Regina George y Cady Heron están de regreso con la misma historia, pero con canciones, nuevos chistes y un mundo repleto de redes sociales. Te contamos qué dice la crítica de la nueva película musical Mean Girls y todo lo que debes saber.
Por supuesto que la versión de 2004 con Lindsay Lohan y Rachel McAdams siempre estará en nuestros corazones. Pero el mundo adolescente ha cambiado muchísimo desde entonces y para eso llega esta nueva versión.
La historia ya nos la sabemos de memoria: Cady Heron llega a una nueva escuela y se da cuenta de que nada es perfecto. La preparatoria, en realidad es una jungla despiadada donde cada quien lucha por su sobrevivencia.
Aunque conoce a un par de amixes, se encuentra con la infame Regina George, la chica más popular de la escuela y líder de “Las Plásticas”.
Cady logra entrar a ese exclusivo grupo, pero comete el enorme error de enamorarse del exnovio de Regina.
Además de enfrentarse a la ira de “su amiga”, Cady se dispone a acabar con el máximo depredador de la escuela, mientras aprende a mantenerse fiel a sí misma.
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Esta nueva versión de Chicas Pesadas se estrena desde el 10 de enero del 2024 exclusivamente en cines.
Al tener la distribución de Paramount Pictures, es altamente probable que después se estrene en su plataforma de streaming Paramount+. Pero te mantendremos informada.
La nueva película Mean Girls es la adaptación de la adaptación. Kha?! La primera película salió en 2004 y en 2017 se lanzó un musical inspirado en la película.
Lo más chido es que la actriz y guionista Tina Fey estuvo involucrada. Ella se encargó del guion de la primera película y también desarrolló el musical, así que mantuvo la esencia y le añadieron canciones y fabulosos actos musicales.
Claro que hubo algunos cambios, como un mayor desarrollo de personaje en Damian, que Gretchen se llegue a cuestionar sus acciones, y claro… se le añadió la existencia de las redes sociales (que estaban en pañales cuando salió la primera película).
La película musical Mean Girls se basa en esta puesta en escena y sí, tiene de regreso a Tina Fay tanto en el guion como una de las profesoras.
Originalmente interpretada por Lindsay Lohan, la protagonista de la historia ahora recae en Angourie Rice, una actriz australiana a la que seguro reconoces por su papel como Betty Brant en la trilogía de Spider-Man de Tom Holland.
Recordemos que Cady encuentra amixes igual de marginados que ella y una es Janis, originalmente interpretada por Lizzy Caplan. Ahora en el papel vemos a Auli’i Cravalho, quien es la voz de Moana.
Otro del trío de marginados es Damian, quien en el pasado lo interpretó Daniel Franzese y ahora será el actor de teatro Jaquel Spivey que hasta ya fue nominado a un Tony por su papel en el musical A Strange Loop.
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Sabemos que es difícil superar a Rachel McAdams, pero la nueva d líder de las Plásticas es Reneé Rapp, quien ya tiene experiencia en ser Regina George. Y es que ella, fue una de varias actrices que le dieron vida al personaje en Broadway.
Regina George también tiene su propio trío y ahora Gretchen toma vida gracias a Bebe Wood, actriz y cantante que seguro viste en Love, Victor.
En la película original la actriz detrás de Gretchen fue Lacey Chabert,
Otra favorita es Karen, que en el pasado la interpretó Amanda Seyfried y ahora es Avantika Vandanapu. Ella también salió en la película de Netflix El año de mi graduación, con Rebel Wilson.
El ex novio de Regina George y nuevo crush de Cady es Aaron Samuels, y ahora le da vida el protagonista de
The Summer I Turned Pretty, Christopher Briney.
Y bueno, eso es el elenco principal, pero las caras conocidas no se detienen ahí. Como mencionamos, Tina Fey regresa como Ms. Norbury en la película musical Mean Girls.
Iugalmente veremos a Jenna Fischer, mejor conocida como Pam en The Office, como la mamá de Cady Heron. Busy Philipps, será la mamá cool de Regina George, Ashley Park (Emily en Paris) y hasta tendremos a John Hamm (Mad Men) como el Entrenador Carr.
Actualmente la película tiene un 73% de aprobación en el sitio Rotten Tomatoes com 73 reseñas de la crítica especializada.
En general, los comentarios dicen que mantiene la esencia de la historia original con algunos nuevos detalles y números musicales.
Maureen Lee Lenker, de Entertainment Weekly, dice que Tina Fay “sabiamente actualizó el guion para una nueva generación de adolescentes”, especialmente la forma en la que las redes sociales dominan sus vidas.
Sin embargo, añade que “parte de la genialidad de la Mean Girls original fue cómo capturó la franca crueldad de las adolescentes y parte de esa esencia depredadora ha sido amordazada aquí“.
Ese sentimiento “depredador” hace referencia a que en la película de 20024, Regina George realmente llevaba su crueldad y burlas al límite. Sin embargo, los tiempos han cambiado y el bullying ya es incómodo.
Pero muchos críticos señalan que eso le quita fuerza a la película. “Aquí (Regina) es desagradable y pocas veces divertida, tal vez reflejando un cambio en la cultura que ahora hace que sea más difícil extraer comeda de la intimidación sarcástica”, reflexiona David Rooney de The Hollywood Reporter.
Aquí hay opiniones muy divididas.
Catherine Bray de Empire dice que una de las mejores cosas que nos deja el musical “es que las canciones nos brindan una ventana directa a los sentimientos y motivaciones de los personajes, rompiendo la cuarta pared de maneras que se sentirían completamente torpes si no hubiera una melodía involucrada”.
Sin embargo, David Fear de Rolling Stone se queja un poco de la ejecución de los números musicales, pues muchos ocurren a través de pantallas y filtros de TikTok.
Aunque tiene sentido porque “así es como se crea y consume tanto contenido musical en estos días”, le parece cansado cuando se usa “por enésima vez durante un número musical que se habría beneficiado de un poco más de ese espacio visual”.
Valerie Complex de Deadline finaliza diciendo que “si bien Mean Girls 2024 intenta modernizar y ampliar a su predecesora, en última inspancia lucha por ofrecer una narrativa cohesiva y atractiva”.
Igualmente señala “la falta de enfoque de la película, la integración musical inconsistente y la excesiva e innecesaria sexualización” que eclipsan los pocos puntos fuertes de esta versión.
Sin embargo también esperemos a las reacciones del público en general y, sobre todo, de adolescentes que son quienes decidirán qué tan identificadas y representadas se sienten con esta nueva versión de la historia y de sus personajes.
Las oficinas simuladas están apareciendo en las principales ciudades de China, donde se estima que más de 12 millones de jóvenes graduados se sumarán este año al mercado laboral.
Nadie querría trabajar sin un salario, o peor aún, tener que pagarle a su jefe para estar en la oficina.
Sin embargo, pagar a las empresas para simular que trabajas para ellas se ha vuelto popular entre los jóvenes desempleados en China. Y esto ha dado lugar a un creciente número de empresas que proveen ese servicio.
La tendencia se produce en un contexto de desaceleración de la economía y del mercado laboral en China. Con la creciente dificultad para encontrar empleos reales, algunas personas prefieren pagar para ir a una oficina que quedarse en casa.
Shui Zhou, de 30 años, tenía un negocio de comida que fracasó el año pasado. En abril de este año, empezó a pagar 30 yuanes (US$4,20) al día para ir a una oficina simulada gestionada por una empresa llamada Pretend To Work Company (Compañía para pretender que trabajas), en la ciudad de Dongguan, a 114 km al norte de Hong Kong.
Allí pasa el tiempo con cinco “compañeros” que hacen lo mismo.
“Me siento muy feliz”, dice el Zhou. “Es como si estuviéramos trabajando juntos como un grupo”.
Este tipo de establecimientos ya están apareciendo en las principales ciudades de China, como Shenzhen, Shanghái, Nanjing, Wuhan, Chengdu y Kunming. Suelen parecer oficinas completamente funcionales, equipadas con ordenadores, acceso a internet, salas de reuniones y salones de té.
Los asistentes pueden usar los ordenadores para buscar trabajo o para intentar lanzar sus propias empresas. A veces, la tarifa diaria, que suele oscilar entre 30 y 50 yuanes, incluye almuerzo, refrigerios y bebidas.
La popularidad de estos establecimientos se debe a que el desempleo juvenil chino se mantiene persistentemente alto, superando el 14 %.
Esto significa que incluso los graduados universitarios altamente cualificados tienen dificultades para encontrar trabajo.
Se prevé que el número de graduados en China que se incorporan al mercado laboral este año alcance los 12,22 millones según datos oficiales, una cifra récord.
Christian Yao, profesor titular de la Escuela de Administración de la Universidad Victoria de Wellington, en Nueva Zelanda, es un experto en la economía china.
“El fenómeno de fingir que se trabaja es ahora muy común”, afirma. Debido a la transformación económica y al desajuste entre la educación y el mercado laboral, los jóvenes necesitan estos lugares para pensar en sus próximos pasos o para realizar trabajos esporádicos como transición.
Las empresas de simulación de trabajo son una de las soluciones de transición.
Zhou descubrió la empresa de simulación de trabajo mientras navegaba por la red social Xiaohongshu. El joven sintió que el ambiente de oficina mejoraría su autodisciplina y lleva allí más de tres meses.
Zhou envió fotos de la oficina a sus padres y dice que se sienten mucho más tranquilos con su situación de desempleo.
Si bien los asistentes pueden llegar y marcharse cuando quieran, el joven suele llegar a la oficina entre las 8:00 y las 9:00. A veces no se va hasta las 23:00, y solo sale después de que se marcha el gerente.
Los otros asistentes se han convertido en amigos, añade. Y relata que cuando alguien está ocupado, por ejemplo, buscando trabajo, se trabaja duro, pero cuando tienen tiempo libre charlan, bromean y juegan. A menudo también cenan juntos después del trabajo.
Zhou afirma que le gusta ser parte de un equipo y que se siente mucho más contento que antes de ir a esta oficina.
En Shanghái, Xiaowen Tang alquiló una estación de trabajo en una empresa ficticia de Shanghái durante un mes a principios de este año. La joven de 23 años se graduó de la universidad el año pasado y aún no ha encontrado un trabajo a tiempo completo.
Su universidad tiene una norma tácita: los estudiantes deben firmar un contrato de trabajo o presentar un comprobante de una pasantía en el plazo de un año tras graduarse; de lo contrario, no recibirán el diploma.
La joven envió una foto de la escena de la oficina a la universidad como comprobante de su pasantía. En realidad, pagó la cuota diaria y se sentó en la oficina a escribir novelas en línea para ganar algo de dinero.
“Si vas a fingir, finge hasta el final”, dice Tang.
Biao Xiang, director del Instituto Max Planck de Antropología Social en Alemania, afirma que la tendencia china de simular trabajo surge de una ante la falta de oportunidades laborales.
“Simular es un cascarón protector que los jóvenes se crean, estableciendo una cierta distancia con la sociedad y dándose un pequeño espacio”.
El propietario de la empresa “Pretend to Work” en la ciudad de Dongguan es Feiyu (seudónimo), de 30 años. “Lo que vendo no es un puesto de trabajo, sino la dignidad de no ser una persona inútil”, afirma.
Él mismo estuvo desempleado en el pasado, después de que un negocio minorista que poseía tuviera que cerrar durante la pandemia de covid-19. “Estaba muy deprimido y era un poco autodestructivo”, recuerda. “Quería cambiar la situación, pero no podía hacer nada”.
En abril de este año Feiyu comenzó a anunciar “Pretend to Work”, y en un mes todos los puestos de trabajo estaban llenos. Quienes estén interesados deben aplicar.
Feiyu afirma que el 40% de sus clientes son recién graduados universitarios que vienen a tomar fotos para demostrar a sus antiguos tutores que hacen pasantías. Un número menor acude para lidiar con la presión de sus padres.
Y el 60% restante son freelancers, muchos de los cuales son nómadas digitales, incluyendo aquellos que trabajan para grandes empresas de comercio electrónico y redactores especializados en el ciberespacio.
Los más jóvenes tienen 25 años y la edad promedio ronda los 30.
Oficialmente, a estos trabajadores se los conoce como “profesionales del empleo flexible”, un grupo que también incluye a chóferes y camioneros.
A largo plazo, Feiyu afirma que duda si el negocio seguirá siendo rentable. En cambio, prefiere verlo más como un experimento social.
“El negocio usa mentiras para mantener la respetabilidad, pero permite que algunas personas descubran la verdad”, afirma. “Si solo ayudáramos a los usuarios a prolongar sus habilidades de actuación, seríamos cómplices de un engaño”.
“Solo con ayudarlos a transformar su lugar falso de trabajo en un punto de partida real, este experimento social podrá cumplir su promesa”.
Zhou dedica ahora la mayor parte de su tiempo a mejorar sus habilidades en Inteligencia Artificial (IA).
Dice que ha notado que algunas empresas exigen el dominio de herramientas de IA y cree que adquirir dichas habilidades le facilitará encontrar un trabajo a tiempo completo.
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