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Conahcyt prioriza solo 18% de los programas de posgrado para una beca; hay más de 100 universidades afectadas
Conahcyt prioriza solo 18% de los programas de posgrado para una beca; hay más de 100 universidades afectadas
63 universidades, colegios e instituciones de educación superior han resultado afectadas por el recorte de las becas. Foto: Archivo Cuartoscuro
6 minutos de lectura

Conahcyt prioriza solo 18% de los programas de posgrado para una beca; hay más de 100 universidades afectadas

De los 2 mil 814 posgrados que se imparten en instituciones públicas, solo 542 son considerados prioritarios para becas del Conahcyt.
13 de agosto, 2023
Por: Redacción Animal Político

De los 2 mil 942 posgrados que integran el Sistema Nacional de Posgrados (SNP), solo 542 son considerados prioritarios para recibir una beca del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), es decir, solo el 18.4%.

De acuerdo con datos del propio Consejo, 104 universidades, colegios e instituciones de educación superior públicos han resultado afectadas en distintos niveles, por el recorte de becas.

Un análisis elaborado por el estudiante de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales del CIDE Diego Micher, basado en datos del Portal de Consultas del Sistema Nacional de Posgrado de Conahcyt , revela que las instituciones autónomas y colegios más afectados son: 

  • Universidad Autónoma de Coahuila, con una reducción del 97%
  • Universidad Autónoma de Chihuahua 96%
  • Universidad Autónoma de Tamaulipas 95%
  • Universidad de Querétaro 94%
  • Universidad Autónoma de Nayarit 93% 
  • Colegio de Postgraduados 93%
  • Universidad Autónoma de Chapingo 92%
  • Centro de Investigación y Docencia Económicas 89%
  • Universidad Juárez Autónoma de Tabasco 87%
  • Universidad Autónoma de Yucatán 86%
posgrados en riesgo conahcyt
Elaborado por Diego Micher @DiegoMicher

Sin embargo, en cuanto a las 104 instituciones públicas que cuentan con posgrados inscritos ante el Conahcyt, hay algunas en las que el 100% son considerados como “no elegibles” para becas, se trata, principalmente, de institutos tecnológicos.

  • Universidad Politécnica De Victoria (100% “no elegible)
  • Universidad Politécnica De Querétaro
  • Universidad Politécnica De Aguascalientes
  • Universidad Intercultural Del Estado De Puebla
  • Universidad Intercultural Del Estado De México
  • Universidad Estatal De Sonora
  • Universidad De La Ciénega Del Estado De Michoacán De Ocampo
  • Instituto Tecnológico Superior Del Oriente Del Estado De Hidalgo
  • Instituto Tecnológico Superior De Teziutlán
  • Instituto Tecnológico Superior De Tantoyuca
  • Instituto Tecnológico Superior De Perote
  • Instituto Tecnológico Superior De Panuco Veracruz
  • Instituto Tecnológico Superior De Lerdo
  • Instituto Tecnológico Superior De Huauchinango
  • Instituto Tecnológico Superior De Cajeme
  • El Colegio De Tlaxcala A.C.
  • El Colegio De Tamaulipas
  • Corporación Mexicana De Investigación En Materiales S.A. de C.V.

Por otro lado, las que están 100% “en revisión” para la entrega de una beca son:

  • Universidad Politécnica Metropolitana de Hidalgo
  • Universidad Politécnica del Estado de Morelos
  • Universidad Aeronáutica en Querétaro
  • Instituto Tecnológico Superior de Tierra Blanca
  • Instituto Tecnológico Superior de Pánuco Veracruz
posgrados sin beca conahcyt
Elaborado por Diego Micher @DiegoMicher

Posgrados prioritarios para el Conahcyt 

De acuerdo con los lineamientos del SNP, el Conahcyt clasificó los posgrados en cuatro categorías:  Programas de posgrado impartidos por instituciones de educación superior (IES) públicas y programas impartidos por IES privados ambos orientados a  la investigación en ciencias y humanidades, incluidas las disciplinas creativas.

En la tercera categoría se encuentran los programas de posgrado impartidos por IES públicas que están orientados a la profesionalización de las personas; mientras que en la cuarta categoría están los programas de profesionalización de IES privadas.

categorías posgrados
Captura de pantalla Conahcyt

De los cuatro, los que se imparten en instituciones de educación superior y centros de investigación privados no son elegibles para las becas de Conahcyt. A nivel nacional, 128 posgrados se encuentran en estas categorías, 21 son considerados con orientación a la investigación y 107 a la profesionalización. 

Sobre los  2 mil 814 que se imparten en instituciones públicas, solo 542 son considerados prioritarios para la asignación de becas, debido a que están orientados a la investigación; mientras que los 2 mil 272 que están en la categoría 3 pueden ser “elegibles”, estar “proceso de revisión” o “no elegibles” dependiendo si responden a “asuntos de interés público nacional o de atención prioritaria que contemple la agenda nacional”.

En este sentido, conforme al acuerdo por el que se establecen los posgrados de la categoría 3 (profesionalizante), solo 217 cuentan con las características para obtener una beca del Conahcyt y 2 mil 55 quedarían fuera. 

Los “elegibles” se encuentran en áreas de la salud humana (38 posgrados); arte y cultura (9); preservación, protección y mejoramiento del ambiente (52); ingenierías y tecnologías (50); ciencias sociales (48); educación (15) y administración (5).

La diferencia entre los enfocados a la investigación y los de profesionalización radica en que los primeros “aportan a la generación de nuevo conocimiento”, mientras que en el segundo caso los considera como programas para  “la formación de personas dedicadas a aplicar el conocimiento humanístico, científico y tecnológico para el desempeño de su profesión”, entre otras características detalladas en los lineamientos del Sistema Nacional de Posgrados.

Marcha recorte de becas Conacyt
Archivo Cuartoscuro

Posgrados con acceso a becas

Las universidades autónomas con más posgrados dentro de la categoría 1, es decir, de los considerados prioritarios para obtener una beca son: la UNAM (con 57 prioritarios de 143 posgrados); Universidad de Guadalajara (36 de 215); Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN (33 de 66); UAM (32 de 107) y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (30 de 88).

Sin embargo, en cuanto a porcentajes totales, las IES con menos rechazos directos son:

  • Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica (7% de posgrados no elegibles para beca)
  • Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (8%)
  • Universidad Autónoma de Chapingo (12%)
  • Colegio de Postgraduados (14%)
  • Universidad del Papaloapan (14%)
  • Centro de Investigación en Materiales Avanzados S.C. (20%)
  • Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica A.C. (20%)

En este caso, aunque los posgrados de la Universidad de Chapingo y del Colegio de Postgraduados son “elegibles” entre el 88% y 86%, respectivamente, también aparecen dentro de la lista de las instituciones más afectadas porque aunque el grueso de sus posgrados podrían acceder a una beca, estos pertenecen a la categoría 3 de “no prioritarios”, por lo que dependen del presupuesto del Conahcyt y de que promuevan temas de interés para la “agenda nacional”, según los lineamientos del Consejo.

Entre las áreas más beneficiadas por el Conacyt para la entrega de becas están: las ciencias físico matemáticas y ciencias de la tierra; biología y química; medicina y ciencias de la salud; humanidades y ciencias de la conducta; ciencias sociales; ciencias agropecuarias y biotecnología e ingeniería y tecnología.

Recorte afecta a estudiantes e instituciones

El viernes, la gobernadora María Eugenia Campos Galván en compañía de Luis Carlos Hinojosa Gallardo, director de Investigación y Posgrado de la Universidad Autónoma de Chihuahua, dieron a conocer que más del 90% de becas Conahcyt destinadas a temas de investigación fueron retiradas

“Se le redujeron las becas por parte del Conahcyt. Las becas para jóvenes con un argumento de que la educación que se da a través de estas becas es capacitación ideológica capitalista”, dijo Maru Campos a medios de comunicación.

La gobernadora criticó que la reducción golpeó fuerte a las universidades de Chihuahua, Coahuila y Querétaro,  y dijo que estos apoyos económicos son primordiales para el desarrollo de la educación.

El pasado 9 de agosto, la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) anunció que interpondrá un amparo contra los nuevos lineamientos de la Ley General de Ciencia por los cuales la institución perdería 23 programas de posgrado y los alumnos no podrán solicitar becas que se otorgan a través del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt).

De acuerdo con Teresa García Gasca, rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro, la nueva Ley General de Ciencias, Tecnologías, Humanidades e Innovación (LGHCTI) está condicionando el otorgamiento de becas a la gratuidad e informó que procedería en términos legales “por la legítima defensa de los intereses de la comunidad universitaria”.

La UAQ señaló esta decisión como “injusta y autoritaria” ya que los documentos por los cuales desaparecen los programas de posgrado “emanan de la junta de gobierno impuesta de forma controversial y no acordada con la comunidad científica”.

Esta protesta institucional se suma a la de cientos de estudiantes que fueron notificados que ya no recibirán una beca porque los programas que cursan no son prioritarios y que han acudido a las instalaciones del Consejo para exigir los apoyos económicos.

Datos del movimiento #SinBecaConahcyt detallan que tan solo en la Ciudad de México hay 450 estudiantes perjudicados en 15 planteles. La afectación es principalmente con áreas vinculadas a los negocios, a la administración, actuaría y matemáticas aplicadas a negocios.

 

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Imagen BBC
Bárbara Hernández, la Sirena de Hielo chilena que nada en aguas glaciales y ostenta el récord del nado más largo en la Antártida
14 minutos de lectura

Su éxito es un giro inesperado para quien de niña era blanco de burlas por su condición social y nunca se sentía lo suficientemente bien en la piscina.

03 de junio, 2025
Por: BBC News Mundo
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Me acuerdo que me sacaron del agua los buzos de rescate, y luego, cuando me suben en la en la camilla al buque, veo la bandera de Chile gigante, toda la dotación esperándome y escucho de ‘The Eye of the Tiger’, la canción de (la película) Rocky.

“Me acuerdo de haber estado muriéndome, literal, y también con mucha risa, una emoción muy difícil de describir”.

La mujer a quien le dio ese ataque de risa cuando estaba al borde de la muerte es Bárbara Hernández.

Acababa de ser sacada de aguas antárticas. Su temperatura corporal había descendido a unos peligrosos 25°C. Estaba en las garras de una hipotermia severa.

“Sentir que tiritaba, el estómago frío, la espalda, las piernas, los brazos, es súper incómodo.

“Soy una persona muy controladora. Controlo mucho mis pensamientos, mi cuerpo, mi equipo, lo que hay que hacer, el propósito, qué sé yo.

“Pero esa etapa es la más vulnerable porque no tengo nada que hacer. Tengo que entregarme a esa sensación incómoda y, con fe, creer que va a pasar”.

No solo pasó la sensación sino que ese día, el 5 de febrero de 2023, batió un récord mundial por nadar la distancia más larga de la historia en esas aguas heladas: 2,5 kilómetros.

El año anterior había establecido otro récord Guiness en Cabo de Hornos, en el temido Paso Drake, el tramo de mar que separa América del Sur de la Antártida. La primera milla náutica la nadó en 15 minutos, 03 segundos, con lo cual obtuvo un Récord Guinness por velocidad, y siguió nadando, hasta completar 3 millas (5,5 km), la máxima distancia jamás nadada en ese lugar.

Súmale a eso muchas medallas y copas en campeonatos mundiales en aguas gélidas, además de logros por ser “la primera” en varios retos; por si fuera poco, tiene un magíster en Psicología.

La suya es una experiencia única… ¿qué se siente?

Bárbara en vestido de baño y un gorro, en una playa de Antártica con rocas y pingüinos.
Cortesía de Bárbara Hernández. Foto: Shawn Heinrich
Bárbara con los pingüinos, a los que extraña, si los deja de ver mucho tiempo.

En su país natal, Chile, Bárbara Hernández es conocida cariñosamente como la Sirena de Hielo.

Se especializa en aguas extremadamente frías. Nada, a menudo, rodeada de glaciares, y siempre sin un traje de neopreno o grasa para aislar su cuerpo.

La temperatura del agua puede ser tan baja como 2°C, e, increíblemente, ella puede permanecer ahí durante 45 minutos.

La gente suele suponer que Bárbara creció junto al mar, pero no. Su comienzo fue muy urbano.

La semilla

Cuando era niña su familia no podía darse el lujo de ir a menudo a la playa.

“Íbamos una o dos veces al año con mucho esfuerzo, tal vez dos días.

“Me acuerdo estar todo el día metida en el agua, y sentir que de verdad era la sirenita de Disney, pero en una versión mucho más latina y morena”.

Sus padres notaron su pasión por el agua, así que la sirenita latina comenzó a tomar clases de natación a los 6 años, de las que no siempre salía feliz.

“Chile sigue siendo un país súper clasista. Y 30 años atrás, se notaban mucho las diferencias socioeconómicas”.

Llegar a los clubes privados en el taxi que su padre conducía y usar trajes de baño de segunda mano “hacía que te miraran feo”.

“Es súper triste saludar y que nadie te conteste.

“Y fue un momento difícil también porque nunca fui lo suficientemente rápida en las competiciones para ser seleccionada para el equipo nacional”.

Puede que no haya sido material para la selección nacional, pero Bárbara tiene una determinación férrea: no iba a dejar la natación.

Desde los 9 años empezó a entrenar con Gabriel Torres.

Entre los dos pensaron que tal vez se estaba enfrentando a retos desatinados, y consideraron otros tipos de competencias.

Vista del río Valdivia, Chile
Getty Images
El río Valdivia es famoso por su belleza natural, con numerosas islas y una rica biodiversidad.

“Empecé a hacer aguas abiertas los 17 años.

“Fue la primera vez que tuve la oportunidad de ir al sur de Chile, a Valdivia, y la primera vez que vi ríos limpios, pues la única imagen que tenía era la del río Mapocho (que cruza por Santiago de Chile), que en ese tiempo traía mucha basura y era muy café.

“Pensar que podía nadar en un río en el que había cisnes, lobos de mar, y árboles y pasto en las orillas era una locura”.

De hecho, toda la idea era un poco loca.

“No teníamos referentes femeninos de la natación de aguas abiertas”.

“Hubo un nadador que en los 80s nadó el English Channel que era el Tiburón Contreras, pero no había niñas nadando en el mar o mujeres haciendo grandes cruces.

“De hecho, no sabíamos siquiera si era posible, o si me iba a morir ahí en medio del río”.

El intento fue toda una revelación.

“Me di cuenta de que no necesitaba necesariamente ser la más rápida, sino la más perseverante, la que mejor se adaptara a las condiciones a la lluvia, el viento, el oleaje.

“Ahí empezó una semilla. Me pregunté si efectivamente yo podría llegar a ser esa primera chilena, si podría llegar a inspirar a más niñas o mujeres a entrar al mar, a conectar, a aprender”.

El primer glaciar de Bárbara Hernández

La natación en aguas abiertas era una posibilidad atractiva, pero desafiante, pues puede ser peligrosa y necesita una preparación rigurosa.

La hipotermia es una amenaza muy real, y puede ser fatal.

Tanto Bárbara como su entrenador buscaron información en países donde tenían más experiencia con la cultura de agua fría, para prepararse.

Y en 2014 fue invitada a nadar en Argentina, en un lago cerca del glaciar Perito Moreno.

“Fue la primera vez que vi nevar, y estaba al lado de ese tremendo glaciar.

“Era como un festival de natación de invierno. Conocí nadadores de todas partes del mundo, y yo era la más anónima de todo el grupo.

“Pensar nadar ahí y con ellos, me daban mucho miedo. No sabía si era posible, si mi cuerpo se iba a adaptar”.

Pero cuando entró al agua…

“Me di cuenta de que era muy fuerte y que me adaptaba, y pude terminar primera ese circuito”.

Primera de todos, hombres y mujeres, en su primer nado en un glaciar.

“Cuando terminé, miré el glaciar… asombroso, la nieve, las piedras, el no sentir los pies, las manos…”.

Bárbara nadando: toma bajo el agua.
Cortesía de Bárbara Hernández. Foto: Ulises Yañez @zvcarias
Bárbara le ha venido respondiendo con su nado a quienes han dudado que una mujer latina puede lograr lo que se propone.

Bárbara tenía poco más de 20 años y, a diferencia de muchos en ese deporte, no tenía respaldo financiero. Y es una actividad muy costosa.

Pero a esas alturas no había vuelta atrás: la había invadido la pasión.

Empezó a tocar todas las puertas y, aunque le costó, al final encontró un patrocinador.

“Al principio nadie me conocía, entonces le escribí a muchas de las marcas que ahora me auspician. Les contaba que había un mundial en Siberia en 2016, que tal vez podía traerme un podio.

“Y tuve la fortuna de conocer un gran y querido empresario en Chile, en la Patagonia, y él financió mi primer viaje”.

Siete mares

Entre el montón de sueños que siempre ha tenido Bárbara Hernández, uno era completar el reto de los Siete Mares.

Es natación de maratón, sin ayuda durante horas y horas, a lo largo de siete de los tramos de agua más difíciles del mundo, en los que enfrentas fuertes corrientes, mares agitados, medusas y tiburones.

Hay muchas reglas, entre ellas que los nadadores sólo pueden usar traje de baño estándar, gorro, gafas protectoras y tapones para los oídos, y está prohibido el contacto físico con el bote de apoyo, aunque su tripulación puede arrojar al agua comida y bebidas.

Solo 34 personas en todo el mundo lo han logrado hasta ahora, pero ninguno de esos detalles la iban a desanimar.

En 2018 superó el primer desafío cuando cruzó a nado el Estrecho de Gibraltar; un año después, cruzó el Canal de Catalina y el Canal de la Mancha, donde cumplió su sueño de convertirse en la primera chilena en hacerlo.

En 2021, tras la pandemia, el reto fue el canal de Molokai, un tramo de agua que separa las islas hawaianas Molokai y O’Ahu.

Son 42 kilómetros a través de un canal en medio del Océano Pacífico, de aguas profundas (701 metros), con corrientes extraordinariamente fuertes y abundante vida marina.

La travesía es larga, usualmente de más de 15 horas, por lo que a menudo se nada en la oscuridad.

Bárbara tomando mate
Cortesía de Bárbara Hernández. Foto: Ulises Yañez @zvcarias
Bárbara siempre ha tendido y sigue teniendo sueños por hacer realidad.

“Amo nadar de noche. Me voy muy hacia dentro, a mis pensamientos, a reconocer qué es lo que me da miedo. Aprendí a ponerle nombre al miedo.

“Cuando estoy en el mar creo que lo que me da miedo es fallarle a la gente que ha creído en mí. Eso me angustiaba mucho y tuve que trabajarlo”.

También hay profunda belleza al nadar de noche.

“Hemos nadado con bioluminiscencias con las noctilucas (Noctiluca scintillans, chispa de mar).

“Es muy especial porque te da la sensación de estar soñando. Al mover los brazos, se ven luces alrededor tuyo…

“Y nadar con delfines, escucharlos, verlos, saber que están ahí, es algo realmente muy, muy especial.

“Se acercan mucho -pueden estar a menos de un metro tuyo-, y lo más difícil es seguir nadando pues te dan ganas de quedarte con ellos jugando”.

Suena idílico… nadar de noche, en agua luminosa, con delfines… y de pronto…

“Toqué algo que asumí que era una medusa porque me ardía, pero demasiado: un dolor que llega al hueso. Me acuerdo de haberme dicho: ‘Bárbara, ¿qué te pasa? No es tu primera medusa”.

Pero sí era su primera carabela portuguesa, una criatura particularmente venenosa.

Carabela portuguesa flotando en el mar
Getty Images
La carabela portuguesa es un carnívoro que, con sus tentáculos venenosos, atrapa y paraliza a su presa.

“Me dolió tanto que me puse como a llorar.

“En la siguiente hidratación, pedí un antialérgico y ibuprofeno, pero me seguía ardiendo. Después me asusté porque no podía mover la pierna.

“Seguí, nadando más lento; para mí no era una opción salirme del agua. Y pudimos terminar el cruce.

“Fue muy impresionante poder terminar, muy bonito. Tengo los mejores recuerdos de Hawái. Nadar en un agua tibia turquesa maravillosa -en general estoy acostumbrada a salir con hipotermia-. Era como un sueño”.

No obstante, la carabela portuguesa había hecho estragos.

Tardó seis meses eliminar la toxina de su cuerpo, su pierna siguió entumecida y sufría espasmos por la noche.

Pero Bárbara Hernández insistió en continuar con el desafío, así que en julio de 2022 completó el Canal del Norte, el quinto del reto.

Y luego, se les ocurrió un nuevo plan: ir a Antártida a intentar batir un récord mundial.

Agonía y éxtasis

Bárbara Hernández no sólo ama la Antártida sino que además quiere crear conciencia sobre el impacto del cambio climático, por ello el intento de récord.

El anterior, establecido en 2015, era de 2,25 kilómetros.

Para batirlo, tenía que nadar 2,5 kilómetros en temperaturas del agua de alrededor de 2°C.

Se dice fácil pero el riesgo de hipotermia es grave.

Tu cuerpo pierde calor más rápido de lo que puede ganarlo. A medida que las extremidades se enfrían, el cuerpo comienza a apagarse lentamente.

Pierdes la capacidad de pensar con claridad. La siguiente etapa puede ser respiratoria. Y, por último, la insuficiencia cardíaca.

Puede haber signos reveladores, por eso, cuando Bárbara está nadando, hay alguien en el bote encargado de tomar la decisión de sacarla: su ahora esposo Jorge Villalobos.

La Armada de Chile se involucró en el proceso de planificación porque tiene mucha experiencia de trabajar en la Antártida.

Tras años de investigación y ensoñación, en febrero de 2023 partieron.

Navegaron 20 días hasta llegar a su destino y, una vez ahí, tuvieron que esperar a que hubiera las condiciones adecuadas para realizar la proeza.

“Eso era crucial. No queríamos mucho viento, ni ballenas, ni focas leopardo, y tampoco pingüinos, porque eso significaba que las focas podían estar cazando”.

Esas focas, de hecho, habían sido sujeto de la planeación previa.

Foca leopardo en gesto agresivo
Getty Images
Las focas leopardo se comen todo lo que les cabe en la boca, y los pingüinos emperador suelen ser sus principales presas. El único depredador natural que tienen es la orca.

“Hubo hasta reuniones con biólogos marinos para definir el color de mi traje de baño, pues por ejemplo el naranja podía llamarles mucho la atención.

“Las focas leopardo son peligrosas, por eso es tan importante monitorearlas.

“No es que se alimenten de humanos pero identifican sus presas a través del gusto, entonces como que te prueban un poquito y cuando se dan cuenta de que es sangre humana, no les gusta y te dejan ahí.

“Pero, claro, para entonces, uno ya perdió una mano, un brazo o un pie”.

Bárbara cuenta que cuando la tripulación y su equipo discutían lo que podría pasarle, ella se iba a otra parte.

“Hablaban de muchas cosas que te ponen nerviosa”.

“Mi mamá tiene una frase muy linda: no hay que tenerle miedo al miedo, y durante toda mi vida ha significado cosas distintas; a veces significa saber que tu miedo existe, pero que no puede condicionar tu vida”.

Finalmente, se abrió una ventana de oportunidad.

Bárbara se montó a un bote con Jorge, una de sus mejores amigas y el equipo médico, y de ahí saltó al agua.

Momento en el que Bárbara salta a las gélidas aguas desde una balsa de hule donde están otras 6 personas
Cortesía de Bárbara Hernández. Foto: Felipe Molina
“Tenía tanta adrenalina que no recuerdo cómo fue entrar al agua. Lo más doloroso fue la cantidad de tiempo que permanecí en el agua: nadar 45 minutos a 2 °C”.

En algún momento, cuenta, se preocupó pues sentía “el corazón y el estómago frío”, pero se concentró en “nadar, y también tuve momentos muy conectada con el lugar donde estaba, el color del agua, tan transparente y tan salada”.

“Me acuerdo que pensé en el pan calentito con mantequilla que nos daban en el buque, en mis papás, mucho en mis perros… en que era una oportunidad de mostrar Antártica, entonces tenía que hacerlo bien y pelear hasta el final”.

De repente, “escuché los gritos y me asusté”, pero eran gritos de júbilo pues había batido el récord.

Fue entonces que la llevaron al buque donde escuchó la canción del film “Rocky” y le dio ataque de risa.

Pero “la temperatura de mi cuerpo bajó a menos de 25°. La mayoría de las personas se desmayan cuando su temperatura baja a 30°”.

Estaba en riesgo de sufrir un paro cardíaco.

El proceso de recuperación es largo: los médicos tienen que subir la temperatura lentamente, 1° por hora.

“Creo que esa parte fue la más dolorosa para mí”, pero luego estaba feliz: “¡súper emocionante!”… hasta que se dio cuenta de cuán afectada estaba su pareja.

“Jorge terminó muy mal. Estaba muy asustado porque nunca me había visto con tanta hipotermia. Y, ahí me di cuenta de que en verdad me podría haber muerto”.

La pareja el día de su boda, sobre la nieve y metida en la laguna
Cortesía de Bárbara Hernández. Foto: Ulises Yañez @zvcarias
Bárbara y Jorge se casaron en la laguna en la que ella entrena y donde él le propuso matrimonio.

A estas alturas, quizás te estarás preguntando, ¿por qué lo hace?

“Es una forma distinta de abrazar la vida.

“No es que ande buscando la muerte, ni desafiarla, ni nada de esas cosas raras.

“Creo que es un propósito muy bonito, y que siendo mujer, chilena y latina es un orgullo mostrar con ejemplos que realmente estamos preparadas para grandes cosas”.

Vestida de sirena

Uno pensaría que tras batir ese récord mundial y ganar numerosas medallas, Bárbara Hernández se tomaría un descanso, pero estaría equivocado.

¿Recuerdas el reto de los Siete Mares?

Le faltaban dos, y tenía fuertes motivos para querer terminarlo: le había prometido a Jorge que se casarían cuando lo completara.

Así que en marzo de 2023, cruzó el Estrecho de Cook, en Nueva Zelanda, y en junio de 2024, el Estrecho de Tsugaru, en Japón, y se convirtió en la primera sudamericana de la historia en lograr tal hazaña.

En septiembre de ese año, se casó en la Laguna del Inca, “en plena cordillera de Los Andes, en las aguas más turquesas y más frías que se puedan imaginar… es un lugar hermoso”.

“Mi vestido fue hecho por Ximena Olavarría, una diseñadora chilena. Tenía más de 3.000 cristales, bordado a mano, y yo parecía una sirena: la sirena de hielo”.

Como habían hecho en otras aguas gélidas, se metieron a la laguna: “Fue súper emocionante”.

Bárbara continúa soñando.

Quiero volver a la Antártica. Echo de menos los pingüinos. No sé si quiero ir a ver a las focas leopardo tan de cerca, pero sí a las ballenas.

“Cuando pasa mucho tiempo sin ir a los glaciares, sueño con ellos. Es como un llamado, como que una parte mía se queda allá, entonces tengo que volver”.

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BBC

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