La línea fronteriza con Estados Unidos corta la sierra de San Luis-Janos como una guillotina. A menos de dos kilómetros serpentea el tramo de la Carretera Federal 2 que va de Janos, Chihuahua, a Agua Prieta, Sonora. Cuando las heladas arrecian, el paisaje blanco presagia un pavimento congelado e intransitable. Pasado el frío, la cinta asfáltica queda craquelada, como el suelo de un lago tras secarse. En apenas siete metros de ancho, sin acotamientos, los camiones de carga compiten por circular en sentidos opuestos. En su prisa, a veces chocan y mueren personas.
Para aumentar la seguridad, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (ahora Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, SICT) presentó un plan para ampliar la carretera a 12 metros de ancho y dos carriles. Parte de ese proyecto fueron los 4.1 kilómetros del tramo Janos-Agua Prieta, para el que en abril de 2019 se otorgó un contrato por 85.6 millones de pesos a Construcción Instrumentación y Servicios, en conjunto con Vicer Agregados y Concretos.
Sin embargo, no había pasado ni un mes desde la firma del convenio cuando el Servicio de Administración Tributaria (SAT) calificó a Construcción Instrumentación y Servicios como Empresa que Factura Operaciones Simuladas (EFOS) definitiva, es decir, era una compañía que no podía comprobar personal, infraestructura ni capacidad material para realizar los trabajos que facturaba, o que no fue localizada en su domicilio fiscal.
Por sí solo, este contrato representó 78 por ciento del dinero que la SCIT asignó a empresas fantasma en el sexenio anterior.
En total, la SICT pagó 36 millones de pesos (más IVA) a la empresa fantasma y prorrogó la entrega del camino a Janos por casi un año. Ahora no hay ampliación ni modernización de la carretera: la empresa abandonó la obra, dejó perder el contrato y no ha devuelto el millonario anticipo.
Es primavera de 2024. El cielo está limpio de nubes y el calor castiga la carretera hacia Agua Prieta. La sombra intermitente de las colinas con sus grandes pedruscos ofrece un alivio momentáneo a los conductores. La baliza anuncia el kilómetro 107, el final del tramo que debería haberse modernizado.
Pero no hay nada ahí ni en los dos kilómetros previos ni en el trecho encargado a la empresa que refleje alguna mejora en el camino. Solo alcantarillas abandonadas, letreros de desviación y muchos baches.
Según el contrato, Construcción Instrumentación y Servicios realizaría el 90.42 por ciento del proyecto (terraplenes, bases, pavimento, señalizaciones), mientras que Vicer se encargaría del drenaje y alcantarillado.
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Los trabajos tenían que empezar en mayo de 2019, pero se aplazaron porque la SICT debía adelantar un primer pago por 25.7 millones de pesos —lo que hizo en junio de ese año—, y porque no se había presentado el resolutivo del Manifiesto de Impacto Ambiental. Finalmente, las obras arrancaron en octubre.
Ese mismo mes, una publicación de la revista Nexos advirtió que Construcción Instrumentación y Servicios era una facturera. La dependencia explicó a Quinto Elemento Lab que, debido a la nota, “solicitó a la empresa presentar de nueva cuenta la opinión de cumplimiento emitida por el SAT y, con fecha del 31 octubre de 2019, presentó el documento de opinión positiva”. Así, la secretaría sepultó sus dudas.
“No estábamos enterados de eso, en su momento no lo vimos; pero al tener el documento del SAT lo dimos por bueno”, declaró a la prensa en aquel entonces el titular del Centro SICT Sonora, Eduardo Antonio Pacheco Grajeda.
El SAT especifica en el Código Fiscal de la Federación que, para tener una opinión positiva, el contribuyente no debe estar en la lista definitiva de EFOS. Para cuando la secretaría asegura que recibió una nueva Opinión del Cumplimiento de Obligaciones Fiscales, la firma ya se encontraba en dicho listado. Vía Transparencia, la SICT sonorense solo entregó el documento fechado en abril de 2019 —poco antes de ser declarada empresa fantasma—, cuya vigencia por ley es de tres meses.
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Por medio de imágenes satelitales de Google Earth y Maps se ubicaron los tramos de la ampliación y modernización de la carretera Janos-Agua Prieta, a partir de las coordenadas incluidas en el estudio de impacto ambiental. En una imagen de marzo de 2020, en el trecho entre los kilómetros 98+000 y 100+000 todavía se distingue la máquina amarilla que coloca el drenaje perpendicular a la carretera, a pocos metros de un claro con medio centenar de alcantarillas.
Sin embargo, la obra se suspendió poco después debido a la pandemia de covid-19. El papeleo señala que los trabajos debían reiniciarse el 1 de junio y que la carretera, a más tardar, tenía que entregarse el 21 de noviembre.
En agosto de ese mismo año, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) —con la SICT presente— visitó la obra y calculó que no se habían hecho trabajos de excavaciones, terraplenes y alcantarillado, correspondientes a 2019, por 6.7 millones de pesos.
La respuesta del Centro SICT Sonora para esta investigación fue un mensaje de siete párrafos, que concluye: “A la fecha, la empresa se encuentra realizando los convenios contratados en ese tramo carretero”, aunque la misma dependencia reconoció vía Transparencia que no había un contrato vigente para la modernización del trecho. La dependencia se negó a responder preguntas adicionales al cierre de esta investigación.
Mediante solicitudes de información, Quinto Elemento Lab obtuvo documentos que revelan que la obra se canceló por incumplimiento del contratista, no existe otra licitación para el tramo, y no se han recuperado los millones de pesos pagados por adelantado a la empresa fantasma.
Un acta circunstanciada de la SICT, fechada en febrero de 2021, expone que el contrato de la carretera Janos-Agua Prieta fue rescindido, de acuerdo con la Ley de Obras Públicas, porque Construcción Instrumentación y Servicios incumplió el encargo.
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El documento estima que, en total, se pagaron 36 millones de pesos a la empresa fantasma por una obra inconclusa, “encontrada en estado total de abandono” y sin “personal, maquinaria o equipo de construcción”.
En septiembre de 2021, Pacheco Grageda dejó la oficina federal de la SICT para convertirse en titular de la Junta de Caminos de Sonora. El funcionario no aceptó dar una entrevista para este reportaje.
Construcción Instrumentación y Servicios vio la luz en 1996 en Hermosillo, Sonora, de acuerdo con su inscripción en el Registro Público de Comercio. Los socios fundadores —un hombre que actualmente ronda los 84 años y sus dos hijos— vendieron la empresa por 50 mil pesos en 2011.
El excontador de la empresa dijo a Quinto Elemento Lab que tiempo después de su conformación la firma dejó de funcionar por falta de trabajo y que los accionistas originales le avisaron que se retirarían de la actividad.
Carlos Alfredo Apodaca Hernández, un estudiante de 19 años y originario de Agua Prieta, adquirió el 60 por ciento de las acciones y se convirtió en administrador y representante de la compañía, mientras su padre, el también contratista José de Jesús Apodaca Otero, ocupó el cargo de representante legal.
El cambio de manos convirtió a Construcción Instrumentación y Servicios en contratista gubernamental.
Entre 2011 y 2019, de acuerdo con los registros de Compranet, obtuvo en Sonora 10 contratos por 103.9 millones de pesos con la Junta de Caminos estatal, la SICT, la Comisión Federal de Electricidad e incluso el IMSS.
Pese a esto, la compañía es desconocida en el mundo empresarial del estado: “En la CMIC Sonora no tenemos conocimiento de esa empresa de construcción”, precisó Luz Fernanda Enríquez López, gerente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción de la entidad, consultada para este reportaje.
La exitosa trayectoria de la contratista quedó bajo investigación del SAT por operaciones inexistentes en noviembre de 2016, cuando la autoridad fiscal realizó observaciones y la exhortó a demostrar que era una empresa legítima y así desvirtuar las sospechas.
Estar en la lista de presuntas EFOS —estatus previo a ser catalogada como definitiva— no frenó la búsqueda de convenios públicos de la empresa sonorense. En marzo de 2019, el gobierno de AMLO le otorgó un primer contrato de 7 millones de pesos por el estudio y proyecto para la restitución estructural y las obras de drenaje de ocho kilómetros del camino Basiroa-Tapizuelas en Álamos, Sonora.
Dos meses más tarde firmó el contrato de la carretera Janos-Agua Prieta en un proceso cuya revisión pone en evidencia algunas irregularidades cometidas por la SICT de Sonora.
La dependencia no explica por qué eligió la propuesta más cara de las seis que se presentaron. Vía Transparencia, la secretaría entregó el acta de fallo firmada por Ricardo Alarcón Abarca, subdirector de Obras (en representación del titular, Pacheco Grageda), en la que resuelve que la proposición encabezada por Construcción Instrumentación y Servicios reúne las condiciones legales, técnicas y económicas requeridas, y que “por tanto garantiza el cumplimiento de las obligaciones respectivas”.
Mediante correo electrónico institucional se contactó a Alarcón, quien actualmente se desempeña como director del Centro SICT Guerrero, para conocer cuáles fueron los parámetros de evaluación que se emplearon para seleccionar a la empresa, pero no se obtuvo respuesta a los hallazgos de esta investigación.
Además, la EFOS debió entregar a la SICT la Opinión del Cumplimiento de Obligaciones Fiscales con el Instituto Mexicano del Seguro Social, pero la dependencia no la proporcionó cuando se le pidió por medio de solicitudes de información.
Este documento permite saber cuántas personas trabajadoras están aseguradas por la empresa, y por ley debe incluirse en caso de que la contratación sea mayor a los 300 mil pesos.
Quinto Elemento Lab también visitó el domicilio fiscal indicado en el contrato por Construcción Instrumentación y Servicios: el número 1126 de la Calle 6, entre las avenidas 12 y 13, de la colonia Centro, en Agua Prieta, Sonora. Entre tiendas de conveniencia, casas y algunos negocios de venta de productos de plástico o pinturas no fue posible localizar las oficinas de esta compañía.
La dirección es la misma de otras dos firmas que también han recibido dinero público: Recubrimientos Decorativos e Industriales de Sonora, que en años recientes tuvo contratos por adjudicación directa del Consejo de la Judicatura Federal, y Tecnología Avanzada del Color, que figura en el padrón de proveedores del ayuntamiento de Agua Prieta. De acuerdo con registros públicos de comercio, José de Jesús Apodaca Otero forma parte de ambas empresas.
Se buscó establecer contacto con las tres firmas y sus principales socios mediante las direcciones de correo electrónico encontradas en contratos, padrones de contratistas y registros ante el SAT, pero al cierre de este reportaje no se consignó una respuesta.
A casi cuatro años de la cancelación del contrato, Construcción Instrumentación y Servicios no ha cubierto las penalizaciones ni devuelto los millones de pesos que le pagaron por una obra que no terminó. La compañía tampoco figura en el Directorio de Licitantes, Proveedores y Contratistas Sancionados de la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, aunque mantiene el impedimento de emitir facturas por su inclusión en la lista de EFOS definitivas.
Mientras, poco ha pasado en la carretera hacia Agua Prieta.
Desde la visita de la ASF en 2020, las imágenes satelitales y de vista de calle de Google Maps evidenciaban la falta de movimiento: para mediados de 2022, donde termina el kilómetro 107+000 quedó abandonada una retroexcavadora amarilla —que sucumbió al óxido y al sol del desierto— junto a unos señalamientos reflejantes que advertían de una “desviación” para evitar que los conductores se desbarrancaran al final de un terraplén sin concluir.
El recorrido hecho en 2024 por el tramo licitado mostró que han desaparecido los indicios de lo poco que avanzó la obra, como el raspado del pavimento para el intento de ampliación, y decenas de alcantarillas que deberían estar bajo un doble carril.
No hay, dice la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, algún nuevo procedimiento de contratación para acabar esta obra.
La modernización de la carretera Agua Prieta-Janos era una deuda de décadas para el séptimo municipio más poblado de Sonora y su importante industria maquiladora. Hoy, para ir a Chihuahua, los habitantes de Agua Prieta prefieren cruzar a Estados Unidos y circular por la interestatal 80 antes que hacerlo por la “ruta de la muerte”, como la llaman periodistas locales debido a los cierres por nevadas, deslaves y accidentes.
23 cardenales latinoamericanos están habilitados para participar en el cónclave del próximo 7 de mayo. BBC Mundo analiza el grupo y explica cómo pueden influir en el voto.
Alrededor de 135 cardenales de todo el mundo están habilitados para participar en el cónclave secreto que comienza el 7 de mayo, y de ellos 108 fueron nombrados por el papa Francisco.
Expertos afirman que esto aumenta la posibilidad de que el próximo sumo pontífice comparta su visión de una Iglesia progresista y más inclusiva.
Sólo los altos dirigentes católicos conocidos como cardenales con menos de 80 años podrán formar parte en esta elección a puerta cerrada que ellos consideran como un deber y una responsabilidad espiritual.
No hay un cronograma que indique cuánto tiempo tomará elegir al próximo papa, pero los dos cónclaves anteriores, celebrados en 2005 y 2013, duraron dos días.
Aunque hay pocas posibilidades de que el próximo sumo pontífice sea latinoamericano, como su predecesor, 23 cardenales de América Latina formarán parte en la solemne decisión.
“Acabamos de tener un papa latinoamericano, con el español como lengua y con una cultura latina, por tal razón, dentro del Colegio Cardenalicio, la percepción es que es muy difícil que el próximo papa sea latinoamericano o español”, le dice a BBC Mundo el periodista y escritor José Francisco Serrano, especialista en el Vaticano y profesor de la Universidad CEU San Pablo, en Madrid.
Aunque afirma que los cardenales latinoamericanos tampoco son precisamente los que marcarán tendencia en el cónclave, hay algunas figuras importantes de la región cuyas voces serán escuchadas e incluso unos pocos que son vistos por otros dirigentes católicos como opciones para suceder al papa Francisco.
Añade que otros cardenales latinoamericanos, que no entran al cónclave por tener más de 80 años, también cuentan con una gran influencia dentro de sus colegas debido a su antigüedad y experiencia.
José Ramón Navarro Pareja, responsable de la sección de Religión del diario ABC, apunta que los cardenales latinoamericanos constituyen un grupo relativamente homogéneo.
“Muchas veces se plantea que ciertos grupos nacionales, como los estadounidenses, los italianos o los españoles, se ponen de acuerdo y forman un grupo de presión”, dice en entrevista con BBC Mundo.
“Pero cuando conoces sus planteamientos, te das cuenta de que muchas veces no se basan en afiliaciones nacionales para conformar grupos, sino que al final los une su posición sobre la Iglesia”.
Navarro sugiere que la mayoría de los 23 lectores latinoamericanos tienen en mayor y menor medida un perfil similar al del papa Francisco.
“Aparte del hecho de que fue Francisco quien hizo cardenales a la mayoría de ellos, a muchos los conocía personalmente y tenía una relación más cercana con ellos que con otros cardenales”, prosigue.
Según los expertos consultados por BBC Mundo, cuatro voces latinoamericanas destacan dentro del grupo de cardenales con derecho a voto y otros dos, que no entran en el cónclave, también pueden jugar un papel importante debido a su influencia en el Vaticano.
Según Serrano Oceja, el cardenal Carlos Aguiar Retes es el latinoamericano que tiene más peso dentro del cónclave en este momento.
Afirma que tiene uno de los perfiles más acreditados debido a su trayectoria, su autoridad dentro del episcopado de México y la relevancia de esa diócesis.
Nació el 9 de enero de 1950 en Tepic, una ciudad en el oeste de México.
Su formación académica incluye un doctorado en Teología Bíblica en Roma.
Fue ordenado sacerdote en 1973 y durante su carrera se destacó como presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
En 2018 fue designado como arzobispo primado de México, el cargo más alto en la jerarquía católica mexicana.
“Aguiar es uno de los cardenales más cercanos a Francisco ideológicamente y se cree que buscaría una absoluta continuidad”, explica José Ramón Navarro Pareja.
“Puede jugar un gran papel siendo lo que se denomina en el lenguaje del cónclave uno de los ‘grandes electores’, que son los cardenales que tienen una cierta influencia sobre un grupo importante y una capacidad de movilizar el voto no necesariamente hacia ellos mismos, sino hacia un tercer candidato que considere oportuno”.
Fernando Chomali es, según Navarro, otro de los “grandes electores” con gran influencia en el cónclave.
“Tuvo una relación absolutamente directa con Francisco y también va a tratar de unir a aquellos que buscan un planteamiento de la Iglesia similar al de Francisco”, explica.
Algunos incluso ven a Chomali como un candidato al máximo puesto.
“Recientemente, a mí me han llegado a decir en Roma que Chomali era el candidato de Francisco“, precisa Navarro.
Chomali nació en marzo de 1957 en Santiago de Chile en una familia con ascendencia palestina. Es licenciado en Teología moral de la Universidad Lateranense de Roma y doctor en sagrada teología de la Universidad Gregoriana de Roma.
Fue nombrado arzobispo de Santiago de Chile por el papa Francisco en octubre de 2023.
Días después de la muerte del papa Francisco, afirmó a la prensa que no tenía “ninguna posibilidad de ser papa” y sostuvo que Francisco “es el ejemplo a seguir por todos”.
José Ramón Navarro explica que, entre los cardenales que comparten la visión de la Iglesia del papa Francisco y los que no, el cardenal brasilero Odilo Scherer es visto como un “centrista”.
Scherer nació el 21 de septiembre de 1949 en el sureño estado brasileño de Río Grande del Sur.
Estudió en la Pontificia Universidad Católica de Paraná y en la Pontificia Universidad Gregoriana, en Roma, donde obtuvo su doctorado en Sagrada Teología en 1991.
En el Vaticano es visto como un conservador moderado, un cardenal conciliador que fue cercano a Benedicto XVI.
Asumió la arquidiócesis de Sao Paulo, la mayor de Sudamérica, en 2007, año en que también fue proclamado cardenal.
Durante el cónclave e 2013 llegó a ser considerado “papable”.
“Es un cardenal que obtuvo votos en el cónclave anterior, al final no fue él sino Francisco, pero estuvo muy presente en el voto”, señala Navarro.
“Me parece que incluso podría surgir como un candidato fuerte para convertirse en Papa si llegara a surgir un bloqueo entre dos grandes sectores y ninguno alcance la mayoría de dos tercios”, añade.
Cualquier candidato tendrá que alcanzar al menos 89 votos, es decir, dos tercios de los votos de los presentes para convertirse en el próximo papa.
Daniel Fernando Sturla nació en Montevideo, capital de Uruguay, el 4 de julio de 1959.
Ha contado que sintió su llamada a la vocación sacerdotal tras una conversación con un sacerdote.
Fue ordenado sacerdote en 1987 y tras ejercer varios cargos en el seno de la congregación salesiana fue nombrado obispo auxiliar de Montevideo por el papa Benedicto XVI en 2011.
Tres años después, en febrero de 2014, fue nombrado arzobispo de Montevideo por el papa Francisco.
El periodista José Francisco Serrano explica que Sturla es un cardenal que marca muy bien la continuidad entre el pontificado de Benedicto XVI y el papá Francisco.
“Es un hombre especializado en historia de la Iglesia, un gran religioso en Uruguay y se ha convertido en una figura interesante e influyente dentro de los cardenales”.
Tanto es así que varios medios y expertos lo han llegado a incluir dentro de los posibles nombres que pueden surgir en el cónclave.
Si bien será en la Capilla Sixtina donde los cardenales ejercerán su voto, antes del cónclave tienen lugar una serie de congregaciones generales en las que participan 183 cardenales, y de ellos 120 electores, según la oficina de prensa de la Santa Sede
Dos cardenales con derecho al voto no participarán en las congregaciones que se llevan a cabo actualmente por motivos de salud.
En estas congregaciones, que comenzaron al día siguiente de la muerte del pontífice argentino, los cardenales discuten sobre el futuro de la Iglesia católica, sus desafíos y también sobre sus responsabilidades.
“Contrariamente a lo que se ha visto en películas como “Cónclave” (2024), en la Capilla Sixtina no se discute durante el proceso electoral. Se entra rezando y luego los cardenales simplemente ejercen su voto“, explica José Ramón Navarro.
“No es un Parlamento en el que se discute lo que la Iglesia está haciendo mal o no”, agrega.
Por su parte, José Francisco Serrano explica que las congregaciones previas al cónclave sirven como una plataforma en la que surgen algunos candidatos, como fue el caso del papa Francisco, cuyo nombre comenzó a sonar tras sus intervenciones en las congregaciones.
“Jorge Bergoglio tuvo un papel muy destacado en las congregaciones generales previas a su elección. Fue allí donde muchos cardenales descubrieron su potencial”, precisa.
Por eso, no se descarta que durante estos días probablemente los cardenales puedan descubrir alguna figura destacada.
En las congregaciones generales, algunos cardenales mayores de 80 años suelen tener mucha influencia, por su autoridad y experiencia.
A lo largo de los años, Leonardo Sandri ha logrado posicionarse como uno de los cardenales más experimentados del Vaticano.
Fue él quien el 2 de abril de 2005, desde la Plaza de San Pedro, anunció la muerte del papa Juan Pablo II.
Nació en Buenos Aires en noviembre de 1943 y estudió Teología en el Seminario Metropolitano de Buenos Aires. También obtuvo un doctorado en Derecho canónico por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
Fue ordenado sacerdote cuando apenas tenía 23 años, en 1967, y a los 27 abandonó su vida sacerdotal para unirse al servicio diplomático del Vaticano. Desde entonces, ha dedicado su vida a la Santa Sede.
Fue proclamado cardenal en 2007 por Benedicto XVI y en el cónclave de 2013 se perfilaba como uno de los favoritos para convertirse en el posible primer papa latinoamericano.
Entre muchos otros puestos, ha sido asesor de la Secretaría de Estado y actualmente es prefecto emérito del Dicasterio para las Iglesias Orientales, así como consejero de la Comisión Pontificia para América Latina (CAL).
También es miembro del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica y del Dicasterio para la Comunicación, que se encarga de todo el sistema de comunicaciones de la Santa Sede.
Según expertos, Sandri encarna la continuidad dentro de la Curia, de la que ha sido uno de los principales impulsores en las últimas décadas.
Y pese a que ya no cuenta con un voto, podría tener una gran influencia tras bastidores.
“Todo lo que dice el cardenal Sandri suele ser relevante para muchos otros cardenales”, afirma José Francisco Serrano.
Por su edad, Errázuriz tampoco no puede participar en el cónclave, pero su antigüedad lo ha convertido una de las voces más respetadas en el Vaticano.
Ha tenido una distinguida carrera en la Iglesia y fue un miembro de confianza del Consejo de Cardenales, cuya misión era aconsejar y asesorar al papa Francisco.
Nació el 5 de septiembre de 1933 en Santiago de Chile y fue ordenado sacerdote en julio de 1961. Es licenciado en Teología por la Universidad de Friburgo, en Suiza.
Entre 2003 y 2007, ocupó la presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
También presidió la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, inaugurada por Benedicto XVI en Aparecida, Brasil, en 2007.
Errázuriz fue nombrado cardenal en 2001 por Juan Pablo II y asumió el cargo de Arzobispo Emérito de Santiago de Chile en 2010.
“Es un cardenal con la capacidad de organizar un grupo en torno a los distintos cardenales latinoamericanos“, señala Serrano.
Sin embargo, un hecho que puede que le haya restado influencia en los últimos años dentro del Vaticano es que estuvo implicado en el encubrimiento de un escándalo de abuso sexual que sacudió a la Iglesia en Chile en 2018.
Los cardenales latinoamericanos constituyen el 17% de los votos en el cónclave.
Aunque Brasil y Argentina cuentan con el mayor número de votantes, muchos otros países de la región también cuentan con representación, desde México hasta Chile, pasando por Colombia, Cuba, Haití y Paraguay.
México tiene seis cardenales en el Colegio Cardenalicio, pero sólo dos de ellos podrán votar.
América Central y el Caribe están representados por el arzobispo de San Cristóbal de la Habana, Juan de la Caridad García Rodríguez, el guatemalteco Alvaro Ramazzini, el nicaragüense Leopoldo Brenes y Chibly Langlois, el primer y único cardenal haitiano en la historia del país.
Por su parte, América del Sur cuenta con 17 cardenales con derecho a voto.
Aparte de los siete brasileños y los cuatro argentinos, en el cónclave estarán presentes el ecuatoriano Luis Fernando Cabrera, el paraguayo Adalberto Martínez Flores y el peruano Carlos Gustavo Castillo, quien sucedió a Juan Luis Cipriani como arzobispo de Lima en enero de 2019 por decisión del papa Francisco.
También participará en el proceso el arzobispo de Bogotá, Luis José Rueda Aparicio, quien es percibido como un gran mediador y líder social.
Otro latino que no aparece en la lista debido a que representa a Marruecos en la Iglesia, es Cristóbal López Romero (72 años), arzobispo de Rabat, quien nació en Almería, España, y se nacionalizó paraguayo.
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