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Vicios y virtudes: la controversia de la responsabilidad
Una vida examinada: reflexiones bioéticas
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El Programa Universitario de Bioética (UNAM) desarrolla investigaciones interdisciplinarias, docencia y difusión que promuevan la... Continuar Leyendo
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Vicios y virtudes: la controversia de la responsabilidad

Si nuestra deliberación consciente está influida por factores que escapan a nuestra capacidad de consideración, ¿qué tanto deberíamos asumir que somos responsables de nuestras fechorías, así como de nuestras bondades?
09 de octubre, 2024
Por: Rodrigo Benavides Zapata

Un hombre está sentado, se le percibe ligeramente incómodo: observa una caja negra que descansa sobre una mesa enfrente de él. De su cabeza sale una serie de cables que se conectan a la caja; sobre ésta hay un botón de acrílico traslúcido, del tipo que se utiliza en las máquinas arcade, con luz en su interior. El hombre moviliza su brazo de manera esporádica. Más que movimientos concretos parecen pequeñas contracciones, como si quisiera moverse, pero se arrepintiera y regresara el brazo a su postura original. Con cada contracción, la luz del botón se enciende brevemente. Después de unos minutos la luz comienza a encenderse sola, el hombre únicamente observa.

Este estilo de demostración, popularizada por los experimentos de Benjamin Libet a finales del siglo pasado, constituye lo que se conoce como un experimento de libre elección. Por medio de un electroencefalograma (EEG), se registra la actividad eléctrica del cerebro de un voluntario, a quien la única indicación que se le da es que apriete el botón cuando lo desee, pero únicamente si se encuentra apagado. En un principio, los participantes aprietan el botón sin impedimento alguno, tiempo durante el cual el EEG registra la actividad neuronal característica de la toma de decisiones. Una vez que el aparato está calibrado, comienza a encender la luz cuando detecta que la persona está decidiendo. Esto resulta desconcertante, incluso incómodo para algunos participantes, quienes reportan que el aparato parece identificar qué deciden, incluso antes de que ellos se enteren de que lo han hecho.

Los experimentos de libre elección no están libres de controversia. Multiplicidad de autores se han unido al debate para apoyar o criticar estos métodos y sus interpretaciones. Sin embargo, si algo puede afirmarse respecto de estas demostraciones es que han impulsado de manera importante la discusión sobre la existencia de la libre decisión. Después de todo, si nuestras decisiones se toman de manera previa a nuestra deliberación consciente, ¿qué tan responsables deberíamos considerarnos de ellas? El tema de la responsabilidad ha sido tratado de manera extensa en la literatura, no sólo por la intriga filosófica que representa, sino por sus implicaciones para la ética y la manera como organizamos nuestra sociedad. De manera general, nos consideramos responsables de aquellos actos que realizamos voluntariamente.

El ejercicio de la voluntad ha sido un tema controvertido para el pensamiento científico, incluso desde sus orígenes en la filosofía. Desde la Ética Nicomáquea, Aristóteles argumenta que, como seres racionales, los humanos tenemos el poder para actuar o no actuar, por lo que depende de nosotros ser virtuosos o viciosos. En este contexto, la virtud se entiende como el punto medio entre el exceso y la deficiencia. Una persona virtuosa es aquella que voluntaria y consistentemente actúa de manera mesurada, encontrando en ello plenitud. Henos aquí, más de 2,300 años después, apelando a la misma lógica de que el poder está en nuestras manos. ¿Pero qué tan cierto es esto? Conforme más se conoce acerca de los neurocorrelatos de la decisión, menos académicos están dispuestos a asumir que tenemos ese poder.

Nuestros juicios sobre la responsabilidad están fuertemente influenciados por la cantidad de información que tenemos acerca de una situación. Por ejemplo, no estaríamos sorprendidos al enterarnos de que un niño tiene peor desempeño escolar que compañeros de su misma edad si nos informan que viene de un contexto de pobreza extrema, desnutrición y poco acceso a sistemas legales o de salud. Todos estos factores afectan de manera directa el desarrollo del cerebro, por lo que la deficiencia en la actividad cognitiva no sería una sorpresa para nadie. ¿Qué tan responsable es ese niño de su incapacidad para continuar con su educación? La mayoría de las personas estaría dispuesta a responder que muy poco, pues tienen más peso las condiciones de vida en las que ha crecido.

Pensemos ahora en un niño que no vive ninguna de esas condiciones. Su familia cuenta con acceso a todas las comodidades del mundo moderno, su madre consumió vitaminas durante el embarazo e incluso cuenta con una posición económica que le permite contratar tutores privados. Sin embargo, termina abandonando la escuela por falta de motivación. ¿Qué tan culpable es? ¿Hay menos factores contextuales involucrados en este segundo caso? ¿Será que el primero fue víctima de sus circunstancias y el segundo simplemente fue flojo? Si deseamos ser congruentes deberíamos concluir que no. O ambos son igual de responsables o no de su fracaso educativo. La diferencia entre los casos está en que conocemos de manera directa no sólo la existencia de factores de riesgo en el primer caso, sino los vínculos que existen entre la desnutrición, la pobreza extrema y el desarrollo del cerebro. Sin embargo, no conocemos con detalle las condiciones de vida que han fomentado la deserción escolar en el segundo caso. Una anomalía no identificada en el desarrollo del cerebro, episodios de abuso no reportados o diferencias culturales en la crianza pueden ser catalogados como “falta de motivación intrínseca” por accidente o negligencia.

El desafío está en que, más a menudo de lo que parece, la causa de las decisiones se encuentra en la interacción de diferentes niveles de análisis. Cuando tomamos una decisión no lo hacemos en el vacío, lo hacemos siempre insertos en un contexto. La actividad neuronal asociada a la toma de decisiones ocurre a partir de un estado particular del sistema nervioso que se ve fuertemente influenciado por el contexto en el que vivimos. Asimismo, nuestra carga hormonal en las horas previas a la decisión también tiene algo que decir. Nuestra historia de aprendizaje, la cultura en la que crecemos, nuestra copia particular de código genético, la historia evolutiva de nuestra especie, todo contribuye a la decisión que tomamos en un momento dado. Por supuesto, identificar cada uno de estos factores resulta desafiante, por no decir simplemente imposible. Los seres humanos somos producto de un devenir histórico cuya influencia ignoramos en la gran mayoría de las situaciones.

¿Qué mundo nos deja esto? Estamos acostumbrados a vivir con la idea de que si alguien hace las cosas como debe ser deberá ser recompensado. Si se comporta de manera desleal o infringe nuestros códigos morales debe ser castigado, pero estas nociones sólo tienen sentido si partimos del supuesto de que somos responsables de nuestros actos. Si nuestra deliberación consciente está influida por factores que escapan a nuestra capacidad de consideración, ¿qué tanto deberíamos asumir que somos responsables de nuestras fechorías, así como de nuestras bondades? Algunos autores incluso sugieren que, dado el estado de las cosas, el entero sistema legal probablemente debería ser reconsiderado desde su raíz. Probablemente la justicia debería impartirse con empatía y compasión más que con desprecio y retribucionismo. Después de todo, ¿qué habrá tenido que vivir quien transgrede para comportarse de semejante forma?

* Rodrigo Benavides es doctor en Análisis Experimental de la Conducta por la UNAM. Se desempeña como Profesor de Asignatura de la Facultad de Psicología, y participa en el seminario “Raíces evolutivas de la capacidad moral” del Programa Universitario de Bioética, ambos de la máxima casa de estudios. Actualmente es Candidato a Investigador Nacional por el Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores de Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías.

Las opiniones publicadas en este blog son responsabilidad exclusiva de sus autores. No expresan una opinión de consenso de los seminarios ni tampoco una posición institucional del PUB-UNAM. Todo comentario, réplica o crítica es bienvenido.

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Imagen BBC
Gobierno de Venezuela suspende los vuelos directos con Chile tras el discurso de Boric en la ONU
4 minutos de lectura

Este es el cuarto destino con el que Venezuela rompe puentes aéreos después de los comicios presidenciales del pasado 28 de julio.

27 de septiembre, 2024
Por: BBC News Mundo
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El gobierno de Venezuela suspendió los vuelos directos con Chile, un día después de que el presidente chileno, Gabriel Boric, acusara a su homólogo Nicolás Maduro de “robarse” las elecciones del pasado 28 de julio, en un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).

El Instituto Nacional de Aeronáutica Civil de Venezuela (INAC) emitió una notificación oficial el miércoles en la que anunció que “se suspenden las operaciones aerocomerciales de transporte de pasajeros desde y hacia la República de Chile”.

El comunicado no explica el motivo de la medida, pero la suspensión de los vuelos con Chile aumenta el nivel de la tensión diplomática que existe desde las celebración de las últimas elecciones en el país caribeño.

Por su parte, el gobierno de Chile lamentó la decisión de Venezuela de suspender los vuelos entre los dos países.

“Se trata de una decisión unilateral que vuelve a poner en una situación de vulnerabilidad a cerca de 800 mil venezolanos que residen en nuestro país. Es una acción injustificada y que lamentamos”, dijo un portavoz del ministerio chileno de Asuntos Exteriores en un breve mensaje.

Gabriel Borich dando su discurso ante la Asamblea General de la ONU
Getty Images
Gabriel Boric volvió a cuestionar los resultados de las elecciones presidenciales en Venezuela.

En su discurso del miércoles ante la ONU, Gabriel Boric volvió a cuestionar los resultados de las elecciones presidenciales en Venezuela que dieron la victoria a Nicolás Maduro, sin que hasta ahora se hayan publicado las actas de las mesas de votación.

“Chile está especialmente atento frente a la crítica situación que vive Venezuela. Estamos frente a una dictadura que pretende robarse una elección, que persigue a sus opositores y que es indiferente al exilio no de miles, sino de millones de sus ciudadanos”, expresó el presidente chileno.

Añadió que la crisis política y económica en Venezuela ha expulsado del país a más de 7 millones de venezolanos, de los cuales unos 800.000 están en Chile.

“Por responsabilidad debo ser claro en este punto: Chile no está en condiciones de recibir más migración”, concluyó Boric.

Menor conectividad con el mundo

La suspensión indefinida de los vuelos con Chile entrará en vigor a partir de este fin de semana con la cancelación de la venta de pasajes para sus vuelos entre Caracas y Santiago.

Con esto, Venezuela reduce un 54% su conectividad con el mundo, según dijo la presidenta de la Asociación de Líneas Aéreas en Venezuela (ALAV), Marisela de Loaiza al sitio de noticias Efecto Cocuyo.

“De los 181 vuelos internacionales a la semana que había antes, quedaban 83, es decir, 98 menos, que equivalen a unos 15.000 asientos semanales que ya no están disponibles”, dijo al medio venezolano.

Pasajeros en el aeropuerto de Caracas
Getty Images
Los vuelos internacionales semanales en Venezuela se han reducido a más de la mitad.

Venezuela venía recuperando tras la pandemia la conectividad con otros países después de que, desde 2014, bajaran las frecuencias semanales de vuelos internacionales.

Si en 2013 había unos 352 vuelos internacionales a la semana, en 2019 la cifra bajó a solo 100.

Esto se debió a que las aerolíneas se retiraron gradualmente del país por “la imposibilidad de repatriar los fondos a sus países de origen”, así como a “la caída del mercado”, según la Asociación de Líneas Aéreas en Venezuela (ALAV).

La medida que deja en tierra los vuelos a Chile se añade al cese temporal de las operaciones aéreas con Panamá, República Dominicana y Perú ordenado por Maduro en respuesta a las críticas de esos gobiernos al cuestionado resultado electoral que lo proclamó como presidente.

Esa orden, vigente desde el 31 de julio, fue explicada por la INAC -en un mensaje en la red social X- como un rechazo a “las acciones injerencistas de gobiernos de derecha, comprometidos abiertamente con los postulados ideológicos del fascismo internacional”.

Línea
BBC

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