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Activistas denuncian daños ambientales por uso de dinamita para extraer roca para obras del Tren Maya
Activistas denuncian daños ambientales por uso de dinamita para extraer roca para obras del Tren Maya
Las explosiones se usan para obtener material pétreo. (Foto: captura de pantalla)
2 minutos de lectura

Activistas denuncian daños ambientales por uso de dinamita para extraer roca para obras del Tren Maya

El colectivo Sélvame del Tren denunció más daños ambientales por las obras del Tren Maya. Esta vez señaló el uso de dinamita para extraer material pétreo que fracturó el manto freático.
01 de septiembre, 2024
Por: Redacción Animal Político

Ambientalistas denunciaron daños ambientales debido al uso de dinamita para la extracción de roca caliza para las obras de construcción del Tren Maya en la zona de Felipe Carrillo Puerto en Quintana Roo.

Lo anterior fue dado a conocer por José Urbina Bravo, buzo de cuevas y fundador del colectivo Sélvame del Tren. De acuerdo con el activista, las detenciones han causado fracturas en el manto freático y provocado contaminación del agua dulce.

En videos publicados en redes sociales, se puede apreciar el momento cuando se dinamita una área y la cantera sale volando. En otras imágenes ya se ve sobre la superficie del terreno el agua que anteriormente estaba en el subsuelo.

agua dulce contaminada tras explosión con dinamita para obtener material pétreo para las obras del tren maya
El agua que estaba en el subsuelo quedó expuesta y contaminada. (Foto: X de @tiburon_pepe).

“Esto ocurre en el tramo 6 (…) aunque no es el único lugar donde sucede (…) para emparejar el terreno de la selva, que es sumamente irregular, eso es lo que han hecho, dinamitado para extraer ese material pétreo”, señaló Urbina Bravo.

Apenas hace unos días la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), encargada de la construcción del Tren Maya, dio a conocer en siete Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIA) que extraía roca con permisos provisionales otorgados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Lee más: Millones de árboles talados, cenotes dañados, pero AMLO dice que ‘cuidaron’ el medio ambiente con el Tren Maya

El Ejército busca que se regularicen siete canteras de piedra caliza que abarcan hasta 116 hectáreas de superficie.

agua dulce contaminada tras explosión con dinamita para obtener material pétreo para las obras del tren maya
El Ejército dio a conocer que hace la extracción con permisos provisionales. (Foto: X de @tiburon_pepe).

“El Tren Maya arrasó con la selva sin permisos, se levantaron denuncias en contra de ello y la ley mandó a detener el ecocidio pero el gobierno hizo caso omiso de ello. Continuaron talando, dinamitando, perforando y contaminando. No hay propaganda, ni documental que cancele la realidad”, denunció el activista.

De igual manera señaló como cómplices del daño ambiental al presidente López Obrador, a la gobernadora de Quintana Roo Mara Lezama, a Semarnat, Profepa, Sedena y a los “que promueven la demagogia rampante y todos los medios lisonjeros que no tienen las agallas de exponer este crimen”.

Lo ocurrido en las obras del Tren Maya fue comparado por los ambientalistas con lo que anteriormente hacía Calica en Playa del Carmen, empresa trasnacional que durante años se dedicó a la explotación de piedra caliza para ser enviada a Estados Unidos.

Etiquetas:
contaminación
medio ambiente
selva
Tren Maya
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Imagen BBC
Por qué algunas personas prefieren pasar sus vacaciones todos los años en el mismo lugar (algo que para otros es aburrido)
6 minutos de lectura

En un mundo cada vez más estresante, muchos viajeros encuentran consuelo en la repetición: volver cada año a los mismos pueblos de esquí, suburbios costeros o sus cafés favoritos.

23 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
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cuatro mujeres de pie frente a una pared de madera de color amarillo y azul. Todas sostienen un helado en sus manos y sonríen.
Getty
Los expertos dicen que el atractivo va mucho más allá de la nostalgia y ayuda a lidiar con el estrés.

Durante los últimos 15 años, el fotógrafo Jason Greene y su familia han viajado desde la ciudad de Nueva York hasta Mont Tremblant, en Quebec, para pasar una semana del invierno boreal en la nieve.

“Tenemos una tradición: el primer día comemos paletas de jarabe de arce, patinamos sobre hielo y luego pasamos por la tienda de dulces local”.

La ciudad turística francocanadiense, dice, “ocupa un lugar especial en nuestros corazones porque allí todos aprendimos a esquiar y hacer snowboard”.

Para muchos viajeros, la novedad es el objetivo: tachar nuevos destinos y buscar nuevas sensaciones.

Pero un número creciente de personas, como Greene y sus cuatro hijos, hace lo contrario: regresa al mismo lugar cada año. Reservan la misma habitación, comen los mismos platos y recorren las mismas calles para encontrar comodidad en lo familiar, en lugar de la emoción del descubrimiento.

“Para muchas personas, hay una sensación de seguridad al volver a lo conocido”, afirma Charlotte Russell, psicóloga clínica y fundadora de The Travel Psychologist.

Imagen aérea de varios edificios en Mont Tremblant, un municipio en las montañas de Quebec.
Getty Images
Durante los pasados 15 años, la familia del fotógrafo Jason Greene regresa cada invierno a Mont Tremblant en Quebec.

“Sabemos qué esperar, qué nos conviene… y [es] menos probable que enfrentemos desafíos inesperados”.

Este comportamiento, añade, suele atraer a personas abrumadas por su vida diaria, por lo que repetir las mismas vacaciones una y otra vez puede resultar muy reconfortante.

Movidos por la nostalgia

Esa sensación incomparable de tranquilidad fue lo que me llevó de nuevo a Lima, Perú, este mayo, exactamente un año después de mi primera visita, mientras escribía mi libro de viajes Street Cats & Where to Find Them.

Me alojé en el mismo hotel, comí el mismo sándwich en el mismo café, caminé por las mismas calles y dejé que muchos de los mismos gatos durmieran en mi regazo, disfrutando de la satisfacción que me había sorprendido la primera vez.

La profesora de sociología Rebecca Tiger ha regresado a Atenas ocho veces, con una novena visita programada este mes, por razones similares. “Siempre me quedo en Pangrati porque me encantan los cafés del barrio [y] sus gatos”, señala.

“Ahora tengo residentes locales con quienes mantengo contacto mientras estoy fuera y socializo cuando regreso”.

Tiger aprecia la familiaridad que ha cultivado con el tiempo y no se aburre gracias a la diversidad de experiencias que ofrece el lugar.

Los datos reflejan este cambio impulsado por la nostalgia.

Según el informe para 2026 Where to Next? de la plataforma de viajes Priceline, el 73% de los viajeros encuestados afirmó sentirse atraído por los lugares y experiencias que los marcaron, desde playas familiares hasta parques de diversiones.

Hombre sentado en el muelle mirando los molinos de viento en Zaanse Schans, Zaandam, Países Bajos.
Getty Images

El último informe global de viajes de Hilton confirma la tendencia: el 58% de los viajeros con hijos planea volver a destinos de su propia infancia, mientras que el 52% de los viajeros brasileños regresa a los mismos lugares año tras año.

La nostalgia y la comodidad son lo que ayuda a Greene y su familia a “dejar atrás el estrés de la vida y relajarse en nuestros lugares favoritos”.

No solo repiten su costumbre del jarabe de arce en la montaña.

Su rutina diaria en Mont Tremblant también se replica cada año: “Esquí y snowboard durante tres días seguidos, luego un día libre para pasear en trineo con perros, dar un paseo en carruaje u otra actividad invernal”.

Cuando la vida se vuelve difícil, es la anticipación de su viaje invernal -y la alegría que sienten juntos allí- lo que les ayuda a sobrellevarlo.

Un toque de novedad

Russell señala que, desde una perspectiva neurocientífica, “los circuitos de recompensa en nuestro cerebro pueden volverse menos receptivos a medida que nos acostumbramos a visitar el mismo lugar”.

Sin embargo, volver puede seguir aportando beneficios para el bienestar, añade, destacando que suele ser más relajante ir a un sitio asociado con el disfrute porque seguimos “distanciados de las señales que asociamos con el estrés”.

Greene afirma que su familia no ha experimentado ninguna disminución en la emoción de hacer exactamente las mismas cosas en el mismo orden cada año.

Aun así, Tiger y yo intentamos añadir un toque de novedad a nuestras vacaciones repetidas y rutinas familiares.

Cuando visito Inglaterra, lo cual intento hacer varias veces al año, no es para repetir experiencias idénticas, sino para conocer estadios de fútbol, producciones teatrales y rutas de senderismo.

Si solo me quedara en Wandsworth y viera partidos en el estadio de Craven Cottage, mis vacaciones se volverían aburridas rápidamente.

En cambio, recorro el país, como en distintos restaurantes y dejo que mi curiosidad me guíe hacia nuevas aventuras. Según Russell, esta combinación ayuda a mantener viva la chispa de la exploración, al tiempo que ofrece comodidad.

Esto es importante, explica, porque “hay un punto en el que volver al mismo lugar empieza a ser problemático.

Si regresamos demasiadas veces y superamos nuestro “apetito” por él, se llama adaptación hedónica: acostumbrarse a las cosas placenteras y volver a nuestro nivel emocional original”.

Tiger plantea un argumento similar sobre su predilección por Grecia.

Una vista aérea de una playa en italia. Se ven decenas de sombrillas de playa y decenas de personas tanto en la arena como en el mar.
Getty Images
El último informe global de viajes de Hilton confirma la tendencia: el 58% de los viajeros con hijos planea volver a destinos de su propia infancia.

“El país sigue siendo nuevo para mí: nuevas playas, islas y pueblos rurales; hay tantos lugares por explorar que podría pasar toda una vida allí y no conocer ni una fracción de ellos”.

Si solo nos fijamos en los códigos de los aeropuertos de destino, nuestros viajes podrían parecer idénticos. Pero las experiencias que vivimos -Tiger en Grecia y yo en Inglaterra- son tan distintas que nuestros recorridos nunca resultan monótonos.

Crecí en los suburbios de Filadelfia y veía a los vecinos viajar en masa y entre el tráfico hacia la costa de Jersey cada verano. Iban al mismo pueblo, la misma playa, con las mismas atracciones en el mismo muelle y se alojaban en las mismas casas de alquiler.

Alguna vez me pregunté: ¿qué pasa cuando viajar deja de ser una ruptura con la rutina y se convierte en otra rutina más?

Ahora, en un mundo cada vez más estresante, entiendo el atractivo de buscar alegría en lo familiar, mientras doy un pequeño paso fuera de mi zona de confort para encontrar nuevas emociones en lugares conocidos.

A Tiger le encantan sus rutinas vacacionales en Grecia, pero admite que otras partes del mundo también le atraen.

“Siento mucha curiosidad por Japón, pero me gusta controlar el ritmo de mis días”, dice.

Su trabajo como profesora es agotador, al igual que su trayecto diario, por lo que se entiende cuando afirma: “Mi tiempo en Grecia es un respiro que agradezco, tanto porque es familiar como porque resulta extraño al mismo tiempo”.

Y añade: “Atenas casi se siente como un segundo hogar”.

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