El expresidente boliviano Evo Morales (2006-2019) denunció este domingo un intento de asesinato por parte de “hombres encapuchados” que dispararon contra su vehículo e hirieron a su chófer en Cochabamba.
“El carro en que llegué tiene 14 disparos. A mí me ha sorprendido. Felizmente hoy día salvamos la vida (…). Eran encapuchados los que dispararon (…). Esto estaba planificado, era para matar a Evo”, afirmó en entrevista con radiofónica.
El atentado, según Morales, ocurrió entre Villa Tunari y Lauca Ñ, en Cochabamba.
“Lucho (el presidente Luis Arce) ha destruido Bolivia y ahora quiere eliminar nuestro proceso acabando con la vida de Evo. Vamos a ver cómo nos preparamos (…). Está en marcha un estado de sitio”, dijo Morales.
En un video difundido por la radio Kawsachun Coca se observa que en el parabrisas de una camioneta en la que viaja Morales de copiloto hay tres orificios, presuntamente de los disparos. El chófer tiene sangre en la cabeza y una mujer le pide que se “apresure”.
“Tenemos imágenes también de que, después de lo sucedido, un helicóptero en el aeropuerto de Chimoré (en Cochabamba) está subiendo a seis personas (…) No tenemos certeza si serán militares o policías, pero lo único que quieren de verdad es asesinar a Evo Morales“, dijo a la AFP Anyelo Céspedes, diputado afín al exmandatario.
“El día ayer hay cambio del alto mando militar y hoy día intentan matar a Evo Morales”, agregó el diputado.
El exmandatario es investigado por el presunto abuso a una menor con quien habría tenido una hija durante su mandato. La Fiscalía anunció hace algunas semanas que emitiría una orden de aprehensión en su contra, pero no se ha pronunciado desde entonces.
Sus partidarios, que exigen el “cese de la persecución judicial” contra el líder cocalero, han bloqueado importantes carreteras del país desde el 14 de octubre. Los cortes de vías generan escasez de combustibles y alza de precios de productos básicos en distintas ciudades.
El presidente de Bolivia, Luis Arce cambió sorpresivamente a la cúpula militar del país el sábado e instó a los nuevos jefes a garantizar el restablecimiento del orden público frente a los bloqueos.
Arce y Morales, exaliados, están enfrentados por la candidatura presidencial oficialista para las elecciones de agosto de 2025, aunque sólo el líder cocalero anticipó que quiere postularse.
“Luis Arce, has cruzado la línea roja. Invocamos a una movilización. Si es posible, vamos a tomar los aeropuertos”, señaló en conferencia de prensa Vicente Choque, dirigente de la Central Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia.
El viernes se desplazaron más de mil 700 efectivos policiales para desactivar los bloqueos. En los enfrentamientos se reportaron 14 policías heridos y 44 detenidos, según el Ministerio de Gobierno.
El Ministerio de Relaciones Exteriores denunció el sábado en un comunicado que están “en curso una serie de acciones desestabilizadoras lideradas por Morales que pretenden interrumpir el orden democrático”, lo cual amenaza la estabilidad de Bolivia y de la región.
“El Estado de Bolivia hace un llamado a comunidad internacional, a los Estados, organismos multilaterales y pueblos de mundo permanecer atentos ante estos hechos”, indicó la cancillería.
Según un reporte de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), en el país se registran 16 puntos de bloqueos, la mayoría en el departamento de Cochabamba, bastión de Morales.
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Los cortes han acentuado la escasez de combustibles y han disparado los precios de los productos básicos.
Según el ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, ya han causado pérdidas de casi de mil 200 millones de dólares.
Los mensajes de los líderes de Estados Unidos y de Rusia revelan diferentes perspectivas sobre un posible acuerdo de paz para Ucrania.
Donald Trump prometió el año pasado que terminaría la guerra de Ucrania en “24 horas”.
La semana pasada dijo que no se resolvería hasta que él y el presidente ruso, Vladimir Putin, pudieran “reunirse” y resolverlo en persona.
El lunes, la cosa cambió de nuevo.
Después de una llamada telefónica de dos horas con Putin, Trump dijo que las condiciones de un acuerdo de paz solo podrían negociarse entre Rusia y Ucrania, y quizás con la ayuda del papa León XIV.
Aun así, el presidente estadounidense no ha perdido su optimismo ante la perspectiva de paz, y publicó en las redes sociales que los combatientes “comenzarían inmediatamente” las negociaciones para un alto el fuego y el fin de la guerra.
La percepción de Trump no parece coincidir con la visión rusa.
Putin se limitó a declarar que su país está listo para trabajar con Ucrania para elaborar un “memorándum sobre un posible futuro acuerdo de paz”.
Hablar de memorandos y un “posible futuro” de paz se antoja lejos del compromiso necesario para cimentar acuerdos duraderos rápidamente.
Putin volvió a enfatizar que cualquier resolución del conflicto tendría que abordar las ‘”raíces” de la guerra, que, según ha afirmado Rusia en el pasado, es el deseo de Ucrania de estrechar lazos con Europa.
Existe la posibilidad de que la última opinión de Trump sobre la guerra en Ucrania pueda ser una señal de que Estados Unidos abandonará finalmente la mesa de negociaciones.
“Hay grandes egos involucrados, pero creo que algo va a suceder”, dijo Trump el lunes por la tarde. “Y si no sucede, simplemente me retiraré y tendrán que seguir adelante”.
Sin embargo, un movimiento así vendría con su propia lista de preguntas y riesgos.
Si Estados Unidos se desentiende de la guerra, una amenaza planteada también por el vicepresidente estadounidense, JD Vance, y el secretario de Estado, Marco Rubio, ¿significaría que Estados Unidos también pondrá fin al apoyo militar y de inteligencia a Ucrania?
Si ese es el caso, es probable que lo agradeciera Rusia, que contaría con mayores recursos que una Ucrania sin el respaldo estadounidense.
La sola perspectiva basta para preocupar al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.
“Es crucial para todos nosotros que Estados Unidos no se distancie de las conversaciones y la búsqueda de la paz”, dijo el lunes después de la llamada entre Trump y Putin.
Al margen de la retórica del lunes, parece que Ucrania y Rusia están dispuestos a continuar algún tipo de conversaciones, y eso ya es un progreso después de casi tres años de guerra.
Aún está por determinarse si el equipo ruso será algo más que la delegación de bajo nivel que viajó a Estambul, Turquía, para reunirse con los ucranianos el viernes pasado.
Trump ha ofrecido a Rusia la promesa de reducir las sanciones contra Moscú y nuevos acuerdos comerciales e inversiones económicas como el incentivo que moverá a Putin hacia un acuerdo de paz.
Lo volvió a mencionar en sus comentarios posteriores a la llamada. Por otro lado, no se discutieron consecuencias negativas para Rusia, como nuevas sanciones a la banca rusa y las exportaciones de energía.
El presidente estadounidense advirtió el mes pasado que no toleraría que Putin le “tomara el pelo” y señaló que Rusia no debería atacar áreas civiles.
Pero el domingo, Rusia lanzó su mayor ataque con drones contra ciudades ucranianas en lo que va de guerra, y la llamada del lunes entre los dos líderes mundiales ha dejado claro que cualquier alto el fuego o acuerdo de paz se atisba todavía muy lejano.
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