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Pescadores y buzos limpian el mar en el Alto Golfo para procurar la biodiversidad marina
Pescadores y buzos limpian el mar en el Alto Golfo para procurar la biodiversidad marina
12 minutos de lectura

Pescadores y buzos limpian el mar en el Alto Golfo para procurar la biodiversidad marina

Procurar los recursos marinos para los pescadores del Alto Golfo de California es parte de las apuestas que en Pesca ABC tienen. La educación ambiental, capacitaciones a personas dedicadas al sector pesquero, sostenibilidad para proteger a las especies marinas, monitoreo de especies y extracción y reciclaje de redes, son parte de las soluciones.
03 de mayo, 2024
Por: Verónica Santamaría
@VeroSantamariaC 

Este reportaje es parte del Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte, un proyecto del International Center for Journalists.

San Felipe es una comunidad de pescadores. Ahí, la pesca se realiza de generación en generación. Hasta hace cuatro décadas, esa actividad en este puerto era garantía de obtener un buen producto marino sin la necesidad de adentrarse un poco más al frío mar. 

Sin embargo, la sobreexplotación, la falta de regulaciones, la falta de compromiso con la veda necesaria a especies comerciales y el uso de artes de pesca no sostenibles han puesto en peligro la seguridad alimentaria de esa comunidad.

Lee también: Expertos piden a candidatos presidenciales una nueva agenda ambiental ante crisis climática

Hoy en día, para regular la pesca en el puerto de San Felipe, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) junto con la Secretaría de Marina (Semar) se encargan de vigilar que en la comunidad existan prácticas sostenibles. Pese a ello, fuentes locales consultadas señalaron que esto no ocurre en su totalidad. 

En el Alto Golfo de California existe una organización fundada por pescadores de San Felipe en Baja California. Su consejo directivo también se compone por personas que son parte del sector pesquero y que están conscientes de que la pesca en esa región y cómo se práctica, no es sostenible y no se puede mantener en el tiempo. 

Su nombre es Pesca Alternativa de Baja California, también conocidos como Pesca ABC, y con ayuda de la ciencia y la educación ambiental, crean mejores prácticas sostenibles para el sector pesquero y, al mismo tiempo, proteger el ecosistema marino y las especies que en él habitan.

pesca sostenible
Integrantes del programa de trazabilidad en Pesca ABC toman la talla, peso y especie de los peces que obtuvieron al usar el método ‘ike jime’, éste da mayor calidad y eleva su precio en el mercado. Foto Luis Madrid / Animal Político.

¿Cómo trabaja Pesca ABC?

El trabajo de esta organización se distingue por tres líneas de acción:

  1. La localización de redes de pesca fantasma.
  2. Apoyo a la ciencia para el monitoreo acústico de vaquitas marinas.
  3. La búsqueda de artes de pesca y pesca alternativa que incluye diferentes artes de captura sostenibles para diferentes pesquerías, esto marca el origen de Pesca ABC.

Dentro del desarrollo de artes de pesca sostenible, la organización innova con el uso de tecnología encaminada a este sector. Pero también en el estudio de mercado para saber cómo vender sus productos de mejor manera.

Entre sus actividades destaca su método de trazabilidad en los productos con el objetivo de mostrar a los consumidores que lo que están consumiendo proviene, efectivamente, de una pesca sostenible.

Pesca sostenible
La organización Pesca Alternativa de Baja California se fundó por pescadores de la comunidad de San Felipe, Baja California, a través del uso de la ciencia y la tecnología capacitan a pescadores para promover y practicar la pesca sostenible. Foto Luis Madrid / Animal Político.

Una organización de pescadores

En el informe anual 2021 de Pesca ABC reportó avances importantes, como sucedió en 2016 con el trabajo de extracción de redes de pesca fantasma perdidas o abandonadas en el Alto Golfo de California. 

Tan solo de 2016 a 2018, reportaron el retiro de mil 189 artes de pesca de distintas pesquerías.

De acuerdo con el informe presentado, en el Alto Golfo de California es frecuente que las personas que realizan actividades de pesca ilegal abandonen sus redes tras huir de las autoridades. Sin embargo, es importantísimo retirar esas redes para proteger a las especies marinas que habitan en el ecosistema.

Durante la iniciativa para “Eliminar las redes de pesca fantasma en el Alto Golfo de California”, Pesca ABC, junto con el Museo de la Ballena y autoridades gubernamentales, se encargaron de localizar y retirar esas redes. 

Según cifras presentadas en los primeros tres años del programa se recuperaron mil 300 redes, de las cuales el 90 % eran totoaberas. Además, reportaron que encontraron 3 mil 400 organismos vivos y 3 mil 100 especies muertas.

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Héctor Iñiguez es buzo profesional y biólogo marino en Pesca ABC y dio una muestra de cómo realizan maniobras de extracción de redes de pesca fantasma en el Alto Golfo de California. Foto Luis Madrid / Animal Político.

Como explica Enrique Sanjurjo en entrevista para Animal Político y Border Hub, el diseño de una red de pesca está hecho para matar. La red se diseña con la idea de que el pez se enmalle y ya no pueda salir. 

“Está diseñada para que el pez tope con eso, se atore  y no se pueda desatorar. Entonces el diseño es para matar, ya sea que esté activa o inactiva [la red] va a estar matando porque para eso se inventó”, explica.

Otra características de las redes es que dependiendo del tamaño del producto marino es cómo será el diseño. Por ejemplo, si una persona quiere atrapar camarón o especies más pequeñas, es como se diseñará la luz de malla, es decir, el tamaño del cuadro de cada red. 

Además de la luz de malla, a la red se le añaden plomos y boyas para que funcione. El tamaño debe tener las medidas que correspondan a cada pesquería según las regulaciones establecidas por la Conapesca. 

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Miembros de Pesca ABC limpian las redes recuperadas en la colecta de redes que realizaron en marzo pasado donde recuperaron 10.3 toneladas de redes de pesca fantasma en desuso con apoyo de la comunidad de San Felipe. Foto Luis Madrid / Pesca ABC.

¿Cómo extraen las redes?

Para lograr que los proyectos se ejecuten en San Felipe, se requiere de un equipo multidisciplinario. A la cabeza se encuentra Felipe Rocha, biólogo, maestrante en ecología marina en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California (CICESE) y subdirector en Pesca ABC.

Rocha explica que el proyecto de extracción de redes en desuso nace de la necesidad de retirar las artes de pesca que quedaron bajo el agua y continúan capturando organismos.

Durante un ejercicio de extracción de redes en el mar de San Felipe, el experto comenta que mientras estas artes se mantengan debajo del agua, ya sea porque las olvidaron o se perdieron por la acción de la corriente marina, seguirán capturando especies como peces, tortugas o aves marinas que intentan atrapar a los animales enmallados. 

Para realizar los trabajos de extracción de redes en desuso, el biólogo explica que él y cinco profesionales más fueron capacitados en octubre de 2023 por dos buzos expertos para mejorar las maniobras de trabajo bajo el mar: Arturo Hernández, de Comunidad y Biodiversidad A.C. (COBI), y Edgardo Ochoa, de Conservation International ( CI, Global Marine & Diving Safety Officer).

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Felipe Rocha, biólogo, maestrante en ecología marina y subdirector en Pesca ABC explicó cómo los protocolos de búsqueda, localización, extracción y reciclaje de redes de pesca fantasma abandonadas en el Alto Golfo de California. Foto Luis Madrid / Animal Político.

Antes de adentrarse en el mar, primero deben localizar las áreas donde se encuentran las artes de pesca abandonadas. Para este trabajo de extracción, en Pesca ABC ya habían detectado una zona que contaba con abundantes redes. Después se capacitaron y se adentraron en aguas para limpiar esta zona. 

Los trabajos de extracción comienzan desde temprano y el objetivo es aprovechar la mañana para no tener el sol apuntándoles todo el día. 

“Nosotros llegamos al punto. Marcamos con una boya donde vamos a estar trabajando y ya abajo, el equipo de buzos se alista. Llevamos navajas y un tipo de bolsas que cuando localizamos una red, lo primero que vamos a tratar es cortarla y sacarla del fondo oceanico tratando de no perturbar la vida marina. Cuando tenemos un pedazo de red bastante grande o que ya no puede ser manejable lo que hacemos es poner [un] anclaje en la red”, describe Rocha, mientras un equipo de buzos ya se encuentra en el mar y realiza la actividad para extraer la red que previamente localizaron.

De acuerdo con el especialista, la bolsa especial de color naranja tiene la capacidad de extenderse de forma positiva. Ésta se extiende y con un regulador del equipo de buceo colocan aire debajo. Luego se infla y manda a la superficie la red o pedazo de red que cortaron. 

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El buzo profesional Héctor Iñiguez dentro del mar realizando maniobras de extracción de redes de pesca fantasma abandonadas o en desuso como parte de las tareas del programa de Pesca ABC. Foto Luis Madrid / Animal Político.

Una vez que la red se encuentra en la superficie, la tripulación que se queda en la embarcación menor -o panga-, toma la red y la extrae del mar. 

Una vez terminado el trabajo de extracción de las redes localizadas en la jornada, toman esas artes y las llevan al centro de acopio que la organización ambientó en la estación de campo de Pesca ABC. 

“Los planes a futuro con este equipo rescatado es reciclarlo. Se está haciendo el trabajo y esfuerzo de separarlo de todo material orgánico que tengamos, [como] peces o aves muertas y de cualquier otro material que no sea la red. Posteriormente se va a triturar y el siguiente paso es hacer pellets para nosotros después darle la forma que queramos con una máquina de impresión 3D”, adelanta Felipe Rocha.

El frío de las aguas, un reto que no los detiene

El mar de San Felipe se caracteriza por tener aguas muy frías. Para bucear y extraer las redes deben aprovechar las “mareas muertas”, que es el mejor momento para estar en el agua debido a la poca visibilidad que se tiene al sumergirse en otros momentos.

“A veces, en un día muerto y sin viento, podemos tener la visibilidad de hasta un metro a la distancia, pero normalmente vamos a tener una visibilidad corta. [Este] es un esfuerzo coordinado que ha dado buenos resultados junto con el torneo del retiro de artes de pesca en desuso donde obtuvieron cerca de diez toneladas de material que próximamente reciclaremos”, añadió el experto.

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Durante la noche la Estación de Campo de Pesca ABC cobra vida con la llegada de los pescadores que entregan la pesca del día. Ahí se realiza una revisión minuciosa para después preparar el producto que será entregado al comerciante final. Foto Luis Madrid / Animal Político.

Hasta ahora, Pesca ABC ha realizado tres campañas de buceo. Sin embargo, Rocha enfatiza que lo ideal es que se hagan mes con mes. Para lograrlo se necesita de apoyo económico para rentar el equipo de buceo especializado en aguas frías que adquieren desde la ciudad de Ensenada, Baja California. 

De acuerdo con el biólogo, la renta de un equipo de buceo depende de la cantidad de personas que se sumerjan. Los trajes que usan deben ser de neopreno y pastillas de plomo para las maniobras dentro de aguas frías. Por estas generalidades los precios varían entre los 20 mil a 30 mil pesos.

“El traje de buceo te aisla del agua y la que queda dentro de él se calienta con el calor corporal. Eso nos mantiene en una temperatura agradable para trabajar. Nosotros usamos trajes de 9 milímetros para asegurarnos de no pasar frío abajo. En invierno tenemos un récord de 13 °C. [La temperatura del agua marina] se mide con un multiparámetro que durante todo el año toma datos. En verano tenemos [hasta] 33°C”, detalla el experto.

Buceo, tratamiento y reciclaje de redes 

Ante el peligro que representa la permanencia de las redes de pesca fantasma en el medio marino, Pesca ABC dio continuidad al programa de extracción de redes que, junto con otras organizaciones de la sociedad civil, iniciaron en 2016. 

Andrés Amparo y Héctor Iñiguez, ambos buzos profesionales, extractores de redes y biólogos marinos en Pesca ABC, explican a Animal Político y Border Hub cómo localizan las redes de pesca fantasma.

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Andrés Amparo es buzo profesional, extractor de redes y biólogo marino miembro de Pesca ABC, junto con Héctor Iñiguez se adentran al mar del Alto Golfo de California para extraer artes de pesca en desuso y proteger el ecosistema marino. Foto Luis Madrid / Animal Político.

La localización de redes se realiza en zonas que sean de riesgo para los pescadores a la hora en que tiran sus redes. Principalmente donde haya rocas, barcos hundidos y arrecifes. Una vez localizadas se marca el sitio por GPS.

“Nos programamos cuando hay mareas muertas y bajamos un grupo de entre cuatro y seis buzos para hacer la extracción de redes. Una vez dentro, ya ubicadas, se marcan con bolsas inflables de un color llamativo como es el naranja ya que con la [poca] visibilidad se batalla para tener ubicado todo y se va sacando por partes”, explica Iñiguez.

El buzo describe que el material de la red lo estiran con las bolsas inflables y lo cortan. Cada parte que cortan de la red la sacan hasta terminar por completo con ella. Además, enfatiza en que es poco común que se extraiga la red por completo en un solo intento. 

Los riesgos de extraer redes

Bucear en el Alto Golfo de California en temporada de mareas muertas permite evitar el sedimento que se arrastra debajo del mar debido a la elevación del agua. El polvo y arena juntos debajo del agua son los causantes de la falta de visibilidad al sumergirse.

“Prácticamente, estamos a oscuras, por eso buscamos un día en que por lo menos tengamos unos dos metros de visibilidad, por el mismo riesgo de la red que provoca que pierdas a tu compañero y pueda atorarse con la red”, señala el buzo.

Andrés Amparo agrega que otro de los riesgos a los que se enfrentan en un proceso de extracción de redes es atorarse con alguna de esas artes de pesca abandonadas o perdidas en el mar.

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Vista al Cerro del Machorro, sitio donde buzos de Pesca ABC han localizado y extraído redes de pesca fantasma en desuso, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), señala a este sitio como uno de los límites para proteger a la totoaba. Foto Luis Madrid / Animal Político.

“Siempre tenemos que estar vigilando a nuestro compañero. Nos metemos con dos navajas y cuchillo para que, en caso de riesgo o atoro, podamos desatorar. La profundidad que usamos aquí son alrededor de 10 a 20 metros máximo, por lo mismo de que las redes llegan a ser un poco grandes y te entretienes en estarlas cortando. Entonces, tratamos de no bucear profundo”, añade.

Una red que lleva mucho tiempo abandonada en el mar puede contener lodo que se sedimentó en ella, o Incluso corales que se adhieren al material. Eso, más la densidad del mar, vuelve a las artes de pesca más pesadas y cuando hay corriente, los buzos corren el riesgo de ser arrastrados junto con ellas.

“A la hora de meternos [al mar] utilizamos bolsas de aire y eso nos ayuda a manipularlas [las redes] dentro del agua y no tener que cargar con el peso de la red. Las mismas bolsas con las que marcamos se inflan de aire y se elevan a la superficie. Ahí, dependiendo de las personas que manejan la panga o la embarcación se acercan, toman la red y la extraen”, describe Amparo.

Siguiente paso: Separar y tratar la redes

Una vez que las redes fueron extraídas continúa el siguiente paso: limpiar, separar y tratar. Juan Carlos y Saúl fueron pescadores y hoy en día son recolectores de redes. Su labor en este proyecto es tratar las artes de pesca que los buzos extraen del mar. 

Ambos se encargan de separar los materiales que conforman las redes y las tratan dependiendo de qué están hechas. Esto es una tarea fácil para ellos porque su conocimiento como pescadores les permite identificar sus compuestos; así como la pesquería para la que fue diseñada.

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Juan Carlos fue pescador y ahora se dedica a recolectar redes de pesca fantasma abandonadas o en desuso en la comunidad de San Felipe, Baja California, su conocimiento sobre los componentes de estas artes le permiten identificar los materiales y separarlos para ser reciclados de manera correcta. Foto Luis Madrid/Animal Político.

“Para nosotros no es difícil porque ya sabemos identificarla”, señala Juan Carlos, mientras separar los componentes de la red. 

Primero identifican los monofilamentos de la red que es un polímero de nylon y lo separan. Aunque ese material predomina en las redes, lo único que los hace diferentes es el grosor y el ancho y la especie a la que va dirigida, ya sea para camarón o pez sierra, por ejemplo.

Sin embargo, la red dirigida para pescar totoaba tiene una composición especial. Héctor Iñiguez explica que hasta ahora no les ha tocado sacar una red semejante cuando bucean.

“Es raro que esas redes las dejen o las tiren [para pescar] en lugares de riesgo debido al precio que tienen. Esas son de un material que le dicen spectra y está conformada por muchos hilos y es más resistente”, añade el buzo.

De acuerdo con las fuentes consultadas, las redes totoaberas también reciben el nombre de ‘totoabero’, ‘malludo’, ‘trapo’ y están hechas de tela o hilo de seda trenzado. “Son super resistentes y si se atora una ballena se batalla para sacarla”, explican.

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Sául también fue pescador y junto con Juan Carlos se dedican a limpiar e identificar los materiales de las artes de pesca de las diferentes pesquerías que usan en San Felipe. Foto Luis Madrid / Animal Político.

Para limpiar una red, quitan los materiales que en ella se encuentren estancados como puede ser algunas especies marinas. Después proceden a separar el cabo con plomo, la boya y clasifican la red según corresponda la pesquería. 

En seguida, esas redes se estiran y las enrollan hasta volverlas esferas que depositan en grandes sacos conocidos como barcinas. Las registran y después, las llevan a triturar con la Secretaría de Marina.

Triturar para crear

Para este proceso, y con apoyo de la Secretaría de Marina, según los entrevistados, entregan las redes que son trituradas con maquinaría de la Semar. 

El resultado son pequeños trozos o pellets que se utilizarán para reciclar y crear nuevos objetos, de esta manera se garantiza la circularidad y sustentabilidad de las redes.

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Después de limpiar las redes y separar cada uno de los elementos que la componen, el siguiente paso es darle forma esférica para después triturar y obtener pellets o pequeñas tiras de estas artes para después transformarlas en estructuras. Foto Verónica Santamaría / Animal Político.

Jania, técnico de economía circular en Pesca ABC, explica que un proyecto de reciclaje para redes de pesca fantasma que fueron extraídas del mar sí tiene un costo elevado, en especial cuando se obtiene una gran cantidad de redes recolectadas como fue en la edición de este 2024 al contabilizar diez toneladas en el torneo de recolección.

Juan Carlos, quien fuera pescador en San Felipe, considera que es importante la creación de programas para proteger a una especie como la vaquita marina y la totoaba que están en peligro de extinción pero también se debe pensar en las personas que se dedican a la pesca.

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Retrato de Héctor Iñiguez, buzo profesional y extractor de redes en el medio marino previo a la demostración de extracción de artes de pesca abandonadas en el medio marino. Foto: Luis Madrid / Animal Político.

“No solo son los 7 mil 500 pesos que nos pagan al año. También deben pensar en el pescador, de dónde va a vivir y todo antes de quitarle la red. Es muy fácil decir ‘le vamos a quitar las redes’, pero de qué va a vivir el pescador. Todo San Felipe es gente pescadora”, añade.

Por su parte, Héctor Iñiguez coincide que aunque se crean alternativas, esas no cubren a todos los pescadores. “No nada más se deben retirar las redes y ya, también se deben dar alternativas a los pescadores y no solo poner ‘Cero Tolerancia’ en todo el Alto Golfo, se necesita repensar en eso y en dar soluciones, no solo prohibirlas”, denuncia.

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Pesca ABC realiza el tratamiento de artes de pesca abandonadas y que fueron recolectadas en el Torneo de Colectas de redes de pesca fantasma en el puerto de San Felipe, el objetivo es reciclarlas y convertirlas en estructuras funcionales. Foto Verónica Santamaría / Animal Político.

Antes de que te vayas: Julieta Martínez, la activista medioambiental que lucha por el futuro de las mujeres en LATAM

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Imagen BBC
La foto de la madre a la que entregaron el cuerpo de su bebé en una caja de cartón y la crisis de salud de Ecuador
10 minutos de lectura

El sistema de Salud de Ecuador está en crisis y los analistas estiman que tuvo mucho que ver en la derrota electoral del presidente Daniel Noboa en su consulta popular.

22 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
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A Yawa Sumpa Puar Alexandra, de la comunidad indígena achuar, le entregaron el 29 de noviembre el cuerpo de su bebé en una caja de cartón. La niña de solo un mes había ingresado por un problema respiratorio la noche anterior en el Hospital General de Macas, en la provincia ecuatoriana de Morona Santiago, y en unas pocas horas falleció.

La plantilla médica recomendó a la mamá buscar un ataúd, pero sola, a cientos de kilómetros de su comunidad y sin hablar bien español, su situación era de total desamparo. Aunque salió en busca de ayuda, como no llevaba dinero, tuvo que volver al hospital.

Ahí se encontró con el improvisado féretro que tuvo que cargar primero al parque principal de Macas donde salen las camionetas y los autobuses a Taisha, y luego las tres horas de viaje hasta esa ciudad de donde despegan las avionetas hacia la zona donde vive su comunidad, en plena Amazonía ecuatoriana.

“¿Cómo es posible que le dejen marchar así, con un bebé muerto en un cartón? Es doloroso ver cómo la manera en que nos tratan los médicos. Es indignante y muy triste porque somos humanos”, dice a BBC News Mundo el miembro comunidad achuar de Kaiptach que auxilió a la madre en un primer momento y tomó la fotografía.

Fue la municipalidad de Taisha la que finalmente la ayudó con un ataúd y con el vuelo de regreso a su comunidad.

“Es la familia la que tiene que traer el ataúd. El hospital no te la da. Eso es así en todo el país. Pero es verdad que sí son los encargados de hacer la gestión para pedir una donación a los municipios o a las prefecturas. Y para eso los hospitales tienen un área de trabajo social”, le cuenta a BBC Mundo Christian Sánchez Mendieta, periodista del diario El Mercurio.

El equipo de este diario había viajado en abril pasado a Morona Santiago después de que 10 niños murieran por leptospirosis, una enfermedad que se transmite por medio de las heces y orinas de roedores, pero con pronóstico favorable para el paciente si se le administran antibióticos.

“Son poblaciones que tienen costumbres completamente diferentes y viven en condiciones insalubres, pero siento que hay una especie de racismo contra ellos”, añade Sánchez Mendieta.

La caja de cartón cerrada con cinta y con un mensaje en azul que dice
Foto cedida por la comunidad Kaiptach
La caja de cartón cerrada con cinta y con un mensaje en azul que dice “Trátese con cuidado”.

“Dada la gravedad de este hecho se han dispuesto las gestiones correspondientes para la sanción al personal involucrado en esta irregularidad”, informó el Ministerio Público de Salud luego de que se difundiera públicamente la foto de la madre y la caja con el cuerpo de su hija.

Pero la imagen tomada en Taisha, que levantó una oleada de indignación en todo Ecuador, se convirtió en un ejemplo dramático de una situación que supera las fronteras de la provincia de Morona Santiago: la crisis en la salud pública ecuatoriana.

Un tema político

El 16 de noviembre, 13 días antes de la muerte de esta niña en Macas, hubo una consulta popular en la que el presidente Daniel Noboa planteó cuatro preguntas a los ecuatorianos. En los cuatro interrogantes -que iban desde la convocatoria a una Asamblea Constituyente hasta el regreso de bases militares extranjeras al país- la gente dijo “No”.

El revés de Noboa sorprendió porque el mandatario gozaba de un nivel de popularidad del 52,7%, según una encuesta realizada por la empresa Cedatos en octubre, y porque ocho meses antes había logrado su reelección en una segunda vuelta con más del 55% de los votos.

Otra de las sorpresas fue una de las causas mencionadas al interior de Ecuador para explicar esta derrota: en un país acostumbrado casi exclusivamente a hablar de las crisis de inseguridad y de las muertes violentas, se mencionó la crisis de salud.

Mapa de la Amazonía ecuatoriana
BBC

El desabastecimiento de medicinas y todo tipo de materiales médicos había llegado a niveles críticos a finales de septiembre, afectando incluso a medicamentos considerados básicos como la insulina, la morfina, la amoxicilina y fármacos contra el cáncer.

La situación obligó al gobierno de Noboa a declarar el estado de emergencia en el Instituto Ecuatoriano de Seguro Social (IESS) -el que utilizan los trabajadores que contribuyen con su salario al sistema público- y en el Ministerio de Salud.

Solo en los últimos 20 meses, el país ha tenido cinco ministros de Salud, y tras esta inusual rotación, la cartera recae ahora en la vicepresidenta de la República, María José Pinto.

Una de las principal quejas del presidente de la Federación de Nacional de Médicos del Ecuador, Santiago Carrasco, es precisamente la falta de liderazgo técnico y la mala gestión derivada de la falta de conocimiento del sector de los dirigentes.

BBC Mundo se puso en contacto la presidenta de la Comisión del Derecho a la Salud y Deporte de la Asamblea Nacional del Ecuador, Diana Blacio, de partido gobernante, pero no obtuvo respuesta.

“El presupuesto para salud ha sufrido recortes significativos: de US$3.219 millones en 2023 bajó a US$2.959 millones en 2024 y a US$2.798 millones en 2025”, explica a BBC Mundo María Verónica Iñiguez Gallardo, asambleísta por la provincia de Loja.

Según datos del Banco Mundial, en 2021 y 2022 también se redujo el monto destinado a los recursos relacionados con la operación y mantenimiento del sistema sanitario. Esto incluye salarios de personal, compra de medicamentos e insumos, servicios básicos (luz, agua), mantenimiento de instalaciones, y administración.

Es decir, los costos para que los hospitales, clínicas y programas de salud funcionen día a día, sin incluir grandes inversiones en infraestructuras nuevas

Pero para Iñiguez Gallardo, lo más alarmante es la ejecución de esos fondos: “Hasta julio de 2025, solo se había utilizado el 34,6% del presupuesto de inversión, lo que significa que hospitales y centros de salud operan con recursos mínimos”.

Estantes casi vacíos

La asambleísta de Revolución Ciudadana, el principal partido de la oposición liderado por el expresidente Rafael Correa, indica que “el desabastecimiento de insumos y medicamentos es generalizado en todo el país. En septiembre, los hospitales públicos reportaban apenas un 45% de abastecimiento de medicamentos”.

Iñiguez Gallardo indica que, por ejemplo, en los hospitales Monte Sinaí y del Guasmo, los dos centros de salud más grandes de Guayaquil, la capital económica del país, la falta de insumos esenciales alcanzó el 80%.

“En otro hospital de Guayaquil, el Hospital Universitario, 18 recién nacidos murieron tras contraer infecciones asociadas a la atención sanitaria, producto de la reutilización de cánulas contaminadas, insumos cuyo costo es mínimo (US$1 aproximadamente)”, recuerda la asambleísta.

Juan, nombre ficticio de un especialista del Hospital General Monte Sinaí que no quiere ser identificado, describe la precariedad con la que trabajan desde hace un año:

“Si alguien se va a operar al hospital, tiene que traer todo. Faltan agujas, cánulas, hilos de sutura, sedantes, analgésicos. A veces no hay ni algodón o sábanas en las camas. Tenemos guardias de 24 horas pero ya no hay donde comer en el hospital porque a la gente de la cantina hace meses que no le pagan”.

“Ni siquiera podemos hacer exámenes de laboratorio, análisis de sangre, son servicios que prácticamente no funcionan por falta de pago”, le cuenta a BBC Mundo y añade:

“Como faltan muchas medicinas, las familias se ven obligadas a acudir a chulquero (prestamista) y tomar dinero con tasas de interés extremadamente altas y abusivas. O hacen eso o se les muere el familiar. La crisis de salud se extiende a todo el tejido social. Va más allá de la sanidad”.

BBC Mundo trató de contactar el Ministerio de Salud Pública porlos canales oficiales pero tampoco logró que alguien respondiera a estas acusaciones.

Una ambulancia sale del Hospital Universitario de Obstetricia y Pediatría de Guayaquil, donde las autoridades investigan la muerte de 12 recién nacidos
Getty Images
La fiscalía abrió una investigación en el Hospital Universitario de Guayaquil tras la muerte en poco tiempo de varios neonatos.

Otros pacientes que sufren estos días la escasez de medicamentos son los que necesitan diálisis o quienes padecen diabetes y necesitan una dosis diaria de insulina.

En Guayaquil, el 28 de noviembre, hubo una movilización para denunciar el desabastecimiento de insulina, que según diversas asociaciones se ha agudizado desde 2023 y que afecta tanto a farmacias privadas como públicas.

“Si me preguntas cómo hemos llegado a esta situación, creo que se debe tal vez a una mala gestión desde el Estado al hacer la provisión de las compras”, explica Lucía Mantilla, presidenta de la Fundación Diabetes Juvenil de Ecuador.

“Los diabéticos necesitan insulina todos los días. No es algo que puedas ponerte un día sí y otro no. Y ahora mismo, los miembros de la asociación nos cuentan que tienen que recorrer varias farmacias para encontrar un vial, que a veces lo reparten en dos días o tres”.

“Cuando un paciente diabético no se inyecta insulina esto puede derivar en valores altos de glucosa, que se puede transformar en una cetoacidosis. La cetoacidosis necesita una intervención hospitalaria y si no son atendidos, en el caso extremo pueden caer en un coma diabético”, agrega.

Desde la pandemia

Para varios expertos consultados, la pandemia de COVID-19 -que se ensañó especialmente con Guayaquil- aceleró el colapso del sistema.

“Hubo despidos de miles de profesionales de la salud y salieron a la luz varios casos de corrupción en la compra de insumos médicos”, cuenta Iñiguez Gallardo.

“La pandemia tuvo un gran impacto en Ecuador. Solo hay que recordar los ataúdes en las calles. El país implementó un sistema en el que reservó los hospitales públicos para atender el Covid y derivó al sector privado la atención del resto de patologías”, afirma Marcelo Bortman, ex especialista en Salud del Banco Mundial.

La fórmula suponía transferencias de fondos de los servicios públicos a las clínicas privadas para pagar la factura.

María José Pinto saludando desde una ventana a sus seguidores.
Getty Images
La cartera del Ministerio de Salud recae ahora en la vicepresidenta de la República, María José Pinto.

“Para que un sistema de salud sea fuerte, tiene que tener recursos humanos adecuados, estructura y el financiamiento suficiente. Obviamente los hospitales tienen que tener equipamiento y eso es cada vez más caro por la tecnología”, plantea Bortman y añade:

“La mayor parte de los de los presupuestos que tienen los sectores de salud en el mundo son en general para funcionamiento, pero no hay para mantenimiento ni para mejoras. Y con los años, si esas inversiones faltan, los servicios se van deteriorando y las capacidades también”.

Alta sin operación

El diario El Mercurio reportó estos días la historia de un paciente de 22 años ingresado en el Hospital José Carrasco Arteaga desde hace más de 20 días en la ciudad de Cuenca. Féliz Aurelio Suqui se cayó de un montacargas a 15 metros de altura mientras trabajaba.

Según el informe médico tiene entre otras cosas politraumatismo, es decir, muchos huesos rotos -incluidas tres vértebras-, y neumotórax (un colapso en los pulmones). Está en estado grave.

Cómo no hay materiales para la cirugía que necesita, el hospital sugiere darle el alta y que espere en casa los insumos para la operación que necesita.

Yawa Sumpa sigue al hombre de su comunidad que la lleva a descansar. El cadáver de la niña fue ingresado en la morgue de Taisha
Foto cedida
El gobierno municipal de Taisha donó a Yawa Sumpa el dinero para comprar un ataúd.

Pero si la situación es mala en las ciudades, es peor en las zonas rurales.

“Los puestos de auxilio y los puestos de medicina general son muy poquitos en las zonas rurales. Hay que caminar cuatro horas por la selva. Son construcciones de madera que casi no tienen los elementos básicos”, describe el periodista Sánchez Mendieta.

A esto hay que añadir que los médicos en las áreas remotas “son casi siempre recién egresados de la universidad que están haciendo un año de medicina comunitaria”, expone Pablo Ponce, director del colectivo Violín Rojo, una asociación que trabaja con comunidades indígenas en Ecuador. En concreto, Ponce vive desde hace 5 años con los Achuar.

“Pero lo que se necesita es tener médicos contratados, especialistas, un médico general, un pediatra. En los puestos de salud de la zona no existe la forma de hacer un examen de sangre. No hay una garantía de electricidad”, argumenta.

Ese sistema, que deja las zonas rurales lejos de la zona de reparto de insumos o aleja a los especialistas fue la razón por la que Yawa Sumpa tuviera que llevar a su bebé al Hospital de Macas.

Y cuando creyó que la atención médica salvaría a su hija, se encontró con una crisis del sistema que solo le dejó una caja de cartón en las manos.

Línea gris de separación
BBC

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