Ya pasaron varios años de que llegó la primera parte de la película Dune, así que no te culpamos si todavía te sientes medio perdida en este universo donde hay reinos que dominan planetas y donde la guerra se da por una especia.
Si nunca has leído el libro escrito por Frank Herbert, es posible que tu mente se llegue a sentir un poco perdida con tantos nuevos términos. Así que para hacerte la vida más fácil, hicimos un pequeño glosario con palabras que deberías de ir conociendo.
Si quieres conocer más de la historia, los personajes y las dos principales Casas, te recomendamos leer esta nota en la que te decimos quién es quién.
En Dune: Parte 2 se nos introduce al Agua de la vida, un líquido de azul intenso que es venenoso. Es usado por las Bene Gesserit para convertir a sus Hermanas en Reverendas Madres. si la consume una persona no entrenada, tan solo una gota puede ser mortal.
Planeta conocido por sus habitantes como Dune o Duna debido a que es desértico; tal cual su superficie está cubierta por interminables dunas de arena donde abunda la especia melange (que explicamos más abajo).
Aunque tiene un clima muy hostil, sí puede albergar vida vegetal y animal como los gigantescos gusanos de arena.
Se trata de un proceso que solo se usa en la Escuela Médico Suk, pues las personas que se transforman en doctores bajo este régimen son incapaces de tomar otra vida humana.
Los médicos Suk se distinguen por tener la figura de un diamante negro en la frente, como el Dr. Wellington Yueh (que aparece en la primera parte).
Este es un término muy importante en el libro y la película Dune. Hace referencia a una orden poderosa y antigua conformada por mujeres; tienen sus propios objetivos para marcar la evolución de la humanidad, de las Casas y del Imperio.
Sus acciones van desde hacer espionaje o infiltrarse en sociedades, hasta hacer selección genética con los linajes de las Casas para crear al Kwisatz Haderach, el que puedes estar en todos los lugares a la vez (ver más abajo).
Como verás en Dune, las Bene Gesserit maximizaron sus habilidades físicas y mentales, como el uso de la Voz, sentir si alguien está mintiendo o diciendo la verdad, o su poderoso combate cuerpo a cuerpo.
Tienen líderes llamadas Reverendas Madres de Bene Gesserit que tienen habilidades todavía más desarrolladas. Antes de morir, una Reverenda Madre elige a su sucesora para implantarle sus recuerdos y personalidad; por eso es que ellas poseen un vasto conocimiento.
Se trata del planeta que sirvió por 26 generaciones como hogar de la Casa Atreides, antes de que fueran movidos al planeta Arrakis.
En contraste con el planeta desértico, en Caladan abunda la presencia de agua (desde el océano hasta la lluvia constante) y los densos bosques.
Hasta en el futuro donde hay sociedades por todo el universo hay monopolios y ese es el caso de la Cofradía Espacial, la cual reina el negocio del transporte interestelar.
Es la única que se encarga de este comercio y por eso aseguran el transporte de mercancía y personas. Sin embargo, toda su actividad depende de una sola cosas: la especia melange.
Durante la película Dune, verás que se menciona esta arma que es típica de los Fremen (habitantes de Arrakis). Se trata de un cuchillo elaborado con un diente de gusano de arena.
Los Fremen solamente lo utilizan en ocasiones muy especiales, como rituales religiosos o en combates muy importantes.
Otra creación de los Fremen que es muy importante para la historia, pues es una vestimenta que desarrollaron para sobrevivir en el desierto de Arrakis.
Está desarrollado para mantener y reciclar la humedad que produce el cuerpo humano. Así que puede transformar el sudor y la orina en agua potable.
Todo el conflicto que se desarrolla en la película Dune es por el control sobre esta especia llamada Melange. Tal cual se trata de un fino polvo que únicamente se produce en el desierto de Arrakis.
Es muy valiosa porque es el elemento que permite los viajes interespaciales, aunque también tiene otras propiedades y usos. Por eso se piensa que la Casa que controle su producción, tiene en la palma de su mano el destino del Imperio.
También se usa con fines curativos y geriátricos, aunque muchas personas pueden desarrollar una fuerte adicción a ella si se consume en altas cantidades.
Además, esta especia tiene la capacidad de desarrollar habilidades cognitivas y mentales en quienes la usan. Las personas que están constantemente expuestas a ella tienen los ojos de color azul.
La cosecha de la especia melange es muy peligrosa, ya que solo se puede conseguir en el desierto donde cualquier movimiento en falso puede atraer a los gusanos gigantes.
En la película Dune de repente verás que los personajes son rodeados como por unas sombras azul y roja. Esto indica que un escudo Holtzman está activado.
Aunque normalmente solo se le llame escudo, se trata de un campo de energía que rodea al usuario. En este caso, son muy efectivos para repeler proyectiles de movimiento rápido (como balas), pero permiten el acceso de objetos con movimientos más lentos.
Por eso es tan importante el combate cuerpo a cuerpo, pues así es más fácil pasar un escudo Holtzman.
Término con el que se conoce a las personas que habitan en el planeta Arrakis. Aunque se dice que no siempre vivieron ahí, sino que son la descendencia de un grupo de refugiados provenientes de distintas partes de la galaxia y que llegaron a ese lugar.
Ellos dominan a la perfección la difícil vida en el desierto y tienen varios inventos para dominar las dunas. De hecho, se dice que hay Fremen que hasta pueden montar a los gusanos de arena.
Como sociedad, se rigen mucho por sus tradiciones, costumbres y creencias.
Casi toda su vida han vivido violentados bajo el dominio de la Casa encargada de sacar la melange de Arrakis. Es por ello, que han desarrollado un fuerte entrenamiento militar que por muchos es considerado superior al de los Sardaukar.
Es el planeta de la Casa Harkonnen y se caracteriza por ser tan industrializado que casi no hay vida vegetal en él.
También conocido como “el enemigo de la mano alta” se trata de un arma que consiste en una aguja con la punta envenenada.
Las Bene Gesserit hacen “La prueba del Gom Jabbar” para probar la humanidad de la persona elegida. En esos casos, se pone la aguja en el cuello de la persona mientras se le induce dolor.
Quienes son “verdaderos humanos” son aquellas personas que son capaces de reprimir sus instintos.
Algo que todos queremos ver en la película Dune son los famosos gusanos de arena que viven en el planeta Arrakis. Estas criaturas también reciben el nombre de Shai-Hulud, que se traduce como “hacedor”, “viejo del desierto” o “abuelo del desierto”.
En el libro, los gusanos de arena son tan gigantes que hay especímenes de hasta 400 metros de longitud. Estos seres viven por mucho tiempo pues solamente mueren al ser matados por sus semejantes o al ser ahogados en agua, recurso que no abunda en Arrakis.
Se trata de un término usado principalmente por las Bene Gesserit y crearlo es su máximo objetivo. Se trata de un ser con grandes poderes y habilidades proféticas, capaz de ver pasado, presente y futuro.
Para conseguir a este ser, las Bene Gesserit iniciaron un programa de reproducción genética durante varias generaciones. También se le conoce como “el que puede estar en muchos lados al mismo tiempo”.
Otro término que resonará en la película Dune y que para los Fremen significa “La Voz que viene del mundo exterior”.
En realidad es un concepto implantado por las Bene Gesserit en esta sociedad y consiste en una profecía que anuncia la llegada del Lisan al-Gaib como un mesías que los conducirá a la libertad.
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No aparecen tanto en la película Dune, pero son importantes ya que es el nombre con el que se le conoce a la fuerza élite militar del Emperador Padishah.
Son famosos y temidos en todo el Imperio por su crueldad y sus habilidades superiores de lucha. Su entrenamiento también es extremo tanto en lo físico como en lo psicológico.
El planeta donde entrenan y donde esperan por órdenes es Salusa Secundus, que también es una prisión.
Se trata de un término Fremen que hace referencia a una comunidad o pueblo y es que así es como se divide esta sociedad, en Sietch.
Uno de ellos puede hallarse escondido entre las paredes de montañas o rocas en medio del desierto de Arrakis. En ellos hay varias habitaciones, dormitorios y salas comunes donde habita un grupo de Fremen.
Cada Sietch es liderado por un Naib, que generalmente son hombres, y sus habitantes comparten casi todo entre ellos.
Se refiere a aquellas personas que dominan el arte o disciplina del mismo nombre y que consiste en ser un consejero político de los líderes de las Grandes Casas.
Se supone que los Mentat tienen grandes habilidades mentales y de cálculo, por lo que son una especie de computadora humana que pueden detectar fácilmente amenazas y oportunidades de batalla.
En la película Dune, Paul Atreides desarrolla varias habilidades que tiene las Bene Gesserit como el uso de la Voz.
Se refiere a la capacidad de influir en las acciones de las peronas al darles órdenes. Pero no es tan fácil, pues debe usarse una frecuencia de sonido específica para que la otra persona cumpla con lo que se le diga.
Las Bene Gesserit están entrenadas para resistir a la Voz, por lo que normalmente no pueden usarla entre ellas. Igualmente se dice que los Mentat pueden ser inmunes a ella.
La serie fotográfica #PídemeUnRetrato busca acortar la distancia y crear un lazo entre quienes no pueden reencontrarse.
Gisela lleva sin abrazar a su hijo Edson más de 3.400 días.
Ella no lleva la cuenta, porque la distancia entre Caracas y Miami ha hecho que esos diez años se hayan vuelto eternos. El conteo lo hizo el fotógrafo venezolano Roberto Mata, quien se ofreció a hacerle un retrato a Gisela para regalárselo a su hijo, como parte de una serie fotográfica que busca acortar la separación que ha impuesto la migración venezolana en los últimos años.
“Yo lo extraño, pero no se lo digo porque se pone triste. Y no quiero eso”, se lee en la leyenda de la foto que publicó Mata en su cuenta de Instagram @robertomataphoto.
“Lo que yo quisiera poder hacer es visitarlo, cocinarle, hacerle sus postres. (…) Besitos, Edson, que Dios te bendiga”, cita a Gisela, que vive en Caracas.
Roberto cuenta que la idea de la serie #PídemeUnRetrato surgió a partir de su propia experiencia migratoria, que comenzó en 2019 cuando se mudó a Miami. “Tengo un hermano en Buenos Aires a quien no veía desde hace 7 años y finalmente en septiembre pude abrazarlo. Eso antes en Venezuela era impensable. No había razones para que estuviéramos tanto tiempo separados”, afirma Mata a BBC Mundo.
Entonces, pensó que podría ser útil haciendo lo que sabe hacer. “Yo he sido retratista toda mi vida”, asegura Roberto, quien comenzó a tomar fotos cuando tenía 12 años. “Pero lo mío siempre ha estado más vinculado a lo editorial, publicitario o corporativo. Esta vez, sería lo que no soy: un fotógrafo de portarretrato para crear un lazo adicional entre esas dos personas que están convencidas de que no se van a volver a ver”.
Comenzó publicando un particular aviso en su cuenta de Instagram que decía lo siguiente: “Se ofrece fotógrafo a domicilio para retratar a tu ser querido. A ese que, gracias a la distancia, llevas muchos años sin abrazar. Momento para que pele el diente frente a la cámara [sonreír] y te diga eso que no te ha dicho en todo este tiempo”.
Recibió un poco más de 100 solicitudes. Le llegaron historias de parientes en Estados Unidos, Suiza, Canadá, Argentina y España que deseaban tener un retrato actualizado de su familiar en Venezuela, reflejo de los numerosos destinos en los que se encuentra la diáspora de un país asolado por la crisis económica y política.
Descartó muchas y se quedó con aquellas que tuvieran más de 5 o 7 años separados, sin posibilidad de reunirse.
El retrato de Gisela fue el primero en publicarse el 24 de noviembre en su perfil de la red social. La mujer, de 71 años, sonríe a la cámara en el ambiente acogedor de la sala de su casa en San Antonio de los Altos, una localidad cercana a Caracas.
En el segundo retrato sale Maia, una niña de 9 años que tiene más de 2.400 días sin abrazar a su papá, que está en Europa. “Yo quiero dibujar con él, quisiera verlo pronto, porque tengo muchos años que no lo veo. Quiero que me lleve a un parque de diversiones”, le dice a Mata.
No luce triste en la foto. Todo lo contrario. Exhibe su mejor sonrisa, minutos antes de salir a su colegio. Y le pide a Mata que le envié a su papá una foto de una paloma “dálmata” que vio mientras se dejaba tomar la foto.
“Yo no quería convertir un regalo en una tragedia“, explica el fotógrafo. “Es un obsequio. Algo distinto. Bonito, con gente sonriendo. No quería armar un expediente. El drama ya está en la propia historia. No quería extenderlo más”.
Sin embargo, reconoce que no faltó quienes se quebraron cuando preguntó si creen que volverán a ver a su familiar. “Yo no puedo hacer nada para ver a Laura”, le contó Diamante (85 años) durante su sesión para el tercer retrato. “(Mi nieta) No puede venir, yo no puedo viajar sola, no tengo la capacidad, y si tuviera la capacidad de viajar, lo haría por poco tiempo“.
Diamante tiene más de 2.600 días sin abrazar a su nieta y entre ellas no existe la posibilidad de un reencuentro. “Yo adoro a Laura, la quiero ver, ella es mi sol… La aprieto fuerte, fuerte, al pecho, porque ella es la continuación de mi hija (fallecida). Mientras ella esté siento que también está mi hija”.
Mata confiesa que se contuvo más de una vez. Aunque lleva años retratando los problemas de Venezuela, el tema de la distancia le pega de cerca. Cuenta que son diez hermanos y sólo tres quedan en Venezuela.
“Uno de los peores castigos que se le puede hacer a una sociedad es separarla, sin la esperanza de un futuro mejor. La familia venezolana está rota y eso es irreparable. No tiene solución. Ya sea por la edad, los papeles o el dinero, no hay posibilidad de reencuentro. La fractura está hecha”.
Sin embargo, Paula (83 años) y Juan (89 años), por ejemplo, no pierden la esperanza. Llevan casi dos años sin abrazar a su nieto, Juan Pablo, y nadie les quita la idea de que volverán a encontrarse. “Yo estoy segura de que voy a poder ver a Juanpi, porque creo en Venezuela, en lo que estamos haciendo y, además, creo en mi salud”, dice.
Juan Pablo (27 años) esperó impaciente en Nueva York que le llegara la foto en la que aparecen sus abuelos. La vio a ella con sus labios pintados de rojo sonriendo al lado de su esposo, quien sale montado en una moto con una actitud inquebrantable a sus casi 90 años. De inmediato, le envío un mensaje de voz a Mata en agradecimiento:
“Vi la foto. Fue una verdadera genialidad que hayas montado a mi tato en la moto de mi primo. (risas) Me llenó de mucha buena energía. Ni me ha dado tiempo para la nostalgia, con eso te digo todo. Esta foto es lo que necesitaba para seguir adelante, subir a otro nivel y afrontar otra etapa de mi vida. Eso es lo que ha generado tu foto. Estoy con el corazón lleno”.
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Muchos venezolanos que han visto la serie #PídemeUnRetrato le aseguran a Mata que se sienten identificados con el tema de la distancia, aún cuando no tengan relación con los protagonistas de sus primeras imágenes.
Ese fue mi caso. Al ver sus retratos, pensé en mi hijo Andrés, que vive conmigo en Miami y lleva siete años sin ver a su abuela paterna en Venezuela. Ella sólo le celebró su primer cumpleaños. No puede viajar a Estados Unidos, porque no tiene visa y nosotros no podemos salir. Se lo comento a Mata durante esta conversación y su respuesta fue inmediata: “¡Vamos a retratarlo!”.
“Qué hermoso, estoy superemocionada, no te imaginas lo sensible que estoy con ese regalo”, dice su abuela al ver el retrato de Andrés.
“Es lo máximo que me han podido regalar en años. Cómo quisiera darle un abrazo fuerte”.
“Hemos naturalizado tanto la distancia que nos hemos desconectado”, reflexiona Mata. “El ánimo de este trabajo fotográfico es el reencuentro“.
Piensa seguir buscando historias en sus próximos viajes. Tiene previsto uno a Nueva York y otro a Alemania. Prevé publicar otro aviso ofreciendo su servicio de fotógrafo a domicilio con sus nuevas coordenadas. No se le puede contratar, aclara. Sólo contarle tu historia y pedirle a tu familiar que “pele el diente” (sonría).
Él se encargará de hacer el retrato y de enviarlo como lo que es: un regalo.
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