
Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba – Hashira Training Arc por fin llegó y sabemos que tu emoción por conocer qué más pasará en este nuevo arco está al máximo.
Para tratar de calmar un poquito el hype de la cuarta temporada de Demon Slayer, en Animal MX tuvimos la oportunidad de platicar en la CCXP México 2024 en el stand de Crunchyroll con los mismísimos actores de doblaje de Tanjiro (Iván Bastidas), Zenitsu (José Luis Piedra) e Inosuke (Uraz Huerta), quienes nos adentraron un poquito más del mundo de sus personajes.
Acá te dejamos lo que nos contaron las voces en español del anime.
Uraz revela que el secreto para que los fans de Demon Slayer nunca estén decepcionados es ponerle todo el empeño a su trabajo para así convertirse en los personajes a los que le dan vida.
“Lo hacemos de corazón, con mucha dedicación y es con mucho amor”, explica Uraz Huerta.
Por otro lado, José Luis Piedra agrega que cada uno de los actores de doblaje se entrega por completo a sus personajes para así darle al público lo que le gusta.
“Nuestros fans son los que consumen (la serie) y por ellos estamos aquí parados. Es importantísimo que nos entreguemos a nuestros personajes y eso lo seguiremos haciendo hasta que esto termine”, cuenta el actor de doblaje.
Iván Bastidas admite que siempre que están en la cabina grabando, están pensando en sus fans, a quienes describe como “su motor”.
Ivan resalta que al igual que Tanjiro, para él lo más importante en el universo es su familia.
“Mi familia es lo más importante, es mi pilar y es mi motor. Son por lo que me levanto día con día y siempre saco la casta por ellos”, platica el actor de Tanjiro.
En cuanto a Inosuke, Uraz considera que es un 80% igual a su personaje, ya que solo le falta “estar bonito y marcadísimo”.
“Todo lo demás, en cuanto a su personalidad, soy como él. Soy muy bromista, vacilo mucho, le cambio los nombres a mis amigos… Definitivamente soy muy Inoskue”, señala.
José Luis piensa que él tiene más que un 80% de parecido con Zenitsu.
“Prácticamente como es Zenitsu, soy yo en la vida real. Soy muy miedoso, soy muy risueño, me encanta hacerla de jamón por cualquier cosa, creo que mis amigos ya me sueñan, pero comparto muchísimas características con él como su bondad, su buena fé, sus valores y es algo bonito que tenemos en común”, reflexiona.
Para José Luis, el compartir características con sus personajes les ha permitido sobrellevarlo de mejor manera y, al mismo tiempo, evolucionar en conjunto con ellos.
“Hemos aprendido muchísimo de esta evolución que llevamos con nuestros personajes y a la par del desarrollo en el anime”, señala José Luis Piedra.
Ivan relata que aprendieron a la mala una técnica la cual consiste en estar gritando todo el tiempo
“Creo que nunca nos habían tocado personajes que gritaran tanto como Tanjiro, Zenitsu e Inosuke. El estar gritando todo el tiempo en cada bendito capítulo es un reto porque tenemos que grabar a veces 4 capítulos por día. Entonces el estar gritando y repitiendo es una técnica vocal que tuvimos que aprenderla a la mala”, menciona Iván.
Por último, Uraz enfatiza que ellos le dan personalidad a sus personajes, por lo que tienen que dejarle un poquito de esencia personal a ellos.

Aunque se ha dicho muchas veces que es mejor consumir la fruta entera y no su jugo por el aporte de fibras, no faltan estudios que le encuentran virtudes. interesantes a esta bebida.
En concreto, una investigación reciente ha demostrado que el consumo regular de jugo de naranja puede influir en la actividad de miles de genes dentro de nuestras células inmunitarias.
Muchos de estos genes ayudan a controlar la presión arterial, calmar la inflamación y regular la forma en que el cuerpo procesa el azúcar, lo que contribuye a mejorar la salud cardíaca a largo plazo.
Los investigadores realizaron un seguimiento a adultos que bebieron 500 ml de jugo de naranja pasteurizado puro cada día durante dos meses. Después de 60 días, muchos genes asociados con la inflamación y la hipertensión arterial se habían vuelto menos activos.
Entre ellos, NAMPT, IL6, IL1B y NLRP3, que suelen ponerse en marcha cuando el cuerpo está sometido a estrés.
Otro gen conocido como SGK1, que afecta a la capacidad de los riñones para retener sodio (sal), también redujo su actividad.
Estos cambios coinciden con hallazgos previos que indican que beber jugo de naranja a diario puede reducir la presión arterial en adultos jóvenes.
El hallazgo ofrece una posible explicación a por qué el jugo de naranja se ha relacionado con una mejor salud cardíaca en varios ensayos.
El nuevo trabajo muestra que, a la vez que eleva el azúcar en sangre, esta bebida cítrica desencadena pequeños cambios en los sistemas reguladores del cuerpo que reducen la inflamación y ayudan a relajar los vasos sanguíneos.
Tiene sentido si pensamos que los compuestos naturales de las naranjas, en particular la hesperidina, un flavonoide cítrico conocido por sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios, pueden influir en los procesos relacionados con la hipertensión arterial, el equilibrio del colesterol y la forma en que el cuerpo procesa el azúcar.
La respuesta varió en función del tamaño corporal: las personas con más peso tendían a mostrar mayores cambios en los genes implicados en el metabolismo de las grasas, mientras que los voluntarios más delgados mostraban efectos más fuertes sobre la inflamación.
Una revisión sistemática de ensayos controlados en la que participaron 639 personas de 15 estudios descubrió que el consumo regular de jugo de naranja reducía la resistencia a la insulina y los niveles de colesterol en sangre. La resistencia a la insulina es una característica clave de la prediabetes, y el colesterol alto es un factor de riesgo establecido para las enfermedades cardíacas.
Otro análisis centrado en adultos con sobrepeso y obesidad encontró pequeñas reducciones en la presión arterial sistólica y aumentos en las lipoproteínas de alta densidad (HDL), a menudo denominadas colesterol bueno, tras varias semanas de consumo diario de jugo de naranja.
Aunque estos cambios son modestos, incluso las mejoras leves en la presión arterial y el colesterol pueden marcar una diferencia significativa si se mantienen durante años.
A esto se le suma que, según una revisión reciente, el jugo de naranja influye en las vías relacionadas con el uso de energía, la comunicación entre las células y la inflamación. También puede afectar a la microbiota intestinal, que cada vez se considera más importante para la salud cardíaca.
Si nos decantamos por jugo de naranja sanguina, basta consumirlo durante un mes para que aumente el número de bacterias intestinales que producen ácidos grasos de cadena corta. Estos compuestos ayudan a mantener una presión arterial saludable y a reducir la inflamación.
Las personas con síndrome metabólico son las que más pueden salir ganando. Una investigacion con 68 participantes obesos demostró que el consumo diario de jugo de naranja mejoraba el funcionamiento del revestimiento de los vasos sanguíneos (función endotelial), esto es, la capacidad de los vasos sanguíneos para relajarse y dilatarse.
Y eso se asocia directamente con un menor riesgo de ataques cardíacos.
Otro estudio, realizado con 129 trabajadores de una fábrica de jugo de naranja en Brasil, reveló concentraciones sanguíneas más bajas de apolipoproteína B, o apo-B, un marcador que refleja el número de partículas portadoras de colesterol relacionadas con el riesgo de sufrir un infarto.
Sin embargo, un análisis más amplio de las concentraciones de grasas en sangre reveló que, aunque los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL) –colesterol malo– suelen descender, otras mediciones lipídicas, como los triglicéridos y el HDL, no varían significativamente.
En cualquier caso, parece que beber jugo de naranja no solo aporta azúcar: aunque la fruta entera sigue siendo la mejor opción debido a su fibra, un vaso diario de jugo de naranja puro podría tener efectos beneficiosos para la salud que se acumulan con el tiempo.
Estos incluyen aliviar la inflamación, favorecer un flujo sanguíneo más saludable y mejorar varios marcadores sanguíneos relacionados con la salud cardíaca a largo plazo.
*Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Haz clic aquí para leer la versión original.
*David C. Gaze es profesor de Patología Química de la Universidad de Westminster, en Reino Unido.