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Edificio histórico rescatado con recursos públicos en CDMX abre puertas a Airbnb, pese a que se planeó como vivienda social
Edificio histórico rescatado con recursos públicos en CDMX abre puertas a Airbnb, pese a que se planeó como vivienda social
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6 minutos de lectura

Edificio histórico rescatado con recursos públicos en CDMX abre puertas a Airbnb, pese a que se planeó como vivienda social

El edificio de la Casa de la Covadonga fue rescatado a principios de siglo XXI en un proyecto conjunto que recibió recursos públicos. Aunque se pensó como un espacio de vivienda social, algunos de sus departamentos se ofrecen en la plataforma Airbnb, que crece en la CDMX.
07 de diciembre, 2022
Por: Eréndira Aquino
@ere_aquino 

En 2003, el Gobierno de la Ciudad de México gestionó la compra y rehabilitación del edificio conocido como Casa de la Covadonga —ubicado en Belisario Domínguez 44, en el Centro Histórico—, como parte de un proyecto de recuperación de inmuebles de valor patrimonial para vivienda social. Sin embargo, actualmente algunos espacios de este recinto del siglo XVIII se ofrecen como alojamientos para turistas a través de la plataforma Airbnb.

De acuerdo con Alejandro Suárez Pareyón, arquitecto a cargo de la rehabilitación, el proyecto surgió “por el interés de la cooperación española, de Andalucía, en apoyar la recuperación de un edificio habitacional histórico, algo que ya se había realizado en otros países de América que habían sido colonias españolas, con el fin de beneficiar a la población que ahí residía y mejorar sustancialmente sus condiciones habitacionales”.

“Las autoridades tomaron la decisión de que ese edificio fuera la Casa de la Covadonga y se lanzó un concurso por invitación a grupos de expertos, a través de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), junto con el Instituto de Vivienda del entonces Distrito Federal, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la representación de Andalucía. Se acordó que fuera este inmueble por su alto valor patrimonial, y que había familias viviendo ahí”, señaló en entrevista.

Para 2003, en el edificio con 30 departamentos y seis locales comerciales —algunos de los cuales se encontraban parcialmente destruidos a causa del sismo de 1985— se encontraban viviendo 26 familias, a las que se les otorgaron créditos para comprar uno de los espacios rehabilitados.

“La posibilidad de mantener poblacional al Centro dependía no solo de tener ofertas de vivienda adecuada, sino también precios al alcance de un sector de la población importante, pero esto no ha ocurrido fácilmente. Luego apareció el fenómeno de Airbnb y pues he tenido noticia de que se ofertan espacios de la Covadonga mediante este modelo, desde hace cinco años más o menos”, indicó Suárez Pareyón.

Sobre la llegada de Airbnb al edificio, el arquitecto comentó: “En ningún momento yo había pensado que este proyecto que respondía a mantener la población residente en el Centro Histórico se convirtiera en oferta para personas que llegaran a turistear, lo que elimina la posibilidad de conservarlo como un espacio de calidad para quienes no tienen niveles de ingreso para costear esas rentas”.

“Ahora, con este convenio que plantea la Ciudad de México con Airbnb, se está afectando seriamente no solo a la población del Centro Histórico, sino de las áreas de la ciudad central, como son toda la alcaldía Cuauhtémoc, la Benito Juárez o la Miguel Hidalgo, inclusive la Venustiano Carranza, y es una competencia totalmente desleal frente a la necesidad de vivienda a precios justos para la población”, agregó.

Lee: CDMX y Airbnb pactan promover “turismo creativo”; Sheinbaum niega que eleve los precios en las rentas

Siglos de historia

Antes de ser utilizado como espacio de vivienda, el edificio había sido construido con el objetivo de convertirse en el Colegio de nuestra señora de Covadonga, destinado a ser un asilo para albergar a niñas descendientes de españoles. Sin embargo, nunca pudo llegar a serlo. Para salvarlo de la expropiación de las Leyes de Reforma, fue rematado y convertido por primera vez en condominio en 1814.

Según investigaciones del INAH, sus primeras ocupantes fueron, en su mayoría, mujeres que se dedicaban a promover la devoción de diversas imágenes religiosas, llevándolas de visitas a casas y comercios para allegarse de entradas monetarias, o realizaban rezos para personas que las recompensaban con limosnas, quienes no pagaban alquiler.

En 1853, la Real Congregación decidió vender el inmueble y se convirtió en una vecindad, que a finales del siglo XIX fue adquirida por la Fundación Rafael Dondé, y posteriormente pasó a manos del Gobierno del Distrito Federal para su recuperación, con el fin de “rehabitar” el Centro Histórico y beneficiar a los pobladores que ya se encontraban en la zona.

“El proyecto se reinauguró en 2005 y los residentes que vivían ahí retornaron. Otras viviendas, que quedaron en la fachada y tenían mayor costo, fueron ocupadas por nuevos vecinos mediante una venta libre”, detalló el arquitecto Suárez Pareyón.

“Considero que este planteamiento era el adecuado para recuperar edificios habitacionales en el Centro Histórico, o en su caso crear nuevos edificios habitacionales para que la población que tradicionalmente ha ocupado la zona no se fuera, porque en principio se trataba de una política de vivienda para las familias habitantes por tradición y de tiempo atrás… E indudablemente había que pensar que llegarían nuevos ocupantes, pero de esta forma el acceso ha sido desigual, para población con otro nivel de ingresos”, comentó.

Lee: “De un día para otro somos desechables”: la expansión de la vivienda tipo Airbnb en la CDMX expulsa a vecinos de zonas céntricas

En Airbnb, la estancia en la Casa de la Covadonga se promociona como “un pequeño departamento con vista al patio interior, todo de piedra y con una fuente en medio que nunca he visto funcionar. A pesar de los temblores y restauraciones, el lugar conserva su fachada colonial original”, mismo que puede rentarse por 860 pesos por noche.

El patio al que se refiere fue uno de los detalles más destacables que tuvo el proyecto de Suárez Pareyón para la rehabilitación del inmueble con valor histórico. El arquitecto propuso un diseño del espacio que permitiera a la mayoría de los departamentos contar con vista a la fuente. 

Animal Político consultó a la Seduvi, al INAH, a la alcaldía Cuauhtémoc y a las autoridades de España sobre el tema de la llegada de Airbnb a un inmueble rescatado con recursos públicos, pero ninguna de las autoridades se pronunció al respecto.

“El Centro Histórico se ha ido poniendo de moda”

En opinión de Suárez Pareyón, el Centro Histórico “paulatinamente se ha ido poniendo de moda en los últimos años, lo que ha llevado a que su población empiece a ser de un nivel de ingreso mucho más alto”.

Con fenómenos como Airbnb —agregó—, quienes llegaron a habitar son turistas que laboran de manera remota, “lo que resulta complicado, porque son una competencia muy fuerte para la mayor parte de los sectores de la población; ante la posibilidad de ganar más dinero con las rentas de corta estancia, muchos propietarios empiezan a elegir esta modalidad de alquiler, lo que se convierte en un factor que propicia el despoblamiento de los centros”.

“Un argumento de quienes defienden este modelo es que dicen que quien hace esto no es la empresa, sino los propietarios, pero como no hay una regulación sobre las reglas del juego para el alquiler de vivienda, se presta para esta situación”, dijo.

Suárez Pareyón explicó que el fenómeno de despoblamiento de centros históricos no es exclusivo de México, al igual que no lo es el que los gobiernos diseñen estrategias para intentar repoblar los espacios en disputa por el atractivo y la accesibilidad de servicios que tiene la zona. “Pero es posible atenderla con una política de vivienda específica destinada a asegurar que haya residentes permanentes que, inclusive, permitan asegurar la conservación”, alertó.

“Hasta hace unas décadas, el Centro Histórico tenía como característica que buena parte de su población trabajaba en la misma zona, pero el cambio de las principales actividades económicas hacia otras partes de la ciudad, en conjunto con otros fenómenos, fueron haciendo que se perdiera la población. Aunque el Centro atrae a muchas personas durante el día, en la noche sale perdiendo habitantes y muchas zonas quedan prácticamente vacías. Atender este fenómeno, a la par de la expulsión de vecinos, es uno de los grandes desafíos que deben atenderse”, concluyó.

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Imagen BBC
¿De dónde viene el color de los gatos naranjas? La ciencia resuelve el misterio
4 minutos de lectura

La activación de un gen sería la razón por la que algunos gatos, particularmente los machos, tienen pelaje rojizo.

16 de mayo, 2025
Por: BBC News Mundo
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Garfield, el Gato con Botas, Toulouse de -la película de Disney- “Los Aristogatos”: íconos culturales, tal vez; naranjas, sin lugar a duda.

Ahora, científicos de dos continentes han resuelto el misterio en el ADN que da a nuestros amigos peludos, particularmente a los machos, su notable color.

Descubrieron que a los gatos pelirrojos o de color naranja les falta una sección de su código genético, lo que significa que las células responsables de su pelaje, ojos y tono de piel producen colores más claros.

El avance ha alegrado no solo a los científicos, sino también a los miles de amantes de los gatos que originalmente financiaron la investigación.

Los científicos esperan que resolver el rompecabezas también pueda ayudar a arrojar luz sobre si los gatos de color naranja corren un mayor riesgo de padecer ciertos problemas de salud.

Investigación internacional

Un curioso gato pelirrojo mira la cámara
Getty Images
El interés por descubrir de dónde viene el color de ciertos gatos incluyó investigadores en Japón y en EE.UU.

Se sabe desde hace décadas que es la genética la que da a los gatos atigrados de color naranja su tono distintivo, pero hasta ahora los científicos no encontraban la ubicación exacta en el código genético.

Dos equipos de científicos de la Universidad de Kyushu en Japón y la Universidad de Stanford en EE.UU. revelaron el misterio en artículos simultáneos publicados este jueves.

Lo que descubrieron los equipos fue que en los melanocitos -las células responsables de dar al gato su pelaje, sus folículos pilosos y el color de sus ojos- de estos animales el gen ARHGAP36 es mucho más activo.

Los genes están formados por fragmentos de ADN que dan instrucciones a las células de un gato, como a las de otros seres vivos, sobre cómo funcionar.

Al comparar el ADN de decenas de gatos con y sin pelaje naranja, hallaron que aquellos con coloración rojiza tenían una sección del código de ADN faltante en este gen ARHGAP36.

Sin este ADN la actividad del ARHGAP36 se incrementa. Los científicos creen que el gen instruye a esos melanocitos a producir un pigmento más claro.

La mayoría, machos

Un gato pelirrojo se lame las patas sobre el techo de un carro en una calle de un pueblo en Francia
Getty Images

Durante décadas, los científicos han observado que los gatos con coloración completamente rojiza tienen muchas más probabilidades de ser machos. Esto coincide con el hecho de que el gen se encuentra en el cromosoma X.

Los cromosomas son secciones más grandes de ADN y los gatos machos, al igual que otros mamíferos, tienen un cromosoma X y uno Y, que contienen diferentes cantidades de genes.

Como se trata de un gen que se encuentra únicamente en el cromosoma X, que en este caso controla la producción de pigmento, basta con que falte un fragmento de ADN para que un gato se vuelva completamente pelirrojo.

En comparación, las gatas tienen dos cromosomas X, por lo que sería necesario perder ADN en ambos cromosomas para aumentar la producción de pigmentos más claros en la misma medida, lo que significa que es más probable una coloración mixta.

“Estas formas rojizas y negras se deben a que, al principio del desarrollo, un cromosoma X en cada célula se intercambia aleatoriamente”, explica el profesor Hiroyuki Sasaki, genetista de la Universidad de Kyushu.

“A medida que las células se dividen, se crean áreas con diferentes genes activos de color de pelaje, lo que da lugar a manchas distintivas”.

Un gato calicó con pelaje moteado de color naranja y negro y vientre blanco acaricia a un gatito marrón y blanco, con su pata alrededor de su cara. Parecen estar colocando una mesa de cristal en una posible consulta veterinaria.
Getty Images
Los gatos calicó y carey con colores mixtos tienen más probabilidades de ser hembras.

Curiosidad científica

Aunque el estudio está basado en principios científicos, originalmente comenzó como un proyecto de pasión para el profesor Sasaki.

Se había retirado de su puesto universitario, pero como amante de los gatos dijo que quería seguir trabajando para descubrir el gen del gato naranja con la esperanza de que pudiera “contribuir a la superación de las enfermedades felinas”.

Él y su equipo recaudaron 10,6 millones de yenes (US$73.000) entre miles de amantes de los gatos en Japón y el mundo a través de financiación colectiva para poder llevar a cabo el estudio.

Uno de los contribuyentes escribió: “Somos hermanos y cursamos primero y tercer grado de primaria. Donamos nuestro dinero de bolsillo. Úsenlo para investigar sobre los gatos calicó”.

El profesor Sasaki sonríe y se inclina hacia la mesa donde sostiene un gato calicó, de pelaje mixto naranja y marrón, con ojos verdes que miran fijamente. Están en un centro de rescate de gatos con otros gatos en una torre de juegos al fondo.
Hiroyuki Sasaki/Universidad de Kuushu
El profesor Sasaki comparó los genes de los gatos calicó con los de los que no lo son, utilizando gatos locales y una base de datos internacional del genoma.

El gen ARHGAP36 también está activo en muchas otras áreas del cuerpo, incluido el cerebro y las glándulas hormonales, y se cree que es importante para el desarrollo.

Los investigadores creen que es posible que la mutación del ADN en el gen pueda causar otros cambios en estas partes del cuerpo vinculados a condiciones de salud o temperamento.

El gen ARHGAP36 se encuentra en humanos y se ha relacionado con el cáncer de piel y la caída del cabello.

“Muchos dueños de gatos se dejan llevar por la idea de que los diferentes colores y patrones de pelaje están vinculados a diferentes personalidades”, afirmó el profesor Sasaki.

“Aún no hay evidencia científica que respalde esto, pero es una idea intrigante y me encantaría explorarla más a fondo”.

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BBC
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