El coloso de Santa Úrsula cerró sus puertas en mayo del 2024 para iniciar un proceso de remodelaciones para que quede renovado para el Mundial 2026. Con todo y cambio de nombre, ahora ya sabemos cuándo es la reapertura del Estadio Azteca.
Clara Brugada, la jefa de Gobierno de la CDMX, soltó la fecha en la que el estadio reabrirá sus puertas y será el 28 de marzo del 2026, un par de meses antes de que inicie la Copa del Mundo, que será del 11 de junio al 19 de julio.
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“Con alegría nos preparamos para recibir esta fiesta del futbol a nivel mundial y estamos listos para informar que el 28 de marzo de 2026 será la reinauguración del Azteca”, dijo Brugada haciendo énfasis en que el estadio será la sede de apertura del próximo Mundial.
El recinto albergará cinco partidos durante la Copa del Mundo 2026 de la FIFA:
Llevamos 58 años llamando refiriéndonos a este recinto como Estadio Azteca, desde que se inauguró en 1966. Sin embargo, en marzo del 2025 se dio a conocer que tras las remodelaciones, el lugar cambiará de nombre y ahora será el Estadio Banorte.
Este cambio se debe a un acuerdo comercial entre el Grupo Ollamani y el banco mexicano Banorte, en el marco de una alianza que incluye un financiamiento de 2 mil 100 millones de pesos.
Sin embargo, en el marco del Mundial 2026 de la FIFA, el recinto se llamará Estadio Ciudad de México. ¿La razón? Una normativa de la FIFA prohíbe el uso de nombres de marcas o patrocinadores en los estadios dentro del torneo.
Los mensajes de los líderes de Estados Unidos y de Rusia revelan diferentes perspectivas sobre un posible acuerdo de paz para Ucrania.
Donald Trump prometió el año pasado que terminaría la guerra de Ucrania en “24 horas”.
La semana pasada dijo que no se resolvería hasta que él y el presidente ruso, Vladimir Putin, pudieran “reunirse” y resolverlo en persona.
El lunes, la cosa cambió de nuevo.
Después de una llamada telefónica de dos horas con Putin, Trump dijo que las condiciones de un acuerdo de paz solo podrían negociarse entre Rusia y Ucrania, y quizás con la ayuda del papa León XIV.
Aun así, el presidente estadounidense no ha perdido su optimismo ante la perspectiva de paz, y publicó en las redes sociales que los combatientes “comenzarían inmediatamente” las negociaciones para un alto el fuego y el fin de la guerra.
La percepción de Trump no parece coincidir con la visión rusa.
Putin se limitó a declarar que su país está listo para trabajar con Ucrania para elaborar un “memorándum sobre un posible futuro acuerdo de paz”.
Hablar de memorandos y un “posible futuro” de paz se antoja lejos del compromiso necesario para cimentar acuerdos duraderos rápidamente.
Putin volvió a enfatizar que cualquier resolución del conflicto tendría que abordar las ‘”raíces” de la guerra, que, según ha afirmado Rusia en el pasado, es el deseo de Ucrania de estrechar lazos con Europa.
Existe la posibilidad de que la última opinión de Trump sobre la guerra en Ucrania pueda ser una señal de que Estados Unidos abandonará finalmente la mesa de negociaciones.
“Hay grandes egos involucrados, pero creo que algo va a suceder”, dijo Trump el lunes por la tarde. “Y si no sucede, simplemente me retiraré y tendrán que seguir adelante”.
Sin embargo, un movimiento así vendría con su propia lista de preguntas y riesgos.
Si Estados Unidos se desentiende de la guerra, una amenaza planteada también por el vicepresidente estadounidense, JD Vance, y el secretario de Estado, Marco Rubio, ¿significaría que Estados Unidos también pondrá fin al apoyo militar y de inteligencia a Ucrania?
Si ese es el caso, es probable que lo agradeciera Rusia, que contaría con mayores recursos que una Ucrania sin el respaldo estadounidense.
La sola perspectiva basta para preocupar al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.
“Es crucial para todos nosotros que Estados Unidos no se distancie de las conversaciones y la búsqueda de la paz”, dijo el lunes después de la llamada entre Trump y Putin.
Al margen de la retórica del lunes, parece que Ucrania y Rusia están dispuestos a continuar algún tipo de conversaciones, y eso ya es un progreso después de casi tres años de guerra.
Aún está por determinarse si el equipo ruso será algo más que la delegación de bajo nivel que viajó a Estambul, Turquía, para reunirse con los ucranianos el viernes pasado.
Trump ha ofrecido a Rusia la promesa de reducir las sanciones contra Moscú y nuevos acuerdos comerciales e inversiones económicas como el incentivo que moverá a Putin hacia un acuerdo de paz.
Lo volvió a mencionar en sus comentarios posteriores a la llamada. Por otro lado, no se discutieron consecuencias negativas para Rusia, como nuevas sanciones a la banca rusa y las exportaciones de energía.
El presidente estadounidense advirtió el mes pasado que no toleraría que Putin le “tomara el pelo” y señaló que Rusia no debería atacar áreas civiles.
Pero el domingo, Rusia lanzó su mayor ataque con drones contra ciudades ucranianas en lo que va de guerra, y la llamada del lunes entre los dos líderes mundiales ha dejado claro que cualquier alto el fuego o acuerdo de paz se atisba todavía muy lejano.
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