El Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” (AIFA) lleva casi tres años de haber entrado en operación, pero usuarios siguen señalando la falta de conexión para utilizar este puerto aéreo, a la par que no han concluido las obras del Tren Suburbano que lo conectarán con la Ciudad de México y la zona de Lechería en el municipio de Tultitlán, Estado de México.
Vivo Zerbe, ciudadana alemana que hizo una escala de seis horas en el AIFA, señaló que tuvo que llegar a dicho aeropuerto porque no tuvo otra opción. Su plan inicial era viajar desde Puerto Escondido hacia Morelia, pero al no haber vuelos directos que encajaran con su itinerario, optó por tomar el vuelo hacia el AIFA y posteriormente trasladarse a Morelia en camión. En su opinión, el AIFA tiene unas instalaciones lindas, pero se encuentra lejos y es poco accesible.
“En el otro aeropuerto [AICM] puedes conseguir un taxi o un Uber muy barato para ir a donde necesites ir”, señaló. “No creo que más personas extranjeras quisieran usar este aeropuerto, al menos de que lo hicieran muy conveniente y menos caro para que las personas pudieran llegar a la Ciudad de México”.
Mediante un recorrido de las instalaciones, Animal Político pudo constatar que el Tren Suburbano –que corre desde Buenavista hasta Cuautitlán Izcalli– aún no da servicio hacia las instalaciones del AIFA, a pesar de que se tenía previsto que iniciara a operar en la administración de Andrés Manuel López Obrador.
De acuerdo con el Gobierno federal que dio inicio a la construcción, la inversión para la expansión del Tren Suburbano fue de 25 mil millones de pesos
Actualmente, el aeropuerto de Santa Lucía sólo es accesible mediante automóvil particular, taxi –con tarifas de hasta 1,050 pesos desde Ciudad de México–, camiones de empresas privadas o la Línea 1 del Mexibús y un transporte público que recorre desde la Ciudad Azteca hasta Ojo de Agua.
Los camiones de empresas privadas tienen salidas programadas desde distintas terminales de autobuses como Taxqueña y Central del Norte, así como puntos clave de la capital del país como la Avenida Reforma; y desde ciudades cercanas como Querétaro, Puebla, Pachuca y Toluca. Los costos para este transporte van desde los 90 pesos hasta los 1,099 pesos, según la distancia recorrida.
Para viajar hacia o desde el AIFA a la Ciudad de México, estos camiones tardan entre 45 minutos y hasta una hora y media, dependiendo de las condiciones de tráfico.
Tomás González, originario de San Luis Potosí, comentó que este fue su caso, ya que encontró un vuelo barato desde Tulúm hacia la capital del país, desde donde viajará hacia San Luis Potosí.
“De aquí me es más conveniente viajar hacia San Luis, de aquí sólo tomo el bus a la Central del Norte y después el camión. Todavía no hay vuelos directos de Tulúm a San Luis”, dijo. “Como tienen los camiones, pues está bien, pero el otro aeropuerto literal te deja en el metro”.
En 2022, primer año de entrada en operación del AIFA, el aeropuerto tuvo un total de 9 mil 462 operaciones, de las cuales la mayoría –8 mil 996– fueron comerciales. Para el cierre de 2024, la cifra había incrementado a 67 mil 730 operaciones en el año, con un total de 6.3 millones de pasajeros ese año.
Las cifras oficiales de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), quien es la encargada de administrar el aeropuerto de Santa Lucía, apuntan a un incremento en la demanda de vuelos comerciales. Sin embargo, este crecimiento no ha logrado sustituir la demanda del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México “Benito Juárez” (AICM), el cual fue el principal motivo para su construcción.
En 2024, el AICM registró 28.2 millones de pasajeros domésticos, así como 17.1 millones de pasajeros internacionales. En cambio, al puerto aéreo de Santa Lucía llegaron 5.9 millones de pasajeros domésticos y sólo 424 mil internacionales.
De acuerdo a los resultados oficiales habrá segunda vuelta el 13 de abril entre el presidente Daniel Noboa y Luisa González, una reedición del balotaje de hace 14 meses.
El presidente Daniel Noboa obtiene una ligera ventaja sobre su rival Luisa González en las elecciones presidenciales de Ecuador de este domingo.
De acuerdo al resultado del 66 % de las actas escrutadas, Noboa suma el 44 % de los votos, lo que no le serviría para ganar ya la presidencia. Si los datos se mantienen, el 13 de abril habrá un balotaje entre Noboa y Luisa González, que obtiene el 43 % de votos.
Ambos ya se enfrentaron en las elecciones de 2023, hace casi 15 meses, y entonces ganó Noboa para terminar el mandato de su predecesor, Guillermo Lasso, y convertirse en el presidente más joven de la historia del país.
Noboa, del partido Acción Democrática Nacional (ADN), tuvo la violencia en el país como principal reto en estos meses que ha sido como presidente.
Aplicó el estado de excepción, permitiendo la movilización de las Fuerzas Armadas en las calles y dentro de las cárceles, lo que, junto a otras medidas de seguridad, redujo las muertes violentas en un 15 % y llevó a una caída de la violencia en las prisiones y a la captura de importantes líderes criminales.
“Ecuador ya cambió y quiere seguir cambiando, quiere consolidar el triunfo. Ya no somos una promesa, nosotros somos una realidad de que este país ya decidió”, dijo Noboa en el cierre de su campaña el jueves en Quito, en el que pidió que le renueven la confianza.
Noboa, de 37 años y heredero de una fortuna empresarial, aspiraba a ganar en la primera vuelta, para lo que necesitaba más del 50 % de los votos válidos o diez puntos de ventaja sobre su rival más cercano.
Tras alcanzar altos niveles de popularidad al inicio de su mandato, la imagen de Noboa, sin embargo, se fue desinflando a lo largo de los meses.
Los resultados de su anunciado proyecto de seguridad, denominado Plan Fénix, quedaron lejos del giro radical que muchos auguraban.
“A nivel de indicadores hay algunas pequeñas mejoras, pero no ha sido un cambio significativo”, dijo a BBC Mundo antes de las elecciones el analista político ecuatoriano Andrés Chiriboga.
El promedio de asesinatos diarios bajó de 22 en 2023 a 19 en 2024, según datos oficiales, una variación que muchos consideran insuficiente teniendo en cuenta la magnitud de la campaña contra el crimen, financiada en parte con una subida de 3 puntos del IVA del 12 % al 15 %.
La criminalidad repuntó, además, con fuerza en enero de 2025, el mes más violento de los últimos tres años, con 731 asesinatos, un promedio de 23.5 por día, casi uno cada hora.
Ese es el principal argumento contra Noboa de González, una protegida del expresidente Rafael Correa (2007-2017) y líder del izquierdista Movimiento Revolución Ciudadana (RC).
Para ella, el crimen se debe combatir con operaciones militares y policiales permanentes, equipamiento de la fuerza pública, sanciones a jueces y fiscales supuestamente corruptos y con un plan de gasto social en las zonas más violentas del país.
“No se puede hablar de control a la violencia sin pensar en la justicia social, en construir un Ecuador de paz, no de guerra”, dijo González en su cierre de campaña el jueves en Guayaquil.
En lo económico, Ecuador sufrió en 2024 una recesión económica atribuida, entre otros factores, a una grave crisis energética que provocó apagones en todo el país.
En el cuarto trimestre del año el Producto Interno Bruto (PIB) cayó un 1.5 % interanual, uno de los peores datos desde la pandemia.
En esta situación, el FMI (Fondo Monetario Internacional) aprobó en mayo de 2024 un préstamo de US$4.000 millones a 48 meses con un desembolso inmediato de US$1.000 millones, algo que dio un respiro al país y se interpretó como una victoria del gobierno de Noboa.
La tasa de pobreza aumentó del 26 % en diciembre de 2023 al 28 % en el mismo mes de 2024, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Como dato positivo, la inflación se mantuvo a raya en la dolarizada economía ecuatoriana: en diciembre los precios variaron un 0.5% interanual.
Lo que sí es un gran problema, no solo económico sino también político y social, es la crisis energética.
Desde el pasado septiembre, Ecuador sufrió apagones programados que, en algunos casos, superaron las 12 horas diarias, una situación atribuida a la sequía que redujo la generación hidroeléctrica, principal fuente de energía del país, y a la falta de inversión en infraestructuras en años anteriores.
Noboa anunció al final de la campaña varias políticas de último momento que parecían diseñadas para atraer la atención de los votantes, incluida la ayuda económica a los inmigrantes que regresen de Estados Unidos, aranceles a las importaciones mexicanas y un acuerdo comercial con Canadá.