Ante los daños provocados por el huracán Otis en Acapulco y varias comunidades del estado de Guerrero, se han instalado centros de acopio en varios puntos de la Ciudad de México y del país para ayudar a las personas afectadas.
Otis golpeó el miércoles 25 de octubre las costas de Guerrero como categoría 5, por lo que incluso se ha considerado como el huracán más fuerte que ha impactado el Pacífico mexicano.
El paso de Otis dejó hasta el momento 46 personas muertas en Guerrero.
Además, en el puerto de Acapulco escasea el agua, la electricidad, los servicios de comunicaciones, alimentos. También daños materiales en hogares y hoteles.
Entre los productos que se recomienda llevar están: comida enlatada o deshidratada, agua embotellada, sopa, arroz, aceite, cobijas, productos de higiene personal como jabón, champú, papel de baño, toallas sanitarias, cepillos y pasta de dientes. Productos de limpieza como cloro, jabón para trastes, detergente el polvo, limpiadores multiusos.
También ropa y zapatos en buen estado, pañales y fórmula para bebé, insumos de primeros auxilios como algodón, gasas, alcohol, agua oxigenada, medicamentos básicos y comida para perros y gatos.
En algunos centros de acopio también reciben herramientas de mano para la remoción de escombros.
Dónde: Masaryk 172
Las secretarías de Turismo y de Marina acordaron la instalación de un centro de acopio en la Ciudad de México. Solicitaron a la población apoyar con alimentos enlatados y agua embotellada, productos que serán recolectados por elementos de la Marina en las instalaciones ubicadas en Masaryk 172.
Dónde: junto a las astas bandera del Estadio Olímpico Universitario
Ante el desastre provocado por el huracán Otis en Acapulco y varias poblaciones más de Guerrero, la Universidad Nacional Autónoma de México instalará un Centro de Acopio y Ayuda para los damnificados, junto a las astas bandera del Estadio Olímpico Universitario.
El Centro de Acopio estará abierto todos los días, incluidos el sábado 4 y el domingo 5 de noviembre, de las 10:00 a las 18:00 horas.
Hasta el 31 de octubre, los centros y mesas de acopio ubicados en instalaciones universitarias, la UNAM ha podido enviar al estado de Guerrero un total de 82 toneladas de diversos productos como apoyo a la población.
Se sugiere a la población apoyar con agua embotellada, alimentos enlatados, cobijas, insumos para primeros auxilios, objetos para higiene personal, ropa en buen estado, toallas femeninas, pañales. Además de herramientas de mano para la remoción de desechos y escombros, como carretillas, barretas, palas y picos.
Por su parte, la Facultad de Veterinaria de la UNAM abrió un centro de acopio para recolectar víveres para los animales de compañía como perritos y gatitos que se encuentran en las zonas afectadas por Otis.
Entre los productos que sugieren llevar están: agua embotellada, alimentos enlatados (no caducados) y alimentos secos como croquetas.
Los donativos serán recibidos en las instalaciones de esta facultad en Ciudad Universitaria, en la capital del país, los días 27, 30 y 31 de octubre.
La Secretaría de Marina abrió tres sedes para recibir víveres para los damnificados de Acapulco. Los centros de acopio se ubican en:
Dónde: Av. Ejército Nacional Mexicano 1032, Polanco
La Cruz Roja Mexicana abrió un centro de acopio en la CDMX para apoyar a las personas afectadas por el huracán Otis.
Además, si estás interesado, puedes hacer donativos económicos a la cuenta 0404040406 de BBVA.
La cadena de autoservicios Walmart México habilitó en sus tiendas en Ciudad de México, Estado de México y Puebla centros de acopio para recibir donacions de despensa básica, alimentos enlatados, productos de limpieza e higiene personal, de acuerdo con un comunicado de este jueves.
Las tiendas en esos tres estados con centro de acopio son: Bodega Aurrerá, Sam’s Club, Walmart Express y Walmart Supercenter.
Secretaría de Agricultura en CDMX
La sede principal de la Secretaría d Agricultura federal en Ciudad de México funciona como centro de acopio en un horario de lunes a viernes de 09:00 a 18:00 horas y sábados de 09:00 a 14:00 horas.
Se localiza en: Municipio Libre 377, Colonia Santa Cruz Atoyac, Alcaldía Benito Juárez, 03310. Cerca de la estación del metro Zapata.
La sede de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación CANACINTRA, así como sus 76 delegaciones, instalarán centros de acopio para brindar ayuda a los damnificados de Acapulco.
En la Ciudad de México el centro de acopio será habilitado en Av. San Antonio 256, Col. Ampliación Nápoles, Alcaldía Benito Juárez, desde este jueves 26 de octubre de 9:00-17:00 hrs.
Dónde: Prolongación Xochicalco esquina Repúblicas, Santa Cruz Atoyac
El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia puso a disposición de la ciudadanía un centro de acopio ubicado en el Almacén General del SNDIF en Prol. Xochicalco y esquina Repúblicas, Santa Cruz Atoyac, alcaldía Benito Juárez, con un horario de atención de 9 a 18 horas.
Dónde: Av. Insurgentes Norte 59, Buenavista
Empezará a funcionar el jueves 26 de octubre y recibirán Se recibirán alimentos no perecederos, agua embotellada, artículos de higiene personal, ropa, cobijas y medicamentos
Benito Juárez: estará ubicado en Municipio Libre, esquina Uxmal, en el exterior del Deportivo Benito Juárez, recibirá las aportaciones de lunes a viernes de 10:00 a 18:00 horas, sábado y domingo de 10:00 a 16:00 horas.
Álvaro Obregón: el centro de recolección se ubicará en el salón de usos múltiples de la alcaldía ubicadas en la Tolteca sin número, a un costado de las oficinas de la demarcación. Lo recibido será entregado a la Cruz Roja.
Cuajimalpa: la recepción de ayuda para los damnificados por Otis será en la Central de Emergencias de la alcaldía, ubicada en Veracruz 9, en un horario de lunes a domingo de las 9:00 hasta las 21:00 horas
La Secretaría de Educación de Guerrero anunció la instalación de dos centros de acopio en el Tecnológico de Iguala y en el CREN de Iguala. Operarán del 26 al 30 de octubre de las 08:00 a las 15:00 horas.
En otro punto, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Guerrero también recibirá víveres del 26 al 30 de octubre en Paseo Alejandro Cervantes Delgado sin número, colonia El Porvenir en Chilpancingo, Guerrero.
La Universidad Autónoma del Estado de México también recibirá insumos para las personas afectadas por el huracán Otis.
Los centros de acopio funcionarán hasta el 27 de octubre de 9 a 21 horas en el Patio del Centenario del edificio histórico de Rectoría y en el Centro Universitario UAEM Valle de Chalco.
El Sistema DIF Estatal abrió un centro de acopio para ayudar a las familias damnificadas por el huracán Otis, en Guerrero.
Se ubica en las instalaciones del DIF local en el kilómetro 1.5 del bulevar a Coatepec.
El científico irlandés comenzó a explorar los colores del cielo y, sin proponérselo, terminó descubriendo los orígenes de las enfermedades transmitidas por el aire.
A lo largo de la historia, muchos científicos han buscado comprender cómo funciona la naturaleza.
En su forma más pura, se trata solo de eso: el deseo de entender, sin tener en cuenta cuán útiles o rentables puedan ser los descubrimientos.
Algunos llaman a ese enfoque de la ciencia como “investigación impulsada por la curiosidad” o “investigación sin límites”.
Uno de los mejores ejemplos de los practicantes de esta forma pura de descubrimiento es el físico irlandés John Tyndall (1820-1893).
Se trata de un investigador que hizo enormes contribuciones a la ciencia, como probar los orígenes de las enfermedades transmitidas por el aire y demostrar que un respirador de algodón podía filtrar gérmenes.
Hoy el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) califica la contaminación del aire como “la mayor amenaza ambiental para la salud pública a nivel mundial”, calculando que provoca la muerte prematura de hasta 7 millones de personas en todo el mundo.
Su trabajo es particularmente importante en este Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul.
Además de ser un erudito, Tyndall era un romántico.
Practicaba el montañismo y pasaba mucho tiempo en los Alpes. A menudo hacía una pausa al atardecer pues las puestas de Sol y su magnífica gama de colores lo dejaban extasiado.
Fue por eso que se propuso comprenderlas y, con ello, logró inspirar a generaciones de científicos a realizar investigaciones fundamentales.
Su ilimitada curiosidad y su interés por la naturaleza lo llevaron a explorar una amplia gama de temas y a hacer muchos descubrimientos clave para la ciencia.
Fue él, por ejemplo, quien demostró por primera vez que los gases en la atmósfera absorben calor en grados muy diferentes, descubriendo así la base molecular del efecto invernadero.
De hecho, algunos consideran a Tyndall como uno de los cofundadores de la ciencia del clima.
Para encontrar respuestas a sus diversas preguntas, inventó experimentos para los que construyó varios aparatos, algunos muy sofisticados, que requerían, además, de una profunda comprensión teórica y una tremenda destreza.
Pero cuando quiso saber por qué el cielo se ve azul en el día y rojo al atardecer, los instrumentos que usó fueron sencillos.
Armó un simple tubo de vidrio para simular el cielo y usó una luz blanca en un extremo para simular la luz del Sol.
Descubrió que cuando llenaba gradualmente el tubo de humo, el haz de luz parecía ser azul desde un costado pero rojo desde el otro extremo.
Se dio cuenta de que el color del cielo es el resultado de la luz del Sol dispersándose por las partículas en la atmósfera superior, en lo que ahora se conoce como el “efecto Tyndall”.
Otro de sus aparatos fue aún más simple.
Se trataba de un tanque de vidrio lleno de agua, al que le agregaba unas gotas de leche.
Lo que hacía la leche era introducir algunas partículas en el líquido.
Una vez lista la sencilla receta, Tyndall encendió una luz blanca al lado de un extremo del tanque.
Inmediatamente vio que el tanque se iluminaba con diferentes colores.
A Tyndall le fascinaba el experimento. En su estilo típicamente poético, lo describió como “el cielo en una caja”.
Y es que a un lado del tanque, la solución era azul. Pero a medida que viajaba hacia el otro lado, se iba tornando más amarilla, hasta volverse anaranjada y hasta roja, como el atardecer.
Tyndall sabía que la luz blanca está hecha de todos los colores del arcoíris.
Así que pensó que la explicación de ese fenómeno que tanto lo cautivaba era que la luz azul tenía una mayor probabilidad de rebotar y dispersar las partículas de leche en el agua.
Ahora sabemos que esto se debe a que la luz azul tiene una longitud de onda más corta que los otros colores de luz visible.
Eso significa que la luz azul es la primera en dispersarse por todo el líquido.
Por eso, la parte más cercana a la fuente de luz se ve azul.
También es por eso que el cielo es de dicho color: porque la luz azul del Sol tiene una mayor probabilidad de dispersarse en la atmósfera.
Pero el tanque también explica los colores del atardecer.
A medida que la luz penetra más profundamente en el agua lechosa, todas las longitudes de onda más cortas de la luz se dispersan, dejando solo las longitudes de onda más largas de naranja y rojo.
Entonces, el agua se ve progresivamente más anaranjada y, si el tanque es lo suficientemente largo, roja.
Eso es lo que ocurre con el cielo.
A medida que el Sol se pone más bajo, su luz tiene que viajar a través de más atmósfera, por lo que las longitudes de onda azules más cortas se dispersan por completo, dejando solo la luz anaranjada y roja, haciendo que el cielo se vea de esas tonalidades al atardecer.
Hoy sabemos que la luz se dispersa principalmente en las moléculas de aire, en lugar de partículas de polvo, como pensaba Tyndall.
Pero, aunque su explicación fue incorrecta en detalles, fue absolutamente certera en su principio.
De hecho, la mala interpretación de sus resultados fue lo que llevó a Tyndall a hacer su descubrimiento más importante.
Siendo un científico curioso, Tyndall decidió proceder y llevar a cabo más experimentos.
Entonces tomó una caja de aire llena de polvo y dejó que éste se asentara por días y días y días.
Llamó a esa muestra, con todo el polvo asentado, “aire ópticamente puro”.
Luego comenzó a poner cosas en la caja para ver qué pasaba: primero puso un pedazo de carne; luego, un poco de pescado; e incluso le añadió muestras de su propia orina.
Y notó algo muy interesante. Ni la carne ni el pescado se pudrieron, y su orina no se nubló. Según dijo “siguió tan clara como un jerez fresco”.
Lo que había creado no era aire libre de polvo u ópticamente puro.
Sin darse cuenta, Tyndall lo había esterilizado. Dejó que todas las bacterias se asentaran y se pegaran al fondo de la caja.
El aire quedó libre de gérmenes.
Puede que no haya sido su intención original, pero Tyndall proporcionó evidencia decisiva para una teoría controvertida de la época: la descomposición y la enfermedad son causadas por microbios en el aire.
También demostró que una forma de filtrar el polvo era a través del algodón. Y experimentos posteriores demostraron que el proceso de filtrado era más eficaz cuando se aplicaba a la respiración humana.
Tyndall era un hombre que investigaba exclusivamente por el ansia de conocimiento, sin una focalización a priori vinculada a un problema del mundo real.
No se propuso descubrir los orígenes de las enfermedades transmitidas por el aire cuando comenzó a explorar los colores del cielo, pero eso fue exactamente lo que hizo.
De hecho, su caso hace que la otra forma en la que se le llama a este tipo de investigación guiada por la curiosidad en inglés (y que se usa en menor grado en español) suene muy apropiada: “blue-sky investigation” o “investigación de cielos azules”.
*Este artículo es una actualización de otro publicado originalmente en 2019.
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