La Fiscalía General de la República (FGR) impugnó la resolución mediante la que un juez determinó en octubre que ha sido omisa en la creación del Banco Nacional de Datos Forenses, obligación prevista en la Ley General en materia de desaparición de personas. En la sentencia del juicio de amparo indirecto 1070/2021, el juez ordenó a la FGR crear e implementar esa herramienta en un plazo de 40 días.
Sin embargo, la FGR argumenta que no tiene competencia para ello, pese a que en su artículo 119 la Ley General establece que el banco está a cargo de la fiscalía, y que tiene por objeto concentrar la información relevante para la búsqueda e identificación de personas desaparecidas, así como para la investigación de los delitos.
De acuerdo con la Ley General, promulgada en noviembre de 2017 para entrar en vigor en enero de 2018, el banco debía estar creado un año después, es decir, en enero de 2019. Ahí se específica que la FGR debe emitir lineamientos —considerando la opinión de autoridades competentes, expertos y estándares internacionales— para que los distintos órdenes de gobierno remitan la información de manera homologada.
“Corresponde a la fiscalía coordinar la operación y centralizar la información del Banco Nacional de Datos Forenses, así como administrar el Registro Forense Federal”, añade la legislación, que acaba de cumplir cinco años de entrar en vigor.
“Esta autoridad… normativamente carece de competencia para la implementación de tales figuras banco y registro nacional, puesto que dichas facultades se encuentran limitadas a los extremos normativos, previstos en el artículo 93 del Reglamento de la Ley Orgánica de la entonces Procuraduría General de la República”, pretexta la FGR en su recurso de revisión.
La sentencia la impugnó no solamente el fiscal, sino diferentes unidades dentro de la FGR, como la Fiscalía Especializada en Derechos Humanos, la Fiscalía Especializada en Desaparición, la Agencia de Investigación Criminal, la Coordinación General de Servicios Periciales y el Cenapi.
“Todas, bajo el argumento de que dentro de sus facultades no está la construcción del Banco Nacional de Datos Forenses, que según ellos no les corresponde, a pesar de que la Ley General en materia de desapariciones es muy clara”, dijo César Contreras, abogado del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Pro).
Dentro de las atribuciones individuales de cada una de estas unidades, abundó, hay disposiciones expresas que las relacionan con la construcción de herramientas tecnológicas como el Banco Nacional de Datos Forenses, por lo que al hacer el análisis de sus facultades, el juez de distrito resolvió que la FGR y esas áreas habían incumplido con sus obligaciones.
El amparo 1070/2021 fue promovido —con el acompañamiento del Centro Pro— por Olimpia Montoya, quien busca a su hermano Marco Antonio, desaparecido en Guanajuato el 18 de marzo de 2017, en reclamo a diversas afectaciones a su derecho a la verdad y a la justicia como consecuencia de la falta de operación del banco. Este, además, es una herramienta fundamental para avanzar en la identificación de los más de 52 mil restos humanos que, se calcula, permanecen no identificados en México.
En su recurso de revisión, la FGR también señala que la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) tendría que emitir lineamientos respecto de un sistema único de información tecnológica e informática, cuya ausencia limita la creación del banco. El Centro Pro rechaza esa postura, que considera un intento de la fiscalía de eludir su responsabilidad, intentar confundir y mezclar temas, pues para que haya un sistema único, primero tiene que existir la información para alimentarlo.
“Un argumento que nos parece por demás preocupante, sobre todo porque habla de la falta de voluntad política y empatía por parte de la Fiscalía General de la República con la crisis en materia de desaparición, tiene que ver con que señalan que como existe una carpeta de investigación y un dictamen en materia de genética relacionado con el caso de Olimpia Montoya, que es quien promueve este amparo, no se viola ningún derecho de ella por la inexistencia del banco”, añadió Contreras.
El Centro Pro y los colectivos de familias de personas desaparecidas consideran que la inexistencia del banco afecta a todos aquellos que buscan a sus seres queridos, pues sería una herramienta tecnológica para organizar la información forense y poder hacer comparaciones. Mientras esa información no esté concentrada en un solo lugar, no habrá manera de remontar la cifra de cuerpos no identificados.
Ante ello, el Centro Pro presentó un recurso de revisión adhesiva con la expectativa de que el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa de la CDMX ratifique la sentencia de octubre. “No solo porque es favorable, sino porque respeta los estándares internacionales, reconoce el derecho de todas las personas a ser buscadas, la crisis en materia forense del país y el incumplimiento de las obligaciones de la Fiscalía General de la República”, subrayó Contreras.
“Me gustaría decirles el ya no permitir la normalización de estas reuniones o estos eventos; están huecos estos espacios porque nos falta la fiscalía, porque los problemas que tenemos las familias son los ministerios públicos por no hacer su trabajo. Si le sumamos el cambio de sistema penal, es otro problema porque tenemos averiguaciones previas y carpetas de investigación. Tenemos muy poquitos ministerios públicos”, reclamó Patricia Manzanares Ochoa durante el evento de conmemoración de los cinco años de la entrada en vigor de la Ley General.
“Si esta ley fue creada porque los desaparecidos los pusimos nosotros, las personas de larga data mal llamadas, los desaparecidos de larga data están en el olvido porque nadie los busca. Es un llamado de atención a ustedes mismos de que en estas reuniones deben estar presentes las fiscalías”.
Mamá de Juan Hernández Manzanares, policía federal desaparecido en ejercicio de sus funciones en San Nicolás de los Garza, Nuevo León, hace 12 años, recordó que son las familias quienes se han dado a la tarea de aprender, saber y exigir sus derechos. Hace cinco años, subrayó, eran 47 mil las personas desaparecidas; hoy suman 109 mil.
Entre reclamos de diversos colectivos y evaluaciones oficiales respecto de la implementación de la Ley General en su primer lustro, prevaleció un señalamiento: el incumplimiento de los mecanismos previstos en la legislación que son responsabilidad de la FGR, es decir, el Banco Nacional de Datos Forenses, el Registro Nacional de personas fallecidas no identificadas y no reclamadas y el Programa Nacional de Exhumaciones e Identificación Forense.
A nombre del Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México, Laura Curiel, mamá de Daniela Mabel Sánchez Curiel, desaparecida el 11 de marzo de 2015 en Tlalnepantla, Estado de México, lamentó que pese a las virtudes de la ley, que es fruto del trabajo y la articulación de las familias durante años, carece de articulación al momento de implementarla.
“Los resultados son insuficientes en todo el país. A estos cinco años de la existencia de la ley, creemos que ya deben tener mayores respuestas. Además de todo, falta crear el registro nacional de personas fallecidas no identificadas y no reclamadas, el Banco Nacional de Datos Forenses y el registro de fosas por parte de las fiscalías de todo el país”, reclamó.
Añadió que a pesar de que ya están instaladas las 32 comisiones estatales de búsqueda, fiscalías especializadas en la mayoría, el Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense (MAIF), el protocolo homologado de búsqueda y el adicional para niñas, niños y adolescentes, no todos los mecanismos están funcionando plenamente y persiste falta de coordinación entre dependencias.
“Tenemos un pendiente. Recuerdan que mencioné las 32 comisiones de búsqueda; pese a que ya se encuentran en funcionamiento, una de cada tres está funcionando con menos de 10 personas. Creemos que hay poco personal, hace falta mucha transparencia y nos preguntamos cuántas personas encuentran o no. Se requiere también la prioridad de la búsqueda en vida; vemos que se está realizando mucha búsqueda forense”, señaló.
El subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, destacó que se ha logrado la instalación de las 32 comisiones de búsqueda con desarrollos muy desiguales derivados de la importancia y el peso que las autoridades locales otorgan a esa responsabilidad. Recordó que a pesar de ello, en los últimos cuatro años se ha otorgado un subsidio de más de mil 800 millones de pesos a las comisiones estatales.
“No es un asunto menor, porque en el 2018 la Comisión Nacional de Búsqueda contaba con un presupuesto para todo el año de 8 millones de pesos. Hoy, en 2023, tiene un presupuesto superior a los mil 100 millones de pesos, de los cuales el 60% se va a subsidios de las comisiones locales. Ahí tenemos comisiones que a veces no solamente no ejercen los recursos plenamente, sino que no solicitan los subsidios a los que tienen derecho. Tenemos que fortalecer estos esfuerzos para que podamos tener mucho mayor eficacia en la búsqueda en vida y en campo”, reconoció.
Dentro de los pendientes, también destacó la creación del Banco Nacional de Datos Forenses. “Necesitamos que las fiscalías de los estados, la Fiscalía General de la República, compartan los datos con los que cuentan para poder tener por fin un banco nacional; dejar atrás este celo institucional, no solamente en datos forenses, sino en el registro de personas fallecidas no identificadas y no reclamadas, o el registro nacional de fosas y el programa de exhumaciones, a los cuales están obligadas la FGR y las fiscalías de los estados”, agregó.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos subrayó que el país aún no ha actuado con firmeza para enfrentar la crisis de desaparecidos, y la implementación de la ley sigue siendo insuficiente por los mecanismos pendientes y su reglamento. Aunado a ello, los criterios para determinar responsabilidades no se aplican adecuadamente, mientras la militarización de la seguridad sigue profundizándose con afectaciones a los derechos humanos.
“La cantidad de casos para investigar y resolver en México es de tal magnitud que ningún país solo lo puede resolver; aunque tuviéramos todos los mecanismos y la cooperación, no sería suficiente”, dijo Morris Tidball-Binz, relator especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales.
La activación de un gen sería la razón por la que algunos gatos, particularmente los machos, tienen pelaje rojizo.
Ahora, científicos de dos continentes han resuelto el misterio en el ADN que da a nuestros amigos peludos, particularmente a los machos, su notable color.
Descubrieron que a los gatos pelirrojos o de color naranja les falta una sección de su código genético, lo que significa que las células responsables de su pelaje, ojos y tono de piel producen colores más claros.
El avance ha alegrado no solo a los científicos, sino también a los miles de amantes de los gatos que originalmente financiaron la investigación.
Los científicos esperan que resolver el rompecabezas también pueda ayudar a arrojar luz sobre si los gatos de color naranja corren un mayor riesgo de padecer ciertos problemas de salud.
Se sabe desde hace décadas que es la genética la que da a los gatos atigrados de color naranja su tono distintivo, pero hasta ahora los científicos no encontraban la ubicación exacta en el código genético.
Dos equipos de científicos de la Universidad de Kyushu en Japón y la Universidad de Stanford en EE.UU. revelaron el misterio en artículos simultáneos publicados este jueves.
Lo que descubrieron los equipos fue que en los melanocitos -las células responsables de dar al gato su pelaje, sus folículos pilosos y el color de sus ojos- de estos animales el gen ARHGAP36 es mucho más activo.
Los genes están formados por fragmentos de ADN que dan instrucciones a las células de un gato, como a las de otros seres vivos, sobre cómo funcionar.
Al comparar el ADN de decenas de gatos con y sin pelaje naranja, hallaron que aquellos con coloración rojiza tenían una sección del código de ADN faltante en este gen ARHGAP36.
Sin este ADN la actividad del ARHGAP36 se incrementa. Los científicos creen que el gen instruye a esos melanocitos a producir un pigmento más claro.
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Durante décadas, los científicos han observado que los gatos con coloración completamente rojiza tienen muchas más probabilidades de ser machos. Esto coincide con el hecho de que el gen se encuentra en el cromosoma X.
Los cromosomas son secciones más grandes de ADN y los gatos machos, al igual que otros mamíferos, tienen un cromosoma X y uno Y, que contienen diferentes cantidades de genes.
Como se trata de un gen que se encuentra únicamente en el cromosoma X, que en este caso controla la producción de pigmento, basta con que falte un fragmento de ADN para que un gato se vuelva completamente pelirrojo.
En comparación, las gatas tienen dos cromosomas X, por lo que sería necesario perder ADN en ambos cromosomas para aumentar la producción de pigmentos más claros en la misma medida, lo que significa que es más probable una coloración mixta.
“Estas formas rojizas y negras se deben a que, al principio del desarrollo, un cromosoma X en cada célula se intercambia aleatoriamente”, explica el profesor Hiroyuki Sasaki, genetista de la Universidad de Kyushu.
“A medida que las células se dividen, se crean áreas con diferentes genes activos de color de pelaje, lo que da lugar a manchas distintivas”.
Aunque el estudio está basado en principios científicos, originalmente comenzó como un proyecto de pasión para el profesor Sasaki.
Se había retirado de su puesto universitario, pero como amante de los gatos dijo que quería seguir trabajando para descubrir el gen del gato naranja con la esperanza de que pudiera “contribuir a la superación de las enfermedades felinas”.
Él y su equipo recaudaron 10,6 millones de yenes (US$73.000) entre miles de amantes de los gatos en Japón y el mundo a través de financiación colectiva para poder llevar a cabo el estudio.
Uno de los contribuyentes escribió: “Somos hermanos y cursamos primero y tercer grado de primaria. Donamos nuestro dinero de bolsillo. Úsenlo para investigar sobre los gatos calicó”.
El gen ARHGAP36 también está activo en muchas otras áreas del cuerpo, incluido el cerebro y las glándulas hormonales, y se cree que es importante para el desarrollo.
Los investigadores creen que es posible que la mutación del ADN en el gen pueda causar otros cambios en estas partes del cuerpo vinculados a condiciones de salud o temperamento.
El gen ARHGAP36 se encuentra en humanos y se ha relacionado con el cáncer de piel y la caída del cabello.
“Muchos dueños de gatos se dejan llevar por la idea de que los diferentes colores y patrones de pelaje están vinculados a diferentes personalidades”, afirmó el profesor Sasaki.
“Aún no hay evidencia científica que respalde esto, pero es una idea intrigante y me encantaría explorarla más a fondo”.
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