Tras una larga travesía en carretera, la jirafa Benito al fin llegó a su nuevo hogar a Africam Safari, en Puebla.
Benito abandonó el Parque Central de Ciudad Juárez, Chihuahua, el 21 de enero, para dirigirse a su nuevo hogar a donde llegó este 23 de enero alrededor de las 4:30 de la mañana.
Comió, tomó agua y está en buen estado. Además, está muy curioso por los nuevos olores y todo lo que hay a su alrededor.
Frank Carlos Camacho, director general de Africam Safari, detalló que durante dos días Benito permanecerá en una habitación especial para que pueda acoplarse al nuevo clima y alimento.
Al tercer día saldrá a campo para que pueda comenzar a socializar con las otras jirafas.
“Benito llegará a ser el semental de este grupo, de esta familia que viene a conformar”, dijo Camacho.
Benito es una jirafa de 3 años que llegó al Parque Central de Ciudad Juárez en mayo de 2023. De acuerdo con las autoridades de Chihuahua, el joven ejemplar ocuparía el lugar que dejó Modesto, un animal de la misma especie que falleció en 2021.
El traslado de Benito ocurrió luego de que activistas, periodistas y ciudadanos presionaron al gobierno de Chihuahua y a las autoridades ambientales para que autorizaran el cambio de lugar del animal, luego de que se acreditó que no tenía las condiciones adecuadas para vivir en el Parque Central de Ciudad Juárez.
A través de la campaña “Salvemos a Benito” se dio a conocer que la jirafa vivía en una ciudad con un clima muy extremo para su especie, que su corral era pequeño, que estaba mal alimentado e incluso se detectó que los visitantes le daban de comer. Además no tenía un espacio para refugiarse del sol, la lluvia o incluso la nieve.
Ante esta situación, las organizaciones demandaron a Profepa garantizar la condiciones dignas de vida para la jirafa.
Benito dejó el Parque Central entre gritos de ¡sí se pudo! y ¡Benito, lo logramos! Horas antes de su partida, decenas de personas se hicieron presentes para despedirse del animal, el cual pasó 8 meses sin las condiciones necesarias para su bienestar.
La activación de un gen sería la razón por la que algunos gatos, particularmente los machos, tienen pelaje rojizo.
Ahora, científicos de dos continentes han resuelto el misterio en el ADN que da a nuestros amigos peludos, particularmente a los machos, su notable color.
Descubrieron que a los gatos pelirrojos o de color naranja les falta una sección de su código genético, lo que significa que las células responsables de su pelaje, ojos y tono de piel producen colores más claros.
El avance ha alegrado no solo a los científicos, sino también a los miles de amantes de los gatos que originalmente financiaron la investigación.
Los científicos esperan que resolver el rompecabezas también pueda ayudar a arrojar luz sobre si los gatos de color naranja corren un mayor riesgo de padecer ciertos problemas de salud.
Se sabe desde hace décadas que es la genética la que da a los gatos atigrados de color naranja su tono distintivo, pero hasta ahora los científicos no encontraban la ubicación exacta en el código genético.
Dos equipos de científicos de la Universidad de Kyushu en Japón y la Universidad de Stanford en EE.UU. revelaron el misterio en artículos simultáneos publicados este jueves.
Lo que descubrieron los equipos fue que en los melanocitos -las células responsables de dar al gato su pelaje, sus folículos pilosos y el color de sus ojos- de estos animales el gen ARHGAP36 es mucho más activo.
Los genes están formados por fragmentos de ADN que dan instrucciones a las células de un gato, como a las de otros seres vivos, sobre cómo funcionar.
Al comparar el ADN de decenas de gatos con y sin pelaje naranja, hallaron que aquellos con coloración rojiza tenían una sección del código de ADN faltante en este gen ARHGAP36.
Sin este ADN la actividad del ARHGAP36 se incrementa. Los científicos creen que el gen instruye a esos melanocitos a producir un pigmento más claro.
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Durante décadas, los científicos han observado que los gatos con coloración completamente rojiza tienen muchas más probabilidades de ser machos. Esto coincide con el hecho de que el gen se encuentra en el cromosoma X.
Los cromosomas son secciones más grandes de ADN y los gatos machos, al igual que otros mamíferos, tienen un cromosoma X y uno Y, que contienen diferentes cantidades de genes.
Como se trata de un gen que se encuentra únicamente en el cromosoma X, que en este caso controla la producción de pigmento, basta con que falte un fragmento de ADN para que un gato se vuelva completamente pelirrojo.
En comparación, las gatas tienen dos cromosomas X, por lo que sería necesario perder ADN en ambos cromosomas para aumentar la producción de pigmentos más claros en la misma medida, lo que significa que es más probable una coloración mixta.
“Estas formas rojizas y negras se deben a que, al principio del desarrollo, un cromosoma X en cada célula se intercambia aleatoriamente”, explica el profesor Hiroyuki Sasaki, genetista de la Universidad de Kyushu.
“A medida que las células se dividen, se crean áreas con diferentes genes activos de color de pelaje, lo que da lugar a manchas distintivas”.
Aunque el estudio está basado en principios científicos, originalmente comenzó como un proyecto de pasión para el profesor Sasaki.
Se había retirado de su puesto universitario, pero como amante de los gatos dijo que quería seguir trabajando para descubrir el gen del gato naranja con la esperanza de que pudiera “contribuir a la superación de las enfermedades felinas”.
Él y su equipo recaudaron 10,6 millones de yenes (US$73.000) entre miles de amantes de los gatos en Japón y el mundo a través de financiación colectiva para poder llevar a cabo el estudio.
Uno de los contribuyentes escribió: “Somos hermanos y cursamos primero y tercer grado de primaria. Donamos nuestro dinero de bolsillo. Úsenlo para investigar sobre los gatos calicó”.
El gen ARHGAP36 también está activo en muchas otras áreas del cuerpo, incluido el cerebro y las glándulas hormonales, y se cree que es importante para el desarrollo.
Los investigadores creen que es posible que la mutación del ADN en el gen pueda causar otros cambios en estas partes del cuerpo vinculados a condiciones de salud o temperamento.
El gen ARHGAP36 se encuentra en humanos y se ha relacionado con el cáncer de piel y la caída del cabello.
“Muchos dueños de gatos se dejan llevar por la idea de que los diferentes colores y patrones de pelaje están vinculados a diferentes personalidades”, afirmó el profesor Sasaki.
“Aún no hay evidencia científica que respalde esto, pero es una idea intrigante y me encantaría explorarla más a fondo”.
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