Si eres fan de Star Wars, seguro has soñado con increíbles combates con sables de luz y la posibilidad de manejar la Fuerza. Pues eso podría hacerse (en parte) realidad con esta academia Jedi que tiene clases en CDMX y otras partes del país.
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Sabemos que parece un sueño guajiro y eso mismo pensaban Gabriel Mendoza y Ulises Vázquez cuando les surgió la idea en medio de un rave de música electrónica donde se aparecieron unas personas con las icónicas armas de Star Wars.
“En broma dijimos «Algún día deberíamos de poner una academia de lightsabers»”, recuerda entre risas Gabriel Mendoza, mejor conocido como Gabo.
Pasarían varios años después para que retomaran ese sueño y lo hicieran realidad. Así fue como el 18 de mayo de 2019 arrancó la Jedi Knight Academy MX (ajá, como el juego) con su primera clase.
Como cualquier otra disciplina, necesitas muchas ganas y disposición, pues aunque algunas personas pensarían que el combate con sables de luz es un juego, en realidad es algo serio.
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Ulises Vázquez, quien también es uno de los instructores, platica a Animal MX que en la escuela Jedi no usan cualquier sable, estos tienen hojas de policarbonato de grado balístico para resistir los golpes.
“Aunque podría parecer que es un juguete, porque efectivamente no corta, aprendes a utilizar una espada”, añade Ulises.
Las clases comienzan con un calentamiento y ejercicios básicos, y ya de ahí van variando las rutinas dependiendo del nivel de los alumnos. Es un ejercicio muy completo donde se ocupan desde los brazos, torso y hasta las piernas.
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Laura, que en noviembre cumple un año en Jedi Knight Academy MX, nos platica que al inicio puede ser complicado. “Sientes que no sabes nada, que es difícil manejar tus pies y manos, pero te vas haciendo muy fuerte”, platica.
Ok. Sabemos que los combates con sables de luz provienen de una franquicia ficticia; sin embargo, sus bases son muy reales.
Gabriel Mendoza nos platica que para las clases adaptaron “técnicas de combate reales de diferentes disciplinas, como Kendo, Aikido, Taichi y muchas otras artes marciales”.
Y no, no fue tan complicado, pues el mismo Ulises explica que hay técnicas muy similares donde se usa una espada. El chiste solo fue ver cómo se acomodaba si usabas un lightsaber.
Incluso nos aclara que “lo que más se parece al uso de un sable de luz serían las artes marciales históricas europeas”, como la esgrima.
Conforme vas avanzando de nivel, puedes especializarte en el combate deportivo, que es competitivo y por puntos, o en el combate coreográfico, donde resaltan los movimientos.
Y sí, amix. Ulises y Gabo se tomaron muy en serio lo de tener una escuela Jedi.
Lo decimos porque para realizar los programas de las clases se acercaron a psicólogos, pedagogos, terapeutas ocupacionales, terapeutas físicos y a personas licenciadas o capacitadas en educación física.
“Esto nos ha permitido diseñar un programa que se acople tanto a niños, como a adultos, como a jóvenes donde además pueden venir y expresar su fanatismo por Star Wars sin ser juzgados o criticados.
A Ulises también el alegra que las clases de combates de sable de luz han llegado a toda clase de personas. Desde las muy aficionadas con la franquicia, hasta a otras que apenas se están metiendo en este mundo y buscan otra forma de ejercitarse.
“Nos hemos acercado a personas que probablemente no les gusta hacer ejercicio o no les gustan los deportes de equipo. Aquí llegan, hacen equipo, practican algo que está asociado con sus gustos o con parte de la cultura geek”, dice Gabo.
Algo en lo que hacen mucho énfasis Ulises y Gabriel es que Jedi Knight Academy MX es un lugar donde puedes hacer comunidad, divertirte, hacer nuevas amistades.
Y sí, es un eje central de su forma de enseñanza. Esto fue lo que enamoró a Laura a iniciarse en esta escuela Jedi.
Ella es alumna desde noviembre del 2022 y llegó aquí como consecuencia de un corazón roto y que su pasión por Star Wars la motivó a conocer gente nueva.
Un amigo la llevó a un evento abierto de Halloween de la academia. En cuanto entró y vio a todas las personas disfrazadas de personajes de Star Wars y recibiéndola como una más, supo que estaba en el lugar indicado.
“Encontré aquí un lugar seguro, volví a ser yo y a sentirme en una familia”, platica Laura a Animal MX.
Y es que no solo se trata de trabajar el cuerpo. Tal y como los mismo Jedi, también importa lo mental y emocional. Por eso, antes de algunos entrenamientos realizan meditaciones.
La finalidad es que las personas dejen afuera, antes de comenzar la clase, todo lo que les preocupa. “Queremos que cuando estén aquí, este sea su lugar seguro y feliz”, asegura Gabriel.
De hecho, el creador de esta escuela nos comenta que en la búsqueda de lugares seguros para todas las personas es que tienen una facción Pride.
“Fue una iniciativa que vino por parte de la comunidad, donde quería integrarse a un deporte, pero habían tenido malas experiencias”, así fue como diseñaron esta división donde personas LGBTIQ+ pueden llegar con toda confianza de ser elles mismes.
Que ojo, eso no significa que no puedan unirse a los otros grupos. Pues aquí el tema del respeto es un eje muy importante.
No importa si no sabes nada de nada, puedes inscribirte con confianza a estas clases e iniciar tu camino Jedi.
Tienen diferentes facciones: la infantil, donde reciben a menores de 12 años; el grupo general, donde actualmente hay personas de 12 a 40/50 años; y el apartado Pride.
Pero aparte también hay distintos rangos. Cuando llegas sin saber nada, eres un iniciado. Pasas a Padawan cuando tienes alrededor de 50 horas de entrenamiento y de ahí vas subiendo con el tiempo y la complejidad a Caballero, Gran Caballero, Maestro y Gran Maestro de la orden.
Te puedes unir en cualquier momento del año a sus entrenamientos. En la CDMX están en el Museo Nacional de las Intervenciones (en Coyoacán) de miércoles a sábado de 19:00 a 21:30/22:00.
Puedes ir uno o los cuatro días a la semana. El paquete más sencillo, con una clase semanal, cuesta $600 mensuales y de ahí va subiendo dependiendo de cuántos días a la semana quieras asistir. Te recomendamos pedir informes en sus redes sociales: Instagram y Facebook.
¿Coyoacán te queda lejos? ¿No vives en la CDMX? Tranqui, que esta escuela Jedi piensa en todo. También tienen sedes en Venustiano Carranza, Condesa, Coacalco, Tultitlán, Toluca. Las sedes de Monterrey y Puebla actualmente están en reposo, porque están preparando una expansión.
Incluso hay un curso online que, si bien no es lo mismo que tener al entrenador frente a ti, te servirá para al menos decidir si te gustaría animarte a más.
Gabriel incluso nos comenta que si eres de una parte de la ciudad o del país donde no tienen una academia Jedi, “si tienes tu grupo de amigos interesados podemos empezar a gestionar que reciban una o dos clases al mes”.
Repetimos: buena actitud, ganas y ropa y zapatos cómodos. Al inicio no te preocupes por el sable de luz, pues te pueden prestar uno para que empieces a hacer tus pininos (y en lo que ves si el mundo Jedi/Sith es lo tuyo).
Sin embargo, como buena escuela, Jedi Knight Academy MX tiene sus proveedores de confianza de donde piden sus sables de luz para las clases. Ambos expertos nos explican que estos son especiales para resistir los golpes, así que ni se te ocurra llevar el lightsaber carísimo que compraste.
Tanto Ulises como Gabriel están muy felices de ver en todo lo que se ha convertido su sueño guajiro de tener una escuela Jedi.
Como ya te comentamos, han logrado llegar a varias partes de la CDMX y del país. Gabriel nos cuenta que tienen registradas 380 personas en todo el país.
Además, han acudido tanto a torneos de combate con sables de luz por puntos, como a los coreográficos. Igual han formado parte de varios eventos creados por y para fans de Star Wars.
Ambos empezaron esto como una pasión propia y jamás pensaron que se hiciera tan grande. Gabo está agradecido con la reacción de la gente y se queda con que “si sigues con pasión y amor un sueño, de verdad todo se acomoda”.
¿Qué dices? ¿Te animas a las clases Jedi?
Oshikatsu se refiere a los esfuerzos que hacen los fans para apoyar a su oshi favorito, que puede ser un artista, un personaje de anime o manga, o un grupo que admiran y quieren “impulsar”.
Los carteles en la enorme estación de trenes de Shinjuku, en Tokio, normalmente se usan para publicitar productos como cosméticos y comida, así como películas nuevas.
Pero ocasionalmente uno puede encontrarse con un cartel que muestra un mensaje de cumpleaños y la foto de un joven, a menudo de una boy band y típicamente con una apariencia impecable.
Estos carteles son creados por empresas publicitarias especializadas y son pagados por fans devotos. Forman parte de un fenómeno llamado oshikatsu, un término acuñado en los últimos años que proviene de las palabras japonesas “apoyar” (oshi) y “actividad” (katsu).
Oshikatsu se refiere a los esfuerzos que hacen los fans para apoyar a su oshi favorito, que puede ser un artista, un personaje de anime o manga, o un grupo que admiran y quieren “impulsar”.
Una parte considerable de este apoyo es de naturaleza económica. Los fans asisten a eventos y conciertos, o compran productos como CDs, carteles y otros artículos coleccionables. Otras formas de oshikatsu están destinadas a difundir la fama de su ídolo, compartiendo contenido sobre su oshi, participando en campañas en redes sociales, y escribiendo fanfiction o creando fanart.
Oshikatsu surgió a partir del deseo de los fans por tener un vínculo más cercano con sus ídolos. La combinación entre oshi y katsu apareció por primera vez en las redes sociales en 2016 y se generalizó como un hashtag en la entonces plataforma de Twitter en 2018. En 2021, oshikatsu fue nominada como candidata a la palabra del año en Japón, una señal de que su uso se había vuelto popular.
Ahora, ha aparecido en el radar del Japón empresarial. El motivo es el estallido de la inflación en los últimos años, provocado por la interrupción pandémica de la cadena de suministro y las conmociones geopolíticas, que ha hecho que los consumidores japoneses reduzcan su gasto.
Sin embargo, con los salarios a punto de subir por tercera vez en tres años, el gobierno se muestra cautelosamente optimista ante la posibilidad de que el crecimiento económico sea reavivado a través del gasto impulsado por el consumo. Compañías de la industria del entretenimiento y medios de comunicación buscan en el oshikatsu como posible motor de esta tendencia, aunque no está claro si las próximas subidas salariales serán suficientes.
Contrario a la percepción popular, oshikatsu ya no es del ámbito exclusivo de las subculturas juveniles. Se ha hecho camino también entre los grupos de mayor edad en Japón.
De acuerdo a una encuesta realizada en 2024 por la empresa japonesa de estudios de mercado, Harumeku, el 46% de las mujeres que están en sus 50 tienen un oshi al que apoyan económicamente. Las generaciones mayores tienden a tener más dinero para gastar, especialmente después de que sus propios hijos hayan terminado su educación.
Oshikatsu también supone una interesante inversión en términos de género. Mientras en los hogares tradicionales japoneses se sigue esperando que los maridos sean el sostén económico de las familias, en el oshikatsu son más a menudo las mujeres las que apoyan económicamente a hombres jóvenes.
Cuánto gastan los fans en sus oshi, depende. Según una encuesta reciente realizada por la empresa japonesa de marketing CDG y Oshicoco, una agencia de publicidad especializada en oshikatsu, la cantidad media que gastan los fans en actividades relacionadas con sus oshis es de 250.000 yenes (unos US$1.736) anuales.
Se calcula que esto aporta cada año 3,5 billones de yenes (US$24.500 millones) a la economía japonesa, y representa el 2,1% del total de las ventas minoristas anuales de Japón.
Oshikatsu impulsará el gasto de los consumidores. Pero dudo que tenga el impacto en la economía japonesa que esperan las autoridades. Para los aficionados más jóvenes, el peligro es que la aprobación gubernamental acabe con cualquier tipo de influencia cool, haciendo que el oshikatsu sea menos atractivo para estas personas a largo plazo.
Y si apoyan a un oshi que aún no ha conseguido el éxito, pueden tener una mayor sensación de que su apoyo importa. De ahí que parte del gasto vaya directamente a individuos, en lugar de a superestrellas corporativas ya establecidas. Pero también es posible que los jóvenes oshis en apuros gasten más de este dinero que las celebridades establecidas.
La prensa internacional se está enfocando ya sea en el lado económico del oshikatsu, o en lo peculiar de los fans “obsesivos” que consiguen un segundo trabajo para apoyar a su oshi, y madres que gastan grandes sumas en un hombre que tiene la mitad de su edad. Pero lo que esa cobertura pasa por alto es la lenta pero profunda transformación social de la que el oshikatsu es un síntoma.
Una investigación de 2022 sobre personas que practican oshikatsu deja claro que las “actividades de fans” responden a un deseo profundo de conexión, validación y pertenencia. Si bien esto podría satisfacerse mediante la amistad o una relación íntima, un número creciente de jóvenes adultos japoneses siente que este tipo de vínculos son “problemáticos”.
Los hombres jóvenes lideran esta tendencia, especialmente aquellos que no trabajan como asalariados de oficina con empleos relativamente estables, los llamados salarymen. Muchos de los que trabajan a tiempo parcial o en empleos manuales tienen dificultades para imaginar un futuro con una familia.
El sector terciario está cambiando para dar cabida a un número creciente de servicios que convierten en productos cosas intangibles como la amistad, la compañía y las fantasías románticas escapistas.
Desde abrazos no sexuales hasta alquilar a un amigo por un día o tener una cita con un acompañante travestido, se puede buscar alivio temporal de la soledad pagando por hora. Como resultado, la conexión humana en sí misma se está convirtiendo en algo que puede ser consumido mediante pago.
Por otro lado, compartir actividades de oshikatsu puede generar nuevas amistades. Reunirse para adorar colectivamente a sus ídolos es una forma poderosa de crear nuevas comunidades. Aún está por verse cómo estos cambios en la manera en que las personas se relacionan moldearán el futuro de la economía y la sociedad japonesa.
*Fabio Gygi es profesor titular de Antropología en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) de la Universidad de Londres.
Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Puedes leer la versión original en inglés aquí.
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