Home
>
Analisis
>
Organizaciones
>
Verdad, justicia y reparación
>
A 12 años de la sentencia “Campo Algodonero”, ¿cómo va México?
Verdad, justicia y reparación
Verdad, justicia y reparación
La Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos es una organización civil,... Continuar Leyendo
11 minutos de lectura

A 12 años de la sentencia “Campo Algodonero”, ¿cómo va México?

A pesar de los avances en tipos penales de feminicidio, esta tendencia no ha resultado en una disminución ni en la violencia feminicida ni en la desaparición de mujeres.
03 de noviembre, 2021
Por: Itzel Coca Ríos y Giselle Yáñez Villaseñor

El día 6 de noviembre de 2001 fueron encontrados los cuerpos de  Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez en Ciudad Juárez, Chihuahua, en un paraje conocido como Campo Algodonero. No eran tres muertas de Juárez más, sino tres mujeres que también murieron asesinadas por la violencia feminicida en México y cuyas muertes siguen impunes. Las familias de estas chicas, como las de miles otras mujeres, buscaron desesperadamente con vida a sus hijas, sin embargo por sus propios medios solo hallaron sus restos óseos y años de pena buscando respuestas y justicia en México, encontrando solo impunidad, más violencia e injusticia. En la Procuraduría del Estado de Chihuahua la vida de las mujeres no era una prioridad: no activaron adecuadamente los protocolos de búsqueda, no las buscaron ni vivas ni muertas, no buscaron responsables, y además expresaban su misoginia al decirles “su hija no está desaparecida, anda con el novio o anda con los amigos de vaga… que si le pasaba eso era porque ella se lo buscaba, porque una niña buena, una mujer buena, está en su casa”.1

Fue hasta 16 de noviembre de 2009 cuando las familias de las víctimas encontraron un poco de justicia, aunque no fue ante el sistema de justicia mexicano; en esa fecha fue publicada la Sentencia González  y otras (“Campo Algodonero”) Vs México, en la cual la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) reconoce la responsabilidad del Estado Mexicano por no haber protegido la vida de las mujeres víctimas de homicidio en razón de género, por no haber garantizado el acceso a la justicia debido a las violaciones a la debida diligencia, ni dar medidas de reparación ni garantías de no repetición. A su vez se reconoció un patrón sistémico de desigualdad y violencia contra las mujeres en Chihuahua. Además, entre las medidas de satisfacción, la CoIDH instó al Estado mexicano a publicar y difundir la sentencia, reconocer su responsabilidad en un acto público, edificar un memorial en el lugar donde fueron encontradas las víctimas, también se consideró la propuesta para que el 6 de noviembre de cada año se conmemore como “Día nacional en memoria de las víctimas del feminicidio”, la cual no prosperó.

Si bien la sentencia se refería a los casos de Chihuahua, ha sido un precedente importantísimo para establecer los mínimos necesarios para una política integral contra la violencia de género en todo el país, misma de la que es responsable en todos los niveles de gobierno el Estado Mexicano. Más allá de la conmemoración, es importante replantearnos si casi doce años después de esta sentencia, el Estado ha respondido de manera efectiva ante sus obligaciones de respetar, proteger, garantizar y promover los derechos humanos de las mujeres. A pesar de los avances en tipos penales de feminicidio, esta tendencia no ha resultado en una disminución ni en la violencia feminicida ni en la desaparición de mujeres. A continuación haremos una revisión analítica de datos referentes a la violencia contra las mujeres en México desde la sentencia.

El camino a la tipificación del feminicidio

A pesar de que la problemática del feminicidio había sido identificada desde finales de los años 90, el delito de feminicidio no fue tipificado a nivel federal sino hasta el año 2012. Antes de eso existieron tres propuestas de tipificación que no fueron aprobadas2 -en 2004 (primera propuesta de tipificación del delito a nivel mundial), 2006 y 2008-, las cuales diferían en su definición del delito. En el año 2007 se incluyó el concepto de “violencia feminicida” en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

Después de la sentencia de la CoIDH mencionada previamente, el tipo penal de feminicidio empezó a incluirse en los códigos: primero a nivel estatal a partir de 2010 y después en el Código Penal Federal en abril de 2012. La primera entidad en tipificar el feminicidio fue Guerrero, y entre 2011 y 2012 casi todas las entidades llevaron a cabo reformas para incluirlo (a la fecha, solo Nayarit no lo incluye en su código penal). Es importante hacer notar que entre los diferentes códigos penales existen diferencias importantes en la definición del feminicidio, muchas veces con causales muy difíciles de comprobar, lo que ha llevado a una amplia variedad en la forma en que este tipo penal funciona realmente en la práctica y la manera en que los estados reportan las cifras relativas a feminicidio.  también es relevante remarcar que Chihuahua fue de los últimos estados en tipificar el delito.

El feminicidio y la desaparición en cifras

Además de lo apuntado anteriormente, han existido renuencias políticas por parte de las autoridades para clasificar un homicidio doloso de mujer como feminicidio incluso cuando se actualizan las causales contenidas en los códigos penales, como ha sido documentado anteriormente3. Esto complica de manera importante conocer la evolución de esta problemática. A continuación revisamos algunas cifras de homicidio doloso de mujeres, feminicidios y desapariciones de mujeres que, en conjunto, evidencian la falta de políticas públicas para prevenir la violencia feminicida.

A pesar de la tipificación del feminicidio en 2012, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) no incluyó este delito en sus reportes estadísticos de incidencia delictiva sino hasta 2018. De hecho, hasta antes de esa fecha no se proporcionaba información de las víctimas de delito desagregada por sexo; por lo tanto, una de las herramientas fundamentales para poder comprender la problemática del feminicidio, como lo es la información completa y actualizada respecto a los homicidios dolosos de mujeres, estuvo durante años ausente de la política pública. Tuvieron que pasar casi nueve años desde la sentencia de la CoIDH para que el SESNSP empezara a transparentar datos de las víctimas de delitos, como rango de edad y sexo, así como divulgar información sobre los delitos de feminicidio, violencia de género y delitos sexuales. Esto se hizo a partir de una nueva metodología4 que se aplicó a los datos desde 2015 y que se sigue utilizando hasta la fecha, por lo que no se cuenta con datos públicos oficiales para evaluar la evolución del delito de feminicidio ni de los homicidios dolosos de mujeres antes de 2015.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía también publica datos de homicidio, no de acuerdo con las carpetas de investigación (como lo hace el SESNSP), sino a partir de los certificados de defunción. Sin embargo, en tal estadística se incluyen tanto los homicidios dolosos como los culposos, lo que significa que incluiría más casos que los registrados por el SESNSP. De acuerdo con INEGI5, de 2010 a 2014 se mantuvieron relativamente constantes los homicidios de mujeres, con un promedio anual de 2,586 registros. Sin embargo, tanto INEGI como SESNSP6 (considerando homicidios dolosos y feminicidios) registran una tendencia ascendente en las cifras anuales de 2015 a 2020, pasando de 2,383 casos de homicidios de mujeres a 3,952 en esos años de acuerdo con INEGI, y de 2,161 a 3,770 homicidios dolosos de mujeres con datos del SESNSP. Destaca que alrededor de 73% de los homicidios dolosos de mujeres son perpetrados con arma de fuego, según datos del SESNSP citados por ONU Mujeres en el informe Violencia Feminicida en México7.

Respecto a los registros específicos de feminicidio, de acuerdo con los datos del SESNSP, también se observa una tendencia ascendente de 2015 a 2020, pasando de 427 a 975 en ese periodo; sólo en los primeros 9 meses de 2021 ya se registraban 762 casos a nivel nacional. Destaca, además, que en alrededor del 10% de los feminicidios las víctimas son niñas y adolescentes menores de 18 años (asimismo, existen cifras similares cuya edad no pudo ser especificada, por lo que este grupo podría ser mayor). Si tomamos en cuenta el número total de homicidios dolosos de mujeres y feminicidios, tenemos que en 2015 los feminicidios significaban 19.8% del total de registros, mientras para lo que va de 2021 representan 26.6% de los mismos; no obstante, no es claro si la cantidad de feminicidios ha aumentado o si es que las autoridades han hecho más uso de este tipo penal en la clasificación de los homicidios dolosos de mujeres. Para el caso específico de Chihuahua (cuna de la problemática que dio origen a la sentencia de la CoIDH), destaca que reportan entre 2015 y septiembre de 2021 2,086 homicidios dolosos de mujeres, de los cuales solo 156 han sido tipificados como feminicidios, es decir, el 7.48% de los casos, lo cual lo coloca por debajo de la media nacional en la proporción de feminicidios registrados de manera oficial.

Respecto a la desaparición de mujeres, es evidente que el problema no solo no ha sido atendido de manera eficaz, sino que el contexto ha ido empeorando de manera dramática en los últimos 12 años a nivel nacional; en 2009 desaparecieron 359 mujeres que siguen sin ser localizadas, mientras en 2020 la cifra llegó a 1,758 mujeres desaparecidas, una cifra más de seis veces más alta.

De acuerdo con la versión pública del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas8, al 25 de octubre de 2021 existen 93,797 registros de personas cuyo paradero se desconoce; de éstas, al menos 73,282 están desaparecidas desde el año 2006, y de las cuales 17,580 son mujeres (el 23.99%). Los hombres desaparecidos se concentran mayoritariamente en el rango de edad de 25 a 29 años (15% de los casos de hombres), mientras que las mujeres desaparecen de manera más común entre los 15 y los 19 años (26% de los casos de mujeres), lo que implica que las dinámicas de desaparición varían de acuerdo al sexo de la víctima. En 2021, con datos hasta el 25 de octubre, se contabilizaban 1,853 reportes de mujeres frente a 4,192 de hombres (y 2 de personas de sexo indeterminado) lo que implica que las mujeres representan 30.64% de las personas desaparecidas durante este año, mientras que en 2006 representaron el 20.3% de los reportes.

Solo en el estado de Chihuahua, de 2006 a octubre de 2021 se registran 3,028 personas desaparecidas que siguen sin ser localizadas, de las cuales 407 son mujeres, lo que representa el 13.44% de los casos y un promedio de 33 mujeres desaparecidas cada año. De estas mujeres, el 46.93% son menores de 20 años. El año más problemático para esta entidad en el periodo analizado fue 2019, cuando se reportaron 92 mujeres que permanecen desaparecidas.

Acerca de las medidas de no repetición y la política integral contra la violencia de género

Ya que hemos tenido evidencia que la violencia contra las mujeres en México no ha disminuido en los años posteriores a la sentencia, hablaremos del estado de las garantías de no repetición la CoIDH, en las que se urgió al estado mexicano a trabajar una política integral, coordinada y de largo plazo para garantizar que los casos de violencia contra las mujeres sean prevenidos e investigados, los responsables procesados y sancionados, y las víctimas reparadas en una misma sentencia. Para ello se urgió reforzar la “capacidad institucional para combatir el patrón de impunidad frente a casos de violencia contra las mujeres en Ciudad Juárez a través de investigaciones penales efectivas a las que se les dé un seguimiento judicial constante, garantizando así la adecuada sanción y reparación (garantizando la debida diligencia)… Se solicitó que se estandarizara y armonizara el sistema de justicia penal estatal o de prevención e investigación del delito con las necesidades de respeto de los derechos humanos de las mujeres, principalmente con protocolos y manuales de investigación”9.

Las evaluaciones a este cumplimiento quedan en sentido negativo por anomalías en el funcionamiento de la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género (FEM) del estado de Chihuahua y por faltas presupuestales. Además, se han evidenciado otras carencias en los procesos de integración de carpetas y de la falta de actuación ministerial con perspectiva de género. Por ejemplo, un Informe Sombra de 201810 expone que en el 2017 de 93 casos catalogados como feminicidio solo 3 llegaron a tribunales.

Otro aspecto negativo a resaltar es otro es efecto negativo de las modificaciones que la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, ha propuesto para cambiar el nombre de la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género (FEM) del estado de Chihuahua al agregar “y la familia”. Esta propuesta conlleva una serie de sesgos: en primer lugar, el sesgo familiarista, que niega la autonomía de las mujeres y las vincula a los roles socialmente estereotipados del deber ser de las mujeres; y en segundo lugar el sesgo en ginopía, que niega la realidad de las mujeres en la entidad, su experiencia y su lucha contra la violencia feminicida histórica en el estado, que ha sido la lucha de miles por la justicia que han encabezado las víctimas, sus familias, y los grupos organizados de mujeres que han exigido justicia para las mujeres y niñas víctimas de feminicidio, desaparición y otros delitos en razón de género. Sumar al nombre de la fiscalía el elemento al que nos referimos atenta contra la presunción de debida diligencia con perspectiva de género, y atenta contra las bases de la igualdad de sexo genérica y la no violencia contra las mujeres, que durante décadas las mujeres en lucha han defendido tanto en Chihuahua como en todo el país.

Desde hace casi treinta años, academia y sociedad civil han señalado que no solo se trata de un problema en el estado de Chihuahua, sino a una coyuntura nacional que resulta en la no garantía de la justicia para las mujeres en Ciudad Juárez, y se cuestiona también la eficacia de las unidades que investigan delitos por razón de género en todo el país, para saber si en verdad tienen y aplican los protocolos para investigar con perspectiva de género y si tienen presupuestos y recursos humanos y materiales suficientes. Si no hay justicia para las víctimas, si no hay garantías de vida libre de violencia ni estrategias de prevención y atención que afronten las causas estructurales de desigualdad sexo genérica, entonces estamos hablando de un Estado feminicida. ¡No más impunidad!

 

 

1 Coidh,  2009. Sentencia González (“Campo Algodonero”) y otras Vs México. 16 de noviembre de 2009

2 Para un análisis más pormenorizado de la adaptación e historia del delito de feminicidio, puede verse Iribarne, Macarena (2016). “Feminicidio (en México)” en Eunomía Revista en Cultura de la Legalidad No.9; 205-223 pp.

3 Ver Torreblanca, Carolina (2018). “¿Qué contamos cuando contamos “feminicidios”?” en Animal Político, disponible aquí, y Flores, Siboney (2021). “Las cifras oficiales de feminicidios en México no reflejan la realidad de este delito” en Animal Político, disponible aquí.

4 Ver aquí.

5 Datos disponibles aquí, consultados el 25 de octubre de 2021.

6 Datos disponibles aquí, consultados el 25 de octubre de 2021.

7 Onu Mujeres (2020). La violencia feminicidio en México, aproximaciones y tendencias, p. 36. Disponible aquí.

8 Disponible aquí, consultado el 25 de octubre de 2021.

9 Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), 2009  Sentencia Gonzáles y otras vs. México. Caso Campo Algodonero, 2009, 127 p. Disponible aquí.

10 Red mesa de mujeres de Ciudad Juárez. Mesa de Mujeres, Informe de Ciudad Juárez, Chihuahua.

Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...
Imagen BBC
4 claves que explican el contundente triunfo de Kast en Chile y qué dicen de los desafíos que enfrenta
11 minutos de lectura

Varios factores se conjugaron para que José Antonio Kast fuera elegido por una abrumadora mayoría. Se impuso en todas las regiones del país a la comunista Jeannette Jara. En BBC Mundo te detallamos algunas claves que explican este profundo giro a la derecha en Chile.

15 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
0

No hubo sorpresas. Chile eligió este domingo al ultraderechista José Antonio Kast como su próximo presidente.

El líder conservador logró imponerse con un 58,16% de los votos y una amplia ventaja sobre la candidata de la izquierda, la comunista Jeannette Jara, quien obtuvo el 41,84%.

En su tercer intento, el candidato respaldado por todo el arco derechista logró hacerse con la presidencia del país sudamericano, proponiendo un “gobierno de emergencia” y con un duro discurso en materia de seguridad y migración, preocupaciones que se han vuelto prioritarias para los chilenos.

El triunfo del otrora parlamentario supone el mayor giro hacia la derecha en la presidencia de Chile tras el retorno a la democracia y se da luego de cuatro años del gobierno de izquierdas de Gabriel Boric.

Kast ganó en todas las regiones y se convirtió en el presidente electo con más votos en la historia del país, llegando a un total de poco más de 7,2 millones de apoyos.

Este último hecho se explica -en parte- por la ampliación del padrón electoral y por ser esta la primera elección presidencial con sufragio obligatorio.

Su contundente resultado, sin embargo, tiene múltiples explicaciones y supone también importantes desafíos.

1. La inseguridad y la migración irregular

“El miedo”.

Eso responde el doctor en sociología Eugenio Tironi cuando se le pregunta por los principales factores que explican el triunfo de José Antonio Kast en Chile.

El también consultor alude justamente al temor que se registró durante esta campaña presidencial entre los chilenos en materia de seguridad pública.

“Los factores son múltiples, pero yo creo que básicamente, es el miedo. El miedo a la delincuencia, el miedo a la migración descontrolada -y que en general se visualiza como asociada al crimen-, y por último el miedo a la inseguridad que produce el estancamiento económico. Hay un deseo de cambio, de cambio de personal político, de estilo, de forma de gobernar. Y esto lo capitalizó muy bien Kast”, afirma el analista en conversación con BBC Mundo.

La sensación de inseguridad aumentó en el país sudamericano en los últimos años, entre otras cosas, luego de que se registrara un incremento en los niveles de violencia en delitos comunes como el robo y, asimismo, se detectara la presencia de grupos criminales internacionales.

Ese fue un tema que, de hecho, marcó fuertemente al gobierno del presidente Gabriel Boric, quien se vio forzado a reorganizar sus prioridades y potenciar su agenda en la materia.

Esa preocupación ciudadana la supo capitalizar bien el nuevo presidente electo de Chile. Con un discurso de “mano dura” en contra del crimen organizado y la delincuencia, logró encarnar una respuesta que hizo eco entre los electores.

José Antonio Kast junto a su esposa María Pía Adriazola.
Getty Images
El ultraderechista logró sintonizar con las principales urgencias de la mayoría de los chilenos.

En Chile, además, se ha vinculado el crimen organizado a la migración irregular por el ingreso de grupos como el Tren de Aragua.

En el país hay cerca de 300 mil migrantes que han ingresado de manera irregular y Kast ha hecho de ellos una de sus prioridades. Los ha llamado a abandonar el territorio chileno y se ha comprometido en su expulsión.

La analista y experta en comunicación Paula Walker coincide en que Kast capitalizó el miedo de los chilenos en estas materias, pero pone un matiz. “Es una campaña que se toma del miedo, pero cuando tiene que desarrollar sus piezas no apela al miedo. No la desarrolla anclada en imágenes oscuras, al contrario, su campaña era en ese sentido hasta esperanzadora”, sostiene.

El periodista y escritor chileno Ascanio Cavallo sugiere, además, que Kast también logró encarnar una promesa de cambio en materias más amplias que afectan diariamente la vida de las familias chilenas como el desempleo, la salud y la educación.

Uno de sus principales desafíos de Kast en este sentido, será manejar las expectativas que se ha fijado en estos ámbitos.

En su primer discurso a la nación, de hecho, apuntó justamente a moderarlas.

“Los resultados no se verán al día siguiente, esto requiere perseverancia, fortaleza y sabiduría”, dijo a la vez que recalcó “no nos pidan milagros, pídanos energía”.

2. La moderación y un nuevo extremo

Un factor que marcó el tercer intento de José Antonio Kast para llegar a la presidencia fue su aparente moderación.

En 2021, cuando perdió la segunda vuelta ante Gabriel Boric, su narrativa era totalmente distinta: se mostró contrario a los derechos de la población LGBTIQ+, al aborto en tres causales e, incluso, propuso perseguir a agitadores radicales de izquierda. En esa época, además, no se abstuvo de publicitar admiración por el dictador Augusto Pinochet.

Pero nada de eso defendió esta vez. Su estrategia fue pragmática y monotemática: un gobierno de emergencia dedicado a poner orden, con “mano dura” contra delincuentes y criminales y, asimismo, contra el migrante irregular.

Cuando se le intentaba llevar al plano de los valores, la respuesta era siempre la misma: esos temas no son la prioridad de los chilenos. En otros asuntos complejos respondía solo “depende”, para evitar marcar posturas que pudieran costarle su posicionamiento.

Su aparente moderación, además, se vio reforzada por la aparición de una figura que se le plantó a la derecha: el diputado libertario Johannes Kaiser, quien obtuvo un amplio respaldo en la primera vuelta y apoyó su candidatura para el balotaje.

Esta vez fue Kaiser quien jugó a ser el más extremo. Propuso, por ejemplo, indultar a condenados por violaciones de derechos humanos cometidas durante el régimen militar.

En su campaña de segunda vuelta, Kast profundizó sus mensajes hacia la derecha más liberal e incluso el centro político.

También hizo gestos al mundo que votó por el populista Franco Parisi, quien quedó tercero en la primera vuelta presidencial del 16 de noviembre, obteniendo el 20% de los votos. En ese periodo, de hecho, Kast recibió el respaldo del expresidente, Eduardo Frei, integrante histórico de la Democracia Cristiana, partido de centro.

Según todos los analistas consultados por BBC Mundo, la aparente moderación de Kast fue un factor que incidió significativamente en la histórica votación que obtuvo este domingo.

Un grupo de adherentes celebra el triunfo de José Antonio Kast.
Reuters
Chilenos celebran el triunfo de José Antonio Kast.

“Fue muy importante. Le permitió arrastrar al voto de centro, le permitió arrastrar al voto de la derecha del viejo arco de la Concertación (coalición de centroizquierda que lideró la transición democrática), le permitió arrastrar al voto de Parisi. Todo eso le habría resultado mucho más difícil si hubiese insistido en su agenda valórica”, afirma Tironi.

La gran pregunta que se abre en Chile es si Kast seguirá profundizando aquello o ahora, ya electo, comenzará a sincerar las definiciones que esquivó en el periodo electoral.

Con un discurso antimigrante que resuena a Donald Trump, una promesa de recortar el gasto fiscal y reducir el Estado, al estilo de Javier Milei, y su cercanía con otras figuras de corte autoritario como Nayib Bukele y Víctor Orbán, en la oposición algunos se preguntan si Kast seguirá o no esas sendas.

Sus primeras señales, al menos, apuntaron en el sentido contrario. En su primer discurso a la nación, Kast afirmó que su gobierno de emergencia “no significa para nada autoritarismo”.

Además, confirmó que renunciaría al Partido Republicano, repitió varias veces que busca ser el presidente de todos los chilenos, e hizo gestos a la propia Jeannette Jara y a su futura oposición:

“Un gobierno no se construye solo con sus partidarios, se construye también con la oposición”, dijo.

3. Contrincante continuista y comunista

En Chile la última vez que un presidente le pasó la banda presidencial a alguien de su mismo signo político fue en 2006, cuando la entonces candidata Michelle Bachelet se convirtió en la sucesora de Ricardo Lagos.

Desde ese entonces, con un estallido social y dos procesos constitucionales fallidos de por medio, el país ha elegido la alternancia.

La tendencia no es propia de Chile, sino que es cada vez más común a nivel mundial y así se ha visto también en la región en elecciones recientes como la de Uruguay o Bolivia.

El denominado voto impugnador, que rechaza a quien está en el poder en el momento de la elección, fue un factor que jugó en contra de Jeannette Jara.

La candidata de la izquierda representaba la continuidad del gobierno del presidente Gabriel Boric. Fue su ministra del Trabajo y, por más que lo intentó alzando duras críticas a su administración, no logró distanciarse de su figura.

Pero no todo se explica por un voto impugnador. Para varios expertos el triunfo de Kast reponde también a un castigo al propio Boric y su gestión.

“Hubo acciones del gobierno que fueron muy bien utilizadas por la candidatura de Kast; problemas de gestión, decisiones políticas mal tomadas, lo que él capitalizó muy bien”, dice Walker.

Para Cavallo la derrota de Jara se explica en gran parte por haber sido la cara de la continuidad “de un muy mal gobierno, un gobierno muy aficionado, muy poco responsable en algunas cosas. No en todas pero sí en algunas y con poca profundidad histórica”.

Tironi afirma que es difícil saber dónde está el límite del voto impugnador versus la responsabilidad que le puede caber a la administración de Boric en entregar la banda presidencial a su oposición:

“El gobierno hizo un esfuerzo por responder a algunas demandas, que no estaban presentes cuando el presidente Boric fue electo. Él fue electo con demandas de cambio social, con demandas progresistas, y ahora sale con demandas conservadoras. El gobierno de Boric trató de adaptarse, pero lo hizo un poco tardíamente, con dificultad, con problemas de gestión y no está en su ADN obviamente esta agenda. Esta es una agenda que le es mucho más natural a una opción de derecha”.

“Entonces, si el gobierno pudo haber cambiado este destino, yo creo que francamente no”, agrega.

Pero Jara también cargaba con otra mochila: su militancia comunista.

Jeannette Jara reconoce la derrota ante sus adherentes.
Getty Images
A la candidata de la izquierda le pesó su militancia comunista y representar la continuidad del gobierno de Gabriel Boric.

La administradora pública de origen popular, no pudo sacarse de encima esa chapa, aun cuando había prometido renunciar a su colectividad si era electa presidenta.

Algunos analistas consideran ese factor supuso una desventaja importante para ella.

“Ser militante comunista es una dificultad, yo no tengo ninguna duda de eso. Hay mucha gente que realmente no siente que puede votar por una candidata comunista. O sea, hay dos millones de votos de diferencia”, dice Walker, aunque destaca que la exministra logró desmarcarse en gran medida de ese activismo.

Cavallo agrega: “No estoy hablando de los dotes personales de Jara ni nada por el estilo, pero haber elegido a una militante comunista es un contrasentido mundial, ya no local. Eso le bajaba un poco el techo y explica por qué es tan severa la derrota”.

Tironi, por su parte, estima que si se miran los resultados ese factor no fue tan determinante.

“A lo mejor en el mundo rural, pero en el mundo urbano, sobre todo, en Santiago, en Valparaíso, fue poco. Porque Jara rompió un poco el cielo de cristal del comunismo. Logró ganar en muchas comunas populares importantes, un electorado que no se dejó llevar por el estigma comunista”, dice.

“Lo que sí es cierto es que en las comunas más pudientes y en el mundo rural, sí que debe haber pesado, porque Kast llegó a sacar cerca del 85% en las comunas de lo que llamamos el barrio alto de Santiago”, añade.

4. Voto prestado

Pese a lo histórico de su triunfo, José Antonio Kast no fue un fenómeno en sí mismo.

En la primera vuelta obtuvo solo un 23% de los votos, menos del 27% que logró en la misma elección en 2021.

Para su triunfo este domingo fue importante el apoyo de otras figuras de la derecha que participaron en la primera vuelta, como el libertario Johannes Kaiser -representante de una línea más dura- y la abanderada de la derecha tradicional, Evelyn Matthei, quien encarna la visión política del fallecido expresidente Sebastián Piñera.

Tanto Kaiser como Matthei le dieron un respaldo inequívoco a Kast. Lo mismo hizo la familia de Piñera.

El libertario Johannes Kaiser tras reconocer su derrota el 16 de noviembre.
Reuters
Johannes Kaiser quedó cuarto en la primera vuelta, con un 13,94%, y respaldó a Kast en el balotaje.

Y si bien siempre se dice que los votos no se traspasan automáticamente, lo cierto es que si se miran las cifras, tanto los votos de Kaiser como la mayoría de los de Matthei estuvieron con el republicano.

Asimismo, se puede leer preliminarmente que al menos una parte de los votos de Parisi también se fueron hacia Kast.

A todos ellos y sus “votos prestados”, les hizo gestos la noche de este domingo.

“Muchas gracias a los que se sumaron en segunda vuelta, gracias a quienes votaron por otras candidaturas y hoy libremente eligieron apoyar este camino de cambio”, dijo a la vez que destacó que “entre todos logramos una mayoría histórica”.

Franco Parisi reconoce su derrota y celebra su posición de tercer lugar en la primera vuelta presidencial.
Getty Images
Franco Parisi no llamó a apoyar ni a Kast ni a Jara en el balotaje.

En el mundo de la derecha han advertido al presidente electo del riesgo de embriagarse con la contundencia del triunfo.

Y es que el cuadro supone varios desafíos para su futuro gobierno. Para sostener su base de apoyo tendrá que lograr conciliar las visiones opuestas de país que tienen las derechas con las que tendrá que gobernar.

Kast no tendrá mayorías en el Congreso, por lo que sabe que requerirá asegurar la gobernabilidad de los propios y los votos del Partido de la Gente de Parisi y la oposición para aprobar sus políticas.

Composición de la Cámara de Diputados de Chile
BBC
Composición del Senado de Chile
BBC

A su vez, será crucial que entregue resultados oportunos en las que ha definido como sus prioridades para evitar una pérdida de respaldo temprana.

Sobre este tema, Walker subraya que “todos los presidentes ganan con votos prestados” y que lo relevante es que “tenemos hoy día el país completo teñido de azul y eso es impresionante”.

“Si es solo de una adhesión a la figura de él o no, no sé si eso es muy relevante. Lo relevante es que hay una coalición de derecha, liderada por él, que fue capaz de hacer hoy día perder a la izquierda de manera importante y sobrepasarla en dos millones de votos”, agrega.

Si Kast es capaz de hacer de eso un activo duradero, es lo que veremos desde el próximo 11 de marzo, cuando asuma la presidencia.

línea gris
BBC

Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.

Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.

También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp.

Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.

Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...