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¡Nada fetch! La secuela de ‘Mean Girls’ que fue un fracaso y que casi nadie vio
¡Nada fetch! La secuela de ‘Mean Girls’ que fue un fracaso y que casi nadie vio
Fotos: Paramount Pictures
4 minutos de lectura

¡Nada fetch! La secuela de ‘Mean Girls’ que fue un fracaso y que casi nadie vio

Más que una secuela, parece un remake de bajo presupuesto. Te contamos todo sobre 'Mean Girls 2' y dónde verla por si te gana la curiosidad.
08 de noviembre, 2023
Por: Abigail Camarillo
@aabi_cm 

Tenemos mucha curiosidad por la película musical de Chicas pesadas, pero muchas personas no saben que ya tuvimos una secuela de este clásico del cine. Sin embargo, quienes sí la vieron intentan olvidarla. Aquí te contamos por qué Mean Girls 2 no brilló como la primera.

No hay duda de que con sus espectaculares personajes, icónicas frases y brillantes chistes, la película original sigue siendo una de las favoritas y muchas nos vestimos de rosa para celebarla cada 3 de octubre.

Aunque ojo, por más que nos preguntamos qué pasó con Regina George, Cady Heron y las demás, esta película no lo resuleve (para eso tenemos un comercial del super)

mean girls 2

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¿Secuela o remake? Así fue el fracaso de Mean Girls 2

La primera película protagonizada por Lindsay Lohan y Rachel McAdams se lanzó en 2004 y desde entonces esta comedia adolescente se volvió un ícono de la cultura pop.

Con ese éxito, era de esperarse que se buscara repetir la fórmula y por eso se trabajó en una secuela simplemente llamada Mean Girls 2.

La misma historia con un giro que no funciona

Hay un montón de secuelas que solo copian y pegan la trama de la primera, pero con personajes diferentes. Sin embargo, hacer eso con Mean Girls 2 no fue la mejor idea.

La historia sigue a Jo-Mitchell, quien en su primer día de clases se encuentra con “las plásticas”: Mandi Weatherly, Chastity Meyer y Hope Plotkin.

Y sí, también conoce a una chica nada popular que se dedica al arte y que tiene problemas con “las plásticas”.

Hasta aquí todo suena muy familiar; pero la gran diferencia es que en este caso la protagonista y su amiga deciden crear su propio grupo: “Las anti-plásticas”.

El trío de plásticas de Mean Girls 2
El trío de plásticas de Mean Girls 2. Foto: ABC FAMILY/BOB D’AMICO

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Personajes y un guión sin chiste

No basta con juntar a un grupo de chicas “populares” para hacer que la secuela funcione. La realidad es que ninguna de estas nuevas “plásticas” le llegan ni a Regina, ni a Gretchen ni a Karen.

Y en parte es porque Mean Girls 2 no contó con un guión desarrollado por la brillante comediante Tina Fey, quien sí desarrolló el de la primera y también desarrolló el musical (en el que se basa la nueva película).

Sin conexión con la original

Aunque la historia también se desarrolla en North Shore High School y el director sigue siendo el mismo; Mean Girls 2 no tiene ninguna clase de conexión con la primera.

Y la verdad es que es un insulto que nadie hable de Regina Geroge o Cady Heron considerando que fue algo grande lo que sucedió entre ellas.

Un proyecto directo para la televisión y DVD

Tampoco le pusieron tanto presupuesto a Mean Girls 2. Pues desde un inicio se definió que no sería lanzada en cines, sino que más bien tendría un estreno en TV (a través del canal ABC Family) y posteriormente un lanzamiento en DVD.

Este proyecto se anunció desde 2008; sin embargo, se lanzó en 2011 con la dirección de Melanie Mayron, quien tiene mucha experiencia en series y películas para la televisión.

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El elenco ¿con Diego Boneta?

Ya hablamos que Lindsay Lohan y Rachel McAdams se robaron la primera película. Pero tristemente Mean Girls 2 no contó con un elenco igual de atractivo.

Jo Mitchell, la protagonista, fue interpretada por Meaghan Martin quien salió en las películas Camp Rock y Camp Rock 2 de Disney Channel.

Diego Boneta y Meaghan Martin mean girls 2
Diego Boneta y Meaghan Martin como Tyler Adams y Jo Mitchell. Foto: ABC FAMILY/BOB D’AMICO

Su amiga Abby Hanover fue interpretada por Jennifer Stone, otra estrella de Disney Channel que salió en la serie Los hechiceros de Waverly Place.

Las “plásticas” fueron lideradas por Maiara Walsh como Mandi Weatherly. Y de hecho este fue de sus primeros papeles, pues antes solo había salido como invitada en The Vampire Diaries.

Nicole Gale Anderson le dio vida a Hope Plotkin en Mean Girls 2. Aunque antes había salido en series como Zoey 101, Hannah Montana o iCarly solo había sido en un episodio y como personaje secundario.

El trío de “plásticas” se completó con Claire Holt como Chastity Meyer. La actriz antes había tenido el protagónico en la serie australiana H20: Sirenas del Mar.

Mean Girls 2 también tiene a un interés amoroso llamado Tyler Adams, quien fue interpretado por Diego Boneta cuando apenas estaba intentado hacer una carrera en Estados Unidos.

Dónde ver Chicas pesadas 2

Si sientes curiosidad por ver Mean Girls 2 no vamos a detenerte. En México está disponible en el catálogo de ViX Premium o puedes rentarla a través de Prime Video, Claro Video, Google Play o Apple TV.

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Imagen BBC
5 momentos en la vida de José “Pepe” Mujica relatados por él mismo y un pedido para su muerte
9 minutos de lectura

El expresidente uruguayo sobre sus tiempos de guerrillero, su fuga de una prisión por un túnel, cómo conoció a su esposa, la tortura y el retorno a la libertad.

13 de mayo, 2025
Por: BBC News Mundo
0

José Mujica escuchó con buen humor las disculpas: la entrevista se extendió por casi dos horas, bastante más tiempo de lo previsto.

“Yo no tengo la culpa si tuve una vida que es una novela”, comentó luego, con una leve sonrisa cómplice.

La charla transcurrió el 7 de abril de 2023, un día soleado del otoño austral.

Mujica estaba dentro de un pequeño cuarto precario instalado frente a su casa en la zona rural de Montevideo, un lugar donde abundan el aire limpio, los cantos de pájaros y los ladridos de perros.

Con 87 años de edad entonces, Mujica rememoró para el podcast Witness History de BBC World Service varias etapas de su vida, todas previas a ser electo presidente de Uruguay en 2009 y volverse una figura reconocida de la izquierda latinoamericana a nivel internacional.

Los recuerdos incluyeron sus años de lucha armada en el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), la guerrilla urbana uruguaya que en las décadas de 1960 y 1970 practicó asaltos, secuestros y ejecuciones influida por la revolución cubana y el socialismo.

En aquel tiempo los tupamaros usaban la violencia contra un gobierno constitucional, por lo que muchos los responsabilizan por el espiral de violencia que condujo al golpe de Estado militar de 1973, aunque según Mujica había en Uruguay una “democracia enferma” que reprimía cada vez más e iba hacia una dictadura inevitable como en otros países en la región.

El hombre apodado “Pepe” también sostuvo que nunca llegó a matar a alguien. “Yo no tengo ningún asesinato. De pura casualidad, pero no tengo ninguno”, dijo durante la entrevista.

Narró episodios como su fuga con otros 105 tupamaros y algunos presos comunes de la cárcel montevideana de Punta Carretas en 1971 por un túnel, un hecho impactante que llevó al gobierno a transferir de la policía a los militares el comando del combate a la guerrilla.

También se refirió a su período más largo y duro en prisión, así como al recuerdo de su primer encuentro con Lucía Topolansky, quien mucho después se volvería su esposa y en 2010 lo investiría como presidente por ser la senadora más votada, una vieja tradición en Uruguay.

Lo que sigue es un resumen de cinco de esos momentos en la vida de Mujica, relatados por él mismo, junto a un pedido que indicó para su muerte.

1. Cuando cayó baleado. Marzo, 1970

En esa época yo era el jefe militar de una columna (del MLN-T). Estábamos preparando una operación que al final se hizo legendaria.

Había un grupo económico en Uruguay que guardaba riqueza clandestinamente para eludir impuestos. Tenía reservas en monedas de oro, libras esterlinas… Teníamos la información y estábamos preparando esa operación (para robarlo).

Estábamos en un café con compañeros legales, que no eran clandestinos. Llegó una patrulla y ahí anduvimos a los tiros. Traté de resistir y recibí algunos balazos en el suelo a causa de los cuales perdí el bazo, me hirieron el páncreas y fui a dar a un hospital militar que estaba muy cerca.

Me operaron. Y yo no sabía nada: el que me operó era un médico compañero que yo ni conocía. Fue una desgracia con suerte.

José Mujica al ser liberado de prisión en 1985
AFP
La cárcel y el regreso a la libertad fueron dos de los momentos que marcaron a José Mujica.

2. La fuga de prisión por un túnel. Septiembre, 1971

La primera fuga, que se llamó “El Abuso”, está precedida por un montón de intentos.

La idea era que los compañeros de afuera de la cárcel hicieran un túnel hacia adentro. Pero tuvo enormes inconvenientes que causaron alarmas y la hicieron peligrar.

En esas condiciones surgió la idea de intentar un túnel de adentro de la cárcel hacia afuera. Pero había que solucionar una multitud de problemas. Uno de ellos: ¿cómo agujerear las paredes en una cárcel vieja de ladrillos enormes, muy duros?

Nos enteramos por los presos comunes que las paredes se serruchan con una cadena. Hicimos un primer ensayo en la celda en que yo estaba con otros compañeros. Robamos una cadena de los baños, hicimos un agujerito de un lado al otro y empezamos a serruchar. Pero las cadenas no resistían. Entonces decidimos cortar por la mezcla, el material más blando, con los alambres de las camas.

Mediante sobornos, convencimos a algunas autoridades para que las requisas fueran una mirada desde afuera y nada más.

Estábamos en un piso arriba y el piso de más abajo era de presos comunes. Necesitábamos atravesar las paredes de tal manera que se sacaban unos paneles cuadrados y se ponían.

Entrada de la vieja cárcel de Punta Carretas en Montevideo.
Fotógrafos municipales / Centro de Fotografía – Intendencia de Montevideo
La cárcel de Punta Carretas en Montevideo alojaba en 1971 presos comunes y guerrilleros, entre los que estuvo Mujica.

Hacíamos entrar portland blanco (un tipo de cemento) entreverado con harina. Con eso hacíamos un revoque que después ensuciábamos con café y yerba, para que quedara con la impresión general que tenían las celdas. Entonces estábamos en condiciones de sacar los pedazos y comunicarnos.

Habíamos logrado convencer a un preso común que estaba abajo, a partir de cuya celda íbamos a iniciar el túnel hacia afuera, con la promesa de que cuando lográramos la libertad también lo íbamos a llevar. Y así fue.

Fue una obra que llevó más de un mes. Organizamos a los compañeros más fuertes para que fueran haciendo el túnel. Tuvimos que solucionar el problema del aire con unos fuelles que fabricamos.

Cuando llegamos al cimiento había que bajar más y ahí nos encontramos con un pedazo de roca que nos trancó. El plan estuvo a punto de fracasar, pero logramos superarlo. Y atravesamos la calle.

Sacábamos la tierra en bolsitas y la íbamos poniendo debajo de las camas. Quedamos casi atorados de tierra, pero disimulamos.

Pudimos aprontar la infraestructura para una noche determinada en la que los compañeros tenían que ocupar las casas de enfrente, por donde íbamos a salir.

Vista del interior de la vieja cárcel de Punta Carretas.
Fotógrafos municipales / Centro de Fotografía – Intendencia de Montevideo
Las celdas de Mujica y otros tupamaros estaban en pisos elevados de la cárcel de Punta Carretas.

Teníamos algunos compañeros que eran ingenieros que inventaron un aparato para podernos guiar bajo tierra. Le erramos por un metro más o menos al lugar por donde teníamos que salir.

Los compañeros que ocuparon la casa, con un estetoscopio, averiguaban los golpes.

Estábamos contentos, pero muy preocupados. Esto estuvo acompañado con una fiesta que hicieron otros compañeros en una parroquia que había al lado, con baile y todo, que distraía.

Paralelamente en otro extremo de la ciudad, en La Teja, los compañeros que estaban afuera hicieron una cantidad de operaciones que tenían la función de tratar de llevar el aparato policial hacia los disturbios, para que hubiera menos capacidad represiva en la zona donde estábamos.

Salimos en dos camiones que se habían conseguido en una barraca.

3. El encuentro con su futura esposa. Septiembre, 1971

Lucía Topolansky y José Mujica en 1999
Getty Images
Mujica y Topolansky se conocieron antes de ir presos durante más de una década por integrar el MLN-T y se juntaron tras recuperar la libertad, en 1985.

A mi esposa la conocí la noche que nos escapamos de la cárcel. Ella estaba con la gente que apoyaba desde afuera. Habían ocupado una de las casas en las cuales nosotros emergimos de abajo de la tierra para salir de la cárcel luego de haber hecho el túnel.

La vi casi accidentalmente y seguimos la vida.

Era una estudiante avanzada de arquitectura que trabajaba en una financiera paralela de un banco. Era muy bonita y joven.

Dentro de los trabajos que tenía en la financiera, la mandaban con un bolso de dinero a algunas avionetas que paraban en Carrasco. Era un negocio de economía financiera clandestina. Y decidió denunciarlo.

Pero el banco estaba muy conectado a los intereses de un ministro de Economía de la época. Se dio cuenta que los recursos legales que se podían hacer iban a fracasar y decidió pasarle la información a los tupamaros.

Unos compañeros fueron a esa oficina. Se llevaron un montón de documentación e hicieron la denuncia pública. Los dueños de la financiera no tuvieron mejor idea que hacer un incendio para tratar de disimular la cosa. Fue un escándalo.

Yo fui preso de vuelta y me volví a escapar. Esta segunda fuga fue al revés: un túnel de afuera hacia adentro.

Y nos encontramos una noche en que andábamos muy perseguidos. Yo ocupaba un cargo de relativa dirección y ella tenía contactos con parte del aparato clandestino.

Los humanos, aunque no lo sabemos, cuando vivimos una atmósfera de peligro donde está en juego a cada paso la libertad y la vida, nos aferramos al amor porque la naturaleza biológica nos lo impone.

Y nos juntamos una noche, en la costa de un arroyo.

3. La cárcel y la tortura. Agosto, 1972 – Marzo, 1985

Estuve en una especie de sótano muy húmedo en un cuartel de (la ciudad de) Paso de los Toros años después, cuando ya habían dado el golpe de Estado los militares.

Recuerdo que mantenía seis, siete ranitas en el calabozo. Les ponía un vasito con agua, para que se bañaran. Ranitas de zarzal.

Allí fue donde registré que las hormigas gritan cuando tú las agarras y las pones en el tímpano de la oreja.

Mujica junto a otros expresos tupamaros al ser liberados en marzo de 1985.
AFP
Mujica (izquierda) fue uno de los “nueve rehenes” tupamaros que la dictadura militar uruguaya amenazaba con matar si la guerrilla actuaba.

Era como un corredor largo. En la parte de adelante siempre había un guardia, que caminaba de un lado al otro. Una larga escalera salía a un lugar donde estaba la guardia de soldados. Cuando había que ir al baño teníamos que llamar y nos llevaban.

En esa época, cada siete u ocho meses nos cambiaban de cuartel. Aprendimos una cosa: siempre se puede estar peor. Yo estuve siete años sin poder leer, sin libros, sin nada.

Muchos plantones y torturas varias al principio. Todo es relativo.

Por ejemplo, en el cuartel de Minas, cuando me sacaron de la cárcel y empezaron el peregrinaje por los cuarteles, estuve seis meses atado con alambre, esposado atrás. Tenía que pasar el día sentado en un banquito contra la puerta, en un calabozo.

Ahí me enteré que estaba cayendo Saigón en la guerra de Vietnam.

5. La liberación. Marzo, 1985

Yo salí en la primera tanda de compañeros, dos días antes, porque los que no tenían delitos de sangre salimos primero.

Pero salí con una misión: tenía que conseguir un local para que nos pudiéramos juntar. Y así fue.

Fui a mi casa, le di un abrazo a mi madre y salí inmediatamente a conseguir ese local. Logramos un convento en el cual nos juntamos y estuvimos casi un mes, donde decidimos lo que íbamos a hacer en esa etapa.

La noche que salí habían liberado a las compañeras también. Y alguna mano amiga la trajo (a Lucía) a mi casa. Nos dimos un abrazo y nos juntamos hasta hoy.

Su perra Manuela y un pedido

José Mujica durante su entrevista con el podcast Witness History, de BBC World Service.
BBC
Mujica durante su entrevista con el podcast Witness History, de BBC World Service.

Manuela vivió 22 años. Es un récord. Se murió de vieja y está enterrada debajo de un secuoya. Cuando yo me muera, les he pedido que me calcinen y que me entierren ahí.

La vida es hermosa. Y triunfar en la vida es levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae, en todos los órdenes.

El único milagro que hay es haber nacido. Por lo tanto, hay que darle una causa al milagro de haber nacido.

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BBC

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