La medicina tradicional mexicana y la herbolaria pueden verse como “algo del pasado”, sin embargo personas como Narda Oriana Estrada se mantienen firmes en la preservación de este conocimiento para el presente y el futuro.
Desde hace cinco años, Narda estudia herbolaria y plantas medicinales, pero desde siempre ha tenido interés en el tema gracias a los conocimientos de sus abuelas. En un espacio durante la Fiesta de las Culturas Indígenas que se celebró en el Zócalo, Narda se tomó un ratito para compartirnos un vistazo al mundo de la medicina tradicional y las plantas cuyo conocimiento ha cultivado a lo largo de los años.
“Aunque mis abuelas no eran curanderas, ellas siempre tenían plantas para todo: para el dolor de estómago, para la digestión, para el dolorcito de cabeza”, dice Narda.
Seguro te interesa: oriGen: el proyecto para encontrar el genoma mexicano (y mejorar nuestra salud)
Este conocimiento es generacional: su abuela materna aprendió de su propia madre y abuela sobre las ventajas de ciertas plantas. Sobre la mamá de su papá supo, hasta hace poco tiempo, que fue una curandera a la que la gente y sus familiares acudían al enfermarse.
Ahora, ya adulta, Narda explica que además de aprender de médicos tradicionales, también se ha dedicado a aprender con agrónomos maestros de la Universidad de Chapingo, así como con médicos convencionales que están dispuestos a aprender de herbolaria.
La medicina tradicional implica el conocimiento de distintos factores, la localización geográfica, el clima e incluso el estado de ánimo de la persona.
Estrada explica que, si bien existe una base general, las plantas medicinales nativas dependerán del lugar y el clima, “no es lo mismo la sierra norte de Puebla, que aquí la Ciudad de México, o Cuautla, en Morelos”, dice.
Incluso, agrega, que la localización geográfica y el clima puede contribuir al temperamento de las personas, a su diagnóstico y su eventual tratamiento.
Lee: Descender al inframundo maya para limpiarlo: los buzos que buscan sanear los cenotes en Yucatán
“Por ejemplo las zonas de calor: la gente tiende a ser muy enojona”, dice Narda entre risas. “Mientras que en las zonas de humedad o de frío hay como que tienden a la tristeza”.
En México ha habido algunos esfuerzos tímidos por la preservación del conocimiento y práctica de la medicina tradicional.
Puedes leer: Bisontes, lobos y perritos: gracias al trabajo científico, las praderas mexicanas de Janos vuelven a la vida
Por ejemplo, en los 70 se creó el Instituto Mexicano para el Estudio de Plantas Medicinales, que dependía directamente de Presidencia de la República, y se comenzó con un registro más puntual de médicas y médicos tradicionales de todo el país e impulsó la investigación de plantas medicinales.
Para los 80 se inició el Herbario de Plantas Medicinales del IMSS y que contiene un acervo de más de 15 mil ejemplares.
Uno de los esfuerzos más recientes en la preservación de estos conocimientos se contiene en la Ley del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) que, en su Artículo 4, señala que se debe buscar promover “el mantenimiento, fortalecimiento y ejercicio de la medicina tradicional mexicana y la formación de personal médico en esta materia.
Incluso, en marzo de este año, el secretario de Salud Jorge Alcocer anunció la distribución de 28.3 millones de pesos a 164 proyectos que buscan el ejercicio de la medicina tradicional, así como el apoyo a 256 promotoras y promotores comunitarios de 24 estados que conservan estos conocimientos.
Además, existe la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana, un esfuerzo de la UNAM, el INPI, y otras organizaciones.
Sin embargo, aunque en el discurso de reconoce la tradición, el gobierno mexicano no ha anunciado, hasta ahora, algún esfuerzo extra para la investigación científica sobre este tema.
Mientras llega la inversión gubernamental para la investigación, universidades públicas como la UNAM, el IPN, la Universidad de Chapingo (en posgrados) y la Universidad de Guadalajara, han incluido Medicina Tradicional en su currícula de licenciaturas relacionadas con ciencias de la salud.
Incluso, en enero de 2022, la UNAM anunció el proyecto de la Escuela de Medicina Tradicional Totonaca, impulsado por un grupo de abuelos y cerca de 70 médicos tradicionales que propusieron crear un plan de estudios para transmitir sus saberes.
Esta escuela se está conformando mediante el Programa Universitario de Estudio de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad y la propuesta viene de personas de origen totonaca.
Al grupo universitario se integraron:
Uno de los especialistas involucrados en este proyecto, es Roberto Campos, de la Facultad de Medicina de la UNAM, quien se ha dedicado a investigar cómo convergen la medicina tradicional y convencional.
Otro texto de los alumnos de la Escuela Annenberg de Comunicación y Periodismo de la Universidad del Sur de California: Conoce el significado detrás de las figuras en los tapetes zapotecas de Teotitlán del Valle
Narda Oriana, con su amplio conocimiento en medicina tradicional mexicana, nos explicó cómo algunas plantas que ella tiene en casa son usadas para aliviar distintos malestares.
Por ejemplo, la planta conocida como Cola de caballo (Equisetum hyemale L.) se utiliza para personas con síntomas de deshidratación o después de experimentar periodos prolongados de diarrea. Lo que hace esta plantita es promover la homeostasis en el cuerpo.
“Esta planta sirve para personas que tienen problemas de riñones para recuperarse, para hidratarse y que los riñones puedan funcionar otra vez adecuadamente”, dice Estrada.
Otra plantita que nos explicó Narda es el famoso (y muy rico) Zacate limón (Cymbopogon citratus) y que tiene muchos usos distintos.
Tanto la médica como la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana detallan que esta planta funciona como un “antibiótico de amplio espectro, hipotérmico, antiinflamatorio, diurético antiespasmódico, depresor del sistema nervioso central e hipocolesterolémico”.
Una planta muy interesante entre la colección de Narda es el Vaporub (Plectranthus hadiensis): las hojas, al ser aplastadas, liberan un aroma penetrante que ayuda a abrir las vías respiratorias.
Esta planta también se usa en la medicina moderna gracias a su alta concentración de mentol y, por sí misma, también funciona como antibiótico.
Por último, entre las plantas medicinales favoritas de Narda es la Caléndula (Calendula officialis), que es usada como ingrediente en cremas de cuidado dérmico y como un remedio que promueve la producción de colágeno.
A pesar de que el uso de las plantas medicinales puede parecer “simple”, Narda detalla que es importante que la combinación y cosecha de las mismas es algo complejo y que, incluso, algunas pueden ser tóxicas si no se manejan de forma adecuada.
Un ejemplo magnífico es el Floripondio (Brugmansia x candida, que es un híbrido producto de la cruza artificial de las especies B. aurea x B. versicolor).
Esta plantita, con sus flores en forma de trompeta, es común encontrarla en la Ciudad de México, pero Narda Estrada advierte que puede ser extremadamente dañina si la persona no tiene una información adecuada sobre la misma.
“Es delicado porque tiene una concentración muy alta de alcaloides y esa concentración tan alta de alcaloides lo que hace es matar neuronas”, dice.
Con la poca familiaridad que existe alrededor de esta información, para Narda no es sorpresivo que exista un estigma social detrás de la medicina tradicional y herbolaria.
“Es importante que la gente se acerque y que vean que no es una cosa de brujería, sino que es algo que tiene fundamento científico”.
Por esto, además de la importancia cultural, Narda Estrada piensa que a las personas se les debe educar, desde temprana edad, en temas de medicina tradicional.
“Eso por un lado, apropiarnos de nuestro conocimiento ancestral y empoderarnos”, dice la experta. “Ayuda a que se quite mucha de la marginalidad que tiene por la cuestión histórica”.
Antes de irte puedes leer este texto de los alumnos de la Escuela Annenberg de Comunicación y Periodismo de la Universidad del Sur de California: Después de la violencia: así es la rehabilitación de perros víctimas de maltrato extremo en México
Este texto se produjo como parte de una colaboración con la Escuela Annenberg de Comunicación y Periodismo de la Universidad del Sur de California.
El nuevo aeropuerto Jorge Chávez quiere mejorar las conexiones de la capital peruana y ser vanguardia en la región.
El nuevo aeropuerto Jorge Chávez de Lima comienza a funcionar a pleno rendimiento este primero de junio con la promesa de convertirse en uno de los aeródromos más modernos y con más tránsito de Sudamérica.
Después de varias semanas de pruebas, en las que un grupo reducido de aerolíneas internacionales han estado operando vuelos en las nuevas instalaciones, el nuevo Jorge Chávez entrará plenamente en funcionamiento con el objetivo de mejorar la capacidad de atracción de visitantes y la conectividad de Perú.
Tras su inauguración oficial este viernes 30 de mayo, en un acto en que se espera la participación de la presidenta Dina Boluarte, el domingo a la 1pm hora local el aeropuerto estará totalmente operativo.
El camino hasta la inauguración del nuevo aeropuerto no ha sido fácil ni ha estado exento de retrasos y contratiempos. Estaba inicialmente prevista para diciembre de 2024, pero se aplazó hasta junio de este año para garantizar la seguridad y un eficiente desarrollo de las operaciones.
Y han surgido dudas sobre el impacto de algunas carencias aún no resueltas, como el escaso espacio destinado a los funcionarios de Inmigración, que podría provocar retrasos en la admisión de pasajeros al país, las esperas por la acumulación de vuelos tras las horas sin actividad del primer día o la falta de un acceso peatonal a la terminal.
Pese a todo, el nuevo aeropuerto tendrá previsiblemente un gran impacto en Perú y en su capital, así como en el transporte aéreo en Sudamérica.
Según Raúl Pérez Reyes, ministro peruano de Transportes, “la inauguración de este moderno aeropuerto marcará un hito para el desarrollo económico y turístico del país”.
El nuevo aeropuerto es el resultado básicamente del agotamiento de la capacidad del antiguo aeródromo, que entró en funcionamiento en 1960.
“En 2014 ya comprobamos que el número de pasajeros estaba creciendo a un ritmo superior a lo de que se había planeado para la infraestructura”, le cuenta a BBC Mundo Norbert Onkelbach, jefe comercial de Lima Airport Partners, la empresa de capital alemán que tiene la concesión de la explotación del aeropuerto.
En 2017, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones peruano y la empresa concesionaria acordaron una extensión de la concesión hasta 2041 con el compromiso de que esta construiría una nueva terminal.
Para entonces el viejo Jorge Chávez ya recibía unos 17 millones de pasajeros al año.
Con más de US$2.000 millones de inversión, el nuevo Jorge Chávez tiene 270.000 metros cuadrados de superficie y 46 puertas de embarque.
Con capacidad para 40 millones de pasajeros anuales, futuras ampliaciones podrían elevar esa cifra hasta los 50 millones anuales.
La segunda pista construida, que se suma a la del viejo aeropuerto, que seguirá operativa, ha dejado a la nueva terminal en medio de dos pistas que pueden utilizarse simultánea y coordinadamente.
“Esto nos permitirá llegar a los 54 movimientos por hora, desde los 35 que ahora se realizan”, señala Onkelbach.
La nueva terminal cuenta con avances que deberían facilitar el tránsito y la experiencia de los pasajeros, como equipos de tomografía computerizada tridimensional que permiten inspeccionar los equipajes en el control de seguridad sin que haya que sacar los dispositivos electrónicos de su interior, como ahora sucede en muchos aeropuertos del mundo.
También contará con puntos de control electrónicos en los que peruanos y extranjeros residentes en el país podrán completar el trámite migratorio tan solo con mostrar sus documentos ante un escáner.
El viejo Jorge Chávez dejará de recibir pasajeros y sus instalaciones se convertirán en áreas de estacionamiento y mantenimiento de las aeronaves, y dependencias administrativas y logísticas de las aerolíneas y otros agentes aeroportuarios.
Para Perú, país donde el comercio exterior y el turismo representan un 2,9% de su Producto Interno Bruto anual, contar con un aeropuerto moderno y con gran capacidad en su capital es un asunto de gran importancia.
La compañía que opera el de Lima tiene como objetivo llegar a los 38 millones de pasajeros en 2030, lo que acercaría el nuevo Jorge Chávez a los 40 millones que pasan cada año por el aeropuerto de Sao Paulo, o los 46 del aeropuerto de El Dorado, en Bogotá, actual líder en la región.
El objetivo, dice Onkelbach, “es convertir al de Lima en el aeropuerto que conecta Norteamérica y Sudamérica”.
Actualmente, solo alrededor de un 10% de quienes aterrizan en Lima toman después un vuelo de conexión y Lima Airport Partners quiere elevar esa cifra hasta el 30 ó 35% con el nuevo aeródromo. “Aunque eso dependerá las condiciones de mercado de las aerolíneas con las que trabajamos”, advierte Onkelbach.
La chilena Latam es la principal usuaria y se espera que su actividad y presencia aumenten.
Lima tiene algunas ventajas para las aerolíneas.
Por su ubicación geográfica, les permite alcanzar destinos desde Canadá hasta Chile y Argentina con aviones de fuselaje estrecho, lo que les permite un mejor aprovechamiento de su flota sin tener que recurrir a aparatos más grandes habitualmente utilizadas en vuelos de larga distancia.
Su clima, caracterizado por una casi total ausencia de lluvias, facilita las operaciones y la puntualidad de los vuelos.
Sin embargo, el aeropuerto tendrá que superar algunos hándicaps propios de la zona en la que se ubica.
Los atascos y problemas de movilidad son habituales en el área urbana de Lima-El Callao, lo que obliga a los pasajeros a trasladarse con mucha antelación hacia el aeropuerto si quieren llegar a tiempo.
Y los críticos señalan que las autoridades deberán mejorar los accesos si quieren evitarse las filas de autos y escenas de caos circulatorio que formaban parte del día a día en el viejo aeropuerto.
Tanto las autoridades peruanas como la compañía concesionaria se muestran optimistas sobre el futuro del nuevo aeropuerto.
El ministro Pérez Reyes creen que colocará a Perú como “un hub más competitivo en la región”.
Sin embargo, su entrada en funcionamiento no tendría por qué ser una amenaza para otros “hubs” consolidados como Bogotá, Ciudad de Panamá o Sao Paulo.
“Podemos conectar con las ciudades secundarias de Norteamérica, Sudamérica y Centroamérica. No vamos a quitarle cuota de mercado a nadie porque en Sudamérica hay margen de crecimiento para todos siempre que no se produzca una recesión”, dice Onkelbach.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.
Utilizamos cookies propias y de terceros para personalizar y mejorar el uso y la experiencia de nuestros usuarios en nuestro sitio web.