
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, informó que el proyecto de Presupuesto 2026 propone ampliar el subsidio a la tenencia vehicular al elevar de 250 mil a 638 mil pesos el valor máximo del automóvil que puede acceder al beneficio, medida con la que estiman recaudar al menos 4 mil 582 millones de pesos.
Durante la conferencia en la que presentó el paquete económico enviado al Congreso capitalino el viernes pasado, Brugada detalló el alcance del beneficio fiscal al señalar que “hay subsidio para la tenencia vehicular, para estos autos con un valor menor a 638 mil pesos. Es decir, más del doble de lo que se subsidiaba hasta ahora; casi el triple”.

El secretario de Administración y Finanzas, Juan Pablo de Botton Falcón, añadió que la propuesta también incluye modificaciones operativas para facilitar el trámite: “Es muy importante mencionar, que vamos a simplificar, estamos proponiendo una simplificación, para que corresponda el valor factura y no tengan que hacerse cálculos más complejos con depreciaciones”.
Según explicó, esto permitirá que el beneficio alcance a más contribuyentes, pues “hemos tenido mucha gente en las tesorerías preguntándonos si esto es verdad”.
De Botton afirmó que el subsidio podrá obtenerse “de enero a marzo (…) cumpliendo obviamente con las normas de manera muy sencilla y ágil, en las tesorerías y en los módulos de atención de Semovi y en las alcaldías”.
El secretario señaló que la administración capitalina prevé un efecto positivo adicional en términos de control vehicular y fortalecimiento financiero: “Estamos esperando duplicar el número de altas de vehículos particulares en la Ciudad de México, a partir de esto, lo cual nos va a permitir tener un mejor control y registro vehicular”.

Sobre las metas de recaudación, De Botton proyectó que “esperamos recaudar en el caso de la Tenencia, al menos 4 mil 582 millones de pesos”, y reiteró que esperan duplicar el número de altas de vehículos particulares, al pasar de “150 mil, que tenemos a la fecha” a “poco más de 300 mil altas vehiculares”.

Nicolás Maduro solicitó ayuda de la OPEP para combatir lo que denominó la agresión directa de Estados Unidos para desestabilizar el país sudamericano.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, envió este domingo un comunicado a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) solicitando ayuda para combatir lo que denominó la agresión directa de Estados Unidos que atenta contra la producción de crudo del país y la estabilidad de los mercados globales.
La solicitud de ayuda fue enviada en una carta dirigida al secretario general de la OPEP, Haitham al Ghanis, y las más de 20 naciones miembros, y fue publicada en la red social Telegram.
“El mundo conoce muy bien las lesivas consecuencias generadas en otros países petroleros, a partir de intervenciones militares de los Estados Unidos de América y sus aliados”, escribe Maduro.
El mandatario denuncia que, con sus acciones, Estados Unidos “pretende apoderarse de las vastas reservas de petróleo de Venezuela, las más grandes del planeta, por medio del uso de la fuerza militar letal”.
Según Caracas, las continuas operaciones militares de EE.UU. en el Caribe constituyen una violación de la ley internacional que “vulnera flagrantemente la Carta de la Organización de las Naciones Unidas y otros instrumentos de derecho internacional”.
El gobierno de Maduro sostiene que las acciones de Washington buscan “desestabilizar” el país sudamericano y afectar su capacidad de exportación.
La carta pide solidaridad a los miembros de la OPEP frente a lo que considera una escalada que, de continuar, “pone en claro peligro la paz, la seguridad y la estabilidad regional e internacional”.
Maduro aseguró que Venezuela se “mantendrá firme” en la protección de sus recursos naturales y que no “sucumbirá a ningún tipo de chantaje o amenaza”.
Concluyó solicitando al secretario general que convoque “a la unión soberana sin perturbaciones externas”.
El envío de la carta coincidió con la segunda conferencia ministerial de la OPEP y en medio de los bombardeos de la fuerza naval estadounidense contra supuestas narcolanchas en el Caribe, que Maduro cataloga de una “campaña de hostigamiento y amenaza”.
Según la misiva, los más de 20 bombardeos han resultado en el “asesinato extrajudicial” de más de 80 personas.
EE.UU. ha desplegado una enorme presencia militar frente a las costas de Venezuela con más de 14 buques de guerra incluyendo el portaviones más grande y sofisticado del mundo.
Washington asegura que su objetivo es frenar el tráfico de drogas hacia EE.UU., pero tanto Caracas como numerosos observadores creen que lo que se pretende es forzar un cambio de gobierno en Venezuela.
EE.UU. acusa a Nicolás Maduro de liderar el “Cartel de los Soles”, una supuesta organización narcotraficante a la que va a designar como “organización terrorista”.
Este fin de semana, el anuncio del presidente Donald Trump del “cierre total” del espacio aéreo sobre y alrededor de Venezuela ha forzado a la gran mayoría de aerolíneas internacionales a suspender sus vuelos, aumentando la presión sobre Maduro y aislando aún más al país.
La medida ha dejado a innumerables pasajeros venezolanos varados en el extranjero sin posibilidad de regresar por vía aérea.
La Cancillería venezolana replicó en un comunicado que “denuncia y condena la amenaza colonialista que pretende afectar la soberanía de su espacio aéreo”, en lo que describió como “una nueva agresión extravagante, ilegal e injustificada contra el pueblo de Venezuela”.
El gobierno de Maduro expresó que había activado un plan de emergencia para el regreso de sus ciudadanos en el exterior y acusó a Washington de imponer un bloqueo de facto.
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