que gana ese sueldo tiene que gastar casi el 70% solo en pagar el alquiler. Los expertos dicen que no debería pasar del 30%. Así que este dato refleja lo difícil que es acceder a una vivienda en la capital de España. Aunque las cifras son similares en muchas ciudades, como Barcelona, Málaga o Mallorca.

Y estas son cifras a las que no pueden acceder las personas con trabajos precarios y vulnerables como las que duermen en el aeropuerto.

Maletas y carritos portaequipajes en un pasillo del aeropuerto.
BBC Mundo
Usan los carritos portaequipajes para llevar sus cosas y crear un poco de intimidad.

Una comida al día, 3 duchas a la semana

Miguel llegó a España en octubre del año pasado. Vino por miedo a la situación política en su país y en mitad de la ola de detenciones que el gobierno de Venezuela llevó a cabo tras las elecciones presidenciales del 28 de julio.

El Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) anunció el triunfo de Nicolás Maduro en dichos comicios sin presentar las actas que lo daban como ganador. La oposición, liderada por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, denunció fraude.

La organización no gubernamental Foro Penal, cuya misión es promover y defender los derechos humanos en Venezuela, registraba unos 1.000 detenidos por razones políticas hasta el 15 de julio de 2025. Esa cifra se redujo en varias decenas durante las últimas semanas, luego de un acuerdo de intercambio de presos entre el gobierno de Maduro y el de EE.UU.

Personas durmiendo en un pasillo del aeropuerto de Barajas.
BBC Mundo
Migrantes y personas sin hogar compartían este pasillo mientras dormían en la terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas.

Para la oposición y diversas ONGs, las detenciones son fruto de la persecución política, algo que el gobierno venezolano niega.

En su caso, cuenta Miguel, temía que lo llevaran preso tras verse involucrado en unas acusaciones por un video que unos conocidos hicieron en redes sociales donde criticaban el proceso electoral.

Cuenta que recibió varias llamadas donde lo amenazaron.

Con los pocos ahorros que tenía, viajó a Madrid y alquiló una habitación en un apartamento compartido. Pero esa situación duró poco.

“El chico que me rentaba el cuarto me engañó y me robó el dinero. Me quedé en la calle el mismo día de fin de año”.

Viajeros en el aeropuerto de Barajas.
BBC Mundo
Mientras unos duermen, el trasiego de viajeros continúa por el resto del aeropuerto de Madrid-Barajas.

Y, así, empezó su 2025 durmiendo en el suelo de Barajas, donde lleva siete largos meses, aunque sin perder el optimismo: “Estoy mejor. Por lo menos conseguí un trabajo, aunque me pagan en negro”.

Trabaja de repartidor de paquetes de lunes a viernes. Las 5 horas que dura su jornada las hace a pie y empujando un carrito. Todo ese esfuerzo para obtener a fin de mes unos 250 euros (US$293).

Ese dinero lo estira como puede. Una parte va al alquiler de un pequeño trastero, donde tiene sus cosas; otra parte para el billete de transporte, para poder moverse en la ciudad; otra parte para la tarjeta del celular, esencial para hablar con su familia.

“Lo que me quedan son unos 145 euros (US$170) para comida y para ir ahorrando”, dice mientras se mete una cotufa (palomita de maíz) en la boca y me aclara: “Esta es mi cena. Lo suelo comer varias veces por semana. Es barato y me llena”.

Desde que duerme en el aeropuerto, Miguel se impuso tres reglas: como mínimo, trata de hacer una comida al día, se baña tres veces a la semana en unos baños públicos y, si no va a trabajar, sale a caminar para que le dé el aire.

“Lo hago para que no me afecte a la cabeza. Son tres cosas básicas, pero si las dejara de hacer, me harían creer que vivo en la indigencia. Y no es así. Para mí esto es algo temporal”.

“Yo ya quiero volver a mi país”

En ese punto es cuando María se nos acerca.

También es venezolana, de 68 años. Miguel le ofrece unas galletas que le han dado unas chicas de una ONG. “Aquí compartimos, porque todos estamos en la misma situación”, dice.

No tarda en contar lo que ella espera para su futuro: “Yo ya quiero volver a mi país”.

En Venezuela, María era enfermera y tenía una panadería, que dejó alquilada. Viajó a España para acceder a un mejor tratamiento médico para su hijo, que es autista.

“Nada más aterrizar, se puso enfermo y gasté todo lo que tenía en medicinas”.

Vino hace 5 meses de turista pero ante esa situación se tuvo que quedar. “Conseguir trabajo está difícil y no puedo dejar a mi hijo solo”, explica.

Probó a dormir en albergues, pero al final acabó en Barajas. Junto a su hijo, duerme al final del pasillo. Dos esterillas, unas sábanas, unas maletas en un carro del aeropuerto y algunas bolsas son todo lo que tienen. “Prefiero dormir aquí que en la calle. Se está más seguro porque hay vigilancia, hay baños para asearse y es tranquilo. Al final te acostumbras”.

Carritos portaequipajes en el aeropuerto de Barajas.
BBC Mundo
Las personas que dormían en el aeropuerto utilizan estos carritos portaequipajes para guardar sus enseres.

Como Miguel, hay unas normas mínimas que siguen, como asearse todas las noches con un balde y lavar la ropa. “Hay que tener dignidad aunque estemos en esta situación”, añade.

Ahora ha pedido la repatriación con la ayuda de una ONG. “Creo que pronto podré volver a mi casa, ya tengo casi todos los papeles”.

María y su hijo ocupan un espacio al lado de una mujer española que, mientras hablamos, duerme.

“Nos hemos hecho amigas, está muy sola y perdida. Tiene tres hijos, pero se metió en problemas de drogas y bueno, yo le ayudo, le doy consejo y hablamos mucho”, dice María mientras la mira con ternura y agarra la mano de su hijo, que no ha soltado en ningún momento.

Falta de coordinación institucional

Pese a que ahora es el calor el que azota Madrid, el motivo principal que desencadenó el traslado de cientos de migrantes y personas sin hogar a Barajas fue el frío y las lluvias del pasado mes de marzo.

“Aunque llevan años durmiendo personas sin hogar en Barajas, lo que pasó en marzo fue inaudito”, cuenta un voluntario.

Ante la avalancha de gente, un conjunto de organizaciones sociales y religiosas bajo el nombre de “Mesa por la Hospitalidad”, elaboró un informe donde llegaron a contabilizar entre 200 y 400 personas diarias durmiendo en Barajas.

“Yo no voy a defender a la gente que duerme en el aeropuerto, porque sí que hay gente mala y algunos buscan bronca. Pero son los que menos. El resto nos portamos bien, porque solo queremos dormir” , reitera Miguel.

Según los datos de ese informe, el 38% de estas personas trabajan pero no pueden pagar el alquiler. El 46% proceden de América Latina y un 26% tienen nacionalidad española.

Personas en un pasillo del aeropuerto de Barajas.
BBC Mundo
Eligen el aeropuerto porque ofrece baños, luz, calor en invierno pero sobre todo, algo muy valioso para quienes duermen en la calle: seguridad.

El estudio también destaca el perfil de las personas que duermen en el aeropuerto “donde hay migrantes, personas sin hogar, pensionistas, personas con empleos precarios y personas con problemas de salud mental y física”, dice el informe.

Pero estos datos ya no reflejan la situación actual de Barajas. Con la llegada del buen tiempo se ha reducido considerablemente el número de personas que pernoctan allí. También por la medida disuasoria de Aena con el cierre de puertas y la apertura del albergue.

“Y es a este albergue al que se supone que tenemos que ir, pero a mí no me dan plaza por mi condición de asilado político”, expresa Miguel, contrariado.

Desde el Ayuntamiento de Madrid explican que solo pueden dormir en el albergue quienes están empadronados en la ciudad o, en su defecto, aquellas personas que, aunque no lo estén, ya hayan sido atendidas previamente por los servicios sociales municipales.

“El caso de un asilado político, lo lleva el ministerio de Migración” nos responden desde el área de políticas sociales del Ayuntamiento, refiriéndose a la situación de Miguel.

Puertas de acceso al aeropuerto de Barajas.
BBC Mundo
Una de las puertas que permanecen abiertas las 24 horas para poder acceder al aeropuerto.

Un refugio temporal

Mientras tanto las organizaciones sociales demandan mayor implicación y coordinación por parte de todos los actores implicados: Ayuntamiento de Madrid, Comunidad de Madrid y Aena, dependiente del Gobierno Central, donde la dimensión social del problema está en el acceso a la vivienda y esa falta de respuesta institucional clara.

BBC Mundo habló con miembros de varias organizaciones sociales que trabajan en Barajas. Ellos han preferido no dar ni sus nombres ni los de sus agrupaciones. Mantienen un perfil bajo después de meses de polémicas e imágenes en la prensa que dicen, solo han desfavorecido a las personas que pernoctan en el aeropuerto. “El tema se ha politizado y los perjudicados son ellos, los más vulnerables, los que duermen en el suelo” señala un voluntario.

Justamente por eso, por dormir en el suelo frío del aeropuerto y por las largas caminatas que hace empujando un carrito, desde hace unas semanas Miguel tiene ciática y mucho dolor. El médico le recomendó dormir en “algo blandito” y se compró una colchoneta inflable.

“Me trastocó los ahorros, pero duermo mejor”, me cuenta mientras se va acomodando para dormir.

Son las 11 de la noche y el pasillo está en silencio. Algunos miran el celular, pero la mayoría duerme con una camiseta sobre la cabeza para que no les molesten las luces.

“Me costó mucho acostumbrarme a dormir con la luz encendida”, me cuenta Nicolás, cuyo nombre también es ficticio. Llegó de Perú hace nueve meses y desde entonces duerme en el aeropuerto. “Trabajo en la construcción cuando puedo. Voy a las zonas donde se juntan los albañiles por la mañana y, si me aceptan en la cuadrilla, trabajo ese día. Luego regreso aquí a dormir. Con lo que me pagan, no me da para rentar una habitación”.

Cuando me estoy yendo, un vigilante de seguridad que está en la puerta vigilando los accesos al aeropuerto se dirige a mí. Me cuenta que han venido muchos medios de comunicación por aquí y me reclama algo: “Solo te pido que trates a estas personas con humanidad. Hay gente que no lo ha hecho. Y ellos, que no se nos olvide, son personas”.

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